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Lechería. La Martona. Foto de 1908. Esta empresa tenia locales similares en distintos barrios de la Capital y del Gran Buenos Aires.
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El diario venezolano El Nacional (29.03.09) nos trae una noticia inquietante sobre la destrucción masiva de libros por el régimen de Hugo Chávez. En un reportaje de Laura Helena Castillo, la periodista investiga la destrucción de más de 60.000 volúmenes sustraídos de las bibliotecas públicas del estado Miranda durante la gestión del gobernador Diosdado Cabello, el segundo hombre de la revolución, quien es actualmente ministro del gabinete de Chávez.
“Entre 2007 y 2008, 62.262 libros de las bibliotecas del estado Miranda fueron vendidos como pulpa de papel. La operación quebrantó las normas de descarte de material elaboradas por la Biblioteca Nacional”, escribe la periodista, quien detecta por igual en las auditorías la desaparición de más de un millón de ejemplares. Se trata de “la destrucción de la cultura (...) en la lista hay de todo: religión, historia, literatura, política, material braille, textos infantiles.
El número de ejemplares representa 15% de los 401.000 libros que, según el Instituto Autónomo de Bibliotecas del estado Miranda (Iabim), quedan en el estado, aunque debería haber 2.000.000”. El Nacional, entrevista por igual a algunos de los responsables: "La variedad de libros desincorporados es tan grande que uno pudiera imaginar que, en varias áreas, se hizo por ignorancia", dice María Elena Zapata, directora general del Iabim.
"La mayor parte de los libros tiene una ideología capitalista", así se expresó Ignacio Barreto, recién designado director del Instituto Autónomo Biblioteca Nacional, quien acaba de asumir la dirección del ente rector y de las 727 bibliotecas públicas del país. “El problema de la ideología no es un asunto ni proselitista ni partidista, se trata de la concepción de un Estado, un sistema.
La mayor parte de los libros que están en las bibliotecas tiene una ideología dominante capitalista. Los libros de autoayuda incitan al individualismo, a que tu crecimiento personal no tenga nada que ver con el crecimiento del otro. Los libros de historia de hace muchos años ven a la historia desde la dominación. Son libros de ideología capitalista”, afirmó sin pudor.
En la Biblioteca Nacional apoyan la creación de la sección ideológica en las salas públicas del país, que contiene sólo libros destinados a promocionar el proyecto político de Hugo Chávez.
En muchos de sus anaqueles ya se encuentran libros alusivos a la revolución cubana y en cuanto a libros de texto para la educación primaria han desaparecido acontecimientos relevantes de la historia democrática del país, mientras se magnifica la gesta de Chávez cuando en 1982 lideró un golpe de Estado y en el presente intenta establecer un régimen denominado “Socialismo del Siglo XXI”.
Construir el futuro socialismo significa sacrificar la libertad de conciencia, la manipulación y el control de la población, así como borrar la memoria colectiva. Entre otras denuncias está la desaparición de colecciones fundacionales de regiones, pueblos y personajes que levantaron esas comunidades o contribuyeron a la edificación de la democracia en Venezuela.
De allí que retomemos a Fernando Báez cuando dice que “(...) un libro se destruye con ánimo de aniquilar la memoria que encierra, es decir, el patrimonio de ideas de una cultura entera. La destrucción se cumple contra todo lo que se considere una amenaza directa o indirecta a un valor considerado superior”.
En su “Mundo feliz”, escrito en 1932, Aldous Huxley, anticipándose a muchos de los acontecimientos que vivimos en el presente, al predecir la extinción de la libertad y la democracia bajo yugos totalitarios, habla del concepto de felicidad colectiva y los objetivos superiores del dominador en boca de uno de los personajes de su novela:
“Para poder brindar felicidad, la sociedad debe ser manipulada, se debe reducir la libertad de elección y expresión, así como ejercer el control sobre toda actividad intelectual, ya que el libre ejercicio de las ideas produce infelicidad.
En relación a los libros:
- Shakespeare esta prohibido porque es antiguo. Aquí, no empleamos viejas cosas.
- ¿Aunque sean bellas?- Sobre todo si son bellas. La belleza atrae, y no queremos que seamos atraídos por las cosas antiguas. Queremos que se amen las nuevas.
- Pero las nuevas son casi estúpidas, son ¡horrorosas!”.
- No solo el arte es incompatible con la estabilidad. Lo es también la ciencia. La verdad es una amenaza, y la ciencia es un peligro público. Estamos obligados de tenerla cuidadosamente encadenada y amordazada".
Los fanáticos seguidores de Chávez en el campo de la cultura y la educación no han tenido miramientos al eliminar recientemente la libre importación de libros, con la idea de que en el país se lea sólo lo que decida publicar el Estado.
Así como escasean los productos básicos, pronto veremos anaqueles vacíos en las librerías, que se repondrán sólo con libros nuevos inspirados en las salas situacionales del régimen, de esa forma, no necesitarán secuestrar, quemar o vender como pulpa los libros desviacionistas de su proyecto de dominación. En Cuba, uno de los primeros libros prohibidos y desterrados de las bibliotecas públicas fue “1984”, la utopía totalitaria de George Orwell.
Esto último nos remite a otra obra del género de anticipación, “Fahrenheit 451” de Ray Bradbury. El título alude a que 451º F, es la temperatura a la que arde el papel. En la trama de la novela, los “bomberos”, son ejecutores de una nueva inquisición contra la libertad de pensamiento, en vez de apagar incendios se dedican a quemar libros prohibidos por el régimen. Montag, el héroe de la novela, es un “quemador de libros” (book burner) quien un día, abrumado por su aborrecible faena, percibe que los libros tienen “cuerpo y alma” y al “escucharlos gritar mientras los quema”, decide desertar y unirse al movimiento de resistencia. Hombres y mujeres que han ideado una táctica para preservar su cultura y sus valores, mediante la memorización de un libro por cada uno de los disidentes.
Así, en un encuentro casual de dos transeúntes en un parque, una mujer es “La República” de Platón y el desconocido con quien se tropezó y ahora dialoga, podría ser “Los Viajes de Gulliver”. En un café, una joven le recita “Antígona” a otro joven, quien le contesta con fragmentos de “La guerra y la paz”. Para “leer” un libro había que buscar a otra persona, generalmente un desconocido.
Cualquier parecido de estos libros con la realidad del régimen “biblioclasta” de Hugo Chávez no son meras coincidencias. De allí que hoy decidí aprender de memoria, algunos capítulos de “Doktor Faustus” y de “La Montaña Mágica” de Thomas Mann, unos pasajes de “El sonido y la furia” de Faulkner, un párrafo del “Walden” de Thoreau, la primera página de “El Manantial” de Ayn Rand, de René Char “Aromas Cazadores” y “Le nu perdu”, “Four Quartets” de T.S. Elliot. Ya recito de memoria dos capítulos del “Sutra del Loto” de Budha Shakiamuni ¿Cuál libro o poema eres tú?.
Y me cuenta Miguel que le contó Antonio que su padre, brazos en jarra frente al mar, le dijo “qué lecos está mi casa”, italiano frente al mar, italiano frente al océano, frente a la inmensidad del espacio pero más del tiempo. “Qué lecos está mi casa”, y le aclara “mi casa de la infancia”. Todo un mar, señor Cali, todo un mar entre su Italia y la América.
Y cuenta Miguel que su amiga Inés le dijo una historia, me imagino historia contada a media voz, historia de sobremesa, cuando la luz he decaído, la emoción florece y los vellos sutiles propenden a erizarse frente a lo intangible, a lo tan real que se puede tocar con esos, los dedos verdaderos del comprender por completo.
Inés le contó a Miguel que su mamá llamó a un taxi, le dio la dirección de su casa para volver a ella, y el taxista comprobó que la casa a la que la señora quería dirigirse era esa de la cual había salido recién para tomar el taxi. Sería, me imagino, la casa de la infancia. Pero ella no quería volver a esta casa presente, a esta casa donde ella es vieja y su hija ya no juega ni llora con las rodillas raspadas. Ella no quiere esta casa repintada, transformada, con gentes distintas a fuerza de calendarios y sucesos y vida que transcurre. Ella quiere volver a su casa de la infancia.
El océano del tiempo la separa de esa casa de fantasmas. Cómo podría ser esta casa la casa de la infancia, si aquí papá no está, si en esta cocina las manos de mamá no amasan los tallarines en la mesa empolvada de harinas pasadas, ya irremediablemente posadas en la madera que ya no está.
Y mi madre vuelta a su Euskadi que me dice que aquí por donde pasa la autovía era la fábrica, y aquí donde ya nada hay, en este sitio que ya no es pero fue, ella jugaba. Y el señor Coiro con sus ojos de cielo, plantando en este clima dos sufridas parras y un nogal retorcido para traerse un pedacito de su paisaje de montañas.
Me doy cuenta de que esta es una tierra de gentes sin hogar. Mudados de ciudad o de país, mudados de casa, pocos pueden atrapar el polvo dorado que los rayos de luz orlaban para sus abuelos. Me doy cuenta de que esta tierra es una tierra de gente trashumante, que tiene la extraña costumbre de envejecer, de perder amigos familia y conocidos, de viajar el tiempo que aleja aleja aleja irremisiblemente de las casas de la infancia.
El papá de Antonio, brazos en jarra delante del mar, del infinito mar, descubrió que la casa de la infancia estaba lejos. Que la infancia estaba lejos. Que era un marino del océano del tiempo y del espacio.
El polvo de los altillos se asienta en los suelos de madera. El libro troquelado se va cerrando, la casita se pliega, queda el mar. Se escucha en el silencio un reloj.
Mónica Russomanno
RESPUESTAS A SOLICITADA APARECIDA EN PÁGINA 12 (PRENSA DAIA - 25/03/09)
Sin embargo y aún concediendo la razón a los firmantes de la solicitada en cuanto a la historia etimológica del término semita, la cuestión es si puede reducirse una cuestión de tal gravedad a un simple embrollo semántico ¿Cómo deberemos llamar de ahora en más a quienes pinten esvásticas en los cementerios judíos? ¿Y a quienes agreden física o verbalmente a cualquier persona miembro de esa comunidad? ¿Cómo llamaríamos a los que volaron la embajada de Israel y la sede la A.M.I.A? Finalmente ¿Cómo deberíamos llamar a quienes esconden su odio participando en manifestaciones callejeras o firmando solicitadas con consignas claramente discriminatorias?
Para todos aquellos que creemos que el respeto irrestricto a los derechos humanos y la no discriminación constituyen un alto deber moral sería interesante entonces que algunos de los artistas que firmaron esta solicitada contesten a estos interrogantes.
Alejandro Finocchiaro
D.N.I. 18.453.675
Profesor Titular de Derecho Político
- U.N.la.M
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RESPUESTA A LA SOLICITADA: “FRANJA DE GAZA”
“Nunca se sabe adónde se irá por ese camino,primero uno cede en las palabras;después, poco a poco, en la cosa misma.”Sigmund Freud
La solicitada publicada por el diario Página 12 llamada “Franja de Gaza”y firmada por “Artistas Plásticos Solidarios” es un perfecto ejemplo de lo que los psicoanalistas llaman mecanismo de renegación. El ingente esfuerzo por desvirtual el real significado del concepto “antisemitismo” es sólo un indicador de un desesperado intento por autojustificar su inexplicable (e inocultable) odio.
Los el diccionario de la Real Academia Española –RAE- (máxima autoridad de la lengua castellana) define al concepto semita como:
1. adj. Según la tradición bíblica, descendiente de Sem. U. m. c. s.2. adj. Se dice de los árabes, hebreos y otros pueblos. U. m. c. s.
3. adj. Perteneciente o relativo a estos pueblos.
Mientras que el mismo diccionario define al antisemita como…
1. adj. Enemigo de la raza hebrea, de su cultura o de su influencia. Apl. a pers., u. t. c. s.
…Y no como opuesto polar al concepto semita como, inexplicablemente nos quieren hacer pensar los firmantes de la solicitada. Más aún, no existe ninguna otra acepción acerca del concepto “antisemita”. Quien plantee otro significado, como lo hacen los artistas plásticos que firman la solicitada, sólo muestran su ignorancia acerca de la lengua o peor aun, intentan forzar el concepto antisemita banalizándolo, buscando tergiversar el significado de este concepto; lo hacen con la aviesa intención de negar la existencia de este evidente flagelo.
Pues si antisemita, según la libre interpretación de estos artistas plásticos devenidos semiólogos, “es” el que se opone al uso de las lenguas semíticas entonces cómo debiéramos denominar a los autores de las persecuciones de judíos durante la modernidad (desde fines del siglo XIX en adelante).
Los significados de las palabras no son arbitrarios, mal que les pese a algunos “doctos ignorantes” cuyos esfuerzos en denostar el real significado del concepto “antisemitismo” muestran sus reales intenciones (las mismas que tienen quienes, enfáticamente, intentan negar el holocausto). Antisemitismo no define a quienes odian a TODOS los pueblos semitas, sino y EXCLUSIVAMENTE a los que odian a los judíos (esto ha sido así desde que el antisemita alemán Wilhem Marr acuñó este término en 1879) ahora, una parte de los portadores de dicho odio intentan explotar en su beneficio este diferencial de significados para justificar su malestar.
Las palabras, los conceptos no tienen un significado arbitrario; por lo tanto si desde hace al menos 130 años el concepto antisemita se usa en el sentido para el que fue designado; esto es para señalar el odio a los judíos (representados por el eufemismo “raza hebrea” según la definición del diccionario de la RAE); los conceptos, decimos son representaciones sociales y su definición debe ser unívoca para poder establecer acciones comunicativas, de lo contrario es como hablar idiomas diferentes, por lo tanto no se le puede asignar significados arbitrarios a los conceptos pues sino no se entiende de que se habla, como ejemplo absurdo del reclamo de estos artistas podríamos decir que lo contrario de forma es informa, dado que el prefijo in significa sin esta cualidad, pero sabemos que informa refiere a la acción de quien relata un informe.
El reclamo cae por su propio peso y el propio reclamo involucra una acción de ocultas intenciones (la descalificación de Israel y sus defensores), por lo tanto es una acción antisemita.
Finalmente rechazo su rechazo pues se los critica de antisemitas no por condenar los crímenes (reales o supuestos) del Estado de Israel sino porque toda su acción crítica se limita a condenar a este estado no hemos visto simetría cuando se trata de condenar al terrorismo palestino autor del asesinato de más de mil ciudadanos israelíes (el 65% de ellos civiles), ni los hemos visto preocuparse por la matanza de palestinos de Fatah a manos de palestinos de Hamas (parece que solo cuentan los palestinos muertos por Israel), ni ante la matanza de 100.000 chechenos a manos de los rusos, ni las matanzas de casi 1.000.000 de personas en Darfur, etc., etc., no los acusamos de antisemitas por criticar a Israel, sino por criticar EXCLUSIVAMENTE a Israel.
Esto habla de una “preocupación selectiva”. Comparto los dichos de la solicitada acerca que “no es antisemitismo oponerse a una masacre, es un deber moral de todo ser humano”. Pero agrego: de igual manera es también un deber moral de todo ser humano denunciar cuando la denuncia no es hacia todas las masacres, sino contra las supuestas masacres protagonizadas por Israel, mientras se hace mutis por el foro con genocidios reales que se están llevando a cabo contemporáneamente como el de Darfur.
Este doble discurso es una acción de discriminación negativa dirigida a demonizar al estado judío, y por lo tanto es un acto de antisemitismo aunque les pese a los firmantes de dicha solicitada. Asúmanlo no los mueve el humanismo sino el antisemitismo de lo contrario veríamos denuncias contra todos los regímenes realmente criminales y dictatoriales y no condenarían a una democracia sometida a la amenaza de destrucción por fuerzas que buscan el exterminio (moléstense en leer las cartas orgánicas de Hezbolla y de Hamas donde se llama a la destrucción de Israel, al igual que hoy en día lo vocifera el régimen de los ayatolas en Irán).
En relación a los comentarios al pasar acerca de la historia de la región es obvio que los firmantes de la solicitada no tienen ni idea de la misma. Habría que preguntarles por qué hoy no existe el estado de Palestina, ¿será debido al rechazo de la creación de un segundo estado árabe en el mandato británico en 1947? ¿será debido a la invasión árabe en 1948 en la cual tropas de 5 estados árabes provocaron una guerra con el manifiesto objetivo de liquidar al estado judío?
¿por qué en los 19 años que la Franja de Gaza estuvo en manos de Egipto y en los 19 años que Jerusalem Oriental y Cisjordania estuvieron en manos de Jordania ni siquiera era una reivindicación la creación de un estado palestino?
¿por qué luego de la Guerra de los Seis Días en 1967 ante el ofrecimiento de Israel de la paz a cambio de devolver los “territorios ocupados”, la respuesta de la Liga Árabe reunida en Jartún fueron los tres no: No al diálogo con Israel, No al reconocimiento de Israel y no a la paz con Israel?.
¿Por qué la OLP que supuestamente “resiste” a la ocupación de 1967 fue creada en 1964 con la destrucción de Israel como objetivo según consta en sus estatutos?.
Basta de hipocresía, asúmanlo son antisemitas pues Israel ocupa en su imaginario el mismo lugar que ocupan los judíos en el imaginario del antisemita clásico.
Lic. Patricio A. Brodsky
DNI 14.820.314
Buenos Aires, 11 de marzo de 2009
publicado en 'AURORA', semanario en Castellano-Tel AVIV.