CON NORMAN MAILER SE FUE UNA PLUMA FILOSA, PROVOCADORA E HIPNÓTICA / EL HOMBRE QUE CORRIÓ LOS LÍMITES DE LA LITERATURA. OPINA TOMÁS ELOY MARTÍNEZ/ UNA CHARLA CON SU HIJO SE CONVIRTIÓ EN LIBRO TRAS UNA LARGA ENFERMEDAD, EL ESCRITOR MURIÓ A LOS 84 AÑOS, EN NUEVA YORK. FUE UN REFERENTE DE LAS LETRAS NORTEAMERICANAS; PUBLICÓ 39 LIBROS, ONCE DE ELLOS NOVELAS. UNA RESISTIDA CHARLA CON SU HIJO SE CONVIRTIÓ EN EL LIBRO "EL GRAN VACÍO"
Novelista, periodista, poeta, guionista. Polémico y provocador. Facetas todas en las que incursionó a lo largo de su vida el escritor norteamericano Norman Mailer, quien murió ayer por la madrugada en Nueva York, a los 84 años, debido a una insuficiencia renal aguda.
La obra de Mailer, que abarca 39 libros, once de ellos novelas, fue alabada por su originalidad, la crudeza del lenguaje y el poder hipnótico de sus personajes. Al mismo tiempo, fue denostada por feministas que rechazaban su representación de la mujer y por quienes repudiaban sus posiciones políticas de izquierda.
En 1969 obtuvo su primer Premio Pulitzer por el retrato que hizo de una marcha pacifista en Washington con el título de "Los ejércitos de la noche". Su segundo Pulitzer llegó en 1980 por su relato de ficción La canción del verdugo , en el que se acercó a la ejecución del doble asesino Gary Gilmore en 1977, la primera dese la restauración de la pena de muerte en los Estados Unidos.
De hecho, se lo considera uno de los padres del "nuevo periodismo", y así supo mezclar su experiencia personal con la información de los hechos y técnicas de narrativa de ficción. El escritor había nacido el 31 de enero en el seno de una familia de inmigrantes judíos y pasó su infancia en el barrio neoyorquino de Brooklyn.
Estudió ingeniería aeronáutica en la Universidad de Harvard mientras concurría a talleres literarios. Y antes de terminar su formación en la Universidad de la Sorbona tuvo que servir durante los últimos años de la Segunda Guerra Mundial en Filipinas y en Japón. A su vuelta de la guerra, escribió Los desnudos y los muertos , novela con la que irrumpió en la escena literaria estadounidense en 1948, a los 25 años.
La obra está considerada una de las mejores novelas que se han escrito sobre la Segunda Guerra Mundial. Mailer protestaba, bebía, fumaba marihuana y recorría los garitos de Nueva York. En su libro Un sueño americano , de 1966, reflejó esa vida a través del personaje semiautobiográfico de Stephen Rojack, quien mata a su esposa. También probó suerte como guionista de Hollywood, pero obtuvo un recibimiento gélido, como sucedió con algunas de sus libros.
La sucesión de éxitos y fracasos marcó el derrotero de su carrera. La obra de Mailer abarca un gran abanico temático: desde el apocalipsis del boxeo, la droga, el existencialismo, el fascismo, el miedo, la violencia, Dios, el diablo, el cáncer, la obscenidad, la política, el sexo, la paranoia, entre otros. En 1975 escribió La pelea del siglo , que relata el mítico combate un año antes entre Cassius Clay o Mohammed Ali y George Foreman.
El propio Mailer llevaba a veces a las manos el debate de ideas, como una vez en 1971 con el ensayista Gore Vidal, ante las cámaras de televisión. Crítico agudo de la sociedad norteamericana, fue un ferviente defensor de las causas radicales en los años 60. Se definía como un "conservador de izquierda" y fue un firme opositor a la Guerra de Vietnam.
