Desde la colonia judía de Moisesville llegan Samuel y
Berta, matarife y actriz vocacional, para afincarse en Mataderos, Buenos Aires.
Es 1926 y conviven con inmigrantes y criollos. En el barrio de la carne, cruzan
sus existencias con Justo Suárez, apodado «el Torito», un mito del
boxeo.
Pasan los años y Samuel cumple todos los días el ritual
kasher de la matanza en un matadero que se va modernizando. Berta, por su lado,
se debate entre la pasión y la fidelidad, entre la ortodoxia judía y el deseo de
romper ciertas ataduras; escribe en un diario íntimo sus secretos, su
incertidumbre y el desvelo por una amiga de la infancia que cae en manos de la
famosa red de proxenetas Zwi Migdal.
La violencia sobre la carne, que rodea a Berta desde el
inicio de la novela, irá ciñéndose sobre la protagonista hasta azotarla en 1975,
con las torturas de la Triple A.
La sangre que corre puede entenderse de muchas maneras
–por ejemplo, como una relectura de «El matadero», de Esteban Echeverría–, pero,
antes que nada, expone la visión de una mujer sobre la violencia del siglo XX y
la voluntad de ir más allá de los mandatos patriarcales.
La novela
anterior de Myrtha Schalom, La Polaca, fruto de una importante
investigación sobre Raquel Liberman, la mujer que en 1930 llevó a juicio a 108
proxenetas de la Zwi Migdal, agotó ocho ediciones.
Al
finalizar la presentación, compartiremos una copa.
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