sábado, 12 de marzo de 2011

El mayor terremoto de 8.9 RICHTER y Tsunami con olas de 10 metros registrado en Japón deja ya cientos de víctimas y cientos de desaparecidos./

Declarada la emergencia
nuclear por problemas en
una central



El mayor terremoto registrado en Japón deja ya cientos de víctimas
Un tsunami con olas de hasta 10 metros barre el litoral del noreste del país tras un temblor de magnitud 8,9, el más fuerte en 140 años.- Al menos 271 muertos y 681 desaparecidos, según el último recuento, aunque el Gobierno advierte de que hay una cifra "extremadamente alta" de víctimas.- Declarada la emergencia nuclear por problemas en una central



EL PAÍS / AGENCIAS - Madrid / Tokio - 11/03/2011





Un devastador terremoto de 8,9 en la escala de Richter, el de mayor magnitud vivido en Japón desde que existen registros, ha sacudido el país provocando centenares de muertos y desaparecidos. El Gobierno japonés ha advertido de un número "extremadamente alto de víctimas", que podría superar el millar, aunque por ahora los últimos datos facilitados por la policía cifran el número de fallecidos en 271 -402, según recoge la agencia France Press-.



El balance oficial también cifra en 681 los desaparecidos, y la policía señala, además, que al menos 991 personas han resultado heridas. Se teme que la cifra de fallecidos pueda aumentar conforme vaya amaneciendo, ha asegurado la agencia Kyodo citando al Ministerio de Defensa nipón, por el gran número de personas que siguen desaparecidas.




El temblor ha dejado sin electricidad a millones de personas en todo el país, donde se ha decretado el estado de "emergencia de energía nuclear" por problemas en una central. Tanto Estados Unidos como los países de la Unión Europea han ofrecido al primer ministro japonés, Naoto Kan, su ayuda para las labores de rescate y reconstrucción.






Todos los recursos disponibles en el ejército se han movilizado para asistir en las labores de rescate, especiamente en las provincias de Miyagi, Iwate y Fukushima, las más golpeadas. Pese a ello los equipos de rescate todavía no han logrado alcanzar las zonas realmente más afectadas por la subida de las aguas, puesto que la alerta por tsunami todavía está en vigor.



La catástrofe se debe en gran parte a que el fuerte movimiento sísmico, cuyo epicentro se ha localizado en el océano Pacífico a un centenar de kilómetros de la costa, ha desatado un tsunami con olas de hasta 10 metros que han penetrado 5 kilómetros tierra adentro y han arrasado cuanto han encontrado a su paso en las provincias del noreste. Según el ministerio de Defensa, solo en la prefectura de Fukushima hay unas 1.800 viviendas destruidas. Y en la vecina prefectura de Miyagi, una de las áreas más afectadas, la policía ha asegurado que hay entre 200 y 300 cadáveres en una playa de la ciudad de Sendai (por lo que el balance policial de víctimas quedaría lejos de la realidad). Las olas han arrastrado barcos tierra adentro y se teme que cuatro trenes costeros de los que no se sabe nada hayan sido engullidos por el mar. Al menos uno de ellos era un convoy de pasajeros que trasladaba a un número indeterminado de personas cuando se perdió su pista. Los transportes se han visto afectados en todo el país, dejando a numerosas personas sin la posibilidad de regresar a sus casas, y los vuelos en el aeropuerto de Narita, el principal de Tokio, se han visto interrumpidos durante horas.



Con las primeras horas del día en el país, el primer ministro japonés, Naoto Kan, ya ha salido en un helicóptero para sobrevolar las zonas más afectadas y controlar desde el aire la situación en la que se encuentra el país.



Estado de emergencia nuclear



Alrededor de cuatro millones de hogares están sin electricidad en seis provincias, mientras se suceden las escenas de incendios en numerosas viviendas e instalaciones industriales. Con el temblor, 11 centrales nucleares han detenido automáticamente su actividad, siguiendo el protocolo de seguridad. El terremoto ha afectado de manera directa a las centrales de Onagawa y Fukushima-Daiichi, donde se han declarado sendos incendios. Aunque el Gobierno asegura que no ha habido fugas, se ha visto obligado a declarar el estado de "emergencia de energía nuclear" porque en esta última había problemas para enfriar un reactor. Eso implica riesgo de una posible fuga, tal y como han advertido los expertos y ha reconocido el Gobierno. Al parecer, una comisión de seguridad, ha detectado un nivel de radiación 1.000 veces superior al normal, según la agencia Kyodio.



