Documentación inédita sobre el criminal de guerra Joseph Mengele encontrada en el Archivo General de la Nación por el historiador Carlos De Napoli .
Entrevista de Daniel Schnitman
DS- Parecía que sobre Joseph Mengele estaba todo dicho, resulta que según los nuevos documentos que hallaste, no es así
CDN- Es cierto, sólo en una investigación histórica para dos editoriales encontré nazis considerados a nivel mundial como de máxima importancia, cuya presencia en Buenos Aires era desconocida.
DS -¿Para qué editoriales estás investigando ahora?.
CDN- Para Edhasa y Norma/Kapelusz.
DS- ¿Qué personajes han aparecido dignos de mención?.
CDN- Entiendo que el químico Friedrich Bergius era considerado en los Estados Unidos como el principal personaje de la historia socioeconómica del Tercer Reich. El New York Times se refiere a él como "la piedra basal de la economía alemana". Recibió en 1931 el premio Nobel de Química, compartido con Carl Bosch, por sus trabajos para obtener petróleo sintético y caucho idem conocido como "buna", ambos productos de calidad extraordinaria. Adolf Hitler ordenó su endiosamiento en vida a través de un libro titulado Friedrich Bergius. Un científico lucha contra el bloqueo inglés. La Nación publicó al respecto bastante información en una nota que me realizaron el año pasado.
DS-¿Qué tareas realizó en Argentina?.
CDN - Con la visión política que lo caracterizaba, el presidente Juan Domingo Perón lo contrató (Ministerio de Industria) para fabricar combustibles sintéticos (en especial nafta de aviación de óptima calidad) a partir del carbón de Río Turbio. Por otra parte, fue ideólogo principal del Primer Plan Quinquenal. Murió en 1949. y fue enterrado en el cementerio alemán de Buenos Aires.
DS-¿Qué otro personaje traído por Perón te parece "digno" de mención? ?
CDN-El medico nazi danés Karl Peter Vaernet, cuya especialidad era "curar" a gays y lesbianas de su "enfermedad". Fue contratado como endocrinólogo por el Ministerio de Salud. El tratamiento consistía en introducir un dosificador metálico de hormonas (de su invención, patentado) en el cuerpo del paciente. Esta válvula segregaba testosterona y otras hormonas para "recuperar" a los "pacientes".
DS-Como lo descubriste.
CDN-Yo no lo descubrí. El merito corresponde a Peter Thatchell, un gay británico que con una ONG lucha por reivindicar los derechos de los homosexuales. Sólo armé una corta biografía con acento en su estadía en la Argentina donde murió en noviembre 1965. Se encuentra enterrado en el cementerio Británico. En Dinamarca llaman a Vaernet el "Mengele dinamarqués", titulo muy logrado ya que de casi ningún medico nazi hay tanta documentación como sobre las experiencias que realizaba con homosexuales en el campo de concentración de Buchenwald. El SS Vaernet, amigo personal del criminal Heinrich Himmler, tenia en el barrio capitalino de Palermo, sobre la calle Uriarte, una clínica dedicada a la "curación de homosexuales" y a su especialidad como endocrinólogo, edificio aún existente que puede verse en las fotos adjuntas, por vez primera. Trató a muchos personajes de nuestra "alta sociedad", cuyos padres no admitían las inclinaciones sexuales de sus hijos. Logré al respecto un par de testimonios importantes (un hombre y una mujer). Hacia finales de la década del 50 la "válvula" había caído en desuso. Por uno de los testigos sé que aplicaban un medicamento entonces llamado Geriax, de Laboratorios Otto, junto a un cóctel variado de otras hormonas, que dependía del paciente, es decir si era gay o lesbiana.
DS-Volviendo al criminal Mengele,¿ qué importancia tiene la nueva documentación encontrada?
CDN-Entiendo que es documentación importante, tanto por si sola como por la posibilidad de llenar los muchos huecos que hay en la historia de Mengele, y sobre la estructura utilizada por los nazis para llegar al país.
DS-¿Qué documentos te parecen más importantes?.
CDN-Todos los son, pero una lectura atenta del prontuario de Mengele en poder de la Policía Federal nos permite conocer que poco antes de la llegada del pedido de extradición emitido por la entonces Republica Federal de Alemania, Mengele viajó hacia Alemania, embarcando también sus bienes personales. Están registrados los permisos de viaje.
