ImpactoCNA.- Por Gloria Bastidas El Nacional.-El psiquiatra señala que no se le puede pedir al jefe del Estado que piense como un demócrata porque “tiene una estructura dictatorial en la cabeza”. Dice que la consigna debería rezar: “Chávez los tiene enfermos” y no “Chávez los tiene locos”.
Hace mucho frío en el consultorio de Franzel Delgado Sénior. Para que la entrevista no parezca una excursión a la Antártida, el médico agarra el auricular y pide algo de tomar. Acto seguido llega Rosita con una bandeja. La saluda cariñosamente y, al despedirla, le regala unos caramelos. Antes de iniciar la conversación, ya había encendido una velita ornamental, que apagará justo cuando el diálogo haya finalizado. El ex presidente de la Sociedad Venezolana de Psiquiatría es un hombre de ritos. Nada pomposo: le gusta, simplemente, que su hábitat resulte agradable. Y eso incluye la música: el aparato de sonido siempre está encendido en su consultorio. Las piezas del Barroco son sus predilectas. El psiquiatra es hijo de Kotepa Delgado, cofundador del Partido Comunista de Venezuela y preso político de Juan Vicente Gómez, y de Ana Sénior, pionera en la lucha por los derechos de la mujer. De vez en cuando, Delgado Sénior toma el control remoto y baja el volumen para que las notas musicales no ahoguen sus palabras.
Usted, como psiquiatra, ¿qué percepción tiene de la Venezuela de hoy?
Los venezolanos depositaron en Chávez su confianza para profundizar la democracia y él usó el poder que le dieron para instaurar una dictadura. Chávez estafó a la nación. El país, por donde uno voltee a verlo, parece un carro escachapado. No hay lado sano.
El Presidente sigue siendo un flautista de Hamelín: hechiza a las masas. ¿Cómo explica, entonces, ese fenómeno?
Hay tres claves. Una es el dinero, que, científicamente, se considera un reforzador universal. ¿Y qué es un reforzador? Es todo lo que, recibiéndose como consecuencia de una conducta, tiende a hacer que ella se repita. Un ejemplo: pidámosle a un grupo de niños hacer una fila perfecta cada día y regalémosle sólo a los que cumplan la orden una barra de chocolate. Al poco tiempo, veremos conformarse una fila perfecta: todos esperan recibir el chocolate. El dinero es el más poderoso reforzador universal, más que el sexo. Por eso el mantenimiento del apoyo al régimen y al líder se han basado, exitosamente, en la repartición de dinero. No es una locura: es una manipulación de la conducta muy intencionada y cuidadosamente concebida.
¿Cuáles son las otras claves?
La segunda clave es la esperanza. Eso es lo que explica que se mantenga lo que se ha llamado la relación religiosa entre Chávez y sus seguidores. Si hiciéramos una pirámide, en la cúspide estaría la gente más instruida y de mayor potencial económico y en la parte más ancha la gente menos formada y de menores posibilidades económicas. En los últimos años, la pirámide se viene vaciando de arriba hacia abajo y lo que queda es un fondo. Este gobierno no tiene intelectuales, no tiene profesionales. Le queda lo ancho de la pirámide.
Allí es donde juega la esperanza. Allí es donde la estafa surte efecto. ¿Por qué una persona que tiene 30 años jugando lotería y no ha ganado nunca, sigue jugando? El reforzador de la lotería es ganar dinero. No ha ganado nunca. ¿Por qué juega? Porque dice: ‘¡Yo sé de uno que sí ganó!’. El Gobierno usa este recurso cuando aparece por televisión una persona a la que le dieron una casa.
Pero ¿qué características tiene el presidente Chávez para que su capacidad de infundir esperanza sea tan perdurable?
Chávez es un hombre con una personalidad sociopática, y las personalidades de este tipo tienen una capacidad de manipular, de engañar y de estafar muy grande. Nosotros no estamos ante un presidente normal. Se cree un predestinado. Hay un tercer elemento que puede explicar el poder que ha mantenido el Gobierno y es que el chavismo opera como una secta destructiva. En 1978, en Guyana, más de 900 personas se suicidaron siguiendo a Jim Jones, el líder de una secta religiosa. Ese evento condujo a los representantes de distintas disciplinas a estudiar el fenómeno. Antes, las sectas sólo tenían una connotación religiosa, hoy no. Pueden ser de mujeres, separatistas, políticas o de cualquier orden, siempre y cuando cumplan con los criterios universales que han establecido los académicos. ¿Qué es una secta destructiva? Leo: “Un grupo organizado que emerge en el seno de una sociedad con las intenciones de destruir las instituciones y valores y obligarles a asumir los de la secta”. – ¿Cuáles son las características de una secta destructiva?
Primero: tienen una estructura piramidal. Segundo: guardan una sumisión incondicional a un líder, a quien se le debe obediencia absoluta pues se considera predestinado a cumplir una misión que sólo él puede lograr y crea, al crecer la secta, una estructura dictatorial. Tercero: hay anulación de la crítica interna y prohibición del pensamiento individual. Cuarto: hay persecución de objetivos económicos enmascarados bajo una ideología destinada sólo a reforzar el poder del líder. En nuestro caso, la secta no tiene que producir dinero porque le entra por las peculiaridades del país. Quinto: la manipulación de los adeptos para lograr los fines que persigue la secta. Sexto: ausencia de control de una autoridad superior sobre la secta. Fíjese que no hay nadie que controle a Chávez. –
¿Qué otros elementos?
