Llevo el timón de mi solitaria nave invisible,
Enter y salto a la antípoda
y empiezo a existir en tu imaginación
en esta madrugada que será tu día o tu noche.
Será que nos hemos aborrecido tanto
para borrar nuestros cuerpos.
Será que nos necesitamos tanto
para aceptar las reglas de este despiadado juego,
todo vale excepto tocarte, todo vale
excepto beber ese vino que me ofreces
y esas velas que dices encender entre íconos y contraseñas
para que yo te encuentre.
Nada nos ha quedado excepto tu corazón y el mío
pulsando teclas temerarias y urgentes.
Sólo nos queda llevar una caricia a la pantalla,
y agradecer que todavía estemos allí,
no importa dónde.
Todo vale excepto que sepas que estoy llorando.
Nota del editor:
Hace cuatro años recibí un e-mail con esta poesía y la ilustración.
Me la envió un amigo cibernetico desde remotas tierras...
El la había recibido de otra persona, que la recibió de una anterior...
No sabemos el nombre de la autora.
Pero me pareció interesante agregar aquí, parte del texto que acompañaba aquel mensaje recibido:
"Asi me lo enviaron, un mail muy a este tiempo, de comunicaciones rapidas y amores sin cara, solo dejados a la imaginacion de cada participante, como la lectura de un libro, el que solo recrea la imaginacion del escritor y cada lector particular."
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