sábado, 13 de marzo de 2010

Muere Miguel Delibes a los 89 años-Los políticos ensalzan a un novelista para siempre que huyó de los homenajes

Miguel Delibes falleció este viernes dejando atrás una extensa obra merecedora de numerosos reconocimientos y que encandiló al público. Independiente y de "humanidad profunda", en palabras de Amorós, ha habido quien ha intentado llevarle a su terreno, como la ministra Sinde.




AGENCIAS/LD

El escritor falleció este viernes a las 7 de la mañana y desde esa hora las reacciones se han sucedido en la clase política y cultural. Desde las lágrimas de Soraya Sáenz de Santamaría al telegrama de Zapatero, los más destacados políticos han querido dar su opinión de un autor que, en palabras de su hijo Adolfo Delibes, era "humilde de verdad".

En Valladolid se instaló esta tarde la capilla ardiente, donde numerosas personalidades y autoridades han mostrado su condolencia por el fallecimiento del novelista, también a través de los abundantes ramos y coronas de flores, entre ellos uno con la firma de "Pacífico Pérez", personaje central de la novela "Las guerras de nuestros antepasados" y que, en diferentes épocas, llevaron a la escena los actores José Sacristán y Manuel Galiana. Por ella han pasado, además, más de 12000 personas, prueba de la cercanía que logró el escritor con su público.

"Es el testimonio del reconocimiento que el ciudadano de a pie tenía por un personaje que era serio pero que en la distancia corta era tierno y cercano", ha explicado a los periodistas el alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva después de que se anunciara que se mantendría abierta unas horas más.

El administrador de la Archidiócesis de Valladolid, Félix López Zarzuelo, celebrará el funeral este sábado, al que asistirá en representación del Gobierno María Teresa Fernández de la Vega, y la incineración de los restos mortales tendrá lugar después en la más estricta intimidad familiar, según fuentes municipales.

En un día de duelo para las letras españolas, irrumpió en escena la ministra de Cultura. A pesar de que fue siempre un escritor independiente, Ángeles González-Sinde trató de llevarse a su terreno al novelista. De él, destacó que era uno de los "autores de referencia, de cabecera" de José Luis Rodríguez Zapatero, “mucho más tratándose de un castellano-leonés. Tiene la misma comunidad autónoma de origen del presidente”. También afirmó que todos los ministros le habían leído.

El aludido, el presidente no hizo ninguna declaración y se limitó a enviar un telegrama de condolencias a su familia. Más afectada se mostró Soraya Saéz de Santamaría que, entre lágrimas, dijo: "Hoy a los vallisoletanos se nos ha muerto un poco el alma". Mientras, el presidente del PP, Mariano Rajoy, apuntó que "es el gran escritor de lengua castellana, del campo y de la gente, creador de una gran cantera de periodistas".

Los Reyes también han enviado un telegrama a su familia en el que señalan que siempre recordarán a Miguel Delibes por la "amistad invariable" y el "afecto sincero" con que les distinguió, cuya "incansable tarea" le granjeó "la admiración y el cariño de todos".

"En estos momentos de dolor, nos sentimos muy cercanos a toda la familia, a la que trasladamos todo nuestro cariño y estima", concluye el mensaje de condolencias enviado por Don Juan Carlos y Doña Sofía. También los Príncipes de Asturias han remitido un telegrama de pésame.

Las cenizas de Miguel Delibes serán depositadas en el Panteón de Vallisoletanos Ilustres del Cementerio del Carmen de Valladolid, una vez que su cuerpo sea incinerado.

Para conjugar los deseos del escritor de descansar junto a su esposa, Ángeles de Castro, con los del Ayuntamiento de Valladolid de que esté en el Panteón de Vallisoletanos Ilustres, el cuerpo de Delibes será incinerado y los restos de su esposa serán trasladados a este emplazamiento, donde reposan figuras como los escritores José Zorrilla y Rosa Chacel o el bailarín Vicente Escudero.

