sábado, 26 de febrero de 2011

Colombia: HAROLD ALVARADO TENORIO :"Las vacas sagradas del Ministerio de Cultura de Colombia"




Un ministerio de cultura en Colombia luciría mucho, por supuesto. Parecería fácil, porque no es técnico ni exigiría una formación especial. La mayoría lo tendrá como inútil y los que menosprecien a las mujeres lo tendrán como un asunto de mujeres. El aparato burocrático tendría que ser enorme y el presupuesto suculento y fluido, perfecto para comprar votos y pagar favores electorales. Ese es su mayor peligro, porque siempre será el comodín más apetecido para las cuotas políticas en los apuros de una crisis de gabinete. En esos casos, aunque sólo fuera por problemas de reparto, terminaríamos por tener de flamantes ministros a nuestros dinosaurios clientelistas. Hagan memoria y verán cuáles y qué folclóricos podrían ser.






Sería, además, la apoteosis del centralismo: la cultura de todo el país dirigida desde la cumbre de la Plaza de Bolívar. La tendencia mundial es la contraria: crear focos descentralizados de desarrollo cultural hasta en los municipios más apartados, que proyecten su acción hacia todas partes. Al fin y al cabo, toda cultura de verdad es popular: nace y crece de la periferia hacia el centro y de abajo hacia arriba.



GABRIEL GARCIA MARQUEZ (*)
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/
MAM-166821 ["GABO SE OPONE A MINCULTURA",
Título de una nota reportaje al escritor,
Fecha
de publicación 6 de julio de 1994.Jose Pivín]






CONTRA EL MINISTERIO DE CULTURA


Por Harold Alvarado Tenorio

La Opinión, Cúcuta, Jueves 5 de Mayo de 1994.



Entre las propuestas del candidato del Partido Liberal, Ernesto Samper Pizano, está la de crear un Ministerio de Cultura. A tal fin reunió en Barranquilla la semana pasada un buen número de 'intelectuales colombianos' y miembros masculinos y femeninos de las Familias de la Cultura, para presentar en líneas generales las ideas sobre el asunto. Y aun cuando parece que asistieron al encuentro numerosos miembros de las élites culturales de la Costa Atlántica, el núcleo central de las figuras que lo acompañaban, eran los eternos señores y señoras bogotanos que desde los años sesentas han ve-nido acrecentando su poder de manipulación de los instrumentos del estado y así controlar, para sus empresas y sus seguidores, los medios de difusión llamados culturales. Fanny Mickey, Juan Harvey Caicedo, María Mercedes Carranza, Alvaro Castaño Castillo, Bernardo Hoyos, Lina Botero, Gloria Valencia de Castaño, Maritza Uribe de Urdinola, Amparo de Carvajal, Jorge Alí Triana, Aseneth Velásquez y Gloria Zea, representan sin duda los grupos que detentan hoy los más importantes programas de radio, televisión, museos, casas de poesía, críticos de arte, corporaciones para el desarrollo de antiguos barrios, empresas de teatro y frivolidades, sin que faltaran también un buen número de sus empleados y de los empleados de ese inmenso poder cultural que representa el ex presidente Belisario Betancur. Si hemos de fiarnos por el aviso publicado en la prensa para la convocatoria, no entiende uno como pudieron sentarse en la misma mesa y para hablar de lo mismo, gentes que parecen tan distintas como Jaime Jaramillo Uribe, Alfredo Molano, Ricardo Camacho, Daniel Arango, Alfredo de la Espriella, Mauricio de Vengoechea, Conrado Zuluaga, Santiago Pombo, Jorge Valencia Jaramillo, Sergio Cabrera y Alfredito de la Fe.




El candidato liberal, más que exponer un programa sobre lo que entiende por cultura en un país tan diverso como Colombia, donde hay sin duda varias naciones y territorialidades, decidió salirse por la tangente afirmando que "el Ministerio de Cultura será, por encima de cualquier eufemismo, el Ministerio de la Paz", "porque nuestra riqueza, que es nuestra diversidad, es también nuestra gran tragedia: la violencia que resulta de nuestra incapacidad para convivir por nuestras diferencias... porque la cultura nos hará hacer prevalecer nuestras afinidades esenciales por encima de nuestras distancias pasajeras". Así resulta, entonces, que el Ministerio de Cultura tendrá que ver más con la pacificación del país, que con el fomento de las artes individuales y populares. Esta sí que es una verdadera revelación, digna de la pluma del Espíritu Santo. ¿Desde cuándo las diferencias individuales y colectivas que surgen de las diversidades culturales de un país, son la causa de la violencia, el desempleo, la injusticia, el terrorismo, el gamonalismo, y todos los ismos que son manifestación precisamente, de las luchas de un pueblo que lleva casi doscientos años tratando de zafarse de las talanqueras ideológicas y culturales que le han impuesto las oligarquías y los gobiernos de partido, para el partido y por el partido que gobierna? Que Samper Pizano sabe a quién va a servir el Ministerio de Cultura, lo dice su discurso en Barranquilla. Va a servir, primero que todo a entidades no gubernamentales dedicadas a la cultura y a la preparación de administradores culturales. Es decir, a los actuales empresarios y propietarios de los programas de radio, televisión; editoriales, ballets y teatros, y a sus agentes, los llamados administradores de cultura. Y en último renglón, a los artistas y escritores, para quienes habrá, en ese vasto mundo de canonjías y prebendas, "concursos para premiar la creación artística, entre otras modalidades". Lo que traducido al lenguaje común quiere decir que se premiará a algunos artistas, los que a ellos les parezca lo merecen, y luego sus productos serán comercializados por las Familias Culturales.




Los Ministerios de Cultura fueron una de las varias invenciones de los dictadores de estados totalitarios (nazismo, fascismo, franquismo, gaulismo y comunismo), a fin de controlar y canalizar la información histórica, literaria o de cualquier índole, en naciones y estados que luchaban por la supremacía mundial y necesitaban que sus ciudadanos no se ocuparan de cosa distinta a la que decía el estado totalitario. Los Ministerios de Cultura y las enciclopedias parecen ser de la misma especie. Quieren orientar al ciudadano hacia los deseos y apetitos, verdades y satisfacciones de quienes detentan el poder en un momento determinado.




