jueves, 16 de septiembre de 2010

Carta abierta de la señora Delicia Rearte de Giachino a la Presidente de la Argentina







Cuando la escuché decir que por culpa de los jubilados/as, que nunca se conforman, entre las que me cuento, el país entraba en “default”, me quise morir a pesar de que no sé muy bien que es, pero que entiendo algo muy grave.



Sra. Presidente:

Soy, al decir de Mirtha Legrand, una “mujer grande”, pero yo me considero una “mujer vieja”.

Imagínese, nací en el 23…

Es por eso que me atrevo a escribirle, para pedirle disculpas.

Cuando la escuché decir que por culpa de los jubilados/as, que nunca se conforman, entre las que me cuento, el país entraba en “default”, me quise morir a pesar de que no sé muy bien que es, pero que entiendo algo muy grave.

Después que escuché corroborándolo al buen mozón de su Ministro de Economía Amado Boudou, a su carismático y nunca bien ponderado Jefe de Gabinete Aníbal Fernández, al imperturbable Canciller Timerman, a diputados y a otros conspicuos defensores de su gobierno, me dije “esto va en serio” y lo menos que hubiera deseado en mi vida es perjudicar al Estado.

Pero junto a mis disculpas, pido a usted sea benevolente con tantos viejos/as, que por eso mismo no comprendemos ciertas cosas y por ahí nos alcanzó “el alemán” (no sé escribir el apellido) ¡para peor!

Le digo Señora, que todo es por soberbia y falta de previsión, ciertamente culpable, pero que le pido considere.

Resulta que no nos damos cuenta de que los que tienen que comer bien, vivir bien, curarse bien, vestir bien, viajar bien, son aquellos que votamos para que nos representen bien.

Nos creemos que porque con nuestra honestidad, nuestro trabajo, nuestra educación, nuestras familias hicimos grande a este país, que usted ahora defiende, nos merecemos una vejez digna.

Pensábamos que aquellos muchachos sanos que hacían la “colimba”, tenían derecho a contar a sus nietos, en el anochecer de sus vidas, como muchos usaron por primera vez zapatos, aprendieron a leer y escribir, como se les inflaba el pecho cuando juraban defender con sus vidas “LA CELESTE Y BLANCA”, pero jamás que con su ambición desmedida destruirían su amada PATRIA…

Creíamos que aquellos hombres que con su sudor empapaban los surcos de aquellos campos vírgenes que hicieron de la Argentina “EL GRANERO DEL MUNDO”, hoy iban a tomar su mate nostálgico en la quietud de un descanso sereno…

Suponíamos que aquellos argentinos que llenaron los claustros universitarios de honores, por su sapiencia, su entrega, su intelecto, que llevaron al país a lugares privilegiados en el concierto internacional, podrían escribir sus memorias sin pensar en el supermercado…

Nos regodeábamos en nuestro pasado ¿por qué?

Porque cantábamos el Himno Nacional de pie, porque usábamos la palabra como firma indeleble, porque educábamos en la honradez, porque votamos, porque nos equivocamos y volvimos a empezar, porque mandamos los nuestros a la guerra, porque reímos, porque lloramos, porque amamos a Dios, a la Justicia, a la Verdad, por nada más que por eso teníamos derecho a ocasionar la ¡¡¡RUINA!!! Soberbia pura, ¿no le parece Sra.? Perdónenos

En cuanto a la imprevisión, allí casi no tenemos disculpas y acudo a su comprensión.

De los jubilados/as con la “mínima”, unos pocos tienen su casita, su autito y pare de contar.

No pensaron en el futuro.

En cambio, con todo respeto, usted y su esposo, en pocos años multiplicaron no sé por cuanto su patrimonio y es así como el porvenir de sus hijos, nietos, bisnietos, choznos, está asegurado.

Dura lección para no olvidar…

Pero usted, por suerte ha esgrimido su derecho al veto y si esta Ley saliera o saliese, a defoltearse los pasivos/as.

Veremos cómo se portan los senadores, porque , entre nosotras, realmente viendo y escuchando el debate sobre el tema en la H. Cámara de Diputados, debo confesarle que pocas veces me he sentido más humillada, más agraviada, más infeliz, más rebajada que cuando nuestros representantes, se rasgaban las vestiduras en peroratas interminables, dando cifras incomprensibles, tanto a favor como en contra, para demostrar las ventajas y los horrores de una suma de aumento tal, (que seguramente ellos dan de propina en una de las comidas paquetas a las que por nuestro beneplácito, deben concurrir) y por la cual a lo mejor ni siquiera van a recibir un voto, porque hasta el 2011, falta mucho.

Lo doloroso es que nuestra honrosa jubilación se ventile sin escrúpulos y que se admita que viejos/as, estiren la mano esperando una limosna.
Señora, el 4º Mandamiento ¿está vigente?

Pero, en mi ignorancia yo pensaba, que ante tan grave problema, le podría sugerir una solución.

Con su permiso.

Digo, si se hiciera una “vaquita”, con los dólares escondidos en el baño de la Michetti, los fajos de la valija de Antonini Wilson, los otros fajos de las otras valijas de los otros personajes, algunas prebendas conocidas y algunos dinerillos que por ahí se escabullen, como aquellos que de Santa Cruz fueron a parar a Suiza, ¿no sería posible evitar el “default” y así quitar el enorme peso de las conciencias de los jubilados/as de la “mínima” por culpa de ese 82% defolteador?

Señora, ruego interprete mis palabras.

Tengo “derecho al pataleo” y usted lo sabe muy bien.

Los argumentos esgrimidos en esta contienda son muy pobres y la afrenta a sus viejos/as, muy dolorosa.

Pido a Dios la ilumine en su difícil tarea y que cada decisión tomada sea a la LUZ DEL BIEN COMUN (poco común).

Respetuosamente en Dios, la Patria y la Flia.

María Delicia Rearte de Giachino
DNI 1605228
MADRE DEL SR. CAP. DE FRAGATA IMD
PEDRO EDGARDO GIACHINO
MUERTO EN LA RECUPERACION DE LAS ISLAS MALVINAS

Domingo 29 de agosto de 2010
Fuente: llego en un e-mail.Comprobe que aparece en varios Blogs en
Internet.



No hay comentarios: