jueves, 10 de enero de 2013
CONFLICTO EN MEDIO ORIENTE: un mapa falaz desmontando el mito de territorios palestinos
Articulo escrito por Irving Gatell quien
aceptó que fuera publicado en el blog http://bajurtov.wordpress.com/2012/10/28/
un-mapa-falaz-desmontando-el-mito-de-
territorios-palestinos/
Link: https://www.facebook.com/notes/irving-gatell/un-mapa-falaz/10151219415233044
A propósito de un usuario en facebook
pro-”palestino” que clama a Irving que le
explique “el porque de la reducción diaria
Palestina que existe desde mucho antes
que llegaran los judíos a adjudicarse sus
tierras” (Ver imagen adjunta).
A continuación la respuesta:
Interesante el mapa cuádruple que posteaste,
donde se registra la “pérdida” de territorios
palestinos a manos de Israel. Es un mapa
falaz, y paso a demostrarte por qué.
El primer mapa señala la división de
“tierras judías” y “tierras palestinas”. En
realidad, se trata de un concepto totalmente
inexacto. Entre 1917 y 1946, la zona no
estaba dividida en “territorio judío” y “territorio
palestino”. La zona, simplemente, era el
Protectorado Británico de Palestina, y tenía
habitantes judíos y habitantes árabes.
Entonces, pretender que existía algo así
como un “territorio palestino” es falaz en el
sentido jurídico. Además, no era una
situación nueva. Antes del Protectorado
Inglés, esa zona fue parte de la provincia
Siria, controlada por poderes imperialistas
desde el año 63 AEC. Primero la controló
Roma, luego el Imperio Bizantino, luego
diversos califatos árabes, y finalmente el
Imperio Otomano (turco), antes de su
conquista por Inglaterra.
La realidad es que NUNCA existió un
territorio independiente llamado “Palestina”,
sino una provincia controlada por un
imperio exterior, en la que había pobladores
judíos y árabes.
En consecuencia, el primer mapa sólo tendría
cierta lógica si en vez de hablar de “territorios
judíos” y “territorios palestinos”, habláramos
de “zonas donde había asentamientos judíos”
y “zonas donde había asentamientos árabes”.
Pero allí viene la segunda falacia del primer
mapa: suponer que TODO el territorio donde
no hay asentamientos judíos es,
automáticamente, territorio palestino. Para
demostrar eso, tendrías que ofrecer un mapa
de esa época donde constara que todo el
territorio señalado en verde estaba lleno
de poblaciones palestinas.
Pero no lo vas a poder hacer, porque ese
mapa no existe, porque eso no fue real. La
realidad en 1947 (cuando se hizo el llamado
Plan de Partición, señalado en tu segundo
mapa) es que el territorio estaba,
básicamente, vacío.
Es evidente que hay un uso manipulado
de la información en este primer mapa, al
dar por sentado que toda la zona donde
no había asentamientos judíos era “territorio
palestino”. Falso. Era parte del Protectorado
Británico de Palestina, y EN ALGUNAS
partes había asentamientos árabes (ni
siquiera eran llamados “palestinos”, y
más adelante te explico por qué).
Mi punto es fácil de demostrar. Curiosamente,
basta con revisar tu segundo mapa, donde
se señalan las fronteras propuestas (y recalco: FRONTERAS PROPUESTAS) por el Plan
de Partición de la ONU. Si pones atención,
verás que las zonas definidas como “territorios
judíos” en el primer mapa es la misma que,
en el segundo mapa, queda como parte de
lo que se proponía fuera el Estado de Israel.
Es decir: los funcionarios de la ONU que
analizaron la demografía del lugar,
simplemente distribuyeron el territorio de
manera lógica: las partes donde abundaban
los poblados judíos serían el nuevo Estado
Judío, y las partes donde abundaban los
poblados árabes serían un nuevo Estado
Árabe.
Al Estado Judío se le concedió, además, el
triángulo del sur que se conoce como
Desierto del Negev, una zona totalmente
inhóspita y deshabitada (de hecho, sigue
deshabitada en más del 90%).