Y si ello es así en el plano de las teorizaciones generales, en nuestro caso el asunto tiende a agravarse. Aquí, lo que se llama 'cultura', es un negocio de muy pocas familias, muchas menos que las que detentan los negocios de las gaseosas o los pollos asados. Familias que serían las primeras en salir .favorecidas con el nuevo aparato de distribución de favores y donde, por supuesto, serían designados, para la concesión de los mismos, hasta el fin de los siglos, los vástagos y descendientes de las Familias Culturales.




En un estado democrático ningún sector, por muy influyente que sea, debería ser favorecido en detrimento de otros. Uno acepta, porque parece no haber otra salida, que el deporte, la radio, la televisión, las aguas y las tierras tengan vigilantes estatales, pero decir que las manifestaciones culturales requieren de guías y gratificadores desde las capillas de los partidos y el partido que gobierna, no es más que otra avivatada política.



En los estados que surgieron democráticamente en Occidente, luego del fin de la Segunda Guerra Mundial, las artes y las letras y las manifestaciones culturales de sus comunidades han renunciado al tutelaje-del Estado y los Partidos, pues entienden como condición primera la libertad para obrar y crear. Si queremos un estado democrático, la cultura no puede depender de los favores que reparten los aparatos del estado y sus agentes. Bien puede cada comunidad, con el actual régimen municipal, dictar en cada caso y cuando corresponda, los auxilios que requiera su comunidad para fomentar proyectos culturales comunitarios sin que exista un ente regulador general desde los Consejos de Ministros o la Oficina de la Primera Dama de la Nación. Lo que los artistas y las comunidades necesitan es más y mejores bibliotecas, salas de concierto, auditorios, prensa libre, editoriales libres, que les permitan tanto crear como difundir sus invenciones.



Todo ello, como puede entenderlo cual¬quiera con tres dedos de frente, basado en la extensión masiva de la educación de los ciudadanos, a través de escuelas, universidades y centros culturales cuya base sea un libérrimo ejercicio de la cátedra libre y la investigación.




Y si lo que se quiere es fomentar no sólo la cultura de las comunidades y regiones, sino también y por supuesto, a los artistas y escritores, bien puede crearse, con el actual presupuesto y empleados del Instituto Colombiano de Cultura, y la asesoría en manejo de dineros que tiene el Icetex, un Fondo Nacional de las Artes y las Letras, que con una junta directiva independiente de los vaivenes electorales, otorgue bolsas de trabajo y presupuestos eficientes a individuos y grupos, luego de la presentación de rigurosas propuestas de trabajo, seleccionadas por miembros competen-tes de los gremios artísticos y literarios.




La propuesta del candidato liberal y su grupo de áulicos, de crear un Ministerio de Cultura, cuando la Guerra Fría ha muerto y los últimos estados totalitarios han desaparecido, con el peregrino argumento de que ese ministerio terminaría por ser el mejor instrumento para la pacificación del país, no puede ser más que otro gesto demagógico, que de salir triunfante el candidato, terminará por ser un aparato más para repartirse el creciente ponqué económico de un país que perdió su rostro y su alma a manos, precisamente, de quienes ahora se proclaman sus salvadores.




EL MINISTERIO DE CULTURA DEL GOBIERNO SAMPER Y LA GERENCIA CULTURAL DEL BANCO DE LA REPÚBLICA


Por Harold Alvarado Tenorio

La Opinión Cúcuta, Jueves 25 de Agosto de 1994



Como dijo el editor cultural de El Tiempo, don Fernando Quiroz, el asunto del Ministerio de Cultura se enfrió con la inauguración del gobierno Samper, cuando el Primer Mandatario repitió en su discurso las frases que había dicho en el Foro de Barranquilla: el Ministerio de Cultura será, por encima de cualquier eufemismo, el Ministerio de la Paz.

El presidente Samper ha demostrado intolerancia al no tener en cuenta, al menos, las opiniones de Gabriel García Márquez, quien tampoco comparte la idea. ¿Cómo podría haber un debate sobre el asunto cuando el Presidente -liberal-, en vez de ofrecer un espacio a las voces que se oponen a la creación del Ministerio, las ignora, y con todo su poder sostiene, ante un mundo atónito y perplejo que nuestra riqueza, que es nuestra diversidad, es también nuestra gran tragedia...?
Ante frases tan contundentes como esas, que parecen tomadas de un catecismo del sectarismo ["Dios existe porque así está revelado"], no queda más que el silencio, la obediencia o la disposición, tan en boga hoy, de engrosar las filas del adversario si la derrota ha sido imposible. Así lo ha hecho, con un fervor inigualable, don Oscar Collazos, a quien parecía disgustarle el Ministerio, pero quien, ante la contratación de don Ramiro Osorio como diseñador de la criatura, ha decidido entonar la loa oportuna y decir que si bien no podemos impedir su gestación, lo mejor será contribuir a que el monstruo no nazca tan horrible. Para Osorio, dicho sea al paso, un Ministerio de Cultura debe ser una suerte de Colcultura más hambrienta y más repartidora, que sirva, como ya lo ha expresado en otras ocasiones, para "representar e interpretar, mediante lo imaginario y lo simbólico, la realidad, los deseos y las demandas de los colombianos". Es decir, El espectacular Ministerio del Alma Nacional, con él como Sumo Sacerdote de la Farándula. Vaya con los intelectuales colombianos, que tan bien retrató Jorge Gaitán Duran:




["No podía esperarse otra cosa -dijo el gran poeta- de un ambiente donde para hacer carrera hay que cumplir cienos requisitos de servilismo, adulación e hipocresía y donde las gentes confunden estos trámites, esta ascensión exacta y previsible, con la política. Sin duda el fenómeno del arribismo se produce en todas partes y no sólo en el ajetreo electoral, sino también en la vida económica y en la vida cultural, pero aquí ha tomado características cuyo estudio tendría que empezar por la influencia que la crisis del país y de los partidos políticos ejerce sobre el trato social, sobre la comunicación en la existencia cotidiana. Resulta significativa la frase que un político de las nuevas generaciones usa a menudo: Voy a cometer mi acto diario de abyección, fórmula que exhibe la decisión de obtener a todo trance un puesto de ministro, de parlamentario, de orientador de la opinión pública, en fin, de ser alguien, de parecer."]





