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Según la OMS, en los próximos años, morirán 650 millones de personas debido al mal hábito de fumar, más o menos a razón de 10 millones anuales. La mayoría, en países del tercer mundo.
Muchas sociedades van protegiéndose y apenas los fumadores tienen lugar dónde fumar. El precio del tabaco es alto y además, obligatorio colocar una advertencia en su envase: “El cigarro mata.” Parece que no, pero sí va surtiendo efecto la labor consciente y sistemática de informarte sobre los daños tabáquicos. Los adultos de los dos sexos, reconocen los estudios, son los que más han dejado de fumar…. Pero los adolescentes y jóvenes….
PERCEPCIÓN DE RIESGO
En psicología, existe un término que identifica esa manera tan trivial e irresponsable con que los adolescentes y jóvenes de los dos sexos asumen el peligro, y es la percepción de riesgo.
Ellos y ellas creen que no les va a ocurrir nada, ven la muerte como algo muy lejano, y el cáncer, los infartos y otras enfermedades derivadas del fumar, como males de personas adultas o viejas.
En fin, echan humo sin parar porque tienen la falsa creencia de que su “juventud”, su cuerpo saludable y vigoroso nada tiene que ver con los daños que provoca ese mal hábito. Muchos fuman para sentirse adultos, para impresionar a los del otro sexo, para entretenerse o por placer, aseguran las encuestas que han incursionado en estas realidades.
El asunto es sencillo y como sigue: Se empieza de joven, se adquiere el vicio, y cuando nuestro cuerpo comienza a sentir los efectos del exceso de alquitrán y nicotina, no se sabe de qué manera zafarse de semejante adicción.
LAS LÁGRIMAS NO RESUELVEN
Muchos varones se debaten entre la fuerza del vicio y las señales de los perjuicios que van sintiendo. Pueden llegar a llorar como niños cuando se enteran, al visitar al urólogo o sexólogo, que su falta de potencia no se debe a causas “naturales” sino provocadas por el humo del tabaco.
Y es que el cigarro afecta uno de los puntos más vulnerables de los varones: su sexualidad. Investigaciones recientes subrayan esta realidad concreta: varios componentes del tabaco daña severamente la potencia sexual.
Un estudio canadiense confirma en la actualidad que fumar un paquete de cigarrillos diarios, equivale a un 60 por ciento de mayores riesgos de padecer disfunción eréctil, en comparación con aquellos hombres que jamás han fumado.
Asimismo, indica que fumando menos de un paquete diario, también bajan los riesgos de padecer este trastorno, pero queda claro que el peligro de sufrir dificultades con la erección de los fumadores, siempre es mayor que en el de los no fumadores.
La investigación se apoya en los datos que ofrecieron 5 mil hombres de 50 años, aproximadamente. Se escogió esta edad para poder reconocer como son los hábitos de consumo de tabaco en la actualidad y en el pasado, y su desempeño y satisfacción las relaciones sexuales.
Más del 60 por ciento de los participantes que respondieron la encuesta afirmaron ser fumadores, mientras que otro 10 por ciento se declaró ex fumador.
En total, el 14,6 por ciento del total de los encuestados afirmó sufrir de algún tipo de problema con la potencia. Los fumadores y ex fumadores subían ese promedio, ya que admitieron experimentar disfunción eréctil en un 15 por ciento de los casos, esta tasa se reducía entre aquellos hombres que jamás habían fumado, puesto que sólo el 11 por ciento de ellos señalo haber tenido este problema en sus relaciones sexuales.
Entre las conclusiones se subraya un elemento esencialmente importante: en promedio, el riesgo de padecer algún tipo de disfunción sexual es de un 60 por ciento más elevado en los fumadores que entre quienes nunca han fumado, y de un 35 por ciento más elevado entre los ex fumadores que entre quienes nunca se han llevado un tabaco a la boca.
Así las cosas, otro mito se estremece: El cigarro no calza la masculinidad, más bien la derrumba.
fuente: REVISTA MUJERES CUBANAS- NRO. 388
29 DE MAYO 2008
NOTA DEL EDITOR: la ilustracion fue tomada de un mensaje que llego a mi PC, creo que de www.yahoo.
Lic. Jose Pivín
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