sábado, 24 de mayo de 2014

Yasmin Levy , hermosa y talentosa cantante israelí nos regala su interpretación del tango "POR UNA CABEZA"


Su padre, Isaac Levy, fue un investigador pionero en la larga y rica historia sefardí, la música y cultura de la judería española y su diáspora. Con un inconfundible estilo emotivo, Yasmin ha dado una nueva interpretación a la canción judeo-española medieval, incorporando sonidos más modernos, procedentes del flamenco andaluz, y con el uso de instrumentos tradicionales como el oud, el violín, el cello y el piano. Debutó con el álbum Romance & Yasmin (2000), que le hizo merecedora de una nominación como mejor artista revelación por la BBC Radio 3 en la categoría de música del mundo. Con su segundo disco, La Judería (2005), ganó otra nominación, esta vez en la categoría culture crossing.1 En octubre de 2007 lanzó su álbum Mano suave, en el que incluye un dueto con Natacha Atlas. En octubre de 2009 llega su nueva grabación, Sentir, producida por Javier Limón y que incluye una versión de La hija de Juan Simón, de Antonio Molina.

Discografía

  • 2000: Romance & Yasmin
  • 2005: La Judería
  • 2006: Live at the Tower of David, Jerusalem
  • 2007: Mano Suave
  • 2009: Sentir
  • 2012: Libertad (fecha de lanzamiento: octubre 2012)2

Sencillos de bandas sonoras

Colaboraciones

fuente: www.wikipedia.es.org







Publicado el 04/06/2013 por GORENDANIEL

Una actuación en vivo de Yasmin Levy cantando tango 
con la Orquesta Netanya kibbutz de Israel




viernes, 23 de mayo de 2014

ARGENTINA: Pensándonos a Nosotros Mismos. Juan C. Luján. Presidente de la Fundación Marambio




Published on May 30, 2013 - por COMARCA SI

Juan Carlos Luján, Presidente de la Fundación Marambio, 
activo difusor de los temas inherentes al continente antártico, 
nos lleva en un viaje imaginario a los confines de la patria. 
De la mano de J. C. Luján nos introducimos en la historia de la 
presencia argentina en la Antártida y en especial en la gesta de
la construcción de la Base Marambio. Conduce Ricardo Martínez.

Fuente: www.youtube.com






















Dr. Juan Carlos LUJAN

Biografía


El Dr. Juan Carlos LUJAN es Suboficial Mayor (Retirado) de la Fuerza Aérea Argentina.
Nació el 21 de octubre de 1939 en la Ciudad de Buenos Aires.
Ingresó a la Fuerza Aérea en el año 1956 y pasó a revistar en situación de retiro voluntario en 1986.

A lo largo de su carrera realizó distintos cursos y actividades; se desempeño en la Especialidad Operador de Sistemas de Entrega Aérea, del Cuerpo de Comando, Escalafón General, como tripulante de distintos aviones, culminando su actividad, siendo Instructor del Sistema de Armas Hércules C-130.

Es Combatiente de Malvinas - Expedicionario al Desierto Blanco - Caballero del Desierto Blanco - Historiador Antártico - Paracaidista Deportivo - Radioaficionado - Esquiador Militar - declarado "Vecino Distinguido 2007" por San Isidro Tradicional, "Ciudadano Ilustre" por la Comuna de Vicente López; de la misma recibió la medalla "Al Servicio de la Patria"

El Club de Leones le entregó el "León de Oro" por sus cualidades como militar y docente - galardonado como socio Honorario por el Rotary Club Argentino - recibió en Miami EEUU el galardón "Distinguido Aporte al Desarrollo de la Aviación Latinoamericana" - el Consejo Iberoamericano en Honor a la Calidad Educativa lo nombró "Honorable Educador Iberoamericano" y en Lima Perú se le otorgó el título de "Doctor Honoris Causa" y también recibió otros honores de entidades públicas y privadas y del Congreso de la Nación Argentina.

En los recintos de las Honorables Cámaras de Diputados y Senadores de la Nación, fue nombrado Embajador de la Paz – 2010, distinción otorgada en el marco del acuerdo firmado con la UNESCO.
A partir del año 1972 realizó periódicamente operaciones aéreas a las Islas Malvinas, como tripulante de los aviones Fokker F-27 que realizaban como Líneas Aéreas del Estado (LADE) vuelos de fomento en los Aeródromos de la Patagonia y en las islas.
En el año 1969 fue integrante de la Patrulla Soberanía, fundadora de la Base Aérea Vicecomodoro Marambio de la Antártida Argentina.

Se desempeña actualmente como Presidente de la Fundación Marambio, de la cual es su fundador.






miércoles, 21 de mayo de 2014

ESPAÑA- dramático: El sótano de los horrores de la Universidad Complutense de Madrid.