Allí aparece otra vez un manejo manipulado
de la información, porque la contrastación de
los mapas 1 y 2 pretende crear la idea de
que todo ese territorio se lo quitaron a los
palestinos. En primer lugar, ese triángulo
al sur estaba vacío. En segundo, no existía
un “territorio palestino”.
Luego, el tercer mapa sugiere que algo
pasó y que Israel, simplemente, se anexó
más territorio del que se le había anexado.
Es una verdad a medias, y el mapa NO
TE DICE QUÉ FUE LO QUE SUCEDIÓ.
Lo primero que hay que entender es que
NUNCA han existido fronteras definidas
entre Israel y Palestina.
En 1947, la ONU PROPUSO UNAS
FRONTERAS (las del segundo mapa),
pero NO FUERON ACEPTADAS POR
LOS PAÍSES ÁRABES. Cuando terminó
el período del Mandato Británico en la
zona (13 de mayo de 1948), Israel declaró
su independencia EN LA ZONA ASIGNADA
POR LA ONU, y los países árabes
circundantes (Egipto, Líbano, Siria y
Jordania) le declararon la guerra, que se
extendió por dos años, y concluyó con la
victoria israelí.
Durante esa guerra, las tropas israelíes
ocuparon una amplia zona territorial que
originalmente no se les había asignado
(señalada en el tercer mapa). Al firmarse
el armisticio en 1949, Israel propuso una
negociación para que todo el territorio que
tenía ocupado se devolviera a los árabes,
a cambio de un tratado de paz.
Los árabes se negaron otra vez. Ante la
total indisposición diplomática árabe,
dicha LÍNEA DE ARMISTICIO (y no “frontera”)
siguió vigente hasta 1967.
Hoy en día, es muy frecuente oír hablar
de “las fronteras de 1967″. Muchos palestinos
exigen que “se regrese a esas fronteras”.
Pero es, otra vez, información manipulada.
“Frontera”, en este caso, es un término
jurídico que marca el límite entre dos
países que se reconocen como entidades
jurídicas similares y, en consecuencia,
pueden acordar mutuamente donde termina
uno y comienza el otro.
Esa condición jurídica JAMÁS existió en
relación al tercer mapa. De las fronteras
originalmente propuestas por la ONU en
1947, la única que casi no sufrió cambios
fue la que hay entre Israel y Líbano. En
consecuencia, hasta la fecha se considera
una “frontera de facto”, porque en la
realidad jurídica, Líbano no ha reconocido
el derecho de Israel a existir. Por lo tanto,
no ha reconocido una frontera en términos
legales. Sin embargo, después de más de
60 años ambos países se han acostumbrado
a los límites de facto, y cuando el conflicto
concluya es obvio que sólo se oficializará
ese límite como una frontera en todos los
términos legales.
Las única fronteras legalmente aceptadas
en Israel se derivan de los tratados de paz
firmados con Egipto (1979) y Jordania
(1993). La frontera con Siria sigue en litigio,
lo mismo que la frontera con lo que será
Palestina.
Entonces, debido a que NUNCA han
existido fronteras REALES en el plano
jurídico entre Israel y Palestina, ES UNA
FALACIA HABLAR DE “TERRITORIO
PALESTINO”. Podemos hablar de
territorios donde se concentra la población
palestina, pero NO EXISTE como realidad
jurídica.
Por lo tanto, en términos jurídicos estrictos,
lo que existen son TERRITORIOS EN LITIGIO.
Desde el armisticio de 1967, la ONU señaló
que las líneas de dicho armisticio deberían s
er la base para negociar las fronteras definitivas.
Nótese: NEGOCIAR, porque dichas líneas de
armisticio NUNCA fueron definidas por nadie
como “fronteras”.
Israel ofreció lo de siempre: la devolución
del territorio capturado a cambio de un tratado
de paz. Los árabes volvieron a decir que no,
e incluso exigieron que Israel se retirara
unilateralmente de los territorios, advirtiendo
que no habría negociación después.
El canciller Israelí de entonces, Abba Eban,
lo definió de un modo cómico pero correcto:
“Esta es la primera guerra en la que el
vencedor ofrece un tratado de paz, y los
vencidos exigen la rendición incondicional
del vencedor”.
Vamos con el tema pendiente: ¿existen los
“territorios palestinos”?
