Entre el ascenso del nazismo y el pogrom de 1938
Abraham Zylberman
Reseña histórica 1933-1938
La conquista del gobierno por parte de Hitler fue posible debido a varias condiciones objetivas concretas, tanto de carácter económico como político, creadas en Alemania después de la Primera Guerra. Muchos alemanes no aceptaron la derrota de 1918: prefirieron sostener que el frente fue paralizado por la traición y la ineptitud de la retaguardia, conducta que unida a la de los judíos que tuvieron una parte notable en el derrotismo y en las dificultades, provocaron finalmente su desmoronamiento.
La democracia de Weimar, después de la guerra, no fue popular en los círculos nacionalistas de Alemania y según sus opositores, la democracia era un régimen impuesto coercitivamente que no se ajustaba a Alemania ni a los alemanes. El tratado de Versalles y la obligación de pagar indemnizaciones de guerra muy elevadas fueron juzgados en Alemania como actos injustos y de venganza. Pocos sin embargo recordaban que cuando Alemania negoció en Brest-litovsk la rendición de Rusia, dictó condiciones de paz mucho más lesivas que Versalles. El sentimiento de frustración, la negativa a aceptar la nueva situación y el miedo al auge del comunismo crearon un campo adecuado para el surgimiento de grupos de extrema derecha en Alemania.
El NSDAP -Partido Obrero Alemán Nacional Socialista- fue uno de los partidos originados por la época. Otros impulsos que dieron lugar a la intranquilidad y al ansia de operar cambios radicales, se debieron a la inestabilidad económica que surgió en el pars al terminar la guerra. En 1925 comenzó un periodo de cierta quietud: la calma económica permitió que el clima político se moderara y se consolidara la República de Weimar. Pero la aguda crisis de 1929 hizo surgir nuevamente la disconformidad, que llevó a una elevada resistencia. En 1930, comenzó el paulatino crecimiento en el caudal electoral del NSDAP, aunque en los últimos comicios de 1932 sufrieron una derrota y perdieron 34 bancas en el Reichstag. En realidad, el NSDAP nunca logró una mayorra absoluta en las elecciones libres, ni siquiera en las de marzo de 1933, cuando ya hablan alcanzado el gobierno. El ascenso al poder se cumplió en orden y aparentemente de un modo legitimo. Las frecuentes crisis de gabinete y los cambios de jefe de gobierno en la República de Weimar precedieron al nombramiento de Hitler en el cargo de Canciller. Esos cambios no se apoyaban en una mayoría parlamentaria sino en las facultades del Presidente, el mariscal Hindenburg, las crisis de gobierno contaban con el trasfondo de fraudes e intrigas, en las que participaban los políticos de la derecha y los oficiales de alto rango del ejército. Ellos querían valerse de Hitler y de la masa que éste arrastraba pero terminaron por convertirse en sus prisioneros.
Durante el boicot anti-judío, hombres de las SA llevan carteles que leen, "Alemanes! ¡Defiéndanse! ¡No les compren a los judíos!" Berlín, Alemania, marzo o abril de 1933.
El 30 de enero de 1933 Hitler ascendió al gobierno y desde entonces la doctrina racista y el antisemitismo, que hablan sido un eficaz medio de propaganda en la lucha por lograr el apoyo de las masas, se amalgamaron en una fuerza política -ejecutiva poderosa, en un régimen totalitario, donde la facultad de decisión se concentró en las manos de un dirigente que se consideraba providencial, predestinado a cumplir una misión que beneficiaría a muchas generaciones futuras. El antisemitismo se convirtió en la política oficial del gobierno y del partido mandatario en el Tercer Reich. Apenas llegados al poder, los nazis celebraron su victoria con atropellos y ataques antijudíos, siendo sobre todo las víctimas de la agresión, personas que integraban los círculos intelectuales. La crueldad, la violencia y los desórdenes cometidos bajo la protección del Estado y en un país de tradiciones culturales, que llevaba una vida ordenada y disciplinada desde hacía muchas décadas, repercutieron en el exterior y suscitaron enérgicas protestas. Los nuevos gobernantes alemanes alegaron que los reclamos airados en el extranjero eran producto de instigaciones judías. Por lo tanto, decidieron redoblar las medidas antijudías.
El 1 de abril de 1933 fue proclamado un boicot general contra judíos alemanes, acción que fue encabezada por Julius Streicher, director de la publicación antisemita «Der Stürmer» y dominado por un odio antijudío virulento, que sobresalió por sus infundios antisemitas groseros y destructivos. El boicot, precedido por una campaña de adoctrinamiento y propaganda en todo el territorio alemán, duró sólo un día. Ese día se apostaron piquetes de guardia frente a los comercios y empresas propiedad de judíos, se expusieron carteles y se auspiciaron manifestaciones que exhortaban al boicot. Todo estaba preparado y dirigido por gente de las Secciones de Protección SS y de las Secciones de Asalto SA.
