Este año Iom Kipur se celebra a partir de la puesta del sol del viernes 17 de septiembre hasta la noche del sábado 18 de septiembre.
El día 10 de Tishrei celebramos Iom kipur, el Día del Perdón. En este día sagrado, las personas se presentan ante el Creador del universo, orando y excusándose por las faltas cometidas durante el año, y Éste, en un acto de total misericordia, perdona a sus criaturas.
Aunque esta remisión no incluye las faltas perpetradas entre un individuo y su prójimo. Pues las mismas no son expiadas en Iom Kipur, a menos que el que cometió la infracción ofrezca sus disculpas y se reconcilie con su compañero.
Estos dos pasos, la reconciliación con Dios y con el prójimo determinarán la suerte que uno correrá en el año entrante.
Por tal razón, si es nuestra intención que el Creador dictamine que este año sea bueno para nosotros, en ese caso, es menester tomar la iniciativa. Será necesario realizar una introspección, reflexionar y determinar sin demoras cuáles serán las mejoras que incorporaremos a nuestro comportamiento.
Estas rectificaciones asumidas, deberán orientar básicamente a la obtención de una conducta correcta y honorable, tanto frente a Dios, como frente a nuestros semejantes.
De esta manera lograremos superarnos individualmente, y también cooperaremos con los demás. Ya que a través de nuestra mejora personal, aportaremos nuestro granito de arena para lograr una sociedad unida, en la cual sea posible vivir todos juntos, compartiendo cosas, conviviendo pacíficamente en un clima de armonía y respeto, haciendo la voluntad de Dios.
RESULTANTE
De lo dicho resulta, que antes del comienzo de Iom Kipur, cada uno deberá estar ya preparado para asumir la mejoría que planificó.
Por tal razón, nada mejor que aprovechar estos días previos, para hacer una revisión de nuestra conducta que tuvimos durante el año transcurrido. Esto nos permitirá tomar conciencia de los errores cometidos y planear acertadamente el futuro.
Esta evaluación mencionada resulta muy productiva. Permitirá encontrar errores olvidados o inadvertidos, a los cuales será posible corregir, lográndose una considerable superación personal.
Por ejemplo, es posible que nos percatemos de haber prometido en el pasado algo a alguien y aun no dimos cumplimiento a tal promesa. O quizá, en nuestra introspección practicada hemos detectado haber dañado a otros individuos a través de palabras emitidas por nuestras bocas. También es posible advertir un sufrimiento causado a nuestro prójimo de alguna otra manera y aun no hicimos nada para consolarlo. En cualquiera de esos casos, es nuestro deber llegar hasta el damnificado y pedirle disculpas. Entonces, el Todopoderoso verá nuestro proceder, y se comportará con nosotros exactamente de la misma manera piadosa y misericordiosa como lo hicimos con nuestros semejantes.
Asimismo, si sabemos que hay en nuestro poder dinero mal habido, producto de operaciones fraudulentas, es menester reparar eso antes de Iom Kipur. El mismom proceder debe seguirse en caso de haber comprado cosas que no hemos pagado aun, como así si debemos dinero a alguno de nuestros semejantes.
No obstante, aunque abonemos lo adeudado, es necesario pedir disculpas a nuestro prójimo. La razón es por haberlo afligido durante tanto tiempo, no finiquitado la deuda en término, como era lo más correcto hacer. (Shulján Aruj Oreaj Jaim 606 - Mishná Brurá)
Esta es la base de lo que hay que hacer para que el año que entra sea bueno y próspero. Si tenemos éxito en esta empresa, podremos estar seguros de que el Creador nos beneficiará enormemente, concediéndonos nuestros pedidos. Esto, sin necesidad de atravesar situaciones amargas o penosas para conseguir aquello que precisamos para continuar con nuestra vida, ya se trate de sustento, salud, o cualquier otro tipo de necesidad.
EN IOM KIPUR SOMOS COMO ÁNGELES
Si triunfamos y logramos este requisito citado, consistente en hacer las paces con nuestros semejantes, y decidir llevar desde ahora en más una conducta correcta frente a Dios, seguramente el año que entra estará colmado de bendiciones.
La elevación que se experimenta en Iom Kipur, el día más sagrado del año, es grandiosa. En este día, en el que nuestros pecados son perdonados, nos hallamos en un nivel sumamente elevado, por ello somos cómo los ángeles celestiales.
Es por ello, que para Iom Kipur se hacen muchas cosas que nos recuerdan esta elevación, y semejanza a los ángeles celestiales. Por ejemplo, en la comida anterior al ayuno de Iom Kipur, se estila comer panes redondos.
La forma exacta de hacer estos panes es la siguiente: Se prepara masa para pan (para enriquecer la masa y tornarla más dulce en honor del día, puede añadirse frutas tales como pasas de uva).
Una vez que el amasijo está listo, se toma un trozo del mismo y se le da forma redondeada. Este pedazo será ubicado como centro del pan. Luego se toman seis trozos de masa, se les da también forma redondeada y se los pega alrededor del primero.