Ya se hizo costumbre llamarlos así, y la
propaganda -muy evidente en tus cuatro
mapas- insiste en que ese territorio ha sido,
históricamente, “palestino”, y que Israel
llegó a despojarlo.
Falso.
Te puedo invitar a que busques UNA SOLA
mención del “pueblo palestino” anterior a
1967. Pero te anticipo: NO LA VAS A
ENCONTRAR, porque NO EXISTE.
El Plan de Partición de la ONU jamás
habló de un Estado Palestino. Habló de
dividir el Protectorado Británico de Palestina
en dos: un Estado Judío y un Estado Árabe,
pero NUNCA mencionó a un pueblo
“palestino”. ¿Por qué? Porque NADIE les
llamaba así, y NADIE les había llamado así
NUNCA en la historia, por una razón muy
simple: los “palestinos” no son un pueblo
en particular. Son árabes y nada más (y los
árabes vienen de Arabia, por cierto).
La prueba contundente y definitiva de que
la identidad palestina era inexistente es que
entre 1949 y 1967, Jordania ocupó el
territorio al que hoy llaman “territorio palestino”
o “Cisjordani”, y Egipto ocupó Gaza. ¿Acaso
alguien,durante esos años, exigió la
independencia de Palestina y el fin de la
“ocupación jordana”? No. ¿Acaso algún
“palestino” exigió su libertad y que se les
permitiera construir su país? No. En absoluto.
Tanto los países árabes como los propios
“palestinos” asumían como natural su
pertenencia a Jordania o a Egipto. No se
entendían como un pueblo, no pretendían
ser un país, no se les ocurría la idea de
ser independientes. Simplemente, eran
árabes que querían que todo ese territorio
estuviera bajo control árabe y no bajo
control judío.
¿Cuánto tiempo llevaban viviendo allí esos
árabes? La propaganda dice que siempre,
milenios. Incluso, a veces llegan al extremo
de decir que los actuales palestinos
descienden de los antiguos filisteos o de los
jebuseos. Falso por completo. Está
sobradamente demostrado que los palestinos
son árabes y nada más árabes. Un porcentaje
minoritario es, curiosamente, de origen
judío (hecho demostrado científicamente),
y eso sucede porque deben ser los
descendientes de pobladores judíos
obligados a convertirse al Islam en algún
momento de la historia.
La zona entera, a mediados del siglo XIX,
estaba vacía casi por completo. Apenas a
mediados del siglo XIX empezó a repoblarse.
En los siglos previos, habían convivido
pobladores árabes y judíos, gobernados
por los diversos Imperios que mencioné
anteriormente. A ninguno de estos imperios
le interesó la zona, por la simple razón de
que era totalmente inhóspita e infértil. Por
eso, administrativamente, siempre fue una
extensión de Siria.
La escasa población estuvo dividida entre
judíos y árabes más o menos en proporciones
similares, pero a partir del siglo XIX la política
del Imperio Otomano empezó a alterar el
balance demográfico. Fue apenas en esa
época que la zona se vio poblada por una
mayoría árabe. Sin embargo, la realidad
histórica fácilmente demostrable es que allí
siempre vivieron judíos y árabes.
Inglaterra y Francia invadieron la zona en 1917
como parte del conflicto con Turquía en el
marco de la I Guerra Mundial, y se repartieron
los territorios bajo moldes típicamente
coloniales. Líbano, por ejemplo, se lo quedó
Francia; Palestina se lo quedó Inglaterra.
Cuando ambos países empezaron a
colapsarse por la II Guerra Mundial, sus
colonias se independizaron.
Como consecuencia de ello, todo el Medio Oriente fue reorganizado de un modo bastante arbitrario y sujeto a intereses políticos, más que a realidades demográficas. Por ejemplo, se crearon Irán e Irak, pero no se le concedió una zona autónoma a los kurdos ni a los armenios, repartidos hasta la fecha entre Turquía, Siria, Irán e Irak. Otro ejemplo: se inventó, literalmente, el “reino Hachemita de Jordania”. En realidad, ese territorio siempre había sido uno de los varios emiratos árabes, no un país independiente.
