MÉXICO, D.F., septiembre 22 (EL UNIVERSAL).- Uno de los episodios más dramáticos del Viejo Testamento, cuando durante el éxodo de los hebreos Moisés logró dividir las aguas del Mar Rojo, pudo haber ocurrido en realidad, según revela un nuevo estudio realizado por científicos estadounidenses.
Pero este evento descrito en la Biblia habría sido ocasionado por extrañas condiciones meteorológicas y no por la mano de Dios, como se relata en la Biblia, publica el Daily Mail.
La investigación, soportada en sofisticados modelos computacionales, sugiere que ráfagas de viento muy poderosas pudieron haber dividido las aguas del mar tal y como lo plantea el éxodo..
Además señalan que la locación más probable donde esto sucedió no fue precisamente en el Mar Rojo, sino en una zona cercana ubicada en la región del Delta del Nilo con aguas menos profundas.
Los análisis de los especialistas que incluyeron registros históricos, imágenes satelitales y mapas digitales permitieron determinar el flujo y la profundidad del agua en esa zona hace 3 mil años.
A través de programas de computadora simularon el impacto de fuertes vientos huracanados durante toda la noche en esas aguas.
Como resultado encontraron que a una profundidad de alrededor de dos metros y con ráfagas de 100 kilómetros por hora soplando por 12 horas continuas, las aguas poco profundas se pudieron haber replegado al grado de crear un canal de tierra firme.
Incluso determinaron que esa fuerza del viento golpeando durante sólo cuatro horas habría sido suficiente para crear un camino de poco más de tres kilómetros de longitud.
Cuando los vientos dejaran de soplar, las aguas regresarían a su cauce inundando todo a su paso.
Tomando en cuenta la planicie lodosa, cualquiera que quedara atrapado en ésta correría el riesgo de morir ahogado, pese a la poca profundidad de las aguas.
Esto, dice el estudio, le pudo haber pasado a las tropas egipcias, como se narra en la Biblia.
"La apertura del Mar Rojo puede ser entendida a través de la dinámica de fluidos.
El viento mueve el agua en una forma determinada que es acorde a las leyes de la física, creando un pasaje seguro con paredes de agua en ambos lados, y luego, abruptamente, le permite a las aguas regresar bruscamente a su cauce", señaló Carl Drews, del Centro Nacional de Investigación Atmosférica en Colorado.
fuente:Agencia de Noticias EL UNIVERSAL- MEXICO
viernes, 24 de septiembre de 2010
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