Porque la tragicomedia de un Ministerio de la Cultura en Colombia no serán sólo los miles de millones de pesos de los contribuyentes que irán a parar a las arcas de los multimillonarios empresarios de la cultura y los bolsillos de los empleados venales (-un informe reciente de la OIE de la PGN dice que en los últimos tres años se ha podido comprobar el enriquecimiento ilícito de unos 182 funcionarios que se ingurgitaron 11.961.292.707 de pesos, pero cuyo monto puede ser "cuatro o cinco veces mayor")-, sino que desde allí, y no me cabe la menor duda, se repartirán el más riguroso garrote y ninguno contra todos aquellos que no demuestran docilidad y adición a las ideas y propósitos del Ministro de turno. Como ha sucedido con el Ministerio de Agricultura, los beneficiados serán los terratenientes y latifundistas de la cultura, y para los aparceros y minifundistas apenas sobrará el exilio del campo a la ciudad, y en la ciudad, a morir de hambre. Aquí no se sanarán heridas ni se curarán pestes. Entre sus dependencias no habrá salas para el reposo y la tranquilidad sino cámaras para los choques eléctricos y quirófanos donde coser la boca del irreverente y el relapso. Una legión de enfermeros y enfermeras del alma nacional, entrenados en las mansiones poéticas del régimen, se dispone a colocarnos la Gran Camisa de Fuerza y el Silencio.


* * *



Lo que vendrá ya se ha ensayado en los últimos gobiernos a través de esa medusa llamada Gerencia Cultural del Banco de la República, un aparato de distribución de favores y garrote a quien, ni el mismísimo Nadie puede cuestionar.

Con la peregrina idea de que un Banco Central debe meter la nariz en todo lo divino y lo humano y no sólo en la regulación y emisión de la moneda, los cambios internacionales y el crédito y ser el último prestamista de los banqueros y agente fiscal del gobierno, la Constitución consagró en su artículo 371 al Banco de la República como persona jurídica de derecho público, con autonomía administrativa, patrimonial y técnica, sujeto a un régimen legal propio. Es decir, un Estado dentro del Estado, con un súper Ministerio de la Cultura sin poder humano ni político que ejerza un control previo de sus actos.
Porque lo que no saben los colombianos es que desde 1973 el Banco de la República interviene, y de qué manera, en el diseño del perfil cultural del país. La Biblioteca Arango no sólo controla, dispone, empasta y dictamina qué libros pueden comprarse [-de éste compremos uno, de aquél dos, pero del que acaba de sacar ese muchacho de Medellín tan simpático y tan decente que sean 250 ejemplares al precio que él diga-] y guardarse para la consulta de los colombianos, sino que también existe una entidad que adquiere y exhibe cuadros, otra que contrata músicos y música, otro que adquiere y exhibe vasijas de oro, varias fundaciones que se dedican a la guaquería y la arqueología o la restauración y conservación de inmuebles, y como si fuera poco, tiene una revista [-no se olviden de enviarle los dólares a ese muchacho peruano que conocí en San Luis y que es tan obediente y que siempre tiene en cuenta los papelitos que le escribo"] para descalificar y borrar del mapa a todos aquellos autores que opinan diferente al Gerente Cultural, o que escriben poemas que mortifican la egolatría y la soberbia de su Hiena, y tiene, léase bien, no una, sino 19 sedes en provincia, donde se repite la infamia, ninguneando a todo aquel que en los departamentos piensa distinto, toca diferente, pinta con otros colo¬res o prefiere la compañía de las mujeres.
Ahora bien, sólo un despistado, como un ciudadano francés que trajeron con plata del contribuyente para que aconsejara no cerrar la Gerencia Cultural, puede comerse el cuento de las labores patrióticas de un Banco Central que tiene un déficit de más de 200 mil millones de pesos. Nada de patriotismo hay en la elitización de las Roscas del Piano y el Armonio, los Prebendados de la Excavación Profunda, los Condados del Oleo y la Espátula y las Mansiones Poéticas, las Reinas Líricas y los Bufones del Verso que ha entronizado, como sabañones en el pie de los gremios de artistas y escritores, el Gran Zar de la Gerencia Cultural del Banco de la República de Colombia.
Numerosas son las quejas de músicos, pintores, investigadores, escritores, politólogos, colombianistas, urbanistas, filósofos, cantantes de ópera y de tango, percusionistas, folkloristas, maquilladores y hoteleros acerca del carácter antidemocrático de los actos del Puntero Derechista de la Palabra y Presidente por Elección Popular del Verso más Enamorado, a quien sólo el Congreso de la República, puede preguntar cómo, por qué, cuándo y dónde reparte las colinas de dinero que tiene presupuestado el Banco cada año para su sector cultural.
Ni la Biblioteca Arango presta servicios serios y ciertos al país ni a la bibliotecología: se trata de una sala de consulta de fechas y mapas para muchachos de escuela, con un sistema de solicitud de materiales y una clasificación tan deficientes que un lector no avisado necesita de toda una mañana para encontrar un ejemplar desocupado de las Memorias de un revolcón o Que mi alma se la lleve el diablo; ni hay libertad en la exhibición de pinturas: recuerde el lector los usos de la tijera durante una muestra de ExLibris y la pena que iba a pasar, por Dios, la gente decente viendo esos cuadros, dejando colgar sólo aquellos donde no aparezca el pene, doctor, el pene de los hombres; ni se contrata a los músicos y cantantes disidentes, ni se fomenta la investigación de aquellos que no se someten al escrutinio mental del Gerente Cultural, ni nada de nada.




[En cuanto a los diferentes comités decisorios de artistas y programas -ha escrito el maestro Rafael Payana)- el doctor Jaramillo esquiva la verdad y escudándose detrás del secreto impuesto por tan poderosa insti¬tución como es el Banco de la República, evita señalar abiertamente a sus integrantes. Aunque quiera ocultarlo es "voxpopuli" que durante los últimos años han formado parte de dichos comités los críticos musicales y varios músicos que han actuado frecuentemente en la Sala Arango. Esta "combinazione" no sería de recibo en otros países civilizados. Lo mismo en el Comité de Artes Plásticas, varios de cuyos miembros son críticos y artistas conocidos que gozan adicionalmente del privilegio de exponer en los salones de la Biblioteca... Nada de esa es considerado ético, por incompatibilidad de cargos... Es como tener las manos en la masa y comerse el pan...]