POLEMICA seguridad

·         250 cadáveres donados a la ciencia se hacinan sin control en la Facultad de Medicina
·         Tras su uso en clase, llevan siete años acumulándose sin que hayan sido incinerados
·         El director del Departamento dice que no tiene medios para gestionar los cuerpos
·         'El funcionario del horno crematorio se jubiló y aún no hemos podido sustituirle'

Q. ALSEDO / P. HERRAIZ - Madrid
Actualizado: 19/05/2014 

Atención: este texto, al igual que las imágenes, puede herir seriamente su sensibilidad. Como lo pueden hacer esos cuerpos y miembros apilados, despedazados, desastrados, mantenidos a temperatura ambiente, en un escenario de película de terror, como el de la serie The walking dead. Cadáveres donados a la ciencia y ahora en condiciones insalubres y peligrosas.
Se calcula que son hasta 250. Muchos más de los que caben en el lugar. Aunque por las fotos lo parezca, esto no es Auschwitz en 1942. Ni Srebreniça, el horror de la antigua Yugoslavia en los años 90. Tampoco Ruanda y los hutus contra los tutsis. Lo que muestran estas imágenes es una ingente pila de cadáveres, que se agolpan corruptos y en malas condiciones, nada menos que en Europa, España, Madrid. ¿Dónde? En la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense. Concretamente, en el departamento de Anatomía y Embriología Humana II.
No son restos de ninguna masacre, sino vestigios humanos de personas fallecidas, que donaron sus cuerpos a la ciencia de forma altruista... Y terminaron desperdigados en un sótano cuya capacidad hace mucho que quedó rebasada, mezclados con otros restos, anónimos y sin identificación alguna, en una macabra atmósfera imposible de describir.
«No somos ricos y no hay peligro sanitario», explica Ramón Mérida, director del departamento, que reconoce que algunos cuerpos llevan allí «hasta cinco años» y que da su versión: «El funcionario que opera el horno se prejubiló en diciembre, y no ha habido manera de convocar la plaza porque los sindicatos denuncian que el horno no está en buenas condiciones». Los representantes de los trabajadores dicen que el horno, instalado en 1991, emite gases nocivos.
El 'secadero'
Los cadáveres, como comprobó este diario, se reparten en varias estancias. En el peor de los casos, el del llamado «secadero», sólo están separados del resto del departamento de Anatomía por una puerta de cristal esmerilado, junto a pasillos y habitaciones oscuras en las que se apilan muebles, polvo y telarañas.
Esta cámara de los horrores, en la que decenas y decenas de cuerpos parecen momificados, es rectangular, mide unos 25-30 metros cuadrados y está surcada por un pequeño corredor central que une la puerta con una ventana alta, sucia e inalcanzable, permanentemente cerrada.
A ambos lados del corredor están las tinas de formol, una especie de inmensas bañeras alicatadas y tapadas con planchas metálicas, en las que quizá haya más muertos, pero es imposible saberlo: para abrirlas habría que retirar una montaña de cadáveres.
En el centro del pequeño corredor, unos pies negros unidos a unas piernas marrón oscuro se apoyan sobre la tapa de un cubo de basura. Una mano de no se sabe qué esqueleto agarra los pelos canosos y rizados de una calavera, y una camilla metálica tiene sobre ella dos cuerpos tumbados, que de no ser porque estamos en Madrid, podrían haber pertenecido a dos faraones egipcios recién sacados de sus sepulcros. También hay piernas sueltas, troncos sin cabeza y caras hinchadas que están perdiendo sus facciones, esperando al crematorio.
Olor a muerte
Y luego está el olor. El horrible aroma de la muerte, que se mezcla con años y años de soluciones de formol inyectadas en dosis de 20 litros a cada voluntario que donó su cuerpo. Un ambiente que ataca al visitante como un vapor venenoso, quemando la garganta al respirar, como comprobaron los redactores.
Los vapores abrasan al respirar, y ahogan un ambiente insalubre en el que según los sindicatos flotan bacterias y virus, donde los trabajadores tienen que acudir a diario. Apenas unas 20 personas tienen acceso a estos sótanos del departamento, aunque en realidad cualquier estudiante curioso puede colarse a verlo: las prácticas se hacen en el piso de arriba, nada impide bajar al sótano del horror y no sería la primera vez que un bedel encuentra a algún curioso vagando, guiado por el morbo.
La insólita situación, que puede suponer riesgo sanitario para los trabajadores, ha sido denunciada por responsables sindicales a Ramón Mérida, que niega peligro ninguno para los operarios: «Además, los cadáveres infectados en absoluto se tocan, se incineran directamente, por supuesto». Y remata: «Todo está en vías de solución: el funcionario prejubilado ocupará los 40 días que tiene que trabajar al año quemando restos, y lo demás lo llevaremos a otros hornos».
Según los expertos, no existe ningún protocolo legal para el cuidado de estos cuerpos una vez son entregados por el donante, más allá de algunas recomendaciones genéricas de la Sociedad Española de Anatomía.
Sanidad Mortuoria
