lunes, 16 de marzo de 2009

ANTISEMITISMO EN EL MUNDO


NUEVO ANTISEMITISMO, UN NUEVO VENENO por Unberto Eco (PERFIL - 14/03/09)

(...) El antisemitismo podría ser definido como una de las muchas formas de fanatismo que han envenenado nuestro mundo a lo largo de siglos. Si mucha gente cree en la existencia de un diablo que hace planes para llevarnos a la condenación eterna, ¿por qué no iba a creer en una conspiración judía para dominar al mundo?


El antisemitismo, como todas las actitudes irracionales e impulsadas por una fe ciega, está lleno de contradicciones; sus adherentes no se dan cuenta de ellas, pero las repiten sin sentirse apenados por ello.


En las obras clásicas del antisemitismo del siglo XIX, por ejemplo, se recurría a dos lugares comunes según lo exigía la ocasión. Uno era que los judíos, quienes vivían en lugares atestados y oscuros, eran más susceptibles que los cristianos a las infecciones y enfermedades (y, en consecuencia, eran más peligrosos).


Por razones misteriosas, el segundo lugar común era que los judíos eran más resistentes a las plagas y otras epidemias, además de ser sensuales y aterradoramente fecundos, y por tanto eran invasores amenazadores del mundo cristiano.


Otro lugar común era ampliamente empleado tanto por la izquierda como por la derecha, y como un ejemplo cito un clásico del antisemitismo socialista (Alphonse Toussenel, Les Juifs, Rois de l’Epoque, 1847) y un clásico del Antisemitismo Católico Legitimista (Henri Gougenot des Mousseaux, Le Juif, le Judaisme et le Judaisation des Peoples Chretiens, 1869).


Ambos libros aseguran que los judíos no practicaban la agricultura y por tanto estaban alejados de la vida productiva de los países en los que residían. Estaban completamente dedicados a las finanzas, y eso quiere decir a la posesión de oro. Dado lo cual, siendo nómadas por naturaleza e impulsados por sus esperanzas mesiánicas, podrían fácilmente abandonar los estados que los habían acogido y llevarse todas sus riquezas con ellos.


Otras obras antisemitas de ese período, incluyendo el notorio Protocolos de los Sabios de Sion, acusaban a los judíos de tratar de apoderarse de las propiedades con tierras con el fin de tomar posesión de los campos. Como hemos dicho, el antisemitismo está lleno de contradicciones.


La meta principal de los antisemitas es la destrucción del Estado de Israel. En resumen, al antisemita no le agrada si un judío vive por cierto tiempo en un país que no sea Israel. Si, no obstante, un judío opta por vivir en Israel, tampoco le agrada. (...).

difundido en BOLETIN DE "D.A.I.A".- BUENOS AIRES

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