Sólo prebendas, favoritismos, exclusiones, persecuciones, ninguneo y perversidad es lo que produce esa Gerencia Cultural, que levantó en el centro de Bogotá una laberíntica pirámide de Babilonia cuyo único propósito fue, en últimas, la instalación de un restaurantico con precios de clase media y sabores de clase media y horarios de clase media, donde una legión de bien parecidos y vestidos a crédito pueden soñar con los libros, los cuadros, las músicas de alas y las vasijas de oro, que nunca tendrán.

Ya hay Ministerio de Cultura, y tiene Ministro. Señor Presidente. No hay necesidad de crear otro.




COMENTARIOS A LA LEY DE CULTURA



Por Harold Alvarado Tenorio

La Prensa, Bogotá, Martes 22 Noviembre 1994




Una vez leída la propuesta de Ley de Cultura que ha presentado el Gobierno al Legislativo, no deja uno de volver a pensar en la pobreza del desarrollo político de este país y en las vastas habilidades de los comerciantes de arte y antigüedades para, mediante la apariencia de estar haciendo un favor a la nación, lo que en verdad hacen ahora, con esta Ley de Cultura, es venderle gato por liebre. Porque asómbrense: de las cuarenta y dos páginas tamaño carta que tiene el proyecto, tres se dedican a señalar cuál es el ámbito de acción de la Ley y 25, más de la mitad del total, a lo que importa en verdad, no a los ciudadanos, sino a aquellos que poseen, en este momento, los grandes inventarios de bienes muebles e inmuebles, que una vez dictada la tal ley, pasarán a tener valores inconcebibles. ¿Fue acaso el Tesorero de la Campaña. Santi, el inventor de este' proyecto? Porque no me cabe la menor duda que los directos y principales beneficiarios de este gran paso hacia adelante en la esquilmación del Estado, son los coleccionistas y propietarios de bienes llamados culturales. Y de entre ellos, toda esa laya de husmeadores de oro que ahora llaman antropólogos. El articulado de los capítulos mencionados es una verdadera obra de orfebrería o si se quiere de croché cartagüeño. Nada escapa al venturoso legislador para que todas sus pertenencias puedan crecer de valor. Ni la mar océana está libre de la-acción de este maravilloso vidente del enriquecimiento de la noche a la mañana: los valores náufragos, Ulises, la divina Itaca.





En el Título III hay otra obra de prodigio. Se habla allí de la Educación Estética y "del adecuado sentido estético de los educandos". ¿A qué hará referencia el .legislador cultural? ¿A vestir bien, acaso? ¿A no llevarse los dedos y las manos a la boca? ¿A no ventosear en público y menos en privado? ¿A querer ser alemán y sólo hablar español cuando se dirige uno a los que considera inferiores? ¿Es Es-tetica o Estética? Algo bien raro es esto de la estética pues el artículo 97 lo relaciona con la música y exclusivamente con la educación o "pensum" de primaria. ¿Es que allí, en la tierna juventud, es donde debe obrar la estética? ¿Se aplica por igual la estética a las niñas que a los niños? ¿Le queda bien la estética a los niños negritos y a los niños indianos?





Pero el mayor descubrimiento de sabiduría lo hallamos en el Título IV, Capítulo II, cuando en el artículo 134 descubrimos al gran Orangután de la Cultura haciendo de las suyas. Luego de enumerar que el Ministro de la Cultura o el viceministro; el Ministro de Hacienda o el Director de Presupuesto; el Director de Planeación; tres personalidades culturales; los presidentes de los Consejos Nacionales de Cultura; el Presidente de Fedecultura; un representante de los Fondos Mixtos y otro de los Consejos Departamentales de Cultura harán parte del Consejo Nacional de Cultura, agrega -como si nada- que también lo serán el Gerente del Banco de la República o su delegado quien deberá ser el subgerente del área cultural de dicha institución, un representante de las Academias y el director de Conciencias!!!





Este proyecto de Ley de la Cultura no sólo borra, artículo tras artículo, las conquistas democráticas que en materia cultural nos había al fin dado la Constitución, sino que entrega, como no había sucedido nunca, a los verdaderos ideólogos de los poderes fácticos, el control de la cultura colombiana.




Hacer que ese ente monstruoso, perverso, dilapidador, ninguneador, manipulador, in¬controlable, sin poder fiscal alguno que lo regule, -la Subgerencia Cultural del Banco de la República, en vez de desaparecer o integrarla la Mincultura-, haga parte del Consejo Nacional de Cultura, es el acto más maligno y dañino que haya podido ver yo en mi vida, de parte de los miembros de un partido contra toda una nación. Y luego, dizque un delegado de las Academias, ¿cuáles Academias? ¿La de la Lengua acaso, controlada y sanforizada por un beodo conectado a las corrientes vaticanas por la espalda de Malta y el juego de ajedrez? ¡¡¡Y el Director de Conciencias!!! ¡Abrase visto! ¿Qué diablos, sino controlarlo todo, hasta la deyección del pueblo mismo, sus horas, sus pujanzas, viene a hacer este Jefe de Fetichismo y la Superchería del Poder? ¿No le basta acaso, con su implacable reino donde reparte entre los obedientes las míseras sumas de sus limosnas, sino que ahora quiere le entreguen el Ministerio de Cultura''! Pero claro, es que es allí donde actúa la antropofagia, allí se inocula en las masas la filosofía, la sicología, la sociología, la siquiatría, y todas las ías, Ciencias, por descontado, para dominar al mundo. Y sin duda que tendrá que ser un Mitrado o al menos Tonsurado, ¡¡ese majestuoso representante de la Ciencia y la Tecnología!!





En resumen, amigos míos, estamos en Colombia, no en África ni en Asia. Aquí conOcimos por tres años la posibilidad de crear una cultura nueva y libre. Ahora nos disponemos a que la luna gire alrededor de la tierra.




¡¡¡Ni una sola de las universidades públicas o privadas podrá ser oída en ese sagrado recinto del Consejo Nacional de la Cultura!!! Y bien se entiende por qué. Es que las universidades son el "otro mundo", es decir, la Contracullura.





EL BANCO DE LA REPÚBLICA Y EL
MINISTERIO DE CULTURA




Por Harold Alvarado Tenorio

La Prensa, Bogotá, Viernes 2 de Diciembre 1994



A raíz de la desaparición, en una de las sucursales del Banco de la República, de una irrisoria cantidad de dinero, que según la opiniones iniciales de sus directivas, no debían restituir los ladrones sino el público en general, el Congreso, por solicitud de uno de sus miembros, el doctor Pablo Victoria, aprobó una moción parlamentaria para solicitar a la Junta del Banco pedir la renuncia de su Gerente General. Ante tan insólita pretensión de los representantes del pueblo colombiano, la Junta Directiva del Banco de la República (¿de Colombia?) (¿de la República del Banco de la República?), ha respondido en un "categórico" comunicado, que los representantes del pueblo no llenen derecho alguno ni facultades algunas para pedir sus renuncias, pues la constitución les prohíbe, en el Artículo 136 "inmiscuirse, por medio de resoluciones o de leyes, en asuntos de competencia privativa de otras autoridades". lo cual, según la misma Constitución El falso, según paso a demostrar.



La totalidad del Capítulo 6 y los Artículos 371, 372 y 373 de la Carta se refieren a la Banca Central como sigue:

El Banco de la República ejercerá las funciones de banca central. Estará organizando como persona jurídica y de derecho público, con autonomía administrativa, patrimonial y técnica, sujeto a un régimen letal propio. Son "funciones básicas" del Banco de la República: regular la moneda, los cambios internacionales y el crédito; emitir la moneda legal; administrar las reservas internacionales; ser prestamista de última moneda y banquero de los establecimientos de crédito; y servir como agente fiscal del gobierno. Todas ellas se ejercerán en coordinación con la política económica general. El Banco rendirá al Congreso informe sobre la ejecución de las políticas a su cargo y "sobre los demás asuntos que se le soliciten".




La Junta Directiva del Banco de la República será la autoridad monetaria, cambiaría y crediticia, conforme a las funciones que le asigne la ley. Tendrá a su cargo la dirección y ejecución de las funciones del Banco y estará conforma-da por siete miembros, entre ellos el Ministro de Hacienda, quien la presidirá. El Gerente del Banco será elegido por la Junta Directiva y será miembro de ella. Los cinco miembros restantes, de dedicación exclusiva, serán nombrados por el Presidente de la República para períodos prorrogables de cuatro años, reemplazados dos de ellos, cada cuatro años. Los miembros de la Junta Directiva representarán exclusivamente el interés de la Nación.

El Congreso dictará la ley a la cual deberá ceñirse el Banco de la República para el ejercicio de sus funciones y las normas con sujeción a las cuales el Gobierno expedirá los estatutos del banco en los que se determine, entre otros aspectos, la forma de su organización, su régimen legal, el funcionamiento de su junta directiva y del consejo de administración, el período del gerente, las reglas para la Constitución de sus reservas, entre ellas, las de estabilización cambiara y monetaria, y el destino de los excedentes de sus utilidades.



El Presidente de la República ejercerá la inspección, vigilancia y control del Banco de la República en los términos que señale la ley.

El Estado, por intermedio del Banco de la República, velará por el mantenimiento de la capacidad adquisitiva de la moneda.
El Banco no podrá establecer cupos de crédito, ni otorgar garantías a favor de particulares, salvo cuando se trate de intermediación de crédito externo para su colocación por medio de los establecimientos de crédito, o de apoyos transitorios de liquidez para los mismos. Las operaciones de financiamiento a favor del Estado requerirán la aprobación unánime de la Junta Directiva, a menos que se trate de operaciones de mercado abierto. El legislador, en ningún caso, podrá ordenar cupos de crédito a favor del Estado o de los particulares.




Que el Congreso sí puede cuestionar las actividades que realice el Banco lo dice claro la Constitución: El Banco rendirá al Congreso informe sobre la ejecución de las políticas a su cargo "y sobre los demás asuntos que se le soliciten". Y llego a pensar que no sólo al Banco sino al Presidente, en última instancia, a quien el Congreso sí puede a cualquier hora pedirle cuentas. Lo que por ninguna parte aparece es que el Banco de la República deba tener una Subgerencia encargada de hacerle desleal competencia a los comerciantes de arte, libros, oro, guaqueros y conceder favores culturales a los pintores, músicos, poetisas, poetisos, lagartos, lambones y/o menores de edad en trance de patética belleza, de acuerdo con los delirios de eterna juventud del Rasputín Subcultural de turno. Porque esa Subgerencia, a diferencia de las otras que existen en el Banco, no tiene nada que ver con las funciones básicas que determina la Constitución para tal entidad. Y podría hasta decirse, que infringe la Constitución además porque reparte dinero, de manera indirecta, a través de los favores que concede a los artistas y escritores adictos o serviles al ordenador del gasto. Montar una exposición, publicar un libro, comprar libros, contratar a estos músicos y no a todos los que están en capacidad de hacerlo o merecerlo, ¿no contradice acaso la norma que dice que el Banco no podrá establecer cupos de crédito, ni otorgar garantías a favor de particulares? Por eso sería bueno saber qué piensa el Procurador General de la Nación y el mismo Congreso sobre este asunto. Que de ser considerado ilegal, y dentro de las disposiciones que prevé la Ley de Cultura en tránsito por el Congreso, bien deberían ir a parar a manos de los municipios donde se han instalado esas moles faraónicas que son hoy sus museos del oro, del barro, de la guadua, o esas indescifrables bibliotecas, más atiborradas de soberanos ignorantes de la clasificación y conservación de libros, que de escolares a la búsqueda de un mapa, o un pie de página perdido en el laberinto de su enorme burocracia, corruptora de todo cuanto toca.