La Comunidad de Castilla y León permanecerá hasta el próximo domingo de luto oficial por la muerte del escritor y académico. Así lo ha confirmado este viernes por la mañana el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera. Herrera ha confirmado también que entre los actos de homenaje que se sucederán en los próximos días figura la colocación en el parlamento autonómico de un retrato del literato, obra del pintor Álvaro Delgado, que ha sido adquirido por las Cortes de Castilla y León y que ha llegado a Valladolid esta misma semana.

Mientras, el Ayuntamiento de Valladolid ha afirmado en una Declaración Institucional que el fallecimiento del escritor y vecino Miguel Delibes ha producido en la ciudad un sentimiento de "orfandad" y de "desamparo". La Declaración ha sido aprobada en un Pleno Extraordinario de la Corporación Local al que han estado presentes seis de los siete hijos de Delibes -sólo falta Juan que viaja desde Panamá- y varios nietos del escritor.


"Viví hasta el año dos mil..." su propio obituario

A continuación publicamos de manera íntegra el texto de Miguel Delibes que encabezaba el volumen I de las Obras completas, en el que se despedía de la literatura.

Libertad Digital

Aunque viví hasta el 2000..., el escritor Miguel Delibes murió en Madrid el 21 de mayo de 1998, en la mesa de operaciones de la clínica La Luz. Esto es, los últimos años literariamente no le sirvieron de nada.

El balance de la intervención quirúrgica fue desfavorable. Perdí todo: perdí hematíes, memoria, dioptrías, capacidad de concentración... En el quirófano entró un hombre inteligente y salió un lerdo. Imposible volver a escribir. Lo noté enseguida. No era capaz de ordenar mi cerebro. La memoria fallaba y me faltaba capacidad para concentrarme. ¿Cómo abordar una novela y mantener vivos en mi imaginación, durante dos o tres años, personajes con su vida propia y sus propias características? ¿Cómo profundizar en las ideas exigidas por un encargo de mediana entidad? Estaba acabado. El cazador que escribe se termina al tiempo que el escritor que caza. Me faltaban facultades físicas e intelectuales. Y los que no me creyeron y vaticinaron que escribiría más novelas después de El hereje, se equivocaron de medio a medio. Terminé como siempre había imaginado: incapaz de abatir una perdiz roja ni de escribir una cuartilla con profesionalidad.

No me quejaba. Otros tuvieron menos tiempo. Al fin y al cabo, setenta y ocho años son bastantes para realizar una obra. Le di gracias a Dios, que me permitió terminar El hereje, y me dediqué a la vida contemplativa. Las cosas que intenté no eran serias. Con mi hijo Miguel hicimos un libro sobre el cambio climático, en el que no intervine más que para hacer preguntas propias de un ciudadano preocupado, pero no aporté una sola idea. En Muerte y resurrección de la novela di a la estampa algo que tenía hecho para dar la sensación de que trabajaba, de que aún disponía de una vida activa.

Los optimistas que sobreviven a un cáncer suelen decir que lo vencieron. Yo no me atrevo a tanto. Los cirujanos impidieron que el cáncer me matara, pero no pudieron evitar que me afectara gravemente. No me mató pero me inutilizó para trabajar el resto de mi vida. ¿Quién fue el vencedor?

Y bien: cuando mi obra, dicho lo dicho, está concluida, y por tal la doy, veo con satisfacción que los prestigiosos editores de Círculo de Lectores y Ediciones Destino se ocupan ahora de recopilarla y reunirla en los siete volúmenes que van a configurar esta serie. Cada volumen, además, irá prologado por un destacado estudioso de mi obra. ¿Qué hacer sino sentirme halagado y agradecido? Si mi primera novela apareció en 1948 —hace ahora sesenta años— y la última en 1998, ha sido media centuria, la segunda del siglo XX, la que me he ocupado escribiendo y publicando libros. Y siempre con el beneplácito de mis lectores. También a ellos, y a cuantos ahora se asomen a las páginas de estas Obras completas, quiero agradecer sinceramente su benevolencia y fidelidad.

MAYO DE 2007



Una obra fecunda y universal


El escritor Miguel Delibes, fallecido este viernes en Valladolid a los 89 años, deja tras de sí una obra fecunda, ética y universal en más de medio centenar de libros donde conjugó su afán estético con una profunda preocupación por la naturaleza y los seres oprimidos.




