martes, 5 de mayo de 2009

Un “nombre” del mensaje de Auschwitz en Francia

Albert Veissid, un judío de 84 años nacido cuando Estambul todavía era conocida como Constantinopla, criado desde bebé en Lyon y actual residente del poblado sureño de Allauch, en el sur de Francia, todavía se pregunta cómo su nombre figura en el manuscrito hallado en una botella en la pared de una escuela cercana al campo de exterminio de Auschwitz, principal centro de muerte del régimen nazi.


LA CARTA HALLADA EN LA BOTELLA
“Toda esta historia me intriga porque todavía no entiendo por qué mi nombre aparece en ese papel”, explicó Veissid, hasta ahora el único sobreviviente hallado de esa lista de siete prisioneros -seis de ellos polacos- difundida tras el hallazgo casual por el Museo de Auschwitz. Según las autoridades, dos más de los mencionados seguirían con vida, aunque hasta ahora desconocen sus paraderos.
Un periodista de la agencia AFP, alertado por una de las nietas de Veissid, charló con Albert, quien le relató su historia y su relación con Bronislaw Kankowiak, Stanislaw Dubla, Jan Jasik, Waclaw Sobczak, Karol Cseklaski y Waldemar Bialobrezeski, los otros nombres de la lista. “Es un misterio que mi nombre haya aparecido en ese papel. Yo recuerdo todo lo que me sucedió en Auschwitz. De la A a la Z, te puedo contar todo. Ahora, mientras hablo, me vienen a la mente miles de recuerdos. Sin embargo, esa botella me resulta un enigma. Es la mayor sorpresa de mi vida”, reconoció Veissid, quien, prisionero del ejército nazi que ocupó Francia, fue trasladado hasta el campo de concentración el 30 de mayo de 1944.



EL ESTIGMA. ALBERT VEISSID (84), MUESTRA EL NUMERO DE PRISIONERO ESTAMPADO EN SU BRAZO.

“Creo que mi nombre está allí como una devolución de favores, ya que hacía la vista gorda cuando ellos robaban comida del lugar en el que trabajaba. Había unos frascos de mermelada que yo debía esconder y los dejaba a la vista para que se los llevaran”, relató Veissid. Al llegar a Auschwitz, él se declaró masón y fue destinado a construir un búnker para los jerarcas nazis. Cuando en enero de 1945 el campo fue evacuado ante la inminente llegada del Ejército Rojo de la Unión Soviética, Albert caminó a través de Alemania, alcanzó la frontera con Francia y finalmente se reencontró con su familia.
“No me reconocieron porque yo era un esqueleto caminante. Una semana más y no hubiera resistido el horror de Auschwitz”, confió Veissid, quien tras la Guerra fue músico, vendedor de golosinas y viajante. En ese campo de concentración murieron alrededor de un millón de personas (en su mayoría, judíos del Este y gitanos). En total, se estima que unos 6 millones de judíos fueron víctimas del plan de exterminio de los nazis.
Veissid no fue el único sobreviviente entre los siete hombres que figuran en ese manuscrito, escrito con lápiz sobre el saco de una bolsa de cemento, fechado el 9 de septiembre de 1944 y hallado la semana pasada por obreros mientras realizaban unas reformas en un centro cercano a Auschwitz. Autoridades del Museo confirmaron que Karol Czekalski y Waclaw Sobczak habían superado esos años de encierro. Incluso, con el primero habían mantenido contactos hasta fines de los años 60. Ahora, el centro está tratando de saber si ellos todavía están vivos. Nada se sabe de los otros cuatro.

[Clarín.com -30-abril 2009 - Es-Israel]
[Noti-Israel] Edición 331- 3 de Mayo 2009

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