jueves, 14 de febrero de 2008

Los altos volúmenes de la música digital empeoran la incidencia de problemas auditivos



Escuchar música a altos niveles sonoros ya sea por el uso de iPod, MP4, MP3, discman y por la asistencia a discotecas entre otras actividades recreativas está provocando hipoacusia pérdida de la capacidad auditiva en un alto porcentaje de adolescentes y jóvenes a nivel mundial.

El significativo incremento de las hipoacusias en ese sector de la población hizo que en 1995 la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalara la importancia de implementar campañas informativas y de educación pública, así como también de llevar adelante investigaciones científicas para hacer frente al problema.

El doctor Mario Serra, director del Centro de Investigación y Transferencia en Acústica (CINTRA) de la Universidad Tecnológica Nacional de Córdoba (Argentina), señala: En lo que respecta a los adolescentes y jóvenes, ellos se exponen frecuentemente a ruido no ocupacional durante sus actividades de esparcimiento, en especial las relacionadas con música.

Ese tipo de actividades incluyen la asistencia a lugares bailables, el uso de equipos personales de música, la interpretación de instrumentos musicales de gran potencia sonora como la batería, y la participación en grupos musicales, entre otras.

También hay actividades no musicales como la práctica de deportes con ruido, tiro al blanco, uso de petardos, en definitiva, hobbies que implican el uso de herramientas ruidosas y que son más frecuentes en los varones que en las niñas, comenta el especialista.

Según Serra la característica común de todas esas actividades recreativas es su peligrosidad para la función auditiva. La percepción auditiva va disminuyendo progresivamente desde las frecuencias altas (agudos) avanzando hacia las frecuencias que intervienen en la comprensión del lenguaje hablado, produciendo así deterioro en la comunicación interpersonal, explica.

Se considera que el límite entre exposición peligrosa y no peligrosa a ruido continuo se sitúa en los 85 decibeles (dBA).
Sin embargo, mediciones de los niveles sonoros de música en discotecas de la ciudad de Córdoba (provincia que se ubica en el centro de la República Argentina) muestran valores entre 104,3 dBA y 112,4 dBA con picos de hasta 119 dBA, advierte Serra.

La mayoría de esas exposiciones a altos niveles sonoros son peligrosas, una realidad que no se da sólo en Córdoba, sino también en otras ciudades del mundo.

La doctora Ester Biassoni, psicóloga especializada en psicoacústica del CINTRA subraya: Además del nivel sonoro, importa el tiempo de exposición para que se genere una hipoacusia.
Con los niveles sonoros reales medidos en discotecas los adolescentes y jóvenes sólo podrían estar expuestos por no más de 15 minutos sin que su salud auditiva esté en riesgo.

A nivel internacional y también nacional existe reglamentación para la exposición a ruidos de origen laboral ruido ocupacional que protege al trabajador. Pero no la hay para la exposición a altos niveles sonoros fuera de las horas laborales ruido no ocupacional a que están expuestos, en su mayoría, adolescentes y jóvenes, señala Biassoni.

En la Argentina, por ejemplo, un alto porcentaje de jóvenes de entre 20 a 25 años de edad son rechazados por problemas auditivos en su ingreso laboral.

Serra es concluyente: Es un tema que requiere riguroso estudio a fin de implementar las medidas necesarias para proteger la salud auditiva de los futuros aspirantes a puestos de trabajo y preservar su calidad de vida.
14 de febrero 2008
Especial Bruno Geller, Agencia CyTA-Instituto Leloir)

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