lunes, 26 de octubre de 2009

¿Qué es Palestina?

por JAIME S. DROMI

El otro día leí un comunicado de Abdalá II, el rey de Jordania: ``Estados Unidos se entromete demasiado en Irán; mejor sería si deja a Irán en paz y hace la paz entre judíos y palestinos, dándoles a estos últimos un estado independiente''. Me acordé de un dicho de mi querida madre, q.e.p.d.:
``No menciones la soga en casa del ahorcado''.

Se refería a que no hay que hablar sobre cosas que ofenden o que en realidad no son convenientes ni para el que las dice ni para el que las oye.
Este rey, que vive de lo que le saca a su pueblo y de lo que recibe de EEUU, olvida que su tierra, que hoy se llama Jordania, era hasta hace poco parte integral del Mandato Palestino y que, a pesar de que Gran Bretaña se comprometió a hacer de ese territorio el Hogar Nacional Judío, queriendo tener una colonia permanente en el Medio Oriente, tomó 78% del Mandato Palestino y puso a Abdalá I como emir de Transjordania, aunque él mismo quería llamar a su territorio Palestina.


Inglaterra le dio armas, un presupuesto e incluso le puso a un inglés para que fuera jefe del ejército, la Legión Arabe. En 1946, Abdalá se coronó rey de Transjordania y confirmó a todos los palestinos como súbditos suyos. En la guerra de independencia de Israel en 1948 ocupó parte de Jerusalén y una parte de Israel al oeste del río Jordán.


Cuando un árabe asesinó a Abdalá I en 1950 en Jerusalén, su joven nieto Hussein estaba a su lado. Su padre Talal tomó el reinado, pero como era enfermo mental, a los 19 años Hussein se hizo rey. Antes de morir, Hussein nombró rey a su hijo Abdalá II.

El 75% de la población jordana se identifica como palestina y en realidad Jordania es una falsedad creada por los ingleses para sus propios intereses. Y todos los territorios al este del Jordán deberían ser palestinos y así terminar, de una vez por todas, los problemas entre árabes y judíos. El Estado palestino tendría una frontera natural con Israel: el río Jordán, y estarían lejos de Gaza y del extremismo terrorista islámico.

Los árabes palestinos jordanos odian a la casa real debido a las persecuciones y matanzas que sufrieron durante el ``septiembre negro'' en 1970, cuando mataron por lo menos a 20,000 palestinos. Y ahora es posible solucionar una serie de problemas en la región que tanto ansía la paz y Estados Unidos podría darle a Abdalá II un palacio en el país que quiera y una pensión adecuada.


Entendamos claramente: el Estado judío de Israel es moderno, soberano, bien armado e independiente del resto del mundo, tiene fábricas y talleres de alta categoría en muchos campos de la tecnología, las ciencias, la medicina, altas casas de estudio famosas en el mundo entero, y como les va la vida en ese pequeñísimo país que tienen, van a defenderlo valerosamente y no permitirán que entren los árabes, que sabemos tienen el plan de asesinarlos.


Pero si vivieran en lo que es hoy Jordania, los árabes tendrán su estado libre, sin que Israel los esté vigilando constantemente, y podrán desarrollar todos sus talentos e inclinaciones entre ellos mismos, mientras se mantengan en sus fronteras. Y así también todos serán felices, como también el rey Abdalá II quería, y Estados Unidos, con Obama al frente, podrá intervenir directamente ya que el propio rey lo dijo públicamente y nuestro querido presidente Obama podrá justificar la medalla del premio Nobel de la Paz que ya recibió por adelantado.
¿No sería hermoso ver a los dos pueblos vivir en paz? Por supuesto que el mundo se preguntaría por qué esperaron tanto para encontrar la solución a la paz en el Medio Oriente cuando todo estaba tan claro durante tantos años. ¿Es que esperaban a que este oscuro escritor de El Nuevo Herald se lo recite?

Es una solución ideal que los comentarios del rey Abdalá II de Jordania despertaron al pedir que Estados Unidos deje de preocuparse de que Irán tenga armas atómicas con las que puede atacar a Europa, a los países árabes aliados con América, con esas armas podría tratar de destruir a Israel sin siquiera entender que la nube nuclear que se armaría, cubriría y mataría a centenares de millones de personas, árabes, persas, católicos y musulmanes, que dejarían un territorio enorme sin poder usarse por muchos años, que traería una guerra mundial y millones y millones de refugiados y la vuelta a un período totalmente negro porque, por supuesto, si Irán lanza una bomba nuclear, también Irán sería destruido.


Es por todo eso que siempre termino con una oración, pidiendo al Todopoderoso que ilumine a todos los líderes en este mundo para que busquen paz, vivan en paz y hagan paz para que podamos tenerla todos los seres humanos.

¡Amén!

'EL HERALDO' - U.S.A.
jsd222@aol.com

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