jueves, 21 de mayo de 2009

Lloro por mi Argentina

por Ruben Kaplan

La porteña de apariencia europea Avenida de Mayo, en la ciudad de Buenos Aires, que tiene reminiscencias de La Gran Vía de Madrid, fue la elegida para la celebración del 61º aniversario del Estado de Israel.El evento de índole cultural denominado Buenos Aires Celebra Israel, que era auspiciado por la embajada de Israel y el Departamento de Hagshama de la Organización Sionista Mundial, se desarrollaba con normalidad frente al Gobierno de la Ciudad, hasta que un grupo de alrededor de una decena de vándalos provenientes del subterráneo, irrumpieron blandiendo palos, cuchillos y nunchakus (arma de arte marcial asiático) y comenzaron a agredir salvaje e indiscriminadamente a hombres mujeres y niños que se encontraban en el lugar.


Los forajidos que portaban carteles y arrojaron panfletos con leyendas antisionistas rubricados por el ignoto “Frente de Acción Revolucionaria”, ante el estupor de los asistentes al acto, actuaron con llamativa impunidad.


En declaraciones a la Agencia Judía de Noticias (AJN), el secretario general de la AMIA, Julio Schlosser, dijo que “la zona fue liberada, sin ningún policía”.


Por su parte el embajador de Israel, Daniel Gazit, debió ser trasladado por su custodia a la sede del Gobierno municipal, donde permaneció por media hora, hasta la reanudación de los festejos.Gazit calificó al hecho de “una amenaza a la democracia”.


"Esta gente busca la violencia y aprovecha cada oportunidad para que no se festeje con tranquilidad". Según la agencia estatal Télam, fuentes policiales informaron que los agresores son de la colectividad “palestina” y que los efectivos de la brigada Anti Discriminación de la Policía Federal y de la comisaría 2ª debieron intervenir para controlar la situación y detuvieron a 5 hombres a los que se procura identificar.


Asimismo, consignaron que un agente policial resultó herido por lo que debió ser trasladado al Hospital Churruca para ser asistido. Por su parte, el ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, Aníbal Fernández, quien tuvo hace poco una reunión con el presidente de la AMIA Guillermo Borger, en la que éste, pletórico de bonhomía, salió muy satisfecho, repudió los incidentes que se produjeron durante el acto por el aniversario de creación del Estado de Israel y señaló que se realizará una profunda investigación de los hechos.


Es menester recordar que en los últimos meses, se produjeron en Argentina numerosas manifestaciones antisemitas y actos de agresión contra la Embajada de Israel, que alcanzaron el paroxismo durante la operación “Plomo Fundido” que libró el ejército de Israel contra el grupo terrorista Hamas en la Franja de Gaza.


La mayoría de las marchas de iracunda protesta a la sede diplomática de Israel, fueron encabezadas por el piquetero oficialista y líder de la Federación de Tierra y Vivienda Luis D’Elía, acompañado en diferentes ocasiones por miembros de la comunidad árabe y palestina, del referente de Quebracho, Fernando Esteche, el ex dirigente montonero, Roberto Pernía, y por el sacerdote y ex diputado nacional Luis Farinello, quien junto con D’Elía y el ex diputado Mario Cafiero viajaron en el 2007 a Irán para participar de la “Primera Conferencia Internacional América latina: su papel y lugar en el futuro orden internacional”.


Otras organizaciones que fueron a expresar su virulento repudio frente a la Embajada de Israel fueron la Federación Argentino Palestina, Asociación Madres Plaza de Mayo, FUBA, Partido Obrero, Partido Comunista, y Socialismo Libertario.


Dada la frecuencia de las protestas, fue extraño que a ningún creativo publicitario, no se le ocurriera incluir en un tour turístico de la ciudad, presenciar una marcha frente a la sede diplomática israelí. D’Elia viajó a Irán país acusado por la Justicia argentina de haber promovido el brutal ataque a la AMIA que provocó la muerte de 85 personas el 18 de julio de 1994, invitado por el encargado de negocios de la República islámica en Argentina, Moshen Baharvand.


Entre los antecedentes nombrados, no se puede soslayar el acto de carácter inequívocamente antisemita que constituyó el “escrache” al empresario Eduardo Elsztain en enero del 2009 en el Hotel Intercontinental de su propiedad, por parte de dudosas agrupaciones izquierdistas.Elsztain quien había viajado a Venezuela en el 2008 en su condición de tesorero del Congreso Judío Mundial, junto a Ronald S. Lauder, el presidente del mismo, para tener un encuentro con Hugo Chávez, había asegurado que la reunión con el dictador bolivariano, “fue sorprendente y superior a lo que esperábamos” Los numerosos episodios antisemitas ocurridos en Venezuela, la ruptura de éste país de relaciones diplomáticas con Israel, la alianza con Irán y la subvención a D’Elía y otros grupos antisemitas, demuestran que la brillante visión de negocios de Elsztain, se obnubila al ejercer su función de dirigente comunitario.


De todos modos afortunadamente encontró quien lo defienda. La titular del Instituto Nacional Contra La Discriminación La Xenofobia Y El Racismo (INADI) María José Lubertino quien luego de analizar grabaciones de las protestas antisemitas de D’Elía, aseguró que en esos registros “no se encontró una sola frase, una sola prueba” que demuestre que el piquetero incurrió en algún acto discriminatorio, anunció oportunamente que el INADI en febrero de 2009 se constituyó en querellante en la causa por el escrache al empresario ligado al Gobierno Eduardo Elsztain.


La reiteración de episodios antisemitas en Argentina, como el de la agresión sufrida por los asistentes al acto de celebración del 61ª aniversario del Estado de Israel, tienen aristas del síndrome venezolano. Los argentinos no queremos vernos reflejados en ese espejo y menos llorar frente a él. -


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reenviado por :Porisrael.org- Dori Lustron

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