viernes, 14 de octubre de 2011

16 de Octubre, DIA DE LA MADRE EN ARGENTINA Y EN MUCHOS PAISES MAS !!!!

¡Feliz día, mamá!

Desde Club de Cuentos les queremos desear un muy
¡FELIZ DÍA! a todas las mamás que nos acompañan en las más divertidas aventuras...


Éste es nuestro regalo:

¿Cómo hacían ustedes?

Por Luis María Pescetti

Mamá, ¿ustedes cómo hacían, así, cuando yo no había nacido?
―¿Cómo?
―Sí, me refiero, así…
―"Así" qué, Natacha; explicate bien.
―Porque ahora ustedes hablan conmigo, me revisan los deberes, ¿no?
―Ahá…
―O por ejemplo, cuando yo no estoy, se juntan con papi y charlan sobre mí, ¿no?
―Eh… sem.
―O salen juntos y me van a comprar cosas, o eligen una peli para que vayamos a verla, o se fijan en el diario una obra de teatro que me guste, o vos lo llevás para mostrarle un vestidito que me querés regalar, o conversan de mi fiesta de cumpleaños, ¿no?
―Eeh… Sí… también, sí.
―Por eso, ¿y antes cómo hacían? Cuando eran novios, me refiero, se juntaban y charlaban sobre cómo iba a ser yo o a qué escuela iba a ir, ¿así?
―Nati, mi amor, cuando papi y yo éramos novios hacíamos cosas que hacen los novios…
―… y hablaban de mí.
―No, pichona, salíamos a pasear, íbamos al cine. Éramos estudiantes, con el dinero muy justo, entonces éramos capaces de recorrer media ciudad, arreglando el mundo…
―(Natacha asiente con la cabeza y se señala a sí misma)…
―…muy románticos, caminábamos mucho, tomados de la mano (mirada perdida, emocionada por los recuerdos)…
―(Natacha asiente, se señala a sí misma)…
―… después terminábamos en un bar en el que nos dejaban jugar a algún juego de mesa y nos quedábamos hasta tardísimo (mirada perdida). ¡Una vez hasta los ayudamos a levantar las sillas porque cerraban! Jugábamos y hablábamos tanto…
―(Natacha asiente, se señala a sí misma)…
―Pero, ¿qué te pasa a vos que estás dele señalarte?
―(Natacha asiente, se señala a sí misma) ¿De mí? ¿Hablaban de mí?
―No, Natacha, apenas nos conocíamos; no hablábamos de hijos todavía.
―¡Yo no soy hablar de hijos, mami! ¡Los niños somos personas, no seas!
―¡¿Y quién discute eso?! Lo que quiero decirte es que éramos muy noviecitos y hablábamos de amor, y…
―¡Ah! ¡¿Y yo qué soy?! (labios temblando)
―¿Te digo qué sos en este preciso momento? ¡Una hincha sos, Natacha!
―¡NOMEDIGASASÍSOSUNAMALA! (ojos húmedos)
―Nati, mi amor, pero cómo te vas a poner así porque con papi…
―(Ojos muy húmedos) Porque con papi se iban por ahí y me dejaban sola, (casi llanto). Bueno, no me dejaban sola, porque yo no había nacido, pero es lo mismo (snif snif) porque nada más hablaban entre ustedes…
―Pero, Nati, vos todavía no existías y…
(Snif snif)… en cambio yo pienso un montón en ustedes o cuando hablo con Pati le digo algo de vos y de papi (snif snif) y ella me cuenta de su mamá y charlamos. ¡Hasta con el Rafles hablo de ustedes!
―Nati, ¿no estarás exagerando?
―¡Buaaaaaaahhh! ¡No! (llanto llanto).
―A ver, Nati, cuando uno recién se conoce con alguien no hablás de hijos en la primera charla. Los hijos son fruto del amor, y ese amor es un amor inicial, no un amor maduro y que busca continuarse en hijos. Los hijos son planes que…
―¡No somos planes!
―(Qué día, por favor) Quiero decir que los hijos son decisiones muy sentidas, no para tomar con el primero que se cruza.
―¿Pero vos me imaginabas así como soy?
―¿Ni bien conocí a papi, preguntás?
―Cuando vos querías ser mamá, ¿¡en quién pensabas?! ¿¡En Pati, o en mí!? Mirá si pensabas en Pati y te nací yo.
―En Rafles, pensaba.
―¡Mami! No empieces.
―Es que mirá las preguntas que hacés.
―Porque me preocupo por ustedes si se aburrían sin mí.
―(Risa se aguanta sonrisa) Y, digamos que la vida era “un poquito” más tranquila.
―Bueno, mami, yo no podía hacer nada todavía… así de ayudarlos.
―No, claro… gracias, Nati; pero tampoco es que vos tenés que ayud…
―Porque así será más lío, pero también es más divertido.
―Claro, mi amor (abraza).
―Porque a lo mejor pasan cosas que se rompe algo…
―¡…!
―… pero después uno se acuerda y se ríe, porque no era tan importante…
―¡¡¡…!!!
―… como cuando no estaba el Rafles, que era más aburrido todo. Así me refiero.
―Natacha, ¿qué pasó?
―¿De qué?
―Decime qué pasó.
―¿Dónde, mami?
―Qué se rompió (seria).
―¡Ay, nada, mami! ¡No seas escandalosa!
―Natacha, decime qué hizo Rafles.
―Si ya lo arreglé.
―¡Natacha!
―¡No seas nerviosa, mami! Nada… jugó con una de las plantas y yo le había dicho que ahí no, pero él a veces es un porfiado y jugó igual y la sacó un poquito.
―Cómo “un poquito”.
―Así, la separó un poco.
―Cómo “la separó”.
―La cortó por la mitad… pero en una parte nomás, y ya la arreglé.
―(Fastidio se agarra la cabeza)…
―Porque primero quise pegarla, pero por más que la tuve la planta se demoraba un montón y no se pegaba, entonces Pati me ayudó y aprovechamos que el Rafles por suerte ya había escarbado en la misma maceta y volvimos a plantar las dos partes, ¡y ahora vas a tener dos plantas de esa que te gusta mucho! ¿¡No está buenísimo, mami?!
―(Uno, dos, tres, cuatro…)

Luis María Pescetti



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