Un portavoz de Sanidad de la Comunidad de Madrid aseguró a este diario que no existe normativa al respecto, ni regional ni nacional, y que todo depende de las diferentes facultades de Medicina que reciben los cuerpos. Cada comunidad es competente en la llamada Sanidad Mortuoria, pero eso sólo incluye enterramientos, traslados o autopsias, no la donación de cuerpos a la ciencia. Un vacío legal parece desamparar a todos estos muertos.
Sin embargo, en el departamento contiguo, Anatomía y Embriología I, sí existe un estricto protocolo de actuación que se sigue, hasta donde ha podido saber este diario, con rigor. Los cuerpos se ordenan en estanterías, metidos en bolsas, con etiquetas identificativas no sólo de los fallecidos sino también de las causas de sus muertes, y sus restos son cuarteados y retirados en cubos cuando ya han sido utilizados para los experimentos. Justo lo contrario que en Anatomía II.
Como si de La matanza de Texas se tratara, los cuerpos de este sótano de los horrores se hallan en tres situaciones a cada cual más macabra. Unos se agolpan envueltos en sudarios sin identificación alguna, pegados entre sí por bloques de hielo, dentro de una cámara frigorífica ruidosa y de apariencia pleistocénica, que los mantiene relativamente frescos para que los estudiantes los utilicen. Brazos y piernas casi saponificados salen por aquí y por allá, en una escena que recuerda a una fosa común.
Otros cadáveres están en tinas con formol, también apiñados, pero el hacinamiento es tal que algunos de ellos sobresalen y se presentan descompuestos, con el consiguiente olor rancio, absolutamente insoportable. Hay unas ocho o 10 tinas por todo el departamento, con una decena de cadáveres cada una aproximadamente. Y el tercer contingente de cuerpos se encuentra en el «secadero», la verdadera cámara de los horrores de la Complutense. Se trata de la estancia en que los cadáveres ya utilizados por los estudiantes aguardan al horno crematorio. Su visión es una verdadera pesadilla, en la que se mezclan brazos con cabezas, troncos sueltos, piernas rajadas con los huesos al aire y pies ennegrecidos. La higiene del lugar es nula. El suelo está resbaladizo a causa de las grasas y fluidos que los cuerpos van soltando.
Fuentes de la facultad explicaron además otro factor que puede ser clave, pero que parece inexplicable: Anatomía II no ha cortado la recepción de cadáveres pese a la falta de espacio. Según Mérida, el departamento recibe «unos 50 al año».
«Las cifras de donación de cuerpos han crecido en los últimos años»
En la era de las nuevas tecnologías y la innovación tecnológica, el estudio con cadáveres sigue siendo fundamental para la formación, actualización e investigación de los profesionales sanitarios. «Tenemos que estar muy agradecidos de que se donen cuerpos a la ciencia, porque son algo insustituible. No hay simulación, maniquí ni multimedia que puede imitar la realidad ni la calidad de un cuerpo humano real», explica Francisco Sánchez del Campo, catedrático de Histología y Anatomía de la Universidad Miguel Hernández (Alicante). Las donaciones, aclara, sirven para que médicos, enfermeras, fisioterapeutas, podólogos y otros especialistas aprendan nociones fundamentales sobre la anatomía del cuerpo humano. Pero, además, también son claves para el desarrollo de nuevas técnicas quirúrgicas o la investigación de nuevas vías de abordaje terapéutico. En principio, cualquier persona mayor de edad puede hacerse donante, pero no todos los cuerpos se consideran aptos para su utilización. «Se descartan los cadáveres de personas que hayan donado previamente sus órganos, que se hayan sometido a una autopsia, que padecieran una enfermedad infecto-contagiosa o que presentaran una obesidad mórbida», apunta Sánchez del Campo. Según este especialista en anatomía, en los últimos años han aumentado las donaciones de cuerpos en España. «Cuando comenzó a extenderse la práctica de la incineración, las cifras de donación entre los españoles comenzaron a crecer. La crisis puede haber ejercido cierta influencia en este aumento porque los servicios funerarios son caros, pero es difícil establecer una relación clara», indica. Cuando un cuerpo se dona a la ciencia, se somete a una serie de procedimientos para que pueda utilizarse sin problemas en la mesa de disección. En primer lugar, a través de un vaso sanguíneo se infunde un líquido de fijación al cadáver. Acto seguido, lo más habitual es introducir el cuerpo en una balsa con formol, alcohol, glicerina y otros compuestos, donde permanecerá unos meses. Después, se conserva en una cámara frigorífica a unos 5º para garantizar su viabilidad. «En docencia, el tiempo medio de utilización de un cadáver en nuestra universidad es de unos dos años, aunque si se emplea para cirugía estos tiempos son variables», explica Sánchez del Campo. Cuando ya no son útiles para la investigación o la formación, «los cadáveres donados se incineran y las cenizas resultantes se depositan en un cementerio»./ C. G. LUCIO




http://www.elmundo.es/madrid/2014/05/18/5378f7d8268e3e14768b4573.html






viernes, 16 de mayo de 2014

Un muñeco en lugar de un hijo: Entre las clientas hay mujeres infértiles o que han perdido algún hijo