Unas 45.000 personas han sido evacuadas de los alrededores de la central de Fukushima-Daiichi, a unos 240 kilómetros al norte de Tokio. El problema allí es que el fallo eléctrico ha detenido el sistema que bombea agua para enfriar el reactor. Aunque el sistema ha quedado restablecido con el traslado de generadores eléctricos, la presión en el edificio de turbinas sobrepasa el nivel para el que fue diseñada y el nivel de radiación ha crecido, según expertos consultados por Reuters. Estos señalan que ambas condiciones podrían producir alguna fuga radiactiva, un riesgo que el Ministerio de Industria ha constatado. El riesgo, según los técnicos, es menor mientras el sistema de enfriamiento siga funcionando.



Los fuegos de las centrales nucleares no han sido ninguna excepción. Según la agencia Kyodo, ha habido al menos 97 incendios en todo el país y, con la llegada de la noche, las imágenes de televisión han mostrado nítidamente numerosos fuegos entre la maraña de escombros, coches y viviendas semiderruidas que han dejado el temblor y el tsunami en la costa noreste.



La Embajada busca a tres españoles



"Todo se ha agitado violentamente en mi habitación", ha comentado a EL PAÍS Javier Izaguirre, un estudiante español residente en Tokio. "Los escalones se movían violentamente de un lado a otro, se abrían grietas a lo largo de las escaleras y caían pequeños cascotes", ha relatado igualmente a EL PAÍS Paco Pinillos, un español residente en Madrid que se encuentra de viaje por Japón, y que en el momento del fuerte seísmo se encontraba en el metro. El Gobierno español ha informado de que hay tres españoles (al principio se dijo cuatro, pero la cifra ha sido rebajada luego) que estaban en la zona que más ha sufrido el temblor y que aún no han sido localizados por la Embajada.



Alerta de tsunami en el Pacífico



El hipocentro de este seísmo se ha situado a una profundidad de 24 kilómetros bajo el océano Pacífico, a 130 kilómetros de la península de Ojika, en la misma zona donde hace dos días ocurrió otro terremoto de magnitud 7,3 que no causó daños. El temblor ocurrió a las 14.46 hora local (las 6.46, hora peninsular española) y alcanzó el máximo de magnitud 7 en la escala japonesa, que se centra en las zonas afectadas más que en la intensidad del temblor. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, uno de los de referencia a nivel mundial, el seísmo tuvo una magnitud de 8,9 en la escala de Richter, el mayor registrado en Japón desde que se iniciaran las mediciones hace 140 años.



El aviso de tsunami se ha ampliado a la costa de Taiwán, Rusia, Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Hawaii y otros lugares del Pacífico. La alerta ha sido ya levantada en el archipiélago de Guam y en Hawai no se han medido olas superiores a un metro. Las corrientes han tocado también, muy atenuadas, la costa oeste de Norteamérica, donde no han provocado daños al margen de algunos incidentes aislados aunque las autoridades informan de algunos desaparecidos. Al parecer, por el momento hay cuatro heridos y un desaparecido en la costa oeste. El oleaje generado por el maremoto nipón se llevó por delante a cinco curiosos que se acercaron a ver de primera mano la anunciada llegada del tsunami, desoyendo las instrucciones de las autoridades. Según el Instituto Geológico de EE UU (USGC, por sus siglas en inglés) se están produciendo numerosas réplicas en la zona. Hasta el momento, se han registrado 20 terremotos de magnitud superior a seis grados.




El Gobierno chileno ha anunciado la inminente "evacuación preventiva" de los residentes en zonas "inundables" de la costa y ha confirmado que el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) ha elevado de alerta a "alarma de tsunami" la observación sobre la isla de Pascua, el primer lugar del país -que el año pasado sufrió un devastador terremoto en el que murieron más de 50 personas- que podría sentir en las próximas horas los efectos del terremoto.