A partir de ese momento comenzó otra etapa en la política antijudía del Reich: su meta principal fue privar a los judíos alemanes de los derechos legales y civiles, despojarlos gradualmente de sus logros económicos, levantar una barrera social que los separar del resto de la población alemana, acelerar su emigración del país. La campaña se basó en reglamentos y decretos, hasta culminar en 1935 con las «leyes de Nüremberg». En un principio los judíos fueron despedidos de los empleos públicos, se los alejó de los puestos judiciales y de los consultorios médicos y con el correr del tiempo, se les prohibió servir en el ejército alemán restaurado. En mayo de 1933 se quemaron en público libros cuyo «defecto» era que sus autores fueran judíos... Un espectáculo extraño y humillante en la Europa del siglo xx. El fuego abrasó creaciones de grandes pensadores y maestros de la literatura mundial y alemana. De esta forma comenzaba a cumplirse uno de los propósitos del régimen: apartar a los judíos de la vida cultural, donde tenfan cierto peso en la prensa, el teatro y la música. El «perito» alemán en cultura, Joseph Goebbels, bregaba por uniformar la vida cultural. la aplicación de la censura a la creación cultural y al arte, se concentraba en las oficinas estatales. los encargados de la orientación nacional determinaban qué podfa permitirse y qué estaba prohibido, qué era bueno y qué era inadmisible en el arte, quién es un artista de valor y a quién se debe acallar. Judíos no fueron admitidos en esas áreas y se los segregó en las universidades, los teatros, las editoriales. En la campaña tuvieron un destacado papel importantes científicos y artistas, enrolados para fundamentar teóricamente las doctrinas racistas y que con el correr del tiempo, participarían activamente en los delitos cometidos bajo el ropaje presuntamente cientrfico-racial. Debido a la política antisemita y los atropellos «legales », los judíos fortalecieron su unidad interna y se organizaron para superar la emergencia. En septiembre de 1933 se creó la «Reichsvertretung der Juden in Deutschland» (Representación territorial de los judíos de Alemania), que agrupó a las organizaciones centrales judías (sionistas, asionistas, e incluso cfrculos asimilacionistas). Los judíos procuraron reconstruir su vida interna, crear marcos para una vida social y cultural exclusiva. Un sector de la población imaginó que si los judíos se apartaban de las esferas generales y se limitaban a cultivar una vida interna y cerrada, el gobierno los dejaría en paz. Otros, especialmente los sionistas, acentuaron la necesidad de acelerar la emigración y capacitar a los judíos en el ejercicio de nuevos oficios, que les permitieran preservar su existencia en las nuevas condiciones. Se realizaron también actividades de grandes magnitudes organizando contingentes de niños y jóvenes dentro de los marcos de «Aliat Hanoar» (Inmigración Juvenil) y de la preparación de los jóvenes. La mayoria de los judios veló también por su dignidad personal: tanto el título de la serie «Digamos sí a nuestro judaísmo» como el primero de sus articulos, el de Robert Weltsch «Portad con orgullo la estrella amarilla», se convirtieron en el lema de la resistencia judía.
Sin embargo, para los judíos que hablan logrado integrarse a la sociedad alemana como consecuencia de la Emancipación, expresando su patriotismo y orgullo por pertenecer a la nación alemana, las ordenanzas del gobierno nazi significaron una tragedia personal. En septiembre de 1935 fueron promulgadas .las «Leyes de Nüremberg». aprobadas primero en la convención del NSDAP en Nüremberg. La legislación constaba de dos leyes fundamentales que se complementarian con reglamentos y apéndices. La primera ley, llamada «Ley de Ciudadanía del Reich», estableda que sólo la persona por cuyas venas corre sangre alemana es ciudadana del Reich; quien carece de sangre «pura» pertenece a la categoria «súbditos». La consecuencia concreta de la promulgación de esta ley fue la abolición de la Emancipación y la transformación de los judíos en ciudadanos de segunda categoria. La segunda ley fue la «Ley de la protección de la sangre y el Honor alemán» que prohibió los casamientos y las relaciones sexuales entre judios y gente de sangre alemana. Prohibió también que domésticas alemanas menores de cuarenta y cinco años trabajaran en las casas de los judíos. La misma ley prohibió a los judíos izar la bandera del Reich alemán. Estas leyes tuvieron derivaciones de largo alcance, pues los judíos se vieron sin defensa legal, apartados de sus lugares de trabajo y por último, despojados de sus propiedades. Pero, paradójicamente hubo judíos en Alemania (y también fuera de ella) que recibieron estas leyes con cierto alivio. Creían que las mismas ofredan un nuevo respaldo legal, que podria poner fin a los atropellos caóticos y por eso, eran preferibles ante las perturbaciones ilimitadas, las vejaciones arbitrarias y sin control. De aqui en más, la sociedad toda sabría a qué atenerse en cuanto a los judios...