  • EVA DALLO

  • Valen entre 400 y 3.000 euros

  • Artesanos los fabrican como auténticos bebés 

  • y algunas madres los 'adoptan'

  • Es el fenómeno de los 'reborn' 





















Raquel, de 38 años, es una de las decenas de mujeres en España que se dedican al arte del reborn (en castellano, renacer o renacido). Se denomina así porque modifican o crean muñecos de vinilo hasta darles el aspecto de un bebé real. Tan real que en esta controvertida comunidad hablan de adoptar y no de comprar; de guardería y no de tienda online... Tan real que un policía australiano reventó la puerta de un coche porque pensó que el reborn que había dentro, sentado en un cochecito homologado, con ropa como la de cualquier otro bebé, era de carne y hueso.
El resultado es impactante, cuando no inquietante. Es sólo un juego:muñecos hiperrealistas para adultos, aducen los reborners. Pero el hobby, al parecer, tiene doble filo.
«Yo recibo muchísimos encargos de madres que han perdido a sus bebés. Casi el 20% de los que hago, probablemente. El resto son principalmente coleccionistas», explica Lourdes E.G., una de las mejores artistas reborn españolas. «También hay gente que se abre contigo, mujeres que no puede tener hijos, con depresión o con síndrome del nido vacío. Otras los quieren para terapias de Alzheimer o autismo. Pero prefiero no personalizar, no explicar sus historias. Traicionaría su confianza», añade esta madrileña de 36 años, madre de un niño -biológico- de 12.
Aun así, menciona sucintamente, sin dar nombres, un caso concreto. «Una mexicana me escribió pidiéndome una réplica de su hijo de dos meses que había muerto hacía dos semanas en un incendio muy sonado que hubo en una guardería de México (Sonora, 2009). Yo le dije que se diera un tiempo, que lo pensara mejor y que acudiera a un médico...».
Capa tras capa de pintura, las reborn artist dotan al vinilo de la tonalidad de la piel de un bebé. Injertan en el cráneo lana de mohair, material de tacto similar a sus finos cabellos, les colocan ojos de cristal y en ocasiones instalan mecanismos que simulan el latido del corazón, la suave respiración de un niño, o incluso los conductos de la orina. Graban voces, llantos, o la tos de un bebé que luego emite un sistema integrado en el muñeco cuando se mueve. El cuerpo es rellenado con microesferas de vidrio, con las que los muñecos adquieren el peso y la consistencia que tendría un niño de su edad, que especifican en cada caso. Y en ocasiones hasta los rocían con un spray cuyo aroma imita al de la piel de un bebé y que evita que la nariz desenmascare la perfecta ilusión creada para tacto y vista. «Yo comencé con esto en 2002», continúa Raquel. «Mi psicólogo me recomendó que me distrajera con algo, empecé a mirar temas de pintura y entonces vi un reborn por primera vez. No hubiera sabido decir si era un muñeco o un niño».

De paseo con carrito

El mundo de los renacidos era entonces casi inexistente en España y más aún en Andosilla, localidad de la ribera navarra de apenas 3.000 habitantes donde vive. «Cuando me vieron pasear por primera vez con un carrito y una muñeca por la calle, pensaron que me había vuelto loca. Hoy ya lo ven de lo más normal. Les gusta acercarse cuando les hago fotos para mi web. O verlas de cerca».
Guarda a sus reborn Porsha, Meredit, Cathy, Samia, Max, Saoirse, Devine, Livia y Daisy en el ático de su casa donde, además de un carrito de bebé auténtico, piezas de vinilo, pinturas y pinceles, hay también una balanza pediátrica digital. En su refugio, como le gusta llamarlo, no pueden entrar ninguno de sus dos hijos, ni su marido. «Me lo pondrían todo manga por hombro».
Irigoyen comenzó investigando en webs de EEUU, país pionero en esta subcultura con aficionadas de todas las edades. El fenómeno había nacido allí a finales de los años 80, pero tenía genes españoles: la porcelanista Joyce Moreno realizó el primer reborn modificando una muñeca Berjusa, marca de Onil (Alicante), en los 60. Aunque es difícil otorgar oficialidad a estos datos, Moreno pasa por ser quien desarrolló la técnica, y dio con los pigmentos y materiales adecuados. Otros sitúan el surgimiento en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, cuando, debido a la escasez de recursos, las madres comenzaron a modificar muñecas para sus hijas en los refugios antiaéreos.

Lo que surgió como una afición para Irigoyen, acabó convirtiéndose en profesión, que compagina con su trabajo en una empresa de logística. «Al poco tiempo de empezar a hacerlas para mí, como hobby, comenzaron a encargarme. Llegué a hacer 30 al año. Y sí, me han pedido hacer réplicas de bebés fallecidos. O para rellenar el hueco que dejan, pero yo siempre lo he desaconsejado».
Su devoción por este mundo no le impide advertir de que se puede convertir en una obsesión. «Hay madres que han perdido uno, dos, o tres niños. La cabeza no acepta la pérdida. Sí, tener un reborn en sus brazos les proporciona bienestar, alivio... Pero si no lo superan y lo sustituyen con un muñeco, puede generar un enganche peligroso. Siempre les digo que se lo planteen de otra manera, porque no les va a devolver a su hijo».
A.F. pasea, baña, y duerme a Simi diariamente. Lo viste con la ropita de Simeón, que nunca le quedará pequeña. Es un bebé eterno. Esta mujer de 30 años, que sólo desvela sus iniciales, protagonizaba las portadas de los medios suizos hace unas semanas por haber hecho exactamente lo que Raquel desaconseja. Había perdido a su hijo Simeon con sólo ocho meses de vida a causa de una enfermedad en noviembre de 2013. Todo ese tiempo permaneció día y noche a la vera de su cama, en un hospital de Basilea, donde reside.
Desde entonces el vacío dejado por su retoño fallecido se le hacía insoportable, sobre todo cuando su otra hija estaba en la guardería, y su marido en el trabajo. La joven entró en depresión. «Las sesiones con la psicóloga no funcionaban, volvía a casa peor, llorando», cuenta al diario 20min. Fue entonces cuando una enfermera le habló de los bebés reborn. Y cuando A.F. decidió resucitar al suyo en una versión de vinilo al que bautizaron Simi, que desde entonces -y son ya varios meses- convive con la familia. Ella cuenta cómo lo pasea «en silleta por la mañana junto al perro. Hablo con él cuando estoy haciendo las labores de casa, y cuando la niña vuelve de la guardería juega con él, le encanta. No puede dormir sin abrazarlo». Asegura que ya le han explicado a la pequeña que su hermano no es real, a lo que quizás no contribuya el hecho de que vaya vestido igual que un bebé, y se le cambie con la misma frecuencia. O que su madre lo trate como trataba a su hermano.
Armarios llenos de ropa de niño, carritos de bebé, cremas o colonias no son raras en las casas de muchas coleccionistas. Una búsqueda en Internet arroja 21,5 millones de resultados en castellano. Quizás no sea un fenómeno tan minoritario como pueda parecer. O quizás no todo el mundo quiera confesarlo «Mi marido no me entiende», o «mi marido piensa que estoy loca» son algunas de las frases de los miembros del foro de referencia en España, Bebes-Reborn.
Hay decenas de españolas en el sector. Hablan de "adoptar" y no de comprar; de "guardería" en vez de tienda "online"...
En el Facebook de Beatriz, varias fotos muestran a Abel, que duerme, plácido, ignorante del par de electrodos que han colocado en su pequeño cuerpo para monitorizarlo. Melania, de grandes ojos azules que miran intensamente, parece que vaya a comenzar a patalear en cualquier momento. Y Elora arruga su carita disconforme con algo. El impactante trabajo de Beatriz Clemente, artista reborn de Toledo, se puede ver en www.mibebe-reborn.com.«No es un mundo muy conocido, se mueve sobre todo por las redes sociales», explica a Crónica. En su caso la adopción cuesta algunos cientos de euros, pero hay obras por las que se pagan miles. También se pueden encontrar versiones low cost a partir de 60 euros. «Es imposible hacer uno bien por menos de 400 euros», asegura Raquel Irigoyen. «Ésta es una de las razones por las que yo bajé la producción. Hay gente que los rellena con arena u otros materiales más baratos. Pero no se consigue el mismo realismo. Ahora los hago a mi ritmo. Si alguien quiere uno mío, siempre digo que lo tendrá cuando lo acabe». Los reborn también se hacen esperar.
Elisabeth, Cassandra, Aaron, Lidia, Nacho, Malú... Lola E.G. es una artista más fecunda. En total ha dado a luz a unos 400 bebés. «Pones tanto cariño en la elaboración, que muchas veces sigues en contacto con quien se lo ha quedado...». Uno se puede extasiar con sus impresionantes trabajos, colgados en www.mimitosreborn.com. «Yo hago 80 ó 90 por año, por las noches. La elaboración lleva días, pero hago varios simultáneamente. Primero hay un proceso de blanqueamiento, han de absorber las capas de pintura al horno. Cada capa tarda 10 minutos en secar, y en ocasiones se aplican hasta 30».
Los reborn se pueden hacer a partir de muñecos existentes o de piezas que se ensamblan después. En este caso se llama newborning. Un kit consiste en las extremidades, la cabeza y una bolsa de tela para el tronco. Las artistas -es un mundo casi exclusivamente femenino- pintan sobre ellas venas, rojeces, todo aquello que dotará a la piel de un aspecto lo más real posible. No es tanto hacer bebés bonitos. Los hay morados, con arrugas, como recién paridos, con su cordón umbilical cortado y pinza al ristre. También rollizos, bostezando o acurrucados en sí mismos. A veces son réplicas, en otras el cliente sugiere lo que quiere, o también la concebidora es libre para crear en función de sus gustos. Cuanto más alto el grado de realismo, más caros son.
Las mejores madres de vinilo se cotizan bien. Una de ellas es la inglesa Hellen Jaland (sólo vende por eBay). Su guardería está ahora vacía «debido a la alta demanda», y uno de sus retoños puede superar los 3.000 euros. Tampoco Christa Götzen tiene existencias. Alemana, es la ganadora de los Colliii Awards 2012 y 2013, los Oscars del mundillo. Tienen lugar en EEUU, se celebraron por primera vez en 2008 y eligen al reborn mejor hecho del mundo. La comunidad renacedora está bien organizada.

