Autor de la música de tangos como "Sur", sintetizó su estilo de ejecución , hasta