Los 650 millones del foro de Barranquilla


Por Harold Alvarado Tenorio

La Prensa, Bogotá, Domingo 26 mayo 1996




Hace dos años, en plena campaña electoral los medios masivos de comunicación informaron al respetable que el candidato liberal, a través de la oficina de su esposa, realizaría en Barranquilla un foro cultural para anunciar la creación de un ministerio de la cultura. El aviso que apareció en los periódicos fue de página entera y llevaba las firmas de más de cincuenta pretendidos líderes culturales del país que apoyaban las tesis del candidato, o que hacían parte de sus 'comités culturales, o que aspiraban, como lagartos que son, a algún puesto dentro de ese elefante, "blanco", que prometía ser el paquidermo.
Allí estaban los representantes de casi todo lo que pueda decirse es en este país cosa cultural, sin que faltaran las hoy tan apreciadas minorías negras y naturales, los hombres y mujeres de teatro, los hombres y las mujeres de las telenovelas, los señores y las señoras de las casas de cultura, los caballeros y las damas del pobre mundo y las revistas de bajo tiraje. Todos revueltos, unos con otros, aparecían codo con codo "líderes" como Arturo Sarabia, Gustavo Tatis, D´artagnan, Juan Mayr, Mónica Gontovnik, Javier González, Gerardo Tabares, Emilio San Miguel, Francisco Tovar, Enrique Morales, Jorge Pinilla, Rafael Sarmiento, Mirta Suelvas, Samuel Robinson, José Moore, Cristóbal Peláez, Pillo Jaramillo, Carlos Vásquez, Olmo Lievano, Hugo Lora, Fanor Terán, etc.
Pero la parte del león se la llevaban los que convocaban la reunión. Esos que hace más de medio siglo se han apropiado de todos los presupuestos que asigna el estado para asuntos de la materia y que con renovados ímpetus, esperaban asirse a las mejores raciones del pastel, una vez que el proyecto de ley hiciera su tránsito por las cámaras y entregara a ellos, por fin, también, los bienes muebles e inmuebles e incluso los tesoros que alberga la mar océana. Para ellos, para los verdaderos empresarios de la cultura, era este rutilante embeleco. Un ministerio que saciara por cuatro años los infinitos apetitos de riqueza y prestigio de Fanny Mickey, Juan Harvey Caicedo, María Mercedes Carranza, Alvaro Cataño Castillo, Bernardo Hoyos, Lina Botero, Gloria Valencia de Castaño, Maritza Uribe de Urdinola, Amparo Carvajal, Jorge Alí Triana, Aseneth Velásquez, Gloria Zea, Carlos Muñoz, Sergio Cabrera, etc.
Tal fue la euforia de los pichones, alevinos, lobos y hienas del reinó cultural, que muy pocas voces, poquísimas, entre ellas las de Gabriel García Márquez, Enrique Santos Calderón y Rafael Puyana, sólo se atrevieron a decir la verdad sobre el engendro.- Todo parecía tan maravilloso, tan bien pensado, tan a punto de salir del horno, que nadie dudaba que al menos cuatro de los protuberantes jefes del debate podrían llegar a ocupar el primer cargo de Ministro de Cultura de la República Samperiana.
El primero y mejor opcionado era don Juan Gustavo Cobo Borda, un muchacho bogotano, amigo del alma de Ernesto y Jacquin, que había pasado con ellos aquellos meses inolvidables de Madrid, cenando y departiendo en los preciosos restaurantes y cafés de las calles paralelas a la Castellana como El Café del Espejo, donde habían convenido que de llegar al poder, harían el gran ministerio, esa corona de laureles que pondrían en las sienes del bardo más obeso y el académico más lleno de errores de ortografía de la historia patria.
La segunda, en opciones y méritos, qué duda cabe, era doña María Candelaria Carranza, hija de Eduardo, amiga de Ignacio y Belisario, admiraba por López, íntima de Darío El Subgerente, quien desde los tiempos cuando no salía del apartamento del Mono Daniel y Pilar había demostrado tal afecto por Jacquin y Ernesto y en fin por toda la familia Samper, gracias a apoyo en metálico que recibe desde su la fundación de su Fundación de ese banco que controló toda la vida mientras estuvo viva Genoveva Samper: La Corporación la Candelaria. Así, mientras Darío compraba la casa, Genoveva le pagaba a ella y a sus empleados, ella, María Candelaria, había hecho un buen cocinero del hermano menor de Danielito y Ernesto, y él, el hermanito, puso un restaurante para elegantes en los patios de la Maison Silvia. María Candelaria tenía todos los méritos para ser la primera ministra de cultura del régimen. No olvidemos que se la vio muchas veces con Jacquin después de la primera vuelta e incluso luego de la segunda, aún cuando para decir verdad, luego de los narcocasetes y el proceso 8000 María Candelaria se fue alejando poco a poco de aquellos amigos que no hacían honor a la memoria del idolatrado Luis Carlos, ni a ella, casi que el único constituyente que votó contra la exclusión de "extradición de colombianos. Porque eso sí, en materia de limpieza ideológica, MMC es la campeona. Ahora lo ha demostrado celebrando con lujos inigualables los cien años del suicidio de su santo protector, el nunca bien divulgado José Asunción Silva.
Y qué no decir del obediente, obsecuente Ramiro Osorio con su espalda curvada de tanto servir durante milenios a Doña Fanny, rescatado una tarde de la Ciudad de México por Belisario y gran copista de los métodos de trabajo del PRI en asuntos culturales Ramiro había demostrado tal capacidad de trabajo y discreción que Ernesto y Jacquin nunca le excluyeron de la lista de futuros ministros de cultura.
Pero como en esta vida no todo es felicidad, luego de la euforia por Mincultura vino la calma y el olvido. Ni siquiera las insultantes palabras de la ponente en la cámara contra García Márquez y los esfuerzos de Samper por negociar el nacimiento del monstruo, lograron,-junto a los "democráticos libros" impresos por Cobo Borda y repartidos por miles, crear un ambiente propicio para continuar el agotado debate.
No se sabe aún cuánto dinero costó al erario público este capricho de la señora Jacquin, queriendo emular con las ex damas de palacio, en especial con la señora de Gaviria que lideró una fundación cultural que recorrió el país en silencio y sacó del olvido a una innumerable grupo de mujeres cantoras y cuenta chistes. Algunos dicen que unos dos mil millones de pesos en dos años.
De lo que sí estamos ciertos hoy, gracias a las investigaciones en curso contra las actuaciones de la primera dama que divulgó esta semana la Prensa, es la desaparición de unos cuatro mil millones de pesos que fueron depositados en cuentas aparentemente manejadas por ella y el gasto de 650 millones de pesos en las fiestas para presentar el proyecto del ministerio de la cultura en Barranquilla. 300 invitados de fuera de la Arenosa llegaron a la fiesta, que contó con 800 bebedores de ron caña y wisky. Terminada la parranda de Barranquilla, dice Santiago Medina en su ampliación de indagatoria de la primera semana de Mayo, la señora de Samper y el resto de la directiva de la campaña se fueron a Valledupar al Festival Vallenato.