Fundada en 2005, la IRDA(International Reborn Doll Artist) reúne a artistas, distribuidores, fabricantes y coleccionistas y organiza el congreso más importante del sector. Las ferias se celebran en diferentes países, y España no es excepción. La primera tuvo lugar en Madrid en 2012 con el nombre de Exposición de Muñecos Hiperrealistas.
Mujeres como Anasha viven pendientes de la actualidad del mundo reborn. Esta madre de familia numerosa asegura que le alegra la vida. O la pseudovida. «Lo primero que hago al levantarme es ir a su cuarto, y subir las persianas, porque con luz no pueden dormir, claro. Entonces los miro, y siempre me hacen reír por las posturas que tienen o cómo me miran». Tiene 54 años, y cuatro hijos adoptados a los que trata como si fueran reales: Josephine, de dos meses, David, el más pequeño, de dos semanas, y los mayores, Olivia y Robin. Lo explica, como en éxtasis, en un impactante documental de la productora Vice. «Antes los peinaba hasta tres veces al día, pero ahora lo hago menos. Y tengo una mochila para llevarlos colgando. Siempre que tengo uno cerca, esté cocinando, o caminando, me tranquilizo». Anasha es consciente de lo extraño de su afición, que no esconde. «Habrá gente que piense que lo hago porque no he podido tener hijos. Probablemente es verdad. Pero al fin y al cabo, me hacen sentir bien. Sé que no es normal, pero prefiero ser feliz que normal».
En su caso fue una amiga psicóloga quien le recomendó los muñecos. «Contraje una enfermedad muy larga que me llevó a una depresión. Un día mi amiga me preguntó ¿Qué te ayudaba en los malos momentos cuando eras pequeña? Le dije que una muñeca. Y me animó a hacerme con una». Probablemente no sospechaba que la cosa iría tan lejos.
«He leído mucho sobre el tema. Y parece que al tener una apariencia tan real desatan mecanismos que de otra manera no se desencadenarían», explica Beatriz Clemente, artista gráfica que trabaja desde el estudio de publicidad que tiene con su marido. Ella niega haber recibido nunca un encargo de una réplica de un bebé fallecido o un muñeco para madres que hayan perdido un hijo.
Lourdes E.G. recuerda el caso de la madre de un niño autista que no podía costearse un reborn. «Buscaba algo que ayudara a mejorar a su hijo, que no interactuaba en absoluto. Yo se lo regalé. Después el médico me escribió para agradecérmelo. Obviamente no lo cura, pero decía que el niño cuando estaba con el muñeco tenía alegría, pues había encontrado algo a lo que aferrarse». Lola Verdugo, de Sevilla, otra de las pioneras, también recuerda el caso de un autista que se hacía pipí en la cama. «Su madre me encargó un muñeco, y me llamó llorando porque al dormir con el reborn, como no lo quería mojar, su hijo ya no mojaba la cama».
En los casos de las mujeres con Alzheimer, apunta Beatriz, rescatan sentimientos de cuando eran madres. Raquel lo ha vivido en propia piel, o en propio vinilo. «Hemos hecho muñecos para residencias de ancianos, y recuerdo el caso de una señora mayor que no sabía ni quién era y llevaba cuatro años sin hablar», cuenta con emoción. «Cuando le enseñaron el bebé soltó el andador, lo cogió y dijo: "Qué morrito". Ahora se encarga de él y lo duerme en una cuna. Y sigue diciendo "qué morrito"»







¿Llenar el nido vacío de reborns?