Se introduce el pan al horno y al cabo de unos minutos quedan listos para ser consumidos.
Esta forma de los panes se asemeja a un cuerpo con seis alas, en representación de un ángel. Ya que acerca de los ángeles está escrito, que tienen seis alas. (Isaías 6: 2 - Taamei Haminaguim 731)
ROPA BLANCA
En Iom Kipur se acostumbra vestir ropa blanca y limpia, similar al aspecto de los ángeles. También, por este mismo motivo, muchos acostumbran vestir un atuendo especial blanco y limpio llamado “kitel”, (atavío similar a una mortaja).
El “kitel” es la prenda que se coloca a los muertos antes del entierro, y al vestirlo nosotros en el día de Iom Kipur, recordamos la muerte. Este hecho provoca que nuestro corazón se quebrante y nos arrepintamos de las faltas cometidas durante el año. (Lebush 610: 4 – Taamei Haminaguim 742)
Una alabanza singular
Otra de las cosas destacadas que hacemos en Iom Kipur es recitar la alabanza: “Bendito sea el Nombre de la Gloria de Su reinado por siempre jamás” en voz alta. A continuación apreciaremos la causa de esta práctica.
En el Pentateuco fueron mencionados 248 preceptos activos y 365 preceptos pasivos lo que hace un total de 613 preceptos.
Uno de los preceptos activos enumerados es, recitar “Shemá Israel” (versículos que constan en Deuteronomio 6: 4 a 9).
El modo correcto del recitado del “Shemá Israel” es el siguiente: en primer orden se recita el versículo que manifiesta: “Shemá -oye- Israel, El Eterno es nuestro Dios, El Eterno es uno” (Deuteronomio 6: 4).
Luego se recita el siguiente texto: “Bendito sea el Nombre de la Gloria de Su reinado por siempre jamás”. (Talmud Pesajim 56)
A posteriori se prosigue con los versículos siguientes que constan a continuación del versículo antedicho, hasta terminar el párrafo.
El motivo de la inclusión del texto que se intercala en medio de los versículos se debe a un motivo muy particular. Cuando el patriarca Jacob reunió a todos sus hijos, en la tierra de Egipto previo a su muerte, les ordenó lo concerniente a la unicidad de Dios. Les comunicó esto, pidiéndoles que sigan el mismo camino por el que transitaron los patriarcas anteriores, Abraham e Itzjak (padre de Jacob).
En ese momento Jacob preguntó a sus hijos ¿hay en alguno de vosotros desperdicio?. Formuló esta pregunta sugiriéndoles: ¿Hay entre vosotros un varón o una mujer, una familia o tribu, cuyo corazón se desvía el día de hoy de El Eterno nuestro Dios, para ir a servir a los dioses de las naciones? (Deuteronomio 29: 17).
Al escuchar esta pregunta, todos los hijos respondieron al unísono: “Shemá -oye- Israel, El Eterno es nuestro Dios, El Eterno es uno”.
Respondieron esto sugiriéndole: ”Escucha padre nuestro, Israel (Jacob se llamaba también Israel), El Eterno es nuestro Dios, El Eterno es uno”.
Al escuchar esa respuesta, Jacob dijo: “Bendito sea el Nombre de la Gloria de Su reinado por siempre jamás”.
Por eso, todo el pueblo de Israel, los descendientes de Jacob, acostumbran recitar esta alabanza que fue recitada por el patriarca Jacob (Israel), tras el versículo “Shemá -oye- Israel, El Eterno es nuestro Dios, El Eterno es uno”. (Maimónides, leyes de recitado del Shemá- talmud Pesajim 66b)
Cabe aclarar, que si bien Abraham conocía esta alabanza, y la pronunció en el pasado, tal como dijimos, el hombre que enseñó a al pueblo judío a decir este texto en silencio, fue Moshé, el líder que condujo a Israel a la libertad cuando estaban esclavizados en Egipto.
Moshé, luego de la liberación, guió al pueblo hacia el desierto, obedeciendo la orden de Dios. Luego de algunos días de marcha, el líder judío subió a las alturas celestiales para buscar la Torá. Allí escuchó a los ángeles alabar a Dios pronunciando las palabras “Bendito sea el Nombre de la Gloria de Su reinado por siempre jamás”.
Moshé “robó” a los ángeles esa alabanza, por ello cuando descendió, enseñó al pueblo a recitarla en silencio (para que los ángeles no se enojen con nosotros). Pero como el día de Iom Kipur somos como ángeles, recitamos “Bendito sea el Nombre de la Gloria de Su reinado por siempre jamás” en voz alta, igual que ellos. (Tur Oreaj Jaim 619)
Esta es una síntesis de los distintos procedimientos que se llevan a cabo en Iom Kipur. Os deseamos que seáis sellados en el libro de la vida y mantengáis siempre el aspecto de ángeles adquirido en Iom Kipur.
fuente; http://www.judaismovirtual.com/festividades/f.kipur.php
viernes, 17 de septiembre de 2010
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