LOS DESPILFARROS DE LAS DAMAS DE LA CULTURA


Por Harold Alvarado Tenorio

La Prensa, Bogotá, Domingo 1 Septiembre 1996



Luego de una cómplice amistad de medio siglo, dos de las divas de la cultura, una de la clase alta y la otra de la clase servicial. Doña Gloria Zea y Doña Isadora de Norden han develado al país una de las asquerosas manipulaciones, que del dinero de los contribuyentes vienen haciendo las damas de la cultura. Qué espectáculo más triste han ofrecido Doña Gloria y Doña Isadora, luego de tantos años de hacer creer al público que ellas, las humildes, las sacrificadas, las únicas y las inigualables han gastado más de la vida entera prestando el gran servicio a una nación de ignaros.
Sólo el machismo colombiano explica cómo desde los años de la administración del doctor Lleras. Restrépo, la clase dirigente decidiera que los asuntos culturales, como si se tratara de una visita a Pomona, hay que entregarlos, para su manejo y planeación, a unas señoras que se autodenominan patrañas de museos, teatros y festivales. Desde entonces han ido apareciendo esas muchachas, mayores siempre de cincuenta años, predestinadas por el establecimiento para regir los destinos de nuestros asuntos literarios, musicales, dramáticos y folklóricos.
La lista de estas luminarias sin libros, ni estudios ni investigaciones es ya extensa, pero las pioneras fueron Doña Gloria Valencia, Doña Fanny Mickey, Doña Gloria Zea y Doña Isadora, que nació como ninguna otra, empleada por el Estado y ha conocido todos los cargos ¡posibles, -desde 'creadora' de la cinemateca (que no es un archivo de filmes sino una sala de cine sin orden ni concierto)-, hasta su actual cargo de flamante directora de Colcorrupta, pasando por la Casa Silva y la Embajada de París. Sin que olvidemos que el modelo original fue Marta Traba, la aguerrida crítica de arfé y memorable escritora que fue expulsada del país, precisamente por Carlos Lleras Restrépo y que falleciera en un accidente de aviación, cuando intentaba visitar la Locombia de Belisario Betancur. ¡Qué diferencia tan grande hay entre aquella intelectual argentina y estas damas de la cultura colombiana!
Gracias al agarrón entre Doña Gloria y Doña Isadora sabemos que el gobierno ha venido dando todo el oro del mundo al Museo de Arte Moderno, en detrimento y perjuicio de todos los otros museos del país. Según el informe publicado en los periódicos, mientras a los Museos de Samaniego y Popayán les dan cinco centavos y a los de Mompox, Bucaramanga y Santa Marta, diez, y a los de Antioquia, Cali y Pereira, treinta, setenta y ciento sesenta respectivamente, al de Doña Gloria Zea le tenían programado este año nada menos que 800, de los 1.200 Millones que había ordenado. Una suma colosal, que considerando haya sido de las mismas proporciones a través de los tiempos, bien había podido servir para abrir y mantener no menos de cien escuelas públicas en los lugares más apartados e inhóspitos del país, donde hubieran aprendido a sumar y restar y pintar quien sabe cuántos miles de niños pobres.
Él Museo de Arte Moderno, como los Museos que contraía el Banco de la República, son un lujo que un país tan envilecido como Colombia, no puede darse. Y no hay que llamarse a engaño, ni rasgarse las vestiduras cuando se afirma que este tipo de instituciones, que sirven a una élite de diletantes acomplejados ante los destellos de los teatros y museos de los países ricos, son otra de las infames caricaturas de la "cultura" que la clase dirigente inflige al país. Ni la Opera de Colombia, ni el Museo de Arte Moderno de Bogotá, ni el Camarín del Carmen, ni su anexa Casa de Teatro aún sin inaugurar, ni la Casa Silva, ni los Veinte Museos del Oro del Banco de la República, ni la Real Academia Colombiana de la Lengua, ni el etílico Instituto Caro y Cuervo y mucho menos las salas de espectáculos de Doña Fanny Mickey y los programas de zoología y lambonería de Doña Gloria Valencia sirven al país. A quien sirven y benefician es a las roscas de poder que se han ido creando a costa de todos nosotros y donde todos nosotros no tenemos ni voz ni voto y menos ingreso. Esos museos, casas de poesía, teatros y demás son apenas los aderezos más caros que las señoras de la cultura tienen en sus armarios de lujo. Son sólo los broches y los abalorios que cuelgan sobre sus vestidos tejidos y cosidos en París y Londres.
Lo que Colombia necesita son museos, teatros, cinematecas e instituciones culturales democráticas, que exhiban, fomenten y expresen la cultura del país y donde por fin, las camarillas, clubes de areparina y casas de citas pasen a mejor vida. Cosa que por supuesto no va a suceder con este gobierno que se dispone, según se' informa, a convertir a Colcorrupta en la dependencia más pérfida y manida del régimen, controlada directamente por el Rey de los Herrares de Monografía, el Académico Juan Gustavo y quizás, como ya sucede, por las iras y odios de la esposa del presidente.
Las llamadas Instituciones de Cultura que controla y financia el gobierno hay que acabarlas. Hay que cerrarlas o entregarlas a las Universidades o los particulares, como sucede en todos los países modernos. La hora del fin de las divas de la cultura debe llegar. Ni Gloria Zea ni Isadora Norden tienen la razón. Las dos señoras representan lo más detestable de la cultura colombiana y ambas, las dos, son un anacronismo. Que cierren el Museo de Arte Moderno y que acaben de una vez por todas con Colcorrupta.
No faltará quien diga que todas estas opiniones mías son emanaciones de una mente nazi y fascista, olvidando que, precisamente, Adolfo Hitler fue uno de los más grandes patrones de las 'artes' de la historia de la humanidad, con el agravante de que sólo apoyaba instituciones "artísticas" elitistas y rosqueras que se daban el lujo de excluir a los mejores representantes de las artes alemanas de su tiempo, muchos de los cuales murieron en los campos de concentración, fueron asesinados o tuvieron que marchar al exilio. Hitler fue gran amante de la Opera, en especial del Festival de Bayruth, cuya directora, perpetua como Doña Gloria, Doña Fanny, Doña María Mercedes y los Doptores Ignacio Chaves y Darío Jaramillo, nunca se cansó de elogiar "el fino instinto artístico" del Führer.


De la manera más cordial ponemos a continuación en su conocimiento algunos de los valores en metálico solicitados por variadas organizaciones del llamado carácter cultural para la vigencia 2011, muchas de ellas con más de medio siglo de existencia, y que habitualmente el Ministerio de Cultura de Colombia fomenta y apoya.


Organización -Evento -Solicitado 2011

MUSEO DE ARTE MODERNO /ACTIVIDADES ARTISTICAS Y CULTURALES MUSEO DE ARTE MODERNO 2011= 837.320.900,00



Festival Internacional de Cine /51 FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE CARTAGENA DE INDIAS FICCI = 605.900.721.00


DEPARTAMENTO DEL HUILA - SECRETARIA DE CULTURA Y TURISMO 51 FESTIVAL FOLCLORICO, REINADO NACIONAL DEL BAMBUCO Y MUESTRA INTERNACIONAL DE FOLCLOR = 600.000.000,00



FUNDACION FESTIVAL DE LA LEYENDA VALLENATA/ 44 FESTIVAL DE LA LEYENDA VALLENATA = 512.000.000,00


CAMARA COLOMBIANA DEL LIBRO XXIV FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO DE BOGOTA = 505.000.000,00



FESTIVAL INTERNACIONAL DE TEATRO/ XXXIII FESTIVAL INTERNACIONAL DE TEATRO = 500.000.000,00


CORPORACION DEL CARNAVAL DE NEGROS Y BLANCOS CORPOCARNAVAL CARNAVAL DE NEGROS Y BLANCOS DE PASTO 2011 = 500.000.000,00



FUNDACION CARNAVAL DE BARRANQUILLA CARNAVAL DE BARRANQUILLA 2011 = 496.900.000,00


Observatorio del Caribe Colombiano FORTALECIMIENTO Y EXPANSION DEL SISTEMA DEL PENSAMIENTO SOBRE LA CULTURA DEL CARIBE COLOMBIANO, VI ETAPA = 450.000.000.00



Fundación Víctor Salvi CARTAGENA FESTIVAL INTERNACIONAL DE MUSICA = 400.000.000,00


ASOCIACION PARA LA PROMOCION DE LAS ARTES PROARTES XV FESTIVAL INTERNACIONAL DE ARTE DE CALI = 350.000.000,00



CORPORACION DE ARTE Y POESIA PROMETEO /XXI FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESIA DE MEDELLIN = 314.184.359,00




FUNDACION HAY FESTIVAL DE COLOMBIA HAY FESTIVAL CARTAGENA DE INDIAS = 304.000.000,00



INSTITUTO DEPARTAMENTAL DE CULTURA DEL META / 43° TORNEO INTERNACIONAL DEL JOROPO = 206.000.000,00



CONSERVATORIO DEL TOLIMA / APOYO AL MOVIMIENTO SINFONICO DEL CONSERVATORIO DEL TOLIMA = 190.000.000,00




FUNDACION MUSICAL DE COLOMBIA / XXV FESTIVAL NACIONAL DE LA MUSICA COLOMBIANA, XVII CONCURSO NACIONAL DE DUETOS PRINCIPES DE LA CANCION, XIV CONCURSO NACIONAL DE COMPOSICION LEONOR BUENAVENTURA = 170.625.000,00





CORPORACION CONCURSO NACIONAL DE BANDAS DE MUSICA DE PAIPA / XXXVII CONCURSO NACIONAL DE BANDAS MUSICALES = 161.300.000,00



CORPORACION PARA LA PROMOCION DE LAS ARTES Y LAS LETRAS /
19 FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESIA DE BOGOTA = 155.000.000,00



CORPORACION FESTIVAL DE MUSICA RELIGIOSA / FESTIVAL DE MUSICA RELIGIOSA DE POPAYAN = 145.000.000,00



FUNDACION CONSERVATORIO DE MUSICA DE SINCELEJO SUCRE / CONTINUACION A PROCESOS DE FORMACION MUSICO-ACADEMICO Y DIFUSION DE HABILIDADES ARTISTICAS EN LA POBLACION DE ESTRATOS 1 Y 2, POBLACION DESPLAZADA Y VULNERABLE EN EL MUNICIPIO DE SINCELEJO = 95.200.000,00




CORPORACION FESTIVAL INTERNACIONAL DE TEATRO DEL CARIBE - FESTICARIBE / XXII FESTIVAL INTERNACIONAL DE TEATRO DEL CARIBE = 75.000.000,00



FESTIVAL NACIONAL DE GAITAS FRANCISCO LLIRENE / XXVII FESTIVAL NACIONAL DE GAITAS FRANCISCO LLIRENE LA UNIVERSIDAD DE LA GAITA = 60.000.000,00



Harold Alvarado Tenorio
http://www.arquitrave.com
http://lacomunidad.elpais.com/la-lengua-viperina/posts
http://www.haroldalvaradotenorio.com
http://www.antologiacriticadelapoesiacolombiana.com
Móvil 320 306 64 begin_of_the_skype_highlighting 320 306 64 end_of_the_skype_highlighting 54
Cartagena de Indias
CO L O M B I A


FUENTE: todos los textos, incluído el que aparece con el nombre de Gabriel García Márquez fueron recibidos directamente de HAROLD ALVARADO TENORIO, al que agradezco y felicito por su larga trayectoria creativa literaria, crítica y docente universitario.

(*) El texto de Gabriel García Márquez es solo una parte de la nota/
reportaje titulada
"GABO SE OPONE A MINCULTURA",
Fecha de publicación 6 de julio de 1994.


Lic. Jose Pivín
frente al puerto de Haifa
frente al Mar Mediterráneo


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