DS-¿Quienes eran sus principales contactos en la República Argentina?.
CDN-Uno de sus contactos era Roberto Mertig, dueño de las conocidas industrias Orbis. El padre de Joseph Mengele, Karl, era amigo de Mertig y poseía en Alemania la empresa fabricante de maquinaria agrícola Karl Mengele e Hijos, ubicada en la ciudad de Gunzburg. Mengele padre derivó hacia Argentina sumas impresionantes de dinero para que su hijo Joseph viviera aquí con tranquilidad. Le montó una fábrica de tornillos de bronce y un aserradero en avenida de los Constituyentes, a unas diez cuadras de la avenida General Paz, lado provincia. Luego, aportó fondos para que el doctor Mengele se hiciera con parte del capital accionario del laboratorio medicinal Fadro Farm.
Sus socios eran un tal Ernesto Timmermann, con domicilio en la calle Juan A Fernández de Vicente López y Heinz Truppel, con domicilio en la calle Quintana de la misma localidad bonaerense. Sabemos ahora que además del conocido domicilio de la calle Virrey Vertiz 790 (V. López), Joseph Mengele poseía en Argentina unos diez domicilios que utilizaba según la situación que se presentaba.
DS-En su libro La conexión alemana, la doctora Gaby Weber relata la trama del lavado de dinero que efectuaba la empresa Mercedes Benz Argentina del empresario peronista Jorge Antonio en combinación con la Daimler-Benz alemana y el gobierno alemán. También comenta cómo se organizaba la llegada de nazis al país por esa vía. ¿Los nuevos documentos confirman esto?
CDN- Si, absolutamente. En el caso de Joseph Mengele, el gobierno de la entonces Republica Federal de Alemania, actuando en Argentina a través de su embajada, proporcionaba a los investigadores y a las víctimas del nazismo todo tipo de informaciones falsas con el fin de ocultar a ciertos criminales y evitar que fueran llevados a juicio, donde ventilarían eventualmente cuestiones políticas para entonces nada recomendables. Debe aquí mencionarse que por los documentos ahora encontrados puede vislumbrarse que la cobertura no llegó a todos los nazis por igual.
Las reparaciones de guerra a quienes habían sido utilizados como mano de obra esclava preocupaban mucho a los germanos. Para Mengele o Vaernet, que habían trabajado en relación con importantes laboratorios realizando experiencias mortales con seres humanos, además de otras actividades ya conocidas, la cobertura del gobierno alemán sí resultó total.
DS-¿Qué documentos encontrados permiten realizar estas afirmaciones?
CDN- Son varios. En 1956, durante el gobierno de la autodenominada Revolución Libertadora, Joseph Mengele se presentó en la Embajada alemana para solicitar su partida de nacimiento legalizada. Hasta ese momento el medico/industrial se llamaba Helmut Gregor, de presunto origen italiano. Es decir, a partir de esa solicitud, en 1956, los alemanes sabían que Joseph Mengele vivía en la Republica Argentina, además de su dirección y de todas sus actividades.
Los argentinos guardaron también prudente silencio, ya que el trámite de cambio de nombre se realizaba en un juzgado civil de competencia nacional. Poco después, la Universidad Goethe le retira a Mengele, por sus actividades criminales, el titulo de doctor. La embajada actúa allí como intermediaria entre la universidad y la defensa de Mengele, enviando poderes etc. El pedido de extradición lo formula la embajada a mediados de 1959, pero estas intervenciones las da a conocer a la justicia argentina en 1963, cuando Mengele se encontraba muy lejos de Argentina.
A principios de 1959, antes del pedido formal de extradición,
debidamente in formado, Mengele se va del país, solicitando el permiso de viaje respectivo a la Policía Federal, como puede verse en el prontuario. Contrariamente a lo dicho por la prensa y los investigadores, surge claramente del prontuario que viajo hacia Alemania. Ni a Paraguay ni hacia Brasil. Mas adelante, la embajada alemana informa falsamente al gobierno argentino que Mengele se encontraba en el país con su hijo Carlos Enrique Mengele.