El primer ministro ha calificado de "graves" los daños causados por el temblor en una comparecencia pública tras el movimiento sísmico. Además, Naoto Kan ha anunciado la celebración de un Consejo de Ministros extraordinario. También ha pedido calma a la población, ha asegurado que su Administración hará "todos los esfuerzos para minimizar los daños" y ha anunciado la creación de un grupo de trabajo de emergencia para gestionar la situación. El portavoz del Gobierno, Yukio Edano, ha dicho por su parte que el Ejecutivo se está comportando bajo la suposición de que éste ha sido el peor terremoto de la historia de Japón. Edano también ha pedido a la población a mantenerse alerta ante las numerosas réplicas y por el tsunami provocado por el temblor, que ha llevado a ordenar la evacuación en las zonas costeras en riesgo. El Gobierno ha pedido ayuda a las tropas estadounidenses basadas en el archipiélago, unos 40.000 hombres, para transportar material de socorro a los lugares más afectados por el terremoto y el tsunami, según Kyodo.



Caídas en los parqués



El violento terremoto se ha sentido también en la economía nipona. El índice Nikkei de la bolsa de Tokio ha cerrado con una caída del 1,72% ante la incertidumbre por los efectos del seísmo, mientras que el yen se ha depreciado notablemente frente al dólar. La mayoría de bolsas europeas han cotizado ligeramente a la baja durante la jornada y Wall Street también ha abierto en negativo. Al final de la jornada, la Bolsa de Nueva York cerró en terreno positivo y el Dow Jones de Industriales, su principal indicador, subió 0,5 % a pesar del devastador terremoto y los datos económicos peores de lo esperado difundidos en EE UU.



Los temblores son comunes en Japón, uno de los países con más zonas sísmicas activas, pero también uno de los más preparados. De hecho, además de contar con construcciones seguras, el Gobierno edita cada cierto tiempo manuales con consejos sobre cómo actuar en los temblores, que publica en inglés y japonés. El país tiene alrededor del 20% del total de los terremotos del mundo por encima de los 6 grados en la escala Ritcher. El de este viernes ha sido de mayor magnitud que el recordado seísmo que tuvo lugar en 1923 en Gran Kanto, que con una magnitud de 7,9 mató a más de 140.000 personas en el área de Tokio.



El buscador de Internet Google ha puesto a disposición de los usuarios un buscador de personas para contactar con la gente que está en estos momentos en Japón. Está disponible en inglés y japonés.







En este vídeo, una grabación de la televisión japonesa,
se puede ver la columna de humo que sale de la central de Fukushima


"Lo peor que puede pasar es que se funda el núcleo"

Manuel Fernández Ordóñez, doctor en Física Nuclear, analiza la explosión en la central nuclear de Fukushima

RAFAEL MÉNDEZ - Madrid - 12/03/2011



Manuel Fernández Ordóñez lleva 24 horas siguiendo la confusa información sobre la central nuclear de Fukushima. "No sabemos exactamente qué está pasando, hay mucha información confusa", explica Fernández Ordóñez. Pero aún así ya se puede hacer una recapitulación de lo que ha pasado y de lo que puede llegar a pasar.


"El terremoto afecta al sistema de refrigeración de la central", explica. Una nuclear tiene que estar permanentemente refrigerada, lo que se realiza con tres circuitos de agua. Después fallaron los generadores diésel que hacen que el agua circule y que están como emergencia. World Nuclear News afirma que fallaron por el tsunami y que estuvieron funcionando durante una hora. "En esa situación no hay nada que mueva el agua para refrigerar al reactor", explica Fernández Ordóñez.

"Dentro del núcleo de la central empieza a subir la presión y entonces lo que hacen es liberar gases al edificio de la contención. Imaginemos que el núcleo es como una olla exprés, cuando sube la presión se abre la válvula y sale hacia la cocina, que es el edifico de la contención", señala.

Aun así, la presión en el edificio de la contención siguió subiendo. "La contención está a menor presión que el exterior para evitar que si hay una grieta salga nada hacia afuera. La presión normal es de 400 kilopascales, cuando en el exterior es de 1.000. En la central la presión subió hacia 600 y luego a 850. Entonces es cuando se decide abrir y sacar hacia el exterior el vapor de agua contaminado. Se filtra pero siempre sale vapor radiactivo", resume. Por eso las autoridades desalojaron las poblaciones cercanas a la nuclear.