Obligados a retroceder continuamente ante la presión del Partido y del gobierno nazi, los judios se propusieron defender su subsistencia y su existencia material ante la nueva situación. Guardaban la ilusión que si hadan un aporte constructivo a la economía alemana, teniendo en cuenta su papel en el comercio y la industria, los nazis se abstendrian de dañarlos. Cabe destacar que la actitud hacia los judíos, ajustadaa la doctrina racista, configuraba una línea constante a lo largo del gobierno nazi, pero en la aplicación práctica habla ciertas oscilaciones: a veces se desataban olas de instigación, de terror y de leyes antijudías; otras, transcurrían perIodos relativamente moderados. La tolerancia relativa se debla sólo a los cálculos sobre cómo reaccionaría la opinión pública del mundo o a trastornos pequeños en la economía. En estos casos, crecían las ilusiones de los judíos y renacían sus esperanzas de que lo malo pudiera terminar... Durante los primeros años del gobierno nazi (1933 - 1935), abandonaron Alemania 78.000 judíos, casi la mitad de ellos en 1935. Tanto el gobierno como los jerarcas del Partido y de la SS tenían interés en acelerar la emigración judía. Tras este deseo se ocultaba la intención de despojarlos de sus bienes. Al iniciarse el éxodo, los nazis aceptaron ciertos convenios conciliadores, como las «transacciones» que permitían transferir (por medio de transacciones monetarias) una de las propiedades a Palestina. Pero después de 1935, al crecer el número de emigrantes, crecieron los obstáculos y el despojo de bienes. Hasta noviembre de 1936 partieron de Alemania 170.000 judíos. Un recuento final permite concluir que de medio millón que residfa en el país al ascender Hitler (0,8% de la población) salvaron la vida 300.000 por medio de la emigración.
En la emigración judía organizada cumplieron un destacado papel el movimiento sionista, las organizaciones judías internacionales y las asociaciones territoriales de los judíos de Alemania. Pero la mayor dificultad para su tarea, que se extendería luego a otras regiones ocupadas por Alemania, consistió en las limitaciones inflexibles de los países que no permitían el ingreso de los refugiados judíos, aplicando una política de puertas cerradas. En 1938 fue convocada a instancias del presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt y con representación internacional, la Conferencia de Evian para tratar el tema de los refugiados de Alemania. Sin embargo, no se logró aprobar ninguna medida para ayudar a los refugiados, hecho que reveló la inoperancia de las democracias y la ineptitud de las instituciones internacionales. La comunidad judía en Palestina estaba dispuesta a recibir a numerosos inmigrantes, pero no era posible aumentar el número de los salvados debido a la política británica restrictiva implementada desde hada varios años. Este era el panorama que debran enfrentar los judíos alemanes hacia 1938, el año que sería considerado «decisivo» en su futuro. Nadie imaginaba aún qué era lo que en ese futuro estaba por ocurrir...
La antesala... 1938-1941
Abraham Zylberman
Crónica de la Historia, segunda parte.
1938 fue llamado por los líderes alemanes "el año decisivo" en cuanto a los judíos. Su desarrollo fue una etapa de oprobio en la política antijudía de los nazis. Fue al año del agravamiento en la política exterior expansionista y del incremento de los preparativos en el interior con vistas a la guerra. En 1938 se multiplicaron las demoliciones de sinagogas (Munich, Nuremberg), arrestos en masa, destrucción y saqueos de comercios, el registro de la propiedad a fin de expropiarla (el registro probó que los bienes judíos sumaban 7.000 millones de marcos y el ministro Funk se jactó que hasta 1938 había logrado despojarlos de 2.000 millones}, el cambio obligatorio de los nombres (cada judío -hombre o mujer- debía añadir "Israel" o "Sara" a su nombre). El 5 de octubre se abolió la vigencia de los pasaportes en poder de los judíos y cuando necesitaban uno para emigrar, se estampaba la palabra "Jude" con letras llamativas (fue la invención de un empleado suizo cuyo país procuraba evitar el libre ingreso de judíos ciudadanos de Alemania). Aún antes se había expulsado a masas de judíos de ciudadanía polaca, residentes en Alemania. Polonia impedía la entrada a esos judíos pues ya no los consideraba ciudadanos polacos y por ese motivo se concentraban en una zona cerca de la frontera en condiciones de apremio y desesperación. La expulsión tuvo directa conexión con el pogrom del 9 al 10 denoviembre de 1938. El pretexto para iniciar los ataques fue el atentado de un joven judío contra el secretario de la embajada alemana en París, Ernst von Rath. El joven judío, Herszl Grynszpan, pertenecía a una familia expulsada de Alemania y estancada en un campamento de refugiados, en la aldea de Zbaszyn. Se tiene la impresión sin embargo, que el pogrom no fue una represalia por la muerte de von Rath, un estallido 'espontáneo' sino una operación organizada y dirigida desde las altas esferas gubernamentales. Hay investigadores que opinan que la proximidad de fechas, entre el atentado y el pogrom, es una mera casualidad. Los nazis se aprontaban desde tiempo atrás a una brutalidad antijudía de grandes proyecciones y alcance territorial y la muerte de von Rath sirvió de pretexto y oportunidad para llevar a cabo este plan.
Después del pogrom que estremeció a la opinión pública mundial y repercutió profundamente en Alemania, se castigó a los judíos con una multa de 1.500 millones de marcos en calidad de indemnización. Unos 20 mil judíos, por otra parte, fueron arrestados y confinados en campos de concentración. El pogrom de 1938 puso término al lapso de separación social, de expulsión económica y de emigración acelerada. El 13 de marzo de 1938 los nazis se apoderaron de Austria. El método aplicado fue más atroz y rápido que en Alemania, El entusiasmo y la exaltación que la anexión (Anschluss) despertó en las masas, se expresó en las tropelías contra los judíos, en los ataques groseros y en los agravios. La legislación elaborada en el Tercer Reich
fue de inmediato aplicada en Austria. Adolf Eichmann, que actuaba en el marco de las Secciones de protección SS, habilitó la Oficina de Emigración en Viena, después del "Anschluss". La Oficina se hizo famosa por sus métodos de trabajo y su eficacia. Eichmann convirtió la emigración voluntaria en un éxodo coercitivo, encargó a las instituciones judías rectoras que fueran un elemento auxiliar a sus planes y exigió que los judíos adinerados financiaran la emigración de los no pudientes. A raíz de su éxito en Viena, se le pidió a Eichman que aplicara su método en Praga y Berlín, adquiriendo de esta manera renombre como especialista en los asuntos judíos. Posteriormente fue designado titular de Asuntos Judíos en la Oficina de Asuntos de Seguridad del Reich (RSHA -Reichsicherheitshauptamt).