La información es falsa, ya que Carlos era sobrino de Mengele, fruto del matrimonio de Marta María Will, nacida en Munich el 13 de abril de 1920 con Carlos Tadeo Mengele, muerto en diciembre de 1949 en Günzburg. El doctor Joseph Mengele estaba casado con Irene Schoenbein y su hijo es Rolf Mengele.
DS- ¿Qué partes sobresalen en lo que vos llamas "encubrimiento alemán" de Mengele?
CDN- A mi entender, la protección que recibió el criminal Mengele por parte del Estado alemán como mencioné, fue total, y es visible en los documentos nuevos y en otros ya publicados. En primer lugar, cuando Mengele se presentó en la embajada alemana en Buenos Aires para solicitar su partida de nacimiento a finales de 1956, debió ser detenido. En ese trámite se oficializó el conocimiento por parte del Estado alemán de la presencia de Mengele en Argentina. Joseph Mengele, muy tranquilo por el paso que estaba tomando, trascendental al recuperar su nombre real y abandonar el ficticio de Helmut Gregor, dio todo tipo de referencias. Poco después, la Universidad Goethe le retira el título de doctor, actuando la embajada alemana en el envío y certificación de estos documentos. En 1958 Joseph Mengele se casa en Colonia (Uruguay), con María Marta Will, viuda de su hermano Karl.
Todas las certificaciones al respecto no se dieron a conocer, y recién ahora los documentos mencionan estos pasos en forma oficial. Luego viene una escalada aún peor. Ningún país del mundo hubiera procedido a extraditar a ciudadano alguno en las condiciones en que había solicitado la República Federal de Alemania la detención de Mengele. Los documentos del juicio estaban sin traducir. No había tratado de extradición entre Alemania y nuestro país.
Los alemanes, aún conociendo que gran cantidad de nazis se encontraban aquí, nunca se preocuparon por conseguir un acuerdo al respecto. Esto hace más que evidente que no lo querían. Pero hay cuestiones más graves aún. Cuando Alemania solicita la extradición de Mengele, Éste ya estaba en Alemania, hacia donde había viajado meses antes de la llegada del pedido de extradición, existiendo incluso la solicitud policial de un certificado de buena conducta para la Aduana, destinado al envío hacia Alemania sus pertenencias personales. En 1956, en el lujoso crucero Julio César (Giulio Cesare en el original) arribó a Buenos Aires María Marta Will de Mengele, con pasaporte N° 7707/122/56 emitido en Günzburg por el alcalde (burgomaestre en el original) Steiz, un amigo íntimo del padre de Mengele. María viajó acompañada de su hijo Karl. A nadie le llamó la atención este suceso en Alemania.
La embajada de Alemania, en el pedido de extradición, dice que Mengele vivía en Virrey Vertiz 970, cuando perfectamente sabía que se había mudado llevando incluso como se dijo sus pertenencias personales. Conocían todos los domicilios que utilizaba Mengele, más de diez, y sólo proporcionan uno en verdad inocuo. Falsamente informan que Karl Heinz Mengele, llegado con su madre en el crucero antes mencionado, era hijo de Joseph Mengele, cuando en realidad era su sobrino. Esto creó gran confusión y pudo ser utilizado para simular una posible muerte del médico criminal. Para tal evento sólo había que certificar que Joseph Mengele había muerto en 1949 en Günzburg, y que el vivo era Karl Mengele.
Para Mengele padre conseguir tal documento era, con las conexiones que poseía, algo bastante sencillo. Sin embargo, hacia el momento en que las condiciones de su hijo se complicaban, se encontraba muy enfermo, como certifica en su declaración el dueño de Orbis, Roberto Mertig. De todas formas en varias oportunidades los estadounidenses dieron por muerto a Mengele, como era habitual que sucediera con los criminales que por motivos políticos o económicos los Aliados occidentales no deseaban juzgar.
Las irregularidades no finalizan con estos asuntos. Informan a la República Argentina que Mengele podría estar utilizando pasaportes a nombre de Gregori, cuando sabían perfectamente por su intervención en el cambio de nombre que Mengele había entrado al país como Helmut Gregor. A su vez, la Cruz Roja Internacional no canceló el pasaporte emitido a nombre de Helmut Gregor.
