lunes, 4 de mayo de 2009

Culos ilustres


¿No descubrimos con Cherie Blair y con Hillary Clinton que las primeras damas tenían cerebro?

por PILAR RAHOLA




Dos grandes del teatro, arrastrándonos hacia la oscuridad de Bernarda. Implacables en su grandeza escénica, desaparecidas completamente como personas, para transmutar en esos dos personajes gigantes que García Lorca convirtió en inmortales.


Confieso que odio La casa de Bernarda Alba, por lo que tiene de tenebrosa, de retorno a ese mundo de mujeres encerradas, a esa historia lejana de fanatismo e hipocresía que fue nuestra historia cercana.

Pero viendo a Núria Espert y a Rosa Maria Sardà en su duelo entre Bernarda y Poncia, Lorca adquiere su genial dimensión, feroz retratista de esa España que mató a los afrancesados y despreció a Jovellanos. Ciertamente, este Lorca del Teatre Nacional, dirigido con extrema sensibilidad por Lluís Pasqual, es un completo lujo.


Me imagino cómo debía de sentirse el público de Buenos Aires, probablemente lleno de exiliados republicanos, cuando Margarita Xirgú estrenó en 1945 la Bernarda de Lorca. La derrota profunda, la muerte de la inteligencia, los asesinados, los exiliados, esa España oscura que había vencido, llenando el Teatro Avenida de Buenos Aires a través de las palabras del poeta.

Lorca siempre pensó en Xirgú para su Bernarda, que acabó justo dos meses antes de ser asesinado, y dicen que cuando Margarita Xirgú la leyó por primera vez lloró intensamente. El miércoles, en la sala pequeña del Nacional, tantos años después de todo aquello, la tortuosa alma de Martirio, la pasión desenfrenada de Adela, el enfermizo autoritarismo de Bernarda, toda esa España triste y negra retornó ante nuestros ojos.


La viuda de Antonio María Benavides dominaba sobre la vida, y con ella triunfaba la muerte. Quizás, después de hablar de la gran obra de Lorca, hablar de culos ilustres resulta una imperdonable frivolidad. Sin embargo, hice esta exótica vinculación cuando contemplé la famosa foto de los magníficos traseros de Carla Bruni y Letizia Ortiz en algunas portadas de periódicos.

¿Somos conscientes del poco tiempo que hace que las mujeres hemos conquistado nuestra emancipación? Hace dos días y medio estábamos en el mundo de Bernarda, hace dos no podíamos votar, hace uno y medio no podíamos divorciarnos, y ayer mismo aún no teníamos una ley que castigara la violencia de género.

El largo camino de siglos que la mujer ha recorrido hasta conseguir el derecho a decidir libremente ha culminado con leyes igualitarias, pero no se ha consolidado aún en el subconsciente social. Estamos lejos de quebrar el paradigma cultural que nos secuestró en las cocinas de la historia y nos impidió protagonizarla.


Bernarda Alba no es un mito lejano, es nuestra realidad cercana, nuestro territorio, nuestro ADN, y pensar que ello no está aún presente, es ser realmente muy ingenuo. Es cierto que tanto Letizia Ortiz como Carla Bruni son dos mujeres de su tiempo, brillantes, cultas, bellas, cuyo rol social han escogido sin complejos. O lo han asumido sin titubeos, que no es exactamente lo mismo.

Lo cierto es que dos mujeres con personalidad, con el cerebro en su sitio y probablemente más notables que sus respectivos, se ven relegadas al rol clásico de mujer florero. Es una foto moderna, con trajes de Chanel y zapatos Manolo Blahnik, pero es un retrato antiguo, decimonónico, que nos aleja de un mundo donde la fuerza femenina ya no se sitúa en el trasero.


Si me permiten la grosería, esta foto es pura testosterona y si hace salivar a la mayoría de los hombres, escandaliza a la mayoría de las mujeres. ¿Realmente es necesario que Letizia y Carla queden relegadas a este papel subordinado, cuyo máximo brillo es el brillo de sus nalgas? ¿No habíamos descubierto con Cherie Blair y con Hillary Clinton que las primeras damas tenían cerebro?

Hace años Joaquín Sabina compuso una bella canción cuyo estribillo decía "siempre tuvo la frente muy alta / la lengua muy larga / y la falda muy corta". Pero zas. Se convirtieron en primeras damas, y sólo les quedó la falda corta.

FUENTE: LA VANGUARDIA.ES- 1 DE MAYO DE 2009.

* PILAR RAHOLA: una talentosa escritora y gran periodista española,
de Barcelona. Fue Vice-Alcaldesa de Barcelona, diputada, etc.
NO TIENE PELOS EN LA LENGUA.
LA ADMIRO!!!!
Lic. Jose Pivín
frente al puerto de Haifa
frente al mar Mediterráneo

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