A partir de ahí la información es más confusa. Hubo una explosión, pero parece de humo blanco, lo que sugiere que se trate de hidrógeno y fuera del edificio de contención, lo que no sería tan grave. "El último comunicado dice que han conseguido restablecer la energía de las bombas y que ya está llegando agua", añade Fernández Ordóñez.

¿Qué es lo peor que puede pasar? "Que se quede sin agua y se funda el combustible del núcleo, que llegaría a 1.800 grados y se formaría una especie de amalgama metálica, como lava fría. Si el edificio de la contención está bien no tiene por qué haber un escape radiactivo". Es lo que ocurrió en Three Mile Island, en marzo de 1979 en Estados Unidos, que paró durante 30 años la construcción de nucleares en EE UU.




Fukushima vive el peor accidente

nuclear desde Chernóbil

Las autoridades dan al incidente una categoría 4 en la escala internacional de 7.- Las autoridades evacúan a 45.000 personas y despliegan al Ejército en la zona.- El Ejecutivo reconoce pequeñas fugas radiactivas y se prepara para repartir yodo, un elemento eficaz contra el cáncer de tiroides.- La OMS dice que el riesgo para la salud es por el momento "bastante bajo"




La situación en Fukushima I, como también se conoce a esa central nuclear ubicada unos 240 kilómetros al norte de Tokio, ha ido a peor esta mañana tras una fuerte explosión en una torre eléctrica situada cerca del reactor número 1. Se trata del mismo reactor en el que ayer se elevó de forma alarmante el nivel de radiactividad y que obligó a declarar el estado de "emergencia de energía nuclear" ante la posibilidad de fugas radiactivas. Hoy, el Ejecutivo de Naoto Kan no ha tenido más remedio que reconocer que ha habido pequeños escapes radiactivos, aunque ha dicho que estos no suponen ningún peligro porque, entre otras cosas, se encuentra acordonado un perímetro de 20 kilómetros a la redonda (y de 10 kilómetros en el caso de la central vecina de Fukushima Daini, también con problemas). Unas 45.000 personas han sido evacuadas de esa área, en la que solo pueden entrar los equipos de emergencia y expertos nucleares.



Entre esos equipos se encuentran unos 50.000 militares, movilizados por el Gobierno para tratar de controlar la situación. El objetivo es lograr que el sistema de refrigeración del reactor cumpla su función, algo que solo consigue a duras penas desde el temblor de ayer, y evitar así una explosión del propio reactor que desencadenaría un accidente nuclear fatal. Ninguno de los intentos emprendidos hasta ahora ha dado frutos. El Gobierno japonés ha hecho un llamamiento a la calma mientras investiga las circunstancias del accidente en la torre eléctrica. Pero la preocupación entre la población, enormemente impactada por el tamaño de la catástrofe, es fácilmente palpable incluso entre los japoneses que viven cientos de kilómetros de las centrales, informa desde Tokio la enviada especial de EL PAÍS Georgina Higueras.



En rueda de prensa, el ministro portavoz ha informado de que la explosión no ha dañado el depósito que protege al reactor (el que ahora se intenta rellenar con agua de mar) y ha asegurado que se investiga como posible causa una reacción química entre acumulaciones de hidrógeno y oxígeno. Yukio Edano también ha dicho que el nivel de radiactividad en la zona ha bajado y que por ahora se encuentra en valores "asumibles". Las autoridades de la prefectura de Fukushima han asegurado que los niveles alrededor de la planta son los equivalentes a los que puede soportar una persona en un año. Un portavoz de la Organización Mundial de la Salud ha señalado a Reuters que, a partir de los datos facilitados por las autoridades japonesas, los escapes han sido pequeños y el riesgo para la salud es "bastante bajo". Con todo, numerosas personas evacuadas han tenido que pasar por controles de radiación antes de abandonar la zona.



