jueves, 25 de marzo de 2010

Maritza Álvarez Vargas, artista plástica y poeta chilena para todo el mundo



Maritza Alvarez
ESCRITO EN LA ARENA


Radical,
como el golpe de las olas del mar
fuiste golpeando mi corazón sobresaltado
impetuoso y ávido de beber en tu salada tempestad

Te vestiste de viento salado y
en la arena fuiste dejando tu huella efímera
asimilando los temores de toda una vida
hasta aquí endurecida

Yo veía los dibujos que quedaban en la arena
y me perdía...
pero lucían en mi como trazos del amor
que asomaba
hasta ahora...

Bosquejo triste,
De trazos alargados
Un Modigliani era el arte
Que retrataste en mi playa

Poderoso en la noche,
cuando tu inquietante presencia despertaba
los sueños en calma
hasta ahí...

Perturbador,
como el ruido profundo en la tierra
cuando el mar en su furia prepara la ola
así alteraste mi alma
que observaba

Fuiste eso, y mucho más,
Quizás ...
Y yo me perdía...

Frío,
Como el que siento en la tarde
Espectadora del sol en su ocaso
Alimentando a otros corazones
azulados


Silueta perdida,
que ya empieza a dibujar sus colores
Al otro lado del mundo
Trazando sus líneas encubiertas

Corazón abierto,
Dando luces de tu primavera
compartida y dividida
en las calles , hacia arriba
cuando mi adolescencia yo revivía...

A veces fuiste eso, y yo te veía
y me perdía...
en tu insolente presencia
en tu cándida permanencia

Un remolino de viento
y una ventisca furiosa
buscaste pasiones dormidas
en mi almohada anochecida

Una gaviota que vuela ,
y come cerca mío
y me sobresalta...
tratando de entender tus actos
mareada en la tarde y en la brisa salada

Fuiste eso, y mucho más,
quizás...
y yo me perdía...

Rúbrica de la tarde,
dejando estampado tu sello
en el ir y venir de las olas
que se acercan y desaparecen en tu viaje,
de amapolas

Arquetipo del hombre poeta,
cantor y agricultor
Salino hombre de mar
que sobrepasas mi leal arquitectura
hecha de fiel libertad

Pero tú pasas y yo tiemblo
ante tu inquietante esencia
indomable y navegante
de viejas aguas dormidas

Dónde me quedo ahora...
dormida en el horizonte extremo
de tu perpetua soledad

Mis manos duermen en el hechizo
de otro abrazo dormido y tibio
fuerte y verdadero
Tal vez lo más real
que de ti he recibido

Arbustivo hombre de mar
en la espuma creció la aventura
Indiviso y locuaz
argumentando mi alma con olas y mar...

Fuiste eso, y mucho más,
quizás...
Y yo te veía
y me perdía...











Maritza Álvarez

Bosques

Tenía un bosque
Amanecido en tus ojos de pinos
Se volvieron a verme las gráciles azucenas
Quedaron colgando en la ventana aquella tarde
Les hice señas y les canté adioses
Las llamé amigas
Compañeras de adolescencias
Y entré en los acurrucados nombres
En el sub-suelo de tu suelo
Encontré las briznas de fuego
Necesarias
Consistentes
Para pasar el invierno
Me fui lloviendo la vida
Y sentí latir fuerte el corazón
Agitado
Emocionado de los verdes
El aroma del bosque me incitó
Revolví los restos de sus hilos verdes
Oscuros - trascendentes
Con mis pálidos pies
Que ahora buscan el camino
Hongos dorados y venenosos
Brillantes y hermosos
Crecen en sus troncos
A ras de tierra
Mientras el mar se divisa
No tan lejano
Sereno
Aturdido tal vez
Pacífico
Como lo delata su nombre
Ahora mi corazón late
Y no es por ti
Tenía un bosque
Amanecido en tus ojos
De pinos…
Me lo llevé a pasear
Con mis hijos pequeños
Dibujé sus caras
Jugando en el mar de El Tabo
Un perro corría con las olas
Agitadas de frío ahora
Poca gente caminando
El frío me elevaba
Caminé sola en la última jornada
Le escribí a Dios en la arena
Puse en ella mi petición:
Volver e reinstalarme allí
Y escribir
Y coexistir con todo
Y soñar
Y volver a respirar profundo
A cantar mi canción
De bosques, mares y sueños









Maritza Álvarez

Arando en el mar

Me encontré con alguien
Arando en el mar
Le pregunté el por qué de su oficio
Me habló de su vida
Me contó de sus esperanzas
Y me dijo que era la única forma
De encontrarle sentido
A
SU
EXISTENCIA

Creí que estaba loco!
Creí que alucinaba
Creí que mucha era su porfía

Me percaté que sus brazos
Manchaban de sangre
Y arrugas profundas grababan su frente
Supuse que es muy difícil
Esperar los frutos
Esperar las flores
La energía que da una siembra
Si no es en tierra fértil
Con olor a sudor
Con olor a lluvia y sacrificio
Y a tantas primaveras

…Pero qué digo “supuse”!

Mejor limpio mis brazos
Cubro mi cabeza
Y sigo…
Estas conversaciones
me distraen del objetivo…



Algunos datos sobre la autora:

Maritza Álvarez Vargas, Villa Alemana, Chile. Nacida en la ciudad de Valparaíso, Chile, sentí siempre esta cercanía con las letras. Mi expresión manifiesta se fue dando tanto en las palabras como en la pintura. La adolescencia fue época fructífera para eso. Más tarde estudié Dibujo Gráfico Publicitario en Inacap, de Viña del Mar, y me incorporé en cursos de fotografía en el Foto Cine Club de Valparaíso. Actualmente, muy motivada con la escritura nuevamente, me seduce la poesía mayormente. Me considero pasional y muy sensible a los sentimientos.

E-mail: maritza_alvarez_vargas@hotmail.com

2 comentarios:

Tere dijo...

Eres una gran mujer apasionada, escribes desde el tejido de la piel que estremece el alma y tus colores reflejan el cielo que te cubre.

Mil felicitaciones, eres grande regalando poesía en el significado de ser mujer amante de la vida.

Tere

Nechi dijo...

Profundo, tierno, tu verbo transporta y nos aleja de este mundo tan conflictivo, tan agitado. Nos permite reencontrarnos con el amor que a veces sentimos que está desaparecido...Felicitaciones Maritza, lograste unir el arte en una sola persona