Séptimo: en las sectas destructivas se fabrican palabras, frases y consignas para descalificar a quienes no pertenecen a ella, que son considerados inferiores. Octavo: Hay uso de un color y vestimenta particular para identificarse y darse fortaleza de grupo. Noveno: hay prohibición de abandonar la organización, y quien lo hace es severamente penado (el caso de Francisco Usón). Entonces, quien pueda rebatir que el chavismo no se corresponde con estos nueve criterios, bienvenido sea. Nosotros estamos mucho más allá de un fenómeno de un gobierno que hay que derrotar. No hemos tomado conciencia verdaderamente de lo que estamos enfrentando.
¿El jefe de una secta entrega el poder si pierde las elecciones?
La estructura de personalidad de Hugo Chávez está configurada para no entregar el poder al perderlo por elecciones populares, y así lo ha sugerido él; ahora, cosa distinta es que no tenga que entregarlo. Eso lo determinarán la historia y la participación de todos los sectores de la nación. Parece obvio esperar que, de llegar a complicarse su estado de salud, no funcione la lástima, sino más bien la percepción colectiva de que ya no está en condiciones de ejercer el poder, y la población que aún lo haya seguido para entonces buscará otra opción. Y no es que magnifiquemos la enfermedad de Hugo Chávez, sino que, obviamente, los hechos históricos del futuro próximo de Venezuela están enormemente vinculados al curso real de su enfermedad, no al que él anuncie. A Chávez, que tiene una estructura dictatorial en la cabeza contraria a la de la democracia, no se le puede pedir que piense como un demócrata. Porque si pensara como un demócrata sencillamente ya no estaría en el poder. Pero una cosa es lo que una estructura mental dictatorial aspire y otra cosa es lo que un país le permita.
¿Cómo cree que ha manejado el Presidente su enfermedad?
Iván Pávlov, premio Nobel de Medicina en 1904, demostró, entre otras cosas, cómo las emociones afectaban a las estructuras físicas del intestino humano. Hoy es una verdad científica que las emociones negativas (ira, odio, irritabilidad, resentimiento, envidia) terminan provocando desestabilización inmunológica y enfermedades: desde una virosis hasta un cáncer. Galeno, el famoso médico de la antigüedad, fue el primero que consideró la influencia de la personalidad en el cáncer. Si alguien puede ser un buen testigo de los terribles reflejos que han tenido en la salud estos doce años somos los médicos. La consigna de “Chávez los tiene locos” realmente es: “Chávez los tiene enfermos”. Y es verdad, una dolorosa verdad: un presidente de un país que ha enfermado a sus habitantes. Desde los malestares cotidianos y los desproporcionados homicidios son consecuencia de esta desventura nacional. Y esa desventura tiene un líder.
¿El Presidente ha manejado apropiadamente su enfermedad?
Psíquicamente el mejor bálsamo para ayudar a aliviar cualquier enfermedad es buscar la quietud, la paz y la armonía interior. Encontrar una generosa relación con el ambiente que ayude a reordenar el desorden. Cuando se quiere, los complicados mecanismos cerebrales pueden influirse, utilizando, paradójicamente, el mismo potencial del cerebro. Toda alarma orgánica obliga a hacerlo. El primer interesado en cambiar la falsa actitud que tiene frente a la enfermedad debería ser el propio Chávez. Ninguna enfermedad se cura negándola. Y creo que ello está conectado, o es reflejo, de esa área narcisista de la personalidad que no acepta la debilidad, que no acepta la derrota, que no acepta la vencibilidad.
¿Cree que el presidente Chávez puede padecer un trastorno bipolar?
Efectivamente, el trastorno bipolar es una enfermedad. Pero una cosa es la estructura de la personalidad y otra la posibilidad de sufrir cualquier enfermedad. Igual se puede tener diabetes, epilepsia o hipertensión arterial, o lo que sea, con cualquier perfil de personalidad. Su bipolaridad explica muchas de sus conductas, pero no creo que sea lo más relevante para sus actos, que siguen siendo, fundamentalmente, expresión de su trastorno de personalidad. Abdalá Bucarán la sufrió y fue declarado mentalmente inhábil y depuesto en 1997 por el Congreso de la República de Ecuador. Pero, comparando, lo de Bucarán era una gripe, y la Asamblea Nacional de Venezuela, una comedia.
¿Qué pasa si el jefe de la secta desaparece?
La secta implosiona porque no tiene una estructura democrática. ¿Quién es el segundo de Chávez? Nadie. Una cosa muy distinta ocurre en la oposición.
¿Cómo ve el tema de la unidad?
Hace mucho tiempo que los venezolanos esperaban esta conjunción de voluntades en torno a la unidad. La movilización colectiva que se producirá una vez que emerja el candidato en las primarias será indetenible para recuperar a Venezuela. El 23 de Enero quedará corto como hecho historico.
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