Fugas radiactivas



A primeras horas del sábado (madrugada del viernes en España), el primer ministro japonés visitó la zona afectada y confirmó que se habían liberado "mínimas cantidades de radiación". En una comparecencia posterior ante los medios, Naoto Kan ha calificado de "tragedia sin precedentes" la situación que vive el país. Según la Comisión para la Seguridad Nuclear de Japón, se ha detectado cesio radiactivo cerca de las centrales de Fukushima I y II.



Hasta 50.000 soldados de las Fuerzas de Autodefensa (el nombre del Ejército japonés), pertrechados con protecciones nucleares, han sido desplegados en la central para verificar la situación. La Fuerza Aérea de EE UU también ha colaborado entregando refrigerante para la central de Fukuishima-Daiichi, según informó ayer la secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, sin especificar más detalles sobre la operación. "Una de las centrales ha recibido una gran presión tan el temblor y no tiene suficiente líquido refrigerante. Los aviones de la USAF han podido entregarlo", dijo Clinton.



La empresa propietaria de las dos centrales afectadas tiene un pasado polémico. Tokyo Electric Power's (TEPCO) tuvo varios problemas de seguridad en el pasado. En 2002, el presidente de tuvo que dimitir después de que varios ejecutivos admitieran haber falsificados informes de seguridad. Casos que se han ido repitiendo a lo largo de los últimos años.



Declarada la emergencia nuclear



La emergencia nuclear declarada en Japón sigue el procedimiento de seguridad internacional para minimizar los daños que el terremoto haya podido causar a las instalaciones nucleares y garantizar que no se han producido fugas radiactivas, como ocurrió en la planta japonesa de Kashiwazaki-Kariwa que vertió al mar unos mil litros de agua contaminada tras el terremoto de 2007.



La alerta se explica porque ni los reactores instalados en el país, una referencia para la seguridad a nivel mundial dado que fueron diseñados para resistir a los seísmos que habitualmente sufre la zona, parecen preparados para soportar un movimiento telúrico de la intensidad del que ha sacudido la costa nororiental del país, de 8,9 en la escala Richter, informa Ferran Balsells. "Los reactores se diseñan considerando datos históricos de los seísmos de la zona en que se van a construir", detalla Juli Barceló, exconsejero del Consejo de Seguridad Nuclear, máxima autoridad atómica de España. "En Japón las nucleares están construidas para resistir terremotos de una intensidad alrededor de 7,5", detalla. "El primer paso, ante la intensidad del terremoto, es decretar la emergencia para asegurarse de que no ha habido averías que desemboquen en fugas o explosiones".



Las plantas nucleares poseen dos puntos especialmente débiles: el reactor, que debe mantenerse aislado y a una temperatura estable de unos 300 grados centígrados; y el sistema de refrigeración del mismo, que evita sobrecalentamientos que puedan derivar en una explosión. Es el riesgo que ha sufrido la planta atómica de Fukushima I, cuyo circuito de refrigeración ha sufrido una avería que ha provocado un fallo en la instalación. "Uno de los motores que alimenta el sistema de refrigeración ha fallado. Es relativamente alarmante porque debería haber funcionado correctamente", señala José María García Casasnovas, ingeniero industrial experto en energía nuclear y vocal de la comisión de Energía del Colegio de Ingenieros. "Hay que investigar qué ha pasado y si la avería obedece a afectaciones causadas por el terremoto", añade.



Es una sucesión de acontecimientos similar a la que propició el accidente radiactivo de Chernobil en 1986, uno de los mayores desastres medioambientales causados por una central nuclear. "Pero Japón ha paralizado la central inmediatamente y parece que el resto de sistemas de seguridad funcionan según lo previsto. Ahora es primordial certificar que los circuitos de refrigeración y los reactores paralizados pueden seguir operando con seguridad", advierte Casasnovas. "Por eso la emergencia se mantendrá hasta que se haya descartado cualquier riesgo", precisa.



La emergencia ha parado aproximadamente el 25% de la potencia nuclear instalada en el país (el temblor paró 11 de las 54 centrales nucleares) mientras el 75% sigue funcionando con normalidad. "Es una alteración importante que afecta alrededor de la cuarta parte del parque nuclear", calcula Casasnovas."Por ahora se está sustituyendo la energía que producían los reactores afectados con plantas de gas líquido, aunque si se prorroga la situación de emergencia Japón quizá deba recurrir a otras fuentes energéticas".





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