¿Cómo observaba el mundo libre la sistemática campaña de persecución, saqueo y crimen perpetrada por el Tercer Reich? Hasta el estallido de la guerra, la prensa del mundo occidental informaba sobre la política antijudía y el público de estos países se sintió enardecido, pero los gobiernos de las principales democracias europeas consideraban su deber ver el problema judío como un asunto interno de un país soberano. Los gobiernos buscaban un acercamiento a Alemania y de allí su política conciliatoria. Sin embargo, tuvieron que asumir una posición respecto al ingreso de judíos inmigrantes. Estados Unidos no aliviaría sus rigurosas cuotas de inmigración, Gran Bretaña bloqueaba la entrada a Palestina y otros países con capacidad de recibir inmigrantes -Australia, Canadá y la mayoría de los sudamericanos- querían recibir trabajadores agrícolas, pero se negaban a aceptar a profesionales, comerciantes y artesanos especializados. En julio de 1938 fue convocada la Conferencia de Evian, con el objetivo de encontrar medios y vías para ayudar a la emigración de refugiados de Alemania y Austria y posibilitar su absorción en otros países. Treinta y dos países enviaron representantes a la Conferencia. Sin embargo pronto fue evidente la renuencia de las grandes potencias, que habían convocado la Conferencia, a dar cualquier paso significativo para encontrar una solución. Los resultados dieron a los alemanes la oportunidad de hacer comentarios sobre la actitud del mundo libre e Hitler se burló alegando que "sólo podía esperar y confiar en que el otro mundo, que tanto simpatiza con tales delincuentes, sería siquiera bastante cordial y generoso para convertir su simpatía en ayuda real". Al estallar la guerra, el 1 de septiembre de 1939, se inició una nueva etapa, la segunda, en la política y los métodos nazis con respecto a los judíos. Los nazis ocuparon la mayor parte de Polonia, país considerado el reservorio principal de la población judía mundial y donde en opinión de los nazis, se concentraba la base biológica fundamental del pueblo judío. En tres semanas Polonia fue derrotada y dividida en tres zonas: los distritos occidentales y septentrionales de lo que fuera el Estado polaco (inclusive Lodz, la segunda ciudad en importancia) se anexaron al Reich alemán; las provincias orientales y Lituania
se anexaron a la Unión Soviética a raíz del acuerdo Molotov-von Ribbentrop y sus cláusulas secretas y una tercer región, la enclavada en el centro, se convirtió en la Gobernación General.
En septiembre de 1939 se creó la Oficina para la Seguridad del Reich, a la cual luego se incorporaría Eichman, que unificó a las diferentes secciones de la policía en una repartición única y principal, encabezada por Reinhard Heydrich. La política hacia los judíos y los métodos para la solución del problema judío eran considerados una parte de la lucha contra los enemigos de la raza y del Reich alemanes: la policía alemana y la SS se atribuyeron el papel de ser la fuerza determinante y ejecutiva en lo concerniente a los judíos.
A fines de 1939 Heydrich impartió una orden a los comandantes de la policía y la SS en los territorios conquistados a Polonia, sobre cómo conducirse y qué procedimientos emplear con los judíos. En la orden señaló que los judíos residentes en localidades pequeñas debían ser transferidos a concentraciones grandes, los ghettos,y que en cada parte se formaría un Consejo de Judíos (Judenratt), cuyo cometido sería llevar a la práctica las instrucciones alemanas. Cabe preguntarse si a esta altura ya estaba definido el significado de la "solución final" como el plan del crimen total o el plan era de resolver el problema judío por otros medios, lejos de Alemania. Esta última hipótesis se basa en dos planes frustrados de la política nazi: crear una reserva judía en Nisko y una concentración en la isla de Madagascar.
El primero de los ghettos grandes fue establecido en Lodz y el de mayores dimensiones se fundó en el otoño de 1940 en Varsovia. Los judíos se vieron apabullados por una serie de medidas represivas: portar un distintivo especial, trabajo coercitivo, despojo de los bienes y expulsión de sus fuentes de sustento, etc. El hacinamiento, el hambre y las enfermedades fueron hechos cotidianos, desatándose enfermedades como el tifus. Se tenía la impresión que los nazis buscaban exterminar a los judíos por el hambre y las condiciones de vida insoportables. Los judíos del Reich también fueron impuestos del trabajo forzado aunque el uso el distintivo amarillo comenzó en septiembre de 1941. Al comenzar la guerra, les fueron confiscados todos los receptores de radio, entrando en vigencia el toque de queda a partir de las ocho de la noche.
