Para mejorar la memoria,
una siesta de 90 minutos
Refuerza el proceso de la consolidación de la memoria a largo plazo, dice, como conclusión, el Centro para la Investigación del Cerebro y el Comportamiento de la Universidad Israelí de Haifa.
A muchos visitantes les sorprende ver cómo nuestra ciudad, pasadas las 13.30, comienza a despoblarse y a convertirse, poco a poco, en un desierto; situación que se extiende hasta las 16, aproximadamente.
La siesta, en muchas localidades de nuestra provincia, es respetada a rajatabla. Y, aunque algunos no la practiquen, todos entienden que se trata de un lapso de tiempo para dejar de lado los llamados telefónicos y los ruidos molestos.
El hábito de la siesta está tan arraigado entre los entrerrianos que a nivel nacional, las autoridades relacionadas a la distribución de la energía bautizaron a los habitantes de esta provincia como “los nuevos santiagueños”; esto, a raíz de que el consumo de electricidad presenta por estos días altos picos en nuestra zona en los horarios correspondientes a ese descanso vespertino, y asumen que se trata de los equipos de aire acondicionado que están encendidos para hacer más placentero ese momento.
CONSOLIDAR LA MEMORIA. Un estudio del Centro para la Investigación del Cerebro y el Comportamiento de la Universidad Israelí de Haifa -publicado en la revista científica Nature Neuroscience-, revela que “una cabezadita (un sueñito) al atardecer cambia el curso de la fijación del recuerdo en el cerebro”.
El profesor Avi Karni, de dicha universidad, señala que “seguimos sin conocer el mecanismo exacto del proceso de memoria durante el sueño, pero los resultados de este estudio sugieren la posibilidad de que se puede acelerar la consolidación de la memoria y, en el futuro, podremos hacerlo de forma artificial”.
La memoria a largo plazo se define como aquella que no desaparece o dura muchos años, en contraposición a la de corto plazo, que registra cosas inmediatas que después se olvidan.
SUEÑO REPARADOR. El estudio -llevado a cabo en coordinación con el Laboratorio del Sueño del Centro Médico Sheba, en Tel Aviv, e investigadores del Departamento de Psicología de la Universidad de Montreal (Canadá)- analizó dos grupos a los que se les hizo repetir una actividad motora con el pulgar y otro de los dedos siguiendo una secuencia específica.
Los investigadores estudiaron aspectos relacionados con la memoria y, en concreto, la habilidad de los participantes de realizar de forma correcta y rápida la secuencia aprendida.A uno de los grupos se le permitió dormir una hora tras aprender la secuencia, mientras que el otro permaneció despierto.
El primero presentó una significativa mejora en sus habilidades para repetir el ejercicio después de la siesta, al tiempo que el segundo no mostró progreso alguno, aunque, tras dormir durante una noche entera, los participantes de ambos equipos revelaron el mismo nivel de aptitud.
CUESTIÓN DE DESTREZA. “Esta parte del estudio demostró que una siesta diurna acelera y mejora la destreza del cerebro. Tras una noche de sueño, ambos grupos mostraron el mismo nivel, pero el que pudo dormir por la tarde mejoró mucho más de prisa que el que permaneció despierto”, destaca Karni.
Un segundo experimento reveló que la consolidación de la memoria se acelera con el sueño.
“Esta parte del estudio mostró, por primera vez, que el sueño durante el día puede reducir el tiempo en el que la memoria se convierte en inmune a interferencias y olvidos. En lugar de 6 u 8 horas, el cerebro consolida la memoria durante 90 minutos de siesta”, explica el investigador.
Con todo, admite que aún los expertos no conocen a ciencia cierta cuál es el mecanismo del sueño que acelera estos procesos.
El esclarecimiento del mismo, opinan los científicos, podría permitir el desarrollo de métodos para acelerar la consolidación de la memoria en adultos y crear memorias estables en corto espacio de tiempo.
Otras voces vinculan el descanso con el riesgo de infartosBasados en las cifras que indican que, tanto en la Argentina como en el Uruguay, hay picos de infartos en horarios cercanos a las 10 y a las 19, investigadores del Conicet, de las universidades de Buenos Aires y Entre Ríos y del Hospital Ramos Mejía descubrieron que las siestas largas podrían disparar en el organismo, el mismo mecanismo que produce los infartos matutinos.
Según las estadísticas, entre las 16 y las 20 se produce un 27% de eventos, en tanto que entre las 8 y las 12 se da un 40%.“Se trata de un estudio descriptivo que hicimos para ver cómo varía la incidencia de infartos durante el día y la noche. Y la costumbre de la siesta es una hipótesis que sugerimos para entender la diferencia con el resto del mundo”, explicó el investigador superior del Conicet, Daniel Cardinali.
Los resultados surgieron a partir de los registros de 1.063 pacientes que habían sufrido infartos y habían estado internados en 63 unidades coronarias de la Argentina y en 2 de la República Oriental del Uruguay.No obstante los resultados del estudio, Cardinali reconoció que “dormir menos de 90 minutos puede ser reparador, especialmente en estos tiempos en que la sociedad ha limitado el tiempo de sueño por las noches”.
EXPLICACIÓN. Según la explicación aportada por los autores del trabajo, cuando una persona se acuesta a dormir por la noche, su cuerpo se paraliza y se desconecta; y al llegar a la fase de sueño profundo, se produce un estado de inestabilidad en el organismo.
Poco antes de despertarse, se aumentan los niveles de producción de ciertas hormonas, las catecolaminas, desde el cerebro. Las hormonas se liberan en la sangre y desencadenan varios cambios en el organismo. Sube la presión arterial. Se altera la frecuencia cardíaca. Y si las paredes de las arterias del corazón están muy débiles, se pueden romper sus placas internas. Al roturarse la placa, la sangre no puede pasar fácilmente y empieza a formarse el coágulo, algo que también está alentado por las hormonas catecolaminas.
Del coágulo al infarto hay un paso. Porque al obstruirse las arterias coronarias, se impide que llegue sangre rica en oxígeno y nutrientes a una sección del corazón.
“Al dormir una siesta de más de 90 minutos, se repite toda la activación de lo que ocurre durante el sueño profundo de la noche”, señaló Cardinali.
fuente: 'EL DIARIO'
Año 13 Edición Nº 4026 Paraná - Entre Ríos - Argentina - Miércoles, 13 de Febrero de 2008 - Lector Nº 23043003
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1 comentario:
Muy completo e interesante tu Blog.
¡Genial!!!!sigue escribiendo, te felicito desde España y espero que sigamos leyéndonos.
Mil gracias por tus palabras en mi blog.
Un abrazo de amiga.
Angy
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