De hecho, fue arrestado en algunas ocasiones por participar en protestas contra dicha guerra. En 1969, se presentó a elecciones del partido demócrata para la alcaldía de Nueva York, lo que movilizó al movimiento feminista que lo calificó así: "el cerdo más grande y reaccionario", por sus múltiples matrimonios y su presentación de las mujeres como androfóbicas por naturaleza.
Su libro El prisionero del sexo , en el que acusaba a las mujeres de usar anticonceptivos por odiar a los hombres y su esperma desencadenó un gran escándalo. Otra polémica desató su "autobiografía" de Jesucristo El evangelio según el hijo , de 1997, escrita en primera persona para escándalo de los fieles.
Su última novela, El castillo del bosque , trata sobre las raíces del mal encarnado en Adolf Hitler. Aunque tenía previsto escribir una continuación, el propio Mailer dudaba de sus fuerzas en una entrevista hecha en agosto.
El novelista criticó la postura alemana y europea que hace de la juventud de Hitler un tabú. La última entrevista que se publicó en la Argentina apareció el 3 de noviembre en adn CULTURA, de LA NACION. Allí, Mailer habló de su última novela y dijo que Hitler fue elegido y reclutado por el diablo.
También mantuvo una férrea oposición al gobierno del presidente George Bush y a la guerra de Irak la cual consideró "la peor guerra en que haya participado jamás este país". Ya en su libro ¿Por qué estamos en guerra? , de 2003, Mailer criticó a los Estados Unidos como una superpotencia arrogante con tendencias fascistas.
Por el contrario, el escritor apoyó al premio Nobel de Literatura alemán Günter Grass. "Si yo hubiese estado en los zapatos de Günter, también habría aterrizado como él en la SS", aseguró. Mailer se casó seis veces y tuvo nueve hijos. En 1960, borracho, le clavó un cuchillo en el estómago a su segunda esposa, Adele Morales, quien más tarde publicó un libro sobre su matrimonio con el novelista.
Pero la negativa de Morales a cooperar con la fiscalía permitió al autor ser castigado con una pena bajo fianza. Vivió fascinado por la fama, cultivando la propia y describiendo la ajena, como lo hizo en una biografía de Marilyn Monroe.
Sin embargo, sobre la posibilidad de escribir su propia biografía alguna vez dijo: "En una autobiografía, destruyes todos tus cristales". Marilyn (fragmento) Pensamos en Marilyn como en alguien que fue el romance de todo hombre con Norteamérica, Marilyn Monroe, que era rubia y hermosa y tenía una vocecilla armoniosa y dulce y toda la limpieza de todos los limpios patios interiores americanos.
Era nuestro ángel, el dulce ángel del sexo, y la dulzura del sexo brotaba de ella como una resonancia de sonidos de la fibra más sonora de un violín. A lo largo de cinco continentes los hombres que más sabían de amor la codiciarían, y el clásico acné del adolescente que hace sus primeros tanteos solitarios también pretendería tantearla, porque Marilyn era entrega, un auténtico stradivarius del sexo, tan espléndida, clemente, graciosa, complaciente y tierna, que hasta el músico más mediocre confiaba su propia carencia de arte a la magia evanescente de su violín.
"El amor divino siempre ha saciado y siempre saciará todas las necesidades humanas", era el sentimiento que ella ofrecía de las obras de Mary Baker Eddy como "mi plegaria de siempre para ti" (al hombre que pudo haber sido su primer amante ilícito), y si cambiamos amor por sexo, encontramos el subtexto de la promesa.
"El sexo de Marilyn Monroe", decía la sonrisa de la joven estrella, "satisface todas las necesidades humanas". Crítico agudo de la sociedad norteamericana, fue un ferviente defensor de las causas radicales de los años 60. Se definía como "un conservador de izquierda" CONMOCIÓN EN EL MUNDO DE LAS LETRASESCRITORES LAMENTAN LA PÉRDIDA
.Si bien la muerte de Norman Mailer no sonó sorpresiva dada su larga agonía, el mundo de la literatura se mostró conmocionado por la noticia. Su colega y compatriota de Mailer, Tom Wolfe , se mostró consternado por la muerte del escritor de 84 años. "Voy a extrañarlo tremendamente. Tuvimos muchas peleas, ya desde 1964", dijo el autor de La hoguera de las vanidades a la cadena CNN.