Roberto Jiménez/EFE
Acérrimo defensor de la libertad de expresión, que trató de ensanchar tanto en su condición de informador como en su faceta narrativa, Miguel Delibes (Valladolid, 1920 - 2010) fue un escritor de vocación tardía que como tal se curtió en el periodismo y maduró con la literatura.

Más de cincuenta títulos -principalmente novelas y en menor medida relatos breves, ensayos, diarios, memorias y libros viajeros- median entre "La sombra del ciprés es alargada" (1948), su laureado estreno en las letras con el Premio Nadal, y "La tierra herida" (2005), redactada al alimón con su primogénito Miguel.

Ambos jalonan una obra que ha colocado a Delibes en la cima de la narrativa española de la segunda mitad del siglo XX, y que universalizó desde la local, desde la Castilla que siempre habitó, que recorrió palmo a palmo como escritor y cazador, y que convirtió en el principal escenario de sus relatos.

Numerosos títulos, entre los que destacan "El camino" (1950), "Las ratas" (1962) y "El disputado voto del señor Cayo" (1978), remiten a una Castilla cuya idílica visión noventayochista contribuyó a desmitificar al presentar su realidad, en una constante elegía narrativa, como un territorio habitado por seres desamparados, oprimidos y sin futuro.

A todos ellos y a través de personajes como "El Nini", "El Tío Ratero" o "Daniel El Mochuelo", les dio su voz, prestó cobijo y aireó su drama a través de una prosa certera, fluida y transparente, sin artificios, ayuna de retórica y conservando el lenguaje del pueblo.

Les dignificó a través de la palabra, les cargó de humanidad y les hizo depositarios de un gran tesoro en peligro de extinción que Miguel Delibes ha transmitido a sus lectores: el habla rural, campesino y terruñero, además del descubrimiento de la naturaleza, del medio ambiente como uno de los principales valores del hombre.

En sus narraciones, el escritor se transformó en un personaje más, habló por boca de ellos y en ocasiones se convirtió en una especie de novelista-ensayista, hasta el punto de volcar en literatura lo que la censura franquista del momento le impidió denunciar a través de las páginas del diario "El Norte de Castilla".

Encontró así en la literatura un medio de expresión que inicialmente buscó en el dibujo y en el periodismo, principalmente gracias a su mujer, Ángeles Delibes de Castro, madre de sus siete hijos, fallecida en 1974 y a quien dedicó en forma de ficción su emotiva "Señora de rojo sobre fondo gris" (1991).

Ella le puso al alcance libros de Virginia Wolf y de Marcel Proust que despertaron una curiosidad por las letras de las que hizo su principal quehacer a través de la literatura y el periodismo, actividades que compatibilizó durante más de una veintena de años.

La actualidad informativa le enseñó el lado humano de la realidad y a medir el caudal de la palabra, mientras que a la literatura aportó la riqueza léxica y sintáctica del lenguaje popular.

Vivió toda su vida en la ciudad de Valladolid, a la que dedicó uno de sus libros postreros y más densos -"El hereje" (1998)-, pero pasó largas temporadas en su refugio de Sedano (Burgos), donde alumbró buena parte de su obra.

Gran aficionado a la caza y a la pesca, Delibes ha recibido los premios más importantes de las letras hispanas incluido el Cervantes -concedido en 1993-, ha sido uno de los autores españoles más adaptados al cine y al teatro, y uno de los precursores de las graves consecuencias que, como el cambio climático, devienen de la persistente agresión humana a la naturaleza.

Así lo auguró el 25 de mayo de 1975 cuando leyó su discurso de ingreso en la Real Academia de la Lengua, posteriormente editado con el título de "Un mundo que agoniza. El sentido del progreso desde mi obra" (1979).

La versión definitiva de las obras completas de Delibes comenzó a publicarse en octubre de 2007, cuando el autor daba ya por "concluida" su producción porque desde hace nueve años le resultaba "imposible" volver a escribir causa de su debilitada salud.



fuente: DIARIO LIBERTAD DIGITAL, 12 marzo 2010

1 comentario:

Carmela dijo...

Emotivo homenaje a Miguel Delibes.
Compenetrado con la vida natural y con trato desigual en el medio social.