¿En qué momento consiguieron convertirlos en el ejemplo a seguir, en buenos chicos, en el yerno que toda suegra en potencia anda buscando? No siempre ha sido así. Antes se les quería porque jugaban bien o porque hacían cosas chulas en el campo. Y en el repertorio de cosas chulas se incluía la vileza, la picardía y ciertas dosis (por lo general, amplias) de violencia. Eran tíos que escupían, que metían el codo entre las costillas ajenas, que rompían tibias clavando los tacos de sus botas, que fingían penaltis, que metían goles con la mano y que tocaban los huevos al contrario, literalmente.
Molaban. A veces, molaban hasta el paroxismo. Pero no eran modelo de conducta y nadie se lo exigía. Su ignorancia, su chulería neonazi, su desconocimiento absoluto de las habilidades sociales, su consumo desaforado de drogas, sus juergas, sus pasotes, todo, absolutamente todo lo que trascendía de ellos quedaba perdonado o no era tenido en cuenta. Mientras jugaran bien. Se les quería para que dieran espectáculo, no para que dieran ejemplo.
En consecuencia, quienes aspiraban a convertirse en Maradona eran la hez de cada generación. Los que podían encontrar en el fútbol una salida a la delincuencia juvenil en la que frisaban a diario. Los matones, los quinquis, los chulos del barrio y del cole, los que expiaban en la clase de gimnasia toda la vergüenza pasada en la de matemáticas y en sus frustrados y escasos intentos de conjugar el pretérito imperfecto de indicativo.
¿En qué momento se truncó este orden natural de las cosas? ¿Cuándo empezaron los futbolistas a ser como los del Barça? ¿Cuándo empezaron a ser solidarios, a sonreír con todos los dientes, a ser capaces de decir dos frases sin utilizar las palabras puta o cabrón en ellas, a no beber, a salir con chicas simpáticas que tampoco bebían, a cantar en discos para recaudar ayuda para Haití, a parecer presentables y dignos de integrarse en cualquier contexto social? ¿Cuándo surgieron estos Iniesta, Casillas, Xavi, Sergio Ramos y demás gente de "la Roja"? ¿Cuándo aprendieron a decir por favor y gracias y a posar con tanta gracia ante la cámara? ¿Qué fue de los farloperos, de los quinquis, de los tipos con carne de presidio?
¿Cuándo empezó el fútbol a provocar buenos sentimientos?
Yo vivía mejor antes, cuando las cosas tenían un orden natural, cuando se sabía que las estrellas del fútbol se reclutaban entre el lumpenproletariado, cuando sabíamos que su espíritu marrullero estaba a la altura del de sus hinchas más bestias. Porque, si los futbolistas son el ejemplo a seguir, ¿de qué nos sirvió a los demás aguantar a los chulos del patio de colegio? ¿Dónde queda hoy nuestra superioridad moral, qué pasó con los capones que nos tragamos conscientes de que éramos mejores que ellos? Si ahora resulta que esos zurullos cuyo único talento consistía en patear balones son el ejemplo a seguir, ¿qué coño éramos nosotros? ¿En qué lugar nos quedamos los que nos escaqueamos de gimnasia y sacábamos dieces en literatura y nos construimos después y muy lejos del barrio una discreta carrerita intelectual?
Sólo nos queda erigirnos en antiejemplo, ocupar el vacío que han dejado los Maradonas del mundo al convertirse en Messi. Sólo nos queda escupir, drogarnos como si no hubiera un mañana y desligar por completo nuestra excelencia estética o artística, si es que la poseemos, de nuestra moral y de nuestra vida. Escribir los libros más bellos en medio de la vida más abyecta, ser los matones del parnasillo, robarle el dinero del almuerzo a los escritores consagrados y pegar capones a los novatos.
Que cambien el lema de "si no quieres ser como ellos, lee", por "si no quieres ser como ellos, juega al fútbol".
Cabrones, cómo nos habéis jodido.
fuente: WEB de SERGIO DEL MOLINO
http://sergiodelmolino.com/2011/05/15/si-no-quieres-ser-como-ellos/
FELICITO AL AUTOR DE ESTE TEXTO E INVITO A MIS LECTORES A
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Lic. Jose Pivín
frente al puerto de Haifa
frente al Mar Mediterráneo
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