En tal condición, mientras Mengele estaba tranquilo en Alemania, "alguien" con el viejo pasaporte entraba a Paraguay con claro fin de desviar la búsqueda y circunscribirla a Latinoamérica. La preparación del terreno para tal fin puede observarse en la declaración de Marta Will de Mengele, ahora casada con el criminal, ante la Policía Federal. Presenta a los mismos una carta que simula ser enviada desde el exterior, pero el interrogador observa que tiene sólo sello del correo local. Es decir se la envió a sí misma. El interrogador finaliza el informe afirmando que posee la convicción plena de que maría Marta Will sabe donde se encuentra su actual esposo. En fin, el encubrimiento posee ribetes burlescos.
DS-¿Considerás que las autoridades alemanas se han burlado de las víctimas y de los investigadores?
CDN-Creo que la mayoría de los lectores compartirán mi parecer. El encubrimiento oficial fue total. La morosidad de los alemanes para proporcionar datos es evidente. Tardaron meses en traducir como correspondía los elementos enviados. Se desprende de los elementos ya existentes y de los nuevos aportados un panorama muy diferente al divulgado. No podemos ahora hablar de historiadores sobre Mengele sino de involuntarios novelistas. De todas formas, mis aportes no cierran la vastedad del círculo ni arman la totalidad del panorama encriptado en este siniestro rompecabezas.
Se está logrando, de un asunto muy secreto, conocer una aceptable aproximación a la verdad de los sucesos. No puedo sin embargo dejar de asombrarme por la cantidad de viajes que los criminales abiertamente realizaban, y del costo implícito que todo esto llevaba. Más allá del enriquecimiento que como industrial hubiera conseguido el padre de Mengele, no me caben dudas que mucho oro rapiñado a las víctimas tiene que haberse utilizado en todo esto.
Propiedades, viajes a Chile, Suiza, Alemania, Brasil, Uruguay, Italia, Paraguay e innumerables viajes internos y otros internacionales desconocidos, automóviles y lujos muy diversos para entonces formaban parte de la vida de los peores criminales que la historia conoció. En cuanto al engaño hacia los historiadores e investigadores por parte de la entonces República Federal de Alemania, resulta asombroso. Ese deliberado engaño lleva a Simón Wiesenthal en su libro Justicia, no venganza (Grupo Editorial Zeta S.A, Buenos Aires, 1989), a afirmar que " En 1952 llegó (Mengele NdA) a Buenos Aires con documentos falsos y volvió a ejercer su profesión bajo el nombre de Friedich Edler Von Breitenbach."
El libro fue publicado en 1989. Para entonces, todos en Argentina sabían que esos datos eran erróneos e inducidos adrede. Dice a su vez Wiesenthal "Lo mismo se repitió en 1959. Entonces, uno de mis corresponsales lo vio en Buenos Aires y, por encargo mío, comunicó a la Embajada alemana su dirección:
Por otro lado informaciones excelentes que poseía Wiesenthal sobre la fuga de nazis, fueron descartadas. Esas informaciones lo habían situado en el centro de la telaraña. Comenta Wiesenthal en su libro (página 134, op. Cit.): " Estos rumores se basaban en un radiograma del servicio de informaciones de la marina alemana, encontrado después de la guerra, que Bormann había enviado a su ayudante Hummel el 22 de abril de 1945:
La operación existió y aún no logré encontrar la estación de ferrocarril que alguien le comentó a Wiesenthal. Wiesenthal no sabía que bajo esa denominación se llevó a cabo la mayor fuga de criminales nazis, los cuales viajando en submarinos llegaron a las costas patagónicas mucho después de finalizada la guerra. En un hecho sin controversia histórica, se sabe que los sumergibles nazis U-530 y U-977 se entregaron en la base de submarinos de Mar del Plata el 10 de julio y 17 de agosto de 1945. Cuántos llegaron y quienes iban en ellos sí es un asunto controvertido. Sin embargo, los nuevos documentos prueban fehacientemente que el gobierno de la República Federal de Alemania protegía por todos los medios posibles a los criminales nazis que no deseaba ver sentados en el banquillo de los acusados. Joseph Mengele era uno de ellos, sin duda alguna.
Buenos Aires, abril de 2007
www.lavozylaopinion.com.ar
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