En pocas semanas se impusieron a los judíos polacos todas las reglamentaciones vigentes en Alemania: no podían asistir a los espectáculos públicos y culturales, fueron expulsados de escuelas y universidades, perdieron los derechos sociales que les correspondían como obreros y empleados, fueron desplazados de las profesiones liberales y sus empresas y negocios fueron confiscados. Para subsistir les quedaba la alternativa del trabajo físico no calificado. Los judíos de Polonia se sentían más inmunes que los de Alemania: desde muchas generaciones atrás se habían visto obligados a adaptarse a la lucha por el derecho a su existencia y a enfrentar el odio antijudío brutal.
Esta lucha se manifestó en distintos terrenos, tanto culturales como materiales. La campaña militar deparó a los alemanes rápidas victorias en Occidente. Noruega, Dinamarca, Bélgica, Francia, Holanda, Yugoslavia y Grecia cayeron tras breves operaciones militares y Hungría, Rumania, Bulgaria acataron voluntariamente el dictado alemán y fueron incluidas bajo la influencia nazi. Así, se tornaron en los amos del destino judío. Había diferencia en el método y el ritmo aplicado para resolver la cuestión judía. En occidente fueron tomados en cuenta la población y los gobiernos locales tuvieron un grado de autonomía.
El antisemitismo carecía de la popularidad que tenía en la región oriental; en el oeste las comunidades judías eran consideradas parte integral de la nación por la población local. Sea como fuere, los nazis habían decidido que también los judíos de occidente serían incluidos en el plan de "solución del problema judío". Tras dejar de lado el plan Madagascar, cambió la actitud hacia los judíos: hasta esa época aún podían partir, a pesar de las demoras y dificultades. Los territorios conquistados por los nazis estaban desligados del mundo libre y las comunidades y organizaciones judías tropezaron con dificultades al querer entablar vínculos con los judíos confinados, prestarles ayuda material y contribuir a su salvación. Algunas organizaciones judías como el Joint hicieron llegar su ayuda, pero la misma se interrumpió al entrar Estados Unidos en guerra.
Los aliados por su parte, no veían de buen grado los vínculos con el enemigo; el envío de dinero o víveres u otros efectos a los países ocupados se consideraba una ayuda indirecta al enemigo. Con el correr del tiempo, se acentuó la separación entre los judíos de los territorios ocupados y quienes vivían en los países libres. Al producirse la invasión a la Unión Soviética en junio de 1941, comienza la tercera y última etapa en el cumplimiento del plan nazi contra los judíos: el exterminio metódico como medio para "solucionar el problema judío definitivamente".
La etapa final
Prof. Abraham Zylberman
Reseña histórica, última parte
Comienzan las matanzas...
Con la invasión alemana a la URSS el 22 de junio de 1941, comienza la tercera y última etapa del plan nazi para la "solución final del problema judío". Esta etapa se extendería hasta el fin de la guerra, en mayo de 1945. En este tiempo, se desataron la persecución y la caza de judíos en todos los, países ocupados o sometidos a la influencia del régimen nazi y millones de judíos europeos fueron fusilados en masa o asesinados en los campos de exterminio. No se ha encontrado ningún documento que describa quién, cuándo y cómo resolvió la iniciación del exterminio total ni testimonio del momento exacto en que se tomó. Y esto es sorprendente: existen miles de documentos sobre las acciones nazis en general y sobre la solución en particular, ¿por qué entonces no se ha encontrado ese documento? Muchos investigadores opinan que nunca se impartió una orden de ese tipo por escrito y, por lo tanto, tal documento nunca existió. De aquí surgen las diferencias de opiniones sobre la fecha exacta de la decisión y sobre la forma en que fue resuelta. Pero no cabe duda que fue Hitler en persona quien firmó de alguna manera la condena a muerte de los judíos de Europa.
El crimen empezó con operaciones contra grupos de enemigos y contra los judíos en los territorios ocupados en la URSS, así como contra cierta categoría de soldados del Ejército Rojo, los 'comisarios' -líderes ideológicos-. Este método, iniciado por los Einsatzgruppen (Grupos de Acción) en el este, fue luego ampliado. Hitler encomendó en una fecha posterior, a través de una disertación acerca de la "solución del problema judío", la matanza general de todos los judlos que se encontraban o pudieran encontrarse bajo el control nazi. Las filiales de la S.S., el departamento de Eichmann (IVB), las reparticiones del Partido y del ejército se encargaron de convertir esta orden en un plan concreto, elaborado y trazado en todos sus detalles. Este operativo fue organizado por una mayoría de personas sentadas 'detrás de los escritorios', aparentemente hombres comunes e instruidos. Lo que impulsó a cometer este delito sin parangón en la historia tiene su raíz en la ideologra del nazismo: fueron convencidos que el judío es un enemigo eterno y poderoso. Los Einsatzgruppen que operaron según las instrucciones del Departamento de Seguridad del Reich, estaban formadas por hombres de la S.S., la Policía y de unidades auxiliares redutados entre los pobladores lugareños. Cada grupo tenía entre 100 y 150 hombres. Sus funciones eran, oficialmente, limpiar los territorios soviéticos de elementos hostiles. Según las palabras del intelectual Ohlendorf, jefe de una de estas unidades que asesinó a 90.000 judíos, Heydrich impartió oralmente la orden de matarlos. ¿Cuántos fueron asesinados por estas" unidades de operación"? La respuesta no es clara, a pesar de los informes sobre el alcance de algunas ejecuciones. Las estimaciones más modestas hablan de un millón y medio de víctimas judías y las más elevadas de dos millones. Sea cual fuere el número, es terrible por su magnitud, ya que se trata de un período de un año y medio y comprende sólo los territorios conquistados a la Unión Soviética. Según la denuncia presentada al Tribunal Militar Internacional en Nuremberg, al finalizar la guerra, los Einsatzgruppen asesinaron a más de un millón de judíos desde el comienzo de la campaña en la URSS y hasta fines de 1941.