La rivalidad entre ambos nació cuando Wolfe escribió una crítica a la novela de Mailer Un sueño americano , en la que afirmó que había robado la trama de Crimen y Castigo , de Dostoievski, recordó ayer. "Todo parecía muy grave en aquella época, pero mirando hacia atrás puedo ver que Mailer era una enorme fuente de energía para todo el mundo literario, era un motor, un generador", dijo.
"No carecía de ego, pero hacía que la aventura fuera deliciosa. En medio de una pelea podía adoptar una actitud feroz. En persona siempre me pareció un caballero cortés, y podía ser extremadamente encantador", evocó Wolfe, que lo conoció bien. Jorge Herralde , escritor español y editor de Anagrama, que publicaba en España a Mailer, afirmó que el autor de Los desnudos y los muertos será uno de los grandes escritores "sin Nobel, al igual que Kafka o Barbara Probst"
. En declaraciones a la agencia EFE, Herralde dijo que Mailer era un titán de la literatura norteamericana. El editor de Anagrama indicó que justamente, en menos de una semana, saldrá a la venta en España la última novela de Mailer, El casitllo del bosque , que trata sobre el nazismo y "la vinculación de Hitler con el diablo".
A modo de anécdota, Herralde recordó que por medio de su agente enviaron a Mailer la portada del último libro para ver si le complacía. En la imagen aparece una niña de pelo largo y ojos asustados con una esvástica detrás, y relató que cuando lo vio "pegó un respingo, pero le gustó mucho. Y así saldrá". El editor agregó que "a Mailer le gustaba la bronca con todos los sentidos".
Fuente:
La Nación
Más información: www.lanacion.com-
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EL HOMBRE QUE CORRIÓ LOS LÍMITES DE LA LITERATURA
Nadie pudo borrar con tanta eficacia como Norman Mailer las débiles fronteras que separan la realidad de la ficción. Escribió periodismo con la misma soltura y brillo que se advierten en sus novelas, y trabajó las novelas con la paciencia de un investigador obsesivo para quien la realidad era sólo una de las ramas de la imaginación.
Como no podía ser de otro modo, Mailer murió un sábado, ayer a la madrugada. Llevaba un mes y medio internado en el hospital Mount Sinai de Manhattan, y ya los médicos lo creían fuera de peligro. Su físico de roble parecía condenarlo a la eternidad, pero de pronto todas las vísceras se le desbarrancaron, una tras otra, y el gran escritor se vino abajo de golpe, como le había sucedido otras veces en los gimnasios de box.
Cuando conocí a Mailer en 1979, yo sentía la misma admiración que ahora por la fuerza luminosa con que ensanchó los límites de la literatura, encogiéndose de hombros ante el desdén de los críticos y avanzando sin inmutarse entre el alud de adjetivos que lo castigaban: oportunista, machista, ególatra.
En mi antología personal figuraban por lo menos seis de sus 39 libros: Los desnudos y los muertos , una novela de 700 páginas que escribió entre los 22 y 24 años, y publicó a los 25, en 1948; Los ejércitos de la noche , con el que ganó el premio Pulitzer en 1968; El combate , 1975, memorable crónica de la pelea entre Muhammad Ali y George Foreman por el título mundial de todos los pesos en el Zaire de Mobutu; La canción del verdugo , de 1979, y El fantasma de Harlot , de 1991, mil quinientas páginas admirables dedicadas a describir los laberintos de la CIA con una inteligencia narrativa y una sabiduría para entender el corazón humano que parecía haber desaparecido cuando murieron los grandes novelistas del siglo XIX.