El fallecimiento de un hijo, o su marcha, o incluso el matrimonio de un hijo o una hija pueden desencadenar una serie de emociones como el sentimiento de pérdida, de soledad, etc. Cuando se debe a los dos últimos motivos, se le llama Síndrome del Nido Vacío. No conozco el mundo de los reborn, pero en general comprar un muñeco puede ser problemático. Una persona adulta que use esto para canalizar las emociones de una pérdida podría indicar una tendencia patológica. Otra cosa es que nos enfoquemos, por ejemplo, en un perro. Es una vida, y querer cuidarlo y hacerse cargo de él implica dar afecto y recibirlo. Pero un muñeco es un ser inerte, que no existe. Hay personas que pueden afirmar que sienten cariño o afecto por un muñeco. Pueden estar sintiendo lo que les parezca, y pueden vivirlo así, y eso es real. Pero no se puede desarrollar con 50 años apego a un muñeco.
 Por VANESSA FERNÁNDEZ.













http://www.elmundo.es/cronica/2014/05/11/
foto on top: Carlos García Pozo










lunes, 12 de mayo de 2014

Cuando las madres son unas cerdas

Con motivo del Día de la Madre, la empresa Navidul, perteneciente al grupo Camprofrío, ha lanzado una campaña consistente en regalar a las mujeres que den a luz el domingo 4 de mayo el peso de sus recién nacidos en jamón

Cuando las madres son unas cerdas

RUTH TOLEDANO

Con motivo del Día de la Madre, la empresa Navidul, perteneciente al grupo Camprofrío, ha lanzado una campaña publicitaria consistente en regalar a las mujeres que den a luz el domingo 4 de mayo el peso de sus recién nacidos en jamón. "Queremos hacer un homenaje a las recientes madres en el día más importante de su vida, entregándoles uno de sus regalos más anhelados tras dar a luz, porque ser madre en estos tiempos merece algo más que un pan bajo el brazo", ha proclamado Eduardo Burgos, director de Marketing de Navidul.
Es un regalo muy triste. Porque recuerda la precariedad material de “estos tiempos”. Y es un regalo perverso, que recuerda nuestra miseria moral. Porque, apelando a la natural alegría de las madres humanas por la llegada de su bebé, olvida el sufrimiento extremo al que son sometidas otras madres. En este caso, las cerdas. Es un olvido a conciencia, pues Campofrío ya fue denunciada a través de un vídeo grabado por activistas de Igualdad Animal en una granja de la provincia de Burgos que le suministra cerdos. Fue la respuesta de la indignación a un anuncio de esta empresa en el que ridiculizaba el vegetarianismo. Un anuncio ofensivo con los humanos compasivos y ofensivo con los cerdos, que son maltratados con crueldad a pesar de tratarse de animales extremadamente inteligentes y cariñosos, que en condiciones de libertad se organizan en grupos matriarcales y comparten un amoroso cuidado de su crías.
No encontraron eso los activistas en la granja que suministra cerdos a Campofrío, sino miles de cochinillos confinados, que habían sido apartados de sus madres. Todos estaban mutilados: les habían cortado el rabo y los testículos, les habían tatuado un número en la oreja, les habían arrancado los dientes. Todo ello sin anestesia. Tras varios meses sometidos a engorde, privados de libertad y sin haber conocido siquiera la luz del sol (solo oscuridad, cemento, hierro oxidado que deforma sus pezuñas, cuerpos agonizantes y cadáveres a su alrededor), los que hayan sobrevivido a ese infierno serán subidos a la fuerza a un camión y conducidos al matadero. El hacinamiento les habrá producido dolorosas heridas, diversas infecciones y un profundo estrés emocional que manifiestan a través de comportamientos estereotipados: se dan golpes contra los barrotes, chupan las rejas, se balancean.
Vean a sus madres y díganse a sí mismos si no se les parte el alma. No se puede imaginar situación más desesperante. Unas madres recién paridas que apenas pueden incorporarse porque están encerradas en una estructura metálica del tamaño de su cuerpo: la jaula de gestación. Unas madres que, angustiadas, doloridas, cautivas entre hierros, ni siquiera pueden lamer a sus pequeños hijos. Tumbadas sobre una reja metálica que filtra sus excrementos, solo son capaces de ofrecer las mamas a sus cachorros, que a veces mueren bajo su propio peso porque ellas no pueden levantarse para liberar al que ha quedado atrapado. Unas madres a las que mantienen aprisionadas en esas jaulas durante años. Cuando ya no puedan parir más, esas madres exhaustas, derrotadas, enloquecidas, irán también al matadero.
Las jaulas de gestación para cerdas son auténticos instrumentos de tortura y son utilizadas por toda la industria cárnica. Peta lleva años denunciando por su uso a Smithfield Food, con sede en Virginia. Es la mayor empresa porcina del mundo: mata a casi 30 millones de cerdos al año. Allí, como aquí, las cerdas son sometidas a ciclos constantes de embarazos forzados y sus cachorros les son arrebatados a las pocas semanas de nacer. Son cerdos manipulados genéticamente para que engorden más y se les suministra grandes dosis de antibióticos para soportar las condiciones de inmundicia en las que son mantenidos. Al final, aterrorizados y enfermos, son trasladados al matadero en camiones sin comida ni agua, con temperaturas extremas. El pánico, el calor y el agotamiento suponen que un porcentaje de ellos, con el que las empresas ya cuentan, morirá durante su espantoso trayecto hacia la muerte.
También hay cerdas que no serán admitidas en el matadero por estar cojas o ser ya incapaces de caminar, así que los procedimientos serán otros. Quizá recuerden otra investigación de Igualdad Animal en una granja de Murcia, fue noticia porque lo que encontraron allí sobrepasaba todos los límites: los trabajadores golpeaban con barras de hierro a las cerdas preñadas, les rajaban el vientre con una cuchilla cuando aún estaban vivas y les sacaban los lechones. Como la empresa no obtendría el beneficio de su venta, en la granja Escobar las mataban de esa manera para aprovechar a sus hijos. A raíz de aquella investigación, se detuvo a dos trabajadores de la granja y está pendiente un juicio por maltrato animal. Pero si no hubiera sido por los activistas, seguirían cometiendo esas atrocidades y seguirían lucrándose de esa violencia contra las madres: Agropecuaria El Escobar había sido premiada en 2008 por la industria cárnica con el Porc d'Or de bronce por lechones nacidos vivos, en la categoría de granjas de más de 1.500 cerdas.
Con el sello de “Calidad Asegurada”, que supuestamente garantiza el bienestar animal, se ha cubierto también las espaldas la empresa porcina británica Harling, en Norfolk. Pero la investigación que llevó a cabo Igualdad Animal en una de sus granjas desveló una realidad atroz. Lechones separados de sus madres, desamparados, que manifiestan pánico. Lechones que son agarrados por las patas o las orejas y lanzados contra el suelo. Cerdos aterrorizados por los gritos y los golpes, pateados, sangrando tras ser apaleados con una tubería o con barras de metal, obligados a moverse a base de cortes en el lomo con un cuchillo. Cerdos con tumores, hernias y heridas sajadas en vivo por los trabajadores. Cerdos arrojados vivos, entre convulsiones, al contenedor de cadáveres. No inventamos nada, todo puede verse en los documentos de los infiltrados.
Para engañar a los consumidores, las empresas se valen de esos certificados que presuntamente garantizan calidad, de esos premios que las prestigian, de esas campañas publicitarias que las hacen parecer inocentes y solidarias. Campañas como la de Navidul para el Día de la Madre. Pero no solo engañan así. También calificando de “ibérico” un jamón que no lo es. Engañan diciendo que son cerdos que han vivido libres en las dehesas, comiendo bellotas durante dos años, cuando la espeluznante realidad es la que muestran vídeos como los de la granja de Burgos, donde los cerdos, aparte de ser maltratados, son mestizos de la raza norteamericana duroc y alimentados con piensos de muy dudosa calidad. Para hacer efectivo el engaño, recurren a falsas denominaciones de origen, como “Jabugo” o “Extremadura”.
Dice Enrique Burgos, director de Marketing de Navidul, que ser madre merece algo más que una barra de pan. Lo que merecen las madres humanas es saber qué hay dentro de ese pan, conocer la verdad que empresas como la suya disfraza de regalos. Entendemos que recurren a cualquier artimaña porque su actividad está en entredicho, como tuvieron que recurrir a anuncios burlones porque temen que se imponga esa verdad. Pero ha de saber Burgos que los de su empresa son gestos de los que se deduce su temor ante la compasión que se abre camino: “Primero te ignoran, luego se ríen de ti, luego te atacan. Entonces ganas”, proclamó Gandhi.
En ese camino de la compasión celebramos el día de la madre humana, creadora de vida. Pero también el de la madre cerda, convertida por las empresas humanas en productora de carne, obligada a parir y a amamantar a sus lechones en una jaula. Y el de la madre vaca, convertida en productora de leche, condenada a parir terneros que le serán arrebatados a los pocos días. Y el dela madre oveja y la madre cabra, convertidas en productoras de corderos y cabritos, que son sus crías aunque parezcan solo el nombre de un asado. Y el de la madre gallina, convertida en productora de pollos, unos hijos a los que ni siquiera se le da la oportunidad de conocer. Y el de la madre perra, convertida en productora de cachorros que irán a parar a la cárcel de un escaparate y al capricho de la irresponsabilidad.
Porque ninguna madre merece ser explotada, torturada, despreciada, separada de sus hijos.














En las jaulas de gestación apenas pueden incorporarse.
foto:(c)JONAS AMADEO LUCAS/THE ANIMAL DAY.
http://www.eldiario.es/caballodenietzsche/drama-madres_6_255884423.html