Wannsee y la solución final
Ya el 31 de julio de 1941, el mariscal Herman Goering ordenó por carta a Heydrich "ultimar los preparativos...para la solución definitiva del problema de los judíos en la zona de influencia alemana en Europa". El 20 de enero de 1942 se realizó en Wannsee, un suburbio de Berlín, una reunión de decisiva importancia presidida por Heydrich, con la participación de altos funcionarios y representantes de las reparticiones centrales del Reich alemán. Cinco de los participantes eran representantes de las S.S. y la Gestapo, entre ellos Meyer, Heydrich, Müller y Eichmann. Los restantes eran delegados de diversos ministerios y funcionarios de grado ejecutivo. En esta reunión se ajustaron los planes de exterminio entre el Departamento de Seguridad del Reich, los ministerios y las jurisdicciones pertinentes. Heydrich habló de los 11 millones de judíos previstos por el plan nazi para la solución final del problema judío. Se refería también a los territorios que en el futuro caerían en manos nazis. Según las actas de la reunión, se dijo allí que "la guerra obligó a cambiar el plan de emigración por el de la deportación de judíos al este, de acuerdo con la voluntad de Hitler". A diferencia de la situación a principios de la guerra, lo que caracteriza a la solución final es el objetivo de eliminar a todos los judíos, siguiendo un plan específico: "en el curso de la realización práctica de la solución final se abarcará a toda Europa, desde el este hasta el oeste". Ya estaba funcionando en Chelmno, Polonia, un campo donde se ejecutaba por medio de gases. Existía una norma básica en el plan de "la solución final": quebrantar el espíritu de los judíos antes de matarlos, deteriorando las condiciones de vida en los ghettos, acrecentando el terror y creando la ilusión de que aquellos que se sometiesen tendrían la oportunidad de salvarse.
En conclusión, fueron discutidas las diversas posibilidades para alcanzar una solución. Tanto el Gauleiter Dr. Meyer, como el Secretario de Estado Dr. Buhler defendieron el punto de vista de la necesidad de proceder inmediatamente y sobre el terreno a ciertos preparativos con vistas a la realización de la solución final, obrando siempre con una prudencia tal que impidiese la difusión de los mismos y cundiese la inquietud entre la población. El operativo quedó en manos de Adolf Eichmann. La solución final también tenia que ser aplicada en diversos lugares de toda Europa y el modo de ejecución de los Einsatzgruppen no era adecuado para este objetivo. Se necesitaba otro método y fue elaborado por varias razones: a. El daño psicológico que sufrieron varios de los que tomaron parte activa en los asesinatos. b. La relación con los pueblos conquistados era tal, que no permitfa ejecutar el asesinato masivo de judíos en su suelo, por temor a provocar rechazo o rebelión. c. El método de los Einsatzgruppen generalmente exigía la participación de un número elevado de personas. Había interés en reducir, en la medida de lo posible, el número de los ejecutores en esta campaña, tanto por razones de efectividad como por evitar que estas actividades fueran conocidas por muchas personas.
Los campos de exterminio
Por lo tanto, se decidió desde un principio concentrar las actividades de aniquilamiento de la mayoría de los judíos en un número limitado de lugares. Así sería posible" sistematizar" el asesinato y hacerlo más efectivo, hacerlo más" lejano", desde el punto de vista humano e incrementar el secreto que le rodeaba. De aquí surgió el fenómeno de los "campos de exterminio" o "fábricas de muerte". Rudolf Hoss, comandante de Auschwitz, escribe en su autobiografía que en 1941 (no menciona fecha exacta) fue llamado a Berlín, donde Himmler le informó que "el Führer ordenó solucionar definitivamente la cuestión judía" y que los hombres de la S.S. debfan acatar la orden. "Los parajes de exterminio existentes en el este no se adaptaban a una operación de grandes dimensiones y de largo alcance, por lo que propuse a Auschwitz para ese fin". Los campos de exterminio fueron producto del encuentro del método de los campos con la política del exterminio. Los judíos no fueron los primeros en ser víctimas de esta orientación polltica en el Tercer Reich: el asesinato sistemático ya habla comenzado en 1939. En "Mein Kampf", Hitler estableció la necesidad de eliminar a los enfermos mentales, a las personas con taras y a los enfermos congénitos. A principios de 1939 Hitler dio una orden a los hospitales, médicos, etc. para que informaran sobre el nacimiento de retardados y acorde con esos informes se empezó a aplicar un método de exterminio a estos recién nacidos. Después de varios experimentos, concluyeron que el mejor método era el empleo del gas y especialmente de gas cianuro, cuya denominación comercial era Zyklon B. La primer cámara de gas fue activada a fines de 1939.
Los especialistas que crearon este sistema fueron requeridos para la campaña de la "solución final de la cuestión judía". La ubicación de los campos no fue consecuencia de la relación entre la población polaca y la judía. Para ser más exactos, no todos los campos estuvieron realmente en territorio polaco. Sin embargo, habla otras razones para la ubicación geográfica de los campos: las atribuciones de la S.S. en ese territorio. Ya el 7 de octubre de 1939, Himmler habla sido designado como" Reichskommissar para el fortalecimiento de la nacionalidad alemana" y en ese marco se le otorgaron facultades especiales y de gran alcance en los territorios del este. Además, en todo el territorio anexado en donde se establecieron cuatro campos, la S.S. tenía un poder casi ilimitado. En cierto sentido las autoridades nazis consideraban ese sector como "basural" de Europa. Al parecer, también hubo razones técnicas que determinaron la elección geográfica para los campos de exterminio: la posibilidad de ocultar el exterminio en territorios alejados como éstos, la gran concentración de judíos en el este y la extensa red ferroviaria. Estas circunstancias explican por qué los organizadores del exterminio prefirieron todas las dificultades que implicaba el traslado de personas a lo largo de enormes distancias, en lugar de proceder al asesinato de los judíos en toda Europa en las cercanfas de sus lugares de residencia. La organización de esta operación y la coordinación de sus múltiples detalles particulares fue una tarea de enorme magnitud, que se realizó bajo la responsabilidad de Adolf Eichmann.
¿Cómo se llevó a cabo la operación? Después de la coordinación con el campo de exterminio y con las líneas ferroviarias alemanas respecto del transporte, de acuerdo con una orden determinada de prioridad, el departamento de Eichmann pasaba una orden a los responsables del trato de los judíos en un determinado lugar para que organizaran el transporte de los judíos. Cuando se recibía la orden, la administración local organizaba la operación de apresar a los judíos, ya fuera por el envío de una "orden de reclutamiento para trabajo" o por una campaña de arrestos en las calles. Se concentraban a los judíos en un lugar determinado y se establecía quiénes eran aptos para la evacuación y quiénes no. Desde allí eran transportados a los campos. En esta complicada operación de gran magnitud tenía un papel central el aspecto técnico del transporte de judíos. Para esto se usaron las líneas ferroviarias alemanas y los servicios ferroviarios de los países conquistados. La S.S. abonaba el precio completo por cada tren y locomotora, incluso habla una tarifa" reducida" para los transportes de "viajeros" por encima de un determinado número. Los transportes tenían por destino los confines de Polonia: Chelmno, Belzec, Sobibor, Treblinka, Auschwitz, Maidanek... Los judíos llegaban al campo en vagones cerrados, se abrían las puertas y los recién llegados eran obligados a descender a gritos. En algunos campos, especialmente en Auschwitz, donde parte de las personas eran separadas para el trabajo, se realizaba una "selección": quién estaba destinado a la muerte inmediata y quién al trabajo, cuyo fin también sería la muerte. Los recién llegados, despojados de sus pertenencias, eran conducidos al lugar donde debían desvestirse y de allí al lugar de exterminio, en la cámara de gas o junto a la fosa. El procedimiento era muy breve y de esa manera los nazis pudieron aniquilar miles de judíos cada día en todos los campos, sin que las personas siquiera tuvieran conciencia de lo que les esperaba.
La resistencia judía
La actividad antinazi adquirió expresión prominente en la resistencia política clandestina. En las distintas zonas de ocupación fueron activas, en la ilegalidad, la mayoría de las organizaciones juveniles y los partidos que funcionaron en el seno de la judeidad antes del estallido de la guerra. La prensa clandestina informaba sobre lo que acontecía en los frentes de guerra, exhortaba a la resistencia contra el enemigo nazi, a la unificación y a la responsabilidad colectiva de los judíos. Pese a las condiciones prevalecientes abundaron los actos de firmeza, resistencia y valentía entre los judíos sometidos al dominio nazi. La resistencia se desarrolló en tres planos: 1) las rebeliones armadas en los ghettos y los campos de concentración; 2) la huida y el traslado secreto de judíos de las aldeas y ghettos a los bosques para que se incorporaran a la lucha de los guerrilleros; 3) la ocultación de judíos individual o grupalmente en diversos escondites y la salvación de niños.
Al frente de la lucha armada se encontraba la Organización Judía Combatiente (ZOB) que reunía a miembros de los movimientos juveniles sionistas (Dror, Hashomer Hatzair, Bnei Akiva, Gordonia, Hanoar Hatzioni), a los simpatizantes de! Bund, a las facciones de Poalei Sion ya los comunistas judíos. Esta organización encabezó las luchas y los levantamientos en Varsovia, Bialistok, Cracovia, Czestochowa, Zaglembie. En Vilna actuaba la Organización Unificada de Guerrilleros que también incluía a miembros de Betar. Las organizaciones clandestinas no judías no ayudaban por lo general a los judíos. A los resistentes judíos les faltaban armas y cuando las conseguían, siempre eran menos de lo que necesitaban. Las acciones repentinas de los nazis sorprendían a los judíos y dificultaban su organización o el estallido de una rebelión de envergadura. Los luchadores judíos no abrigaban grandes esperanzas de vencer ni de salvarse por medio del combate. La lucha que emprendían era un acto de rebeldía humana y nacional. Por su propia naturaleza, sólo muy pocos hombres podían lanzarse a un combate así, para dar expresión a los nobles valores.
El mundo y el problema judío
¿Cómo veía el mundo la campaña de persecución sistemática, saqueo y crimen desarrollada por el nazismo? Hasta 1942 la tendencia general consistió en ver las constantes persecuciones antijudías como parte de una política de opresión en los países ocupados. Inclusive cuando comenzaron a llegar las noticias del accionar de los Einsatzgruppen como también los rumores sobre la 'solución final', la indiferencia siguió inconmovible: no se tomaron ningún tipo de medidas para salvar a los judíos como tampoco se difundieron los crímenes del nazismo. Parecía que los líderes aliados temían a la propaganda alemana, que afirmaba constantemente que la guerra era producto de las intrigas del judaísmo internacional que dominaba a los países anglosajones. Temían incluso que la transferencia de varios miles de judíos a países neutrales crearía dificultades en el transporte, la provisión de alimentos e incluso problemas internos en sus países. Los actos de herofsmo realizados por los judíos no fueron difundidos, fuera de algunas publicaciones en idish. Entre las múltiples proclamas emitidas por los guerrilleros contra el gobierno nazi, no se mencionó ni una vez el aniquilamiento de los judíos. Hubo casos en que unidades guerrilleras no aceptaron en sus filas a judíos, a los que incluso llegaron a despojar de sus bienes o matarlos. La posición adoptada por los aliados sostenía que la salvación y la liberación se alcanzarían sólo con la victoria final contra el nazismo. Mientras tanto, ninguna acción militar debería emprenderse si no formaba parte del plan puramente estratégico-militar. Esta actitud fue observada y cumplida, rígidamente y ninguna operación de salvación o liberación fue emprendida aun cuando no contravenían los objetivos militares ni requerían el uso de una fuerza militar.
El final
La solución final fue implementada hasta casi el fin de la guerra. Los nazis antepusieron este objetivo por encima de cualquier otro vinculado con el esfuerzo bélico. Una orden de la Policía de Seguridad alemana, fechada el 20 de julio de 1944, determinaba que era necesario "hacer explotar las prisiones y los campos de trabajo si no es posible evacuar a todos". La solución final, tocaba el punto final. El Tercer Reich comenzaba a desmoronarse. La Shoá constituye un espantoso golpe para el pueblo judío, de una crueldad e intensidad jamás percibida, tanto por los padecimientos como por el número de víctimas. Los logros de la técnica y la organización fueron movilizados a fin de aniquilar a un pueblo entero. La propaganda nazi se esforzó en denigrar a los judíos equiparándolos a piojos u otros insectos dañinos a los que es forzoso asfixiar por medio de gases y fuego para "purificar el mundo". La Shoá destruyó al judaísmo europeo que constituía la más grande concentración judía del mundo hasta el estallido de la Segunda Guerra. Apenas quedaron restos del judaísmo de Polonia, Alemania, Holanda, Checoslovaquia, Yugoslavia y Grecia. De los judíos de la Unión Soviética, Rumania y Hungría quedó la mitad. No hay números exactos sobre la cantidad total de judíos muertos y los cálculos oscilan entre los 5 y 6 millones. Pero una cosa sí es segura: esta tercera etapa centralizada en la Solución Final, es un fenómeno que no tiene ejemplo ni comparación en la historia de la crueldad humana. Los juicios a los criminales nazis en Nuremberg demostraron la falsedad de que sólo los jerarcas nazis y un puñado reducido de personas en Alemania sabían acerca de las matanzas. No sólo que miles de personas tomaron parte activa en los asesinatos y trabajaron en las oficinas de gobierno que administraban los territorios ocupados, los campos de concentración, las S.S., la Gestapo, y sabían perfectamente sobre la magnitud y los hechos que se estaban cometiendo en aquellos lugares, sino que decenas de miles de miembros del ejército alemán, desde los más elevados rangos hasta el último de los soldados rasos, colaboraron en las deportaciones o vieron por sí mismos los asesinatos. Quizás algunos se estremecieron, pero ninguno protestó. Los miles de empleados de los ministerios que llevaban la cuenta de los robos, comenzando por las bibliotecas y museos y terminando por los dientes de oro arrancados a las víctimas, no pueden alegar que ignoraban todo esto. Es imposible suponer que el pueblo alemán en su mayoría, no supo lo que había sucedido. El pueblo alemán fue indiferente y, exceptuando unos pocos, permaneció fiel a su Führer casi hasta el final.
Finalmente, el mundo democrático también fue indiferente y antepuso intereses políticos por encima de valores humanos, permaneciendo silencioso ante lo que ocurrió. Cuando las fuerzas aliadas liberaron los campos, se dieron cuenta de la barbarie nazi.
fuente: FUNDACION MEMORIA DEL HOLOCAUSTO- nro 7
viernes, 23 de abril de 2010
El ascenso del nazismo al poder y la exterminación del Pueblo Judío por los Nazis
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