por H.L.BONOMO
Los futbolistas, como su nombre lo indica, juegan al fútbol, los jugadores profesionales de fútbol trabajan de futbolistas y los que son muy habilidosos se hacen ricos en unos pocos años.
Es como un trabajo, con la diferencia que la mayoría de los mortales tienen que trabajar hasta los 65 años por un sueldo (que puede ser el equivalente de lo que gana un futbolista en un día) y, después, tratar de sobrevivir. Paralelamente a su trabajo para vivir, es probable que haya integrado alguna cooperadora, comisión, o algo parecido, para dar algo a la comunidad. También es probable que haya estudiado muchos años, para ejercer alguna profesión o que sea educador, entonces su trabajo, si es un buen educador, estará formando personas que forjarán el futuro de la patria o, si es investigador, tal vez pueda enriquecer a la humanidad.
Y así hay gente que trabaja toda su vida para ganar mucho o poco dinero, que, como es lógico, utiliza para su propio beneficio; y está bien.
Pero ahora lo realmente importante es el fútbol, y más en nuestro país. Y no importa si a usted le gusta el fútbol o no, lo mismo tiene que pagarlo, además de ver y escuchar, en los medios de comunicación, a técnicos, dirigentes y futbolistas, todos los santísimos días; y no se si está tan bien, pero es así.
Lo que realmente llama la atención, y para mi es una novedad, es el amor, la generosidad, la filantropía y el magno aporte patriótico de muchos de ellos.
Resulta que los tipos cobran millones por lo que hacen, pero además cobran millones por una marquita en su ropa y otro tanto por publicidades, reciben dinero por dar notas, por los paneles detrás suyo y los parientes de los que son más famosos, también lucran haciendo lo que sea.
Pero cuando hablan usted se entera que son seres sacrificados que se entregan íntegramente por el amor a su patria, algunos, otros para que sus padres, hijos, familia sientan alegría y orgullo por su pariente. Los más modestos, por alegría y orgullo propio, y alguno más delirado; esto es algo más que le regala a la patria, que tanto le debe por todo lo que le ha dado…, en fin, es un regalo de Dios que todos los argentinos debemos agradecer y saber valorar. De guita… ni hablar.
Todos debemos sentirnos felices de poder verlos en sus Hammer, en sus BeEme, o en limusina, cuando se casan. Todos debemos estar orgullosos de nuestros jerarquizados representantes y no fijarnos en tontas groserías o pequeños vicios que puedan tener algunos, porque ellos se están entregando íntegramente por amor a la patria, y, por ende, están perdiendo parte de su ser para entregárnoslo a nosotros; enriqueciéndonos para que seamos más grandes.
Loas a los ídolos-héroes que no mencionan el dinero porque es lo que menos les importa, e irían a jugar lo mismo por amor al deporte, porque esa es la esencia del fútbol actual. Hasta me animaría a decir que pondrían dinero de su bolsillo para representar a su patria.
Gocemos de su generosidad y alimentémosno con la alegría del regalo que nos hacen desinteresadamente, mientras tanto pensemos que con lo que ganan cada uno de estos muchachos, por año, se hubiese podido salvar la vida de Favaloro. H. L. B.
fuente: desconocida.Lllego en un e-mail de un amigo argentino
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