Como parte de esta reorganización política, se propuso en 1947 la creación de dos estados más en lo que había sido el Protectorado Británico de Palestina: un estado para los judíos y otro para los árabes.
Los árabes no aceptaron y declararon la guerra, misma que perdieron. Israel tenía que haber surgido como resultado de una negociación, pero la intransigencia árabe hizo que surgiera como resultado de una guerra.
Durante los siguientes 18 años, los árabes exigieron que Israel “regresara” a las fronteras propuestas originalmente por la ONU. Israel manifestó al principio su disposición, siempre y cuando hubiera una negociación para firmar un tratado de paz. Los árabes dijeron que no. Ninguna negociación, porque nunca iban a reconocer el derecho de Israel a existir (imagínate: te exijo que me devuelvas lo que me quitaste cuando quise matarte, y además te advierto que después voy a volver a intentar matarte).
El nuevo intento fue en 1967, cuando Israel se “anexó” más territorio en la llamada Guerra de los Seis Días. Así lo reflejan tus mapas, pero no te dicen que esa guerra inició por una abierta agresión árabe, que empezó con la distribución de tropas libanesas, sirias, egipcias, iraquíes, libias y jordanas en las fronteras de facto con Israel, y durante varios días estuvieron anunciando en la prensa internacional, con bombo y platillo, que iban a exterminar a todos los judíos y a destruir a Israel.
La ONU no intervino.
Israel lanzó un ataque preventivo el 5 de junio, y en los siguientes 6 días había destrozado casi por completo a los ejércitos árabes. Incluso, había ocupado toda la Península de Sinai (que pertenece a Egipto) e incluso el canal de Suez, la zona de Judea y Samaria (que apenas desde 1949 fue empezada a llamar Cisjordania por los jordanos), y las Alturas del Golán (Siria). Sólo en ese momento intervino la ONU, cuando la derrota árabe estaba a punto de convertirse en una catástrofe.
Nuevamente, vino la oferta: la devolución del territorio ocupado a cambio de un tratado de paz. Nuevamente, los árabes se negaron.
Tendrían que pasar más de diez años y otra guerra (la Guerra de Yom Kippur en 1973, que concluyó otra vez con una catástrofe para los ejércitos árabes) para que Egipto negociara y firmara un tratado de paz con Israel. Desde entonces, los dos países tienen relaciones diplomáticas normales y no han vuelto a tener conflictos territoriales. Por el contrario: Israel brinda un fuerte apoyo de servicios de inteligencia para que Egipto pueda controlar a los grupos terroristas vinculados con Al Qaeda que operan en Sinai.
Es curioso: Anwar el Sadat, el presidente egipcio que firmó el tratado de paz con Israel, fue asesinado en 1980 por extremistas… palestinos.
De todo esto, hay que rescatar algunas ideas básicas:
a) Hasta antes de 1948, no existían “territorios judíos” o “territorios palestinos”. Existía una provincia dominada sucesivamente por diversos imperios (en ese momento, por Inglaterra), y estaba habitada por judíos y por árabes. Nada más.
b) El nombre histórico de ese territorio siempre fue Judea, Samaria y Galilea. El nombre “Palestina” fue impuesto por los romanos en el año 135 EC. Sin embargo, tan pronto como el Imperio Romano se colapsó, dicho nombre cayó en desuso hasta 1917, cuando Inglaterra lo volvió a retomar. En el ínter, Bizantinos, árabes y otomanos simplemente consideraron que esa zona era parte de la provincia de Siria. Acaso, los únicos originales fueron los cruzados medievales, que le llamaban Tierra Santa.
c) El nombre de Cisjordania apenas se inventó en 1949.
d) Allí nunca existió un país o una provincia llamada “Palestina”, habitada por un pueblo identificable como “pueblo palestino”. Los habitantes árabes de la zona, hasta 1967, se llamaron a sí mismo “árabes”.
e) Cuando Israel ocupó Cisjordania y Gaza en 1967, empezó a hablarse de los “refugiados palestinos”, es decir, de los árabes que quedaron en el territorio bajo control militar israelí. Sorprende que entre 1949 y 1967 NUNCA se hablara de “refugiados palestinos” mientras el control militar de la zona lo tenía Jordania. Se les llamaba, simplemente, “refugiados árabes”.
