LIBROS: FERNANDO BIRRI:'SOÑAR CON LOS OJOS ABIERTOS"

LIBROS
El cine según Birri
“Soñar con los ojos abiertos”

de Fernando Birri.

Aguilar, 398 págs. $ 35.
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Quien haya visto los dos films más famosos del santafesino Fernando Birri ("¡Tire dié!" y "Los inundados") sabe que incluyen algunas de las mejores imágenes del cine argentino, por el vigor estético y por lo que expresan. Bastante más difícil es dar con otros títulos de su filmografía, una decena de títulos entre medio y largometrajes. La variedad es enorme: desde un típico ejemplo de experimento sesentista ("Org") donde el relato se construye y deconstruye todo el tiempo, hasta documentales dedicados al español Rafael Alberti y al Che Guevara.

Este libro es ante todo una oportunidad excepcional de recorrer esa filmografía en las palabras del propio creador. También es mucho más, incluso en esa primera zona de un curso de tres trimestres que dio en la universidad de Stanford en 2001 y 2002. Más que un gran didacta, más que un gran teórico, mucho más que un crítico, Birri es un gran y apasionado conversador.

Como algunos de sus admirados (Neruda, Galeano, García Márquez) tiene además un ego poderoso y no pierde oportunidad de subrayar cuándo estuvo allí antes, o rememorar, hablando de otro, su propia obra.

Lo distingue el carácter vasto y variado de su cultura y el modo en que la ha saboreado y digerido, para después entregarla en un montaje personal y sorprendente. Constituye por sí solo una especie de depósito de varias décadas de la cultura hispanoamericana en el sentido estricto.

Después de recorrer su propia obra, pasa a "el Nuevo Cine Latinoamericano", y rastrea sus obras o antecedentes más importantes, desde Buñuel a Jorge Sanjinés, desde Glauber Rocha a Paul Leduc. En un tercer trimestre repasa la relación del cine con las otras artes.

El tono y el rendimiento de las treinta clases son extraordinariamente desparejos. El paralelo entre el cine escueto y preciso de Nelson Pereira dos Santos y la avalancha torrencial de Glauber Rocha es acertado. En cambio la emoción lo embarga por demás cuando habla sólo del segundo, y el texto (o la voz) se vuelven confusos, creando neologismos o juegos de palabras malsonantes.

Tampoco queda demostrada su afirmación de ese nuevo cine latinoamericano como un movimiento que ha durado más que otros, como el neorrealismo. En realidad sus films mezclan demasiados tonos distintos, sin auténtica unidad estética.

Aunque él sigue creyendo en su existencia, la única película posterior a 1990 que incluye le pertenece (a excepción de "Mundo grúa").

Otros cines nacionales o continentales (el iraní, el asiático tomado en conjunto) son hoy los renovadores, y no por la senda que Birri imaginó y sigue imaginando. Vale la pena sin embargo escuchar esa voz múltiple y apasionada, que se renueva sin cesar ante los nuevos estímulos. Constituye una experiencia, incluso un espectáculo, fuera de lo común. l

Por: Pablo Kohan
Fuente: 'REVISTA NOTICIAS'- Buenos Aires- abril de 2007-