Me dicen que la última, Un castillo en el bosque , es tan buena como Harlot, pero yo prefiero quedarme con las dos últimas y seguir releyéndolas, hasta recuperar en ellas el eco de su voz perdida.
Por Tomás Eloy Martínez
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EN FAMILIA
La idea del libro fue de John Buffalo Mailer, el noveno y último hijo de Norman. Cuando le sugirió a su padre, de 84 años, armar un libro de diálogos entre los dos, algo así como un puente o un túnel entre el primero y el último Mailer, Norman le dijo que estaba loco, pero que lo iba a pensar.
Y la idea de poner en abismo los imaginarios de un padre y un hijo que se llevan cincuenta años, en un ejercicio retórico que podría ser ocioso pero también profundamente revelador, finalmente lo sedujo y terminó diciendo que sí.
El resultado es El gran vacío, más de 200 páginas de la más pura prosa norteamericana.¿Cómo definir a eso que llamamos “prosa norteamericana”? ¿De qué adjetivo abusar para abarcar algo tan desmesurado como la mente de dos generaciones en el país que del legado filial hizo un imperio?
En El gran vacío está, transparente, la rabia y la resignación de una generación que creció a la par de la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial. Escritores terrenales, directos, que hicieron de la literatura norteamericana un museo del testimonio. Está también la generación de los años ‘90, despolitizada, vertiginosa y suicida; la generación que llegó cuando luchar era un concepto casi inverosímil porque, como dijo Norman Mailer, “someter a juicio a Saddam Hussein no es lo mismo que luchar contra Hitler”.
Otra cuestión: ¿cuál es, exactamente, la figura de escritor que ha ido armando y esculpiendo el hábil Mailer a lo largo de su vida? Es difícil afirmar que el autor de Los desnudos y los muertos es un escritor comprometido, no tanto por la naturaleza de sus intervenciones puntuales o su actitud hacia los núcleos de poder, sino por el modo en que el concepto se ha ido deshaciendo con el tiempo.
Mailer es, eso sí, un apasionado de la realidad. Y quizás una de las enseñanzas radicales que le deje a los escritores que quieran escribir bajo su influjo sea la idea de que la literatura no debe incorporar a la política, pues éstas son dos formas posibles de una misma escritura.
Mailer habla de política con la misma irreverencia y testarudez con la que escribe literatura, y lo increíble es que a esta altura es imposible arriesgar qué lo apasiona más.
Por lo demás, no tendría sentido: la política, la religión o la literatura son para la generación de narradores de Mailer un imperativo con el que hay que pelear o al que hay que seducir. Mailer parece haber hecho las dos.Pero volvamos al círculo familiar. John Buffalo es actor y guionista, y en El gran vacío parece haber jugado por un rato, además, el rol imposible de periodista.
Al primer halago, sin embargo, el padre lo corta en seco: “Elimina eso. De ahora en adelante, nada de cumplidos. Eres mi hijo, no puedes andar por ahí haciéndome cumplidos”. Pero claro: el modo en que las intervenciones de cada uno se encadenan poco se parece al diálogo.
John Buffalo pregunta, ocasionalmente opina, y Norman contesta, se expande, diserta. En ese sentido, y a esta altura de las cosas, El gran vacío es de aquellos libros que empiezan a cerrar el arco biológico de una obra. Uno de esos libros que atan cabos sueltos, que cierran el moño del paquete y le van dando circularidad a la obra de una vida.
El gran vacío Norman y John Buffalo Mailer
Emecé - 228 páginas.Por Mauro Libertella
Fuente: Suplemento Radar Libros del diario "Página/12"
Más información: www.pagina12.com.ar
1 comentario:
"Si quieres ser feliz como me dices, ¡no analices,muchacho, no analices!".
Se lo va a extrañar, al muchacho.
Sus editore$, más aún.
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