f) Dado que los palestinos NUNCA han reconocido el derecho de Israel a existir como Estado Judío, NO EXISTE ningún tratado en donde ambas entidades nacionales hayan definido fronteras. Por lo tanto, jurídicamente hablando, NO EXISTEN LOS “TERRITORIOS PALESTINOS”. Existen los territorios donde habitan los hoy llamados “palestinos” y que, por simple lógica, deben ser la base para la creación del inminente, inevitable y necesario Estado Palestino, pero hasta que no haya una negociación que defina fronteras, el territorio DESHABITADO sigue siendo TERRITORIO EN LITIGIO.
g) Israel ha expresado que el procedimiento a seguir debería ser simple: primero, el reconocimiento mutuo: los palestinos reconocen a Israel como Estado Judío, e Israel reconoce al Estado Palestino; segundo, la definición de fronteras para que entonces sí se pueda determinar qué territorios son efectivamente Palestinos, e Israel se vea obligado a respetar su integridad (y viceversa); tercero, las negociaciones para ir poniendo en orden todo el desmadre político que se ha gestado en los últimos 64 años, misma que sólo puede tener sentido si se hace entre dos entidades jurídicas equivalentes (es decir, entre dos Estados).
h) Los palestinos se niegan sistemáticamente a aceptar, porque se rehúsan a que Israel sea considerado un Estado Judío. En realidad, ellos quieres que el Estado Palestino sea un Estado Palestino, y que Israel sea un estado… palestino.
El problema es que mientras no se haga esta negociación, la realidad demográfica seguirá cambiando. En 1947, la ONU propuso unas fronteras en función de las realidades demográficas de ese momento, pero la intransigencia árabe provocó una guerra que alteró radicalmente la demografía. La petición palestina de que se regrese “a las fronteras de 1967″ (es decir, las previas a la Guerra de los Seis Días, que están señaladas en tu tercer mapa) no funciona porque, debido a que no hubo disposición para negociar nada en esa época, la demografía ha seguido evolucionando, y lo seguirá haciendo si no se llega a un acuerdo. El problema es que, dadas las circunstancias, el balance demográfico evoluciona a favor de Israel.
El cuarto mapa que presentas es totalmente falso. Hipotéticamente hablando, el futuro Estado Palestino debe establecerse en una zona bastante parecida a la del tercer mapa. Eso lo tiene claro Israel. Habrá que negociar algunos trazos de la frontera, porque -como ya expuse- la evolución demográfica ha continuado, y ahora hay zonas urbanizadas por judíos en lo que se supone debió ser territorio palestino (que no lo es). Pero eso no es un gran problema. En primer lugar, estamos hablando de menos del 2% del territorio en litigio. En segundo, Israel ha sido muy preciso al señalar que a cambio de esos territorios, entregará a Palestina otros que, originalmente, están contemplados como “israelíes”.
En última instancia, hay algo un tanto más absurdo en todo esto: ¿cuál es el problema con que haya “colonos” judíos construyendo en “territorios palestinos”? ¿Acaso el futuro Estado Palestino no puede tener poblados con habitantes judíos? Habemos judíos en México, y no somos un “proyecto colonialista” israelí. Simplemente, somos judíos por identidad histórica, y mexicanos.
Pero no: los Palestinos ya dijeron que Palestina debe ser un espacio “libre de judíos” (de hecho, usaron exactamente la misma frase y concepto que usó el nazismo en los años 30′s, y no es de gratis: el constructor de la ideología palestina fue Yasser Arafat, educado por su tío que fue Mufti de Jerusalén, y gran amigo de Hitler), y que todos los judíos deberán evacuar, eventualmente, lo que sea parte de Palestina.
En contraparte, exigen que se permita la instalación de dos millones de Palestinos en Israel. Con ello, los palestinos se han ganado el dudoso honor de ser el primer grupo que quiere un Estado, pero que luego quiere mandar a sus ciudadanos a vivir a otro Estado.
Mientras sigan atorados con esa postura claramente incoherente, el tiempo va a seguir corriendo y ellos son los que van a seguir retrasando su integración como Estado.
Saludos y un abrazo.
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