MAURICIO HELSOR
"DE LAS DESVENTURAS DE UN
TROTAMUNDOS EN LAS TIERRAS
CALIENTES DE MELOXITLAN"
Parecería ser un pueblo más de Latinoamérica. La plaza central con el césped impecable. Muchas flores. La iglesia católica de un lado, la municipalidad del otro, las recovas con multitud de tiendas con voces altas y ventas bajas. Algún eventual perro callejero. Puestos de comida. Tamales. Jugos de frutas conocidas y por conocer. Frutas frescas. Bebidas alcohólicas muy caras para los narcotraficantes. Enfrente el mercado municipal. En su puerta se destaca una carretilla adornada con una cabeza de vaca de mirada ausente. En una de las esquinas la carnicería. Junto a ella la funeraria con un cartel en el que se lee "bendemos sustansias para preserbar los cuerpos". Sí, parecería ser un pueblo más de Latinoamérica. Pero no lo es. Bienvenidos a Meloxitlan , Guanajuato, Méjico.
Descendiente de ucranianos y bielorrusos, argentino nativo y norteamericano naturalizado, como si fuese insuficiente tanto pluralismo racial dejé que la vida me llevara al altar del brazo de una mejicana.
35 años, 2 hijos y un nieto en camino más tarde la mejicana sigue ahí, a mi lado llenando mis días con su amor incondicional. Y con chile, mucho chile. Chile poblano. Chile jalapeño. Chile pasilla. Chile habanero. Chile chipotle. Chile ancho. Chile piquín Y poco a poco uno se va haciendo adicto a ese infernal fruto de la tierra y se acaba echándolo a las hamburguesas, al pure de papas y al helado de vainilla.
Mi esposa es precisamente oriunda de Meloxitlán. Y cada año, siguiendo una tradición familiar, ella, sus 8 hermanas y 3 hermanos viajan a esta localidad desde diversos puntos de la República Mejicana y de la Unión Americana para festejar las fiestas en honor de la Virgen de Guadalupe. Me atrevería a decir que la Virgen de Guadalupe es más un pretexto que un motivo. Siendo los Vargas Moreno increíblemente unidos, la razón principal es reunirse una vez al año para disfrutar de la convivencia familiar.
En esta celebración se amalgaman la religión y el paganismo. En sus peregrinaciones se mezclan señoritas disfrazadas de Virgen Guadalupana con muchachos con caretas de Barak Obama y horripilantes máscaras prehispánicas de mirada diabólica y colmillos monstruosos que aterrorizan a los niños. Y año tras año, con un alto nivel de reticencia pero con la flexibilidad propia de los que nos sentimos en deuda por una vida pródiga de amor, he accedido a los deseos de mi esposa y la he acompañado a Meloxitlán poniendo a prueba mi capacidad de sacrificio y los límites de mi abnegación.
La casa de mi suegra es de generosas dimensiones. Una enorme sala con 4 dormitorios muy amplios y 4 baños. Pero en diciembre, cuando se llena con 8 hermanas, 4 hermanos, yernos, nueras, sobrinos y sobrinas se vuelve compacta como un departamentito de Tokyo. Y aquellos que nos sentimos desesperados en la fila para entrar al baño cuando la Madre Naturaleza nos está estrujando el colon, preferimos alojarnos en uno de los abominables hoteles del pueblo. Hay 2 hoteles en Meloxitlán: uno de un 1/4 de estrella que desde afuera se asemeja a la prisión de Guantánamo; el otro de 1 estrella. Y aquéllos que podemos permitirnos lo mejor elegimos el segundo. La estructura es de color verde lechuga. Los pasillos, verde lechuga. Los cuartos están pintados de verde lechuga y los baños son también verde lechuga.
Las habitaciones, de decoración decididamente espartana, constan de una cama discretamente confortable pero con añejas sábanas, probablemente heredadas de Pancho Villa. Están provistas además de un closet sin puertas, 2 mesas de luz y un minúsculo televisor atornillado en la confluencia de la pared con el techo. El sonido, pese al cacareo incesante de los gallos de la comarca, es audible con las ventanas cerradas, y la imagen visible solamente con binoculares o si al huésped se le ha practicado un transplante de ojos de halcón. La recepción cuenta con servicio diurno y nocturno. A la noche el servicio es prestado por un empleado que duerme plácidamente en una cama ubicada a la vista y atrás del mostrador. Y es obvio su malhumor cuando de noche se lo debe despertar para pedirle la llave del cuarto, atada a una barra de hierro del tamaño de un lingote de oro extraido de un galeón naufragado y cuyo objeto es desalentar al huésped de retirarlas del hotel.
Durante los festejos, la iglesia, repleta de fieles, parece ser un club social más que un recinto de oración . Y las revelaciones que se escuchan no son precisamente divinas. A través de las chusmas de lenguas hiperactivas uno se entera, por ejemplo, que la hija del talabartero ha quedado embarazada del vendedor de corpiños y sin casarse. Los pecados, en los diarios sermones, se llaman por su nombre. El adulterio es el adulterio, el aborto es el aborto, la lujuria es la lujuria y la avaricia es la avaricia. Pero el narcotráfico es "eso". Si haces "eso" no hay salvación. Se compró un BMW con el dinero de "eso". Lo mataron porque andaba en "eso". Construyeron una mansión gracias a lo bien que les va haciendo "eso". Una tarde, mientras el chisme giraba sobre su órbita alrededor de la nave principal de la Iglesia, recuerdo haber visto y oído a esta acongojada señora en la primera fila orando con fervor. "Virgencita de Guadalupe: te ruego protejas a mi hijo. Ya sabes de qué estoy hablando, Virgencita. El anda en "eso". No permitas que le hagan daño mientras se dedique a "eso"...
Nótese que se le ruega a la Virgen que lo proteja mientras anda en "eso" pero no que deje "eso", ya que gracias a "eso" toda la familia puede disfrutar de la buena vida.
Una mención especial merece el cementerio. Al igual que una línea aérea, ofrece servicio de clase económica y "business class" para los usuarios. La clase económica es la utilizada por los proletarios para volar al paraíso. "Business Class" es para los que anduvieron en "eso" hasta que tuvieron la mala suerte de tropezar con una bala, Demasiado tarde se dieron cuenta que las balas de por sí no matan, pero la velocidad con que vienen, sí.
La clase económica, al igual que la de las aerolíneas, es muy simple. Muchos viajeros amontonados en espacio reducido, pero con la ventaja de que ya no es necesario abrocharse el cinturón de seguridad.
"Business Class" es sumamente lujosa. Cuenta con imponentes y gigantescos mausoleos de mármol fino con cúpulas y minaretes y el difunto residiendo en el subsuelo. Sus objetos personales -tales como bates de baseball, camisetas de su equipo de futbol predilecto, fotos de su infancia y de la novia y sus ropas favoritas- se encuentran en el primer piso. Como ya el finado no puede hacer uso de su dinero, los deudos y herederos construyen estos mamotretos necrológicos como señal de agradecimiento por haberlos dejado emplumados gracias a..."eso".
Siendo las hermanas de mi esposa excelentes cocineras, he podido disfrutar, estando en la casa de mi suegra en Meloxitlán, de lo mejor y más auténtico de la comida mejicana. Pero los que se atreven a salir de la casa para aventurarse en los restaurantes de la localidad pagan muy cara su osadía. En estos locales, más que a comer, uno va a purgar sus pecados. Comiendo una "torta" (sandwich en Méjico) de lomo de chancho en una de sus siniestras "cenadurías", experimenté un repentino dolor de muelas al morder los cristales de hielo del cerdo congelado. Pero no hubo reclamos. Lo tomé como una gélida mirada de Dios, una advertencia, una prueba de la ira divina por haber contravenido la prohibición de comer la carne maldita del adiposo porcino.
Durante ese período se organiza en las instalaciones del Club de Leones una reunión llamada "el recibimiento de los ausentes". Y se hace en honor a los hijos del pueblo que impulsados por la necesidad, los deseos de superación o la suerte de haberse apareado con un forastero o forastera de buenos recursos se alejaron del pueblo para reubicarse en importantes ciudades de Méjico o Estados Unidos. Lo sorprendente es que -no sé si por sus ansias de progreso, su buena suerte o porque la Virgen de Guadalupe de veras los oye- a casi todos los que han abandonado Meloxitlán les va muy bien en la vida. Se superan, adquieren una educación superior o habilidad para los negocios, fundan una familia sólida y comienzan una vida próspera en otras latitudes. Y cuando vuelven al pueblo hacen su entrada triunfal al Club de Leones vestidos con sus mejores galas, como deseosos de que todo el mundo se percate de que reemplazaron al burro por un automóvil. Esta fiesta es engalanada con la presencia del "Mariachi Sol y Luna de Meloxitlán", que como su nombre lo indica es originario de esta ciudad y está considerado actualmente uno de los mejores Mariachis de Méjico. Se trata de una velada con cena y baile, ríos de tequila y algarabía ilimitada al son de los corridos y canciones más populares de la música vernácula.
Para aquéllos que no pueden permitirse asistir al Club de Leones, la Municipalidad, haciendo gala de una encomiable sensibilidad social, organiza una fiesta popular y gratuita llamada "El Teatro de Pueblo" en la plaza central y en la cual también participa el Mariachi Sol y Luna de Meloxitlán, aparte de otros artistas en vías de desarrollo pero generalmente muy talentosos.
Si alguien procura pasar unos días de paz y recogimiento en un manso pueblito de Méjico desde comienzos a mediados de diciembre, categórica, absoluta y positivamente Meloxitlán no es el lugar adecuado. Asiduo viajero, puedo calificar a este pueblo, con toda certeza, como el más ruidoso del mundo. Comencemos con el qui-qui-ri-quí de los gallos que dan inicio a su repertorio a las 4 de la mañana. Le sigue el talán-talán de las campanas de la iglesia que irrumpen cada media hora 24 horas al día. Súmense los Santamaríamadrededios de las innumerables misas diarias transmitidas por parlantes con el volumen elevado a la enésima potencia, Añádansele los cánticos de las procesiones acompañadas por el chichichín-chinchín de unas sonajas ancestrales agitadas frenéticamente por pseudo-aztecas saltarines. Agréguense los mensajes proselitistas a todo volumen desde vehiculares altavoces pidiendo votar al Doctor Máximo Rigoberto González de la Mora, súmesele el uyuyuyuy de los mariachis del Teatro del Pueblo con sus trompetas, guitarras, guitarrones y violines, adiciónese el tururuuuu-tururuuuu-el gaaaaaas-el gaaaaas de la pick-up que pasa vendido garrafas y, como corolario de esta pesadilla, tortúrense con el bumbum--ra-ta-ta-ta-ta- bumbum de la "cohetiza" o juegos pirotécnicos que alcanzan su climax en las supuestas horas de sueño, entre la medianoche y las 6 de la mañana. A aquellos masoquistas que quieran flagelarse con esa inmisericorde y desaforada sinfonía de decibeles anárquicos, el quiquiriquiiii-talantalán-santamaríamadrededios-chichichin-chinchin-votealdoctormáximorigobertogonzálezdelamora-uyuyuyuyuy-tururuuu-trururuuuu-elgaaaaas-elgaaaaas-bum-bum-ra-ta-ta-ta-bumbum de Meloxitlán los aguarda en diciembre.
"Melo", como cariñosamente lo apodan sus habitantes, es sumamente conservador en sus tradiciones y costumbres. Pero paradógicamente es un innovador, un pionero en la evolución de la Lengua Española. Habiendo sido siempre un amante de la filología me he sentido fascinado por ese dialecto esotérico, ese jeroglífico verbal propio de la región al que he bautizado como "Meloñol".Con férrea obstinación me he empeñado en descifrarlo y mis primeros éxitos comienzan a salir a la luz. Transcribo a continuación un párrafo en meloñol con la subsiguiente traducción a la lengua castellana.
"Dizque se armó un argüende porque los vieron cuchiplanchando en un campo de elotes. Parece que ese conchudo es un rabo alegre que gasta tantísima feria y está bien endrogado. Si el jefe de la morra llega a agarrar al confiscado le va a dar de trancazos y le va a partir la madre.
Como me cae gordo el uidi-uidi, mejor me voy a la marqueta a comprar una cajeta. Llegando a casa voy a preparar una morisqueta en la estufa. Luego pongo el calentón, me echo un regaderazo y me voy a planchar oreja porque me siento un tantito mormado. Y no me puedo acostar noche porque mañana temprano debo llevar la troca a que le cambien las brecas. Ayer casi apalcuacho a un méndigo que andaba bien pedo. Y si me piden mucha lana por ese jale les mento la madre, me voy a la chingada y les hago cruz colorada".
Paso a continuación a traducir el párrafo de Meloñol a Español.
"Dicen que se armó un escándalo porque los vieron haciendo el amor en un maizal. Parece que ese sinvergüenza es un Casanova que gasta muchísimo dinero y está bien endeudado. Si el padre de la muchacha llega a agarrar a ese inescrupuloso lo va a golpear y le va a romper la cabeza.
Como el chisme me desagrada, mejor me voy al almacén a comprar dulce de leche, Llegando a casa voy a preparar un arroz con leche en la cocina. Luego enciendo el calefón, me doy una ducha y me voy a dormir porque me siento un poquito resfriado. Y no me puedo acostar tarde porque mañana temprano debo llevar la pick-up a que le cambien los frenos. Ayer casi atropello a un maldito borracho. Y si me piden mucho dinero por ese trabajo les doy una reprimenda, me mando a mudar y prescindiré de sus servicios en el futuro".
Como podrá darse cuenta el lector, el Meloñol constituye una verdadera revolución lingüística solamente comparable a la iniciada por los usuarios del "Chat" y de Facebook. Probablemente entienden a KE me refiero.
Una vez terminadas las fiestas en honor de la Virgen de Guadalupe todo vuelve a la normalidad. La plaza principal recupera su dulzura y su cordura. El comercio empalidece y lucha por sobrevivir. Las matronas redoblan sus chismes ya que al irse el Teatro del Pueblo es el único entretenimiento que se mantiene vigente. Al empleado del hotel que duerme atrás del mostrador ya nadie lo fastidia por las noches. El cerdo congelado se deshiela. En la Iglesia quedan el cura, el sacristán que la barre una y otra vez para matar el tiempo y las sempiternas pecadoras que viven arrepintiéndose aunque nadie pueda figurar cuáles son sus pecados si nunca salen de la Iglesia.
Y ese quiquiriquiii-talántalán-santamaríamadrededios-chichichín-chín-chín-votealdoctormáximorrrrrrrigobrtogonzálezdelamora-uyuyuyuy-tururuuu-tururuuuu-elgaaaasss-elgaaaaas-bumbum-ratatata-bumbum alucinante se retira, exhausto, a dormir una larga siesta, a invernar plácidamente para no volver a despertar hasta el mes de diciembre del próximo año.
EL AUTOR:
"Mauricio Helsor nació en Buenos Aires cuando Perón ya era Presidente. Culminó su carrera de Relaciones Humanas en la Universidad de Ciencias Comerciales de Buenos Aires y, dada la falta de oportunidades, no le quedó otra opción que trabajar para el Automóvil Club Argentino como redactor de guías de turismo. En 1973 se radicó en Hollywood, California, donde desempeñó una amplia gama de tareas, desde preparador de ensaladas hasta tejedor industrial. Trabajó luego, durante 28 años, en una importante empresa manufactoradora de sistemas de aviación como despachante de cargo, hasta que se despachó a si mismo jubilándose en el año 2008. Casado por 36 años con una mejicana, tiene un hijo y una hija norteamericanos. Actualmente vive en el sur de California y se dedica al reposo, la meditación, la fotografía y a vagar por el mundo. Y cuando es posible y puede sacudir su indolencia, a colaborar en la revista "Página 1", editada por José Pivin y que es la mejor revista virtual en Castellano de Israel."
Mauricio Helsor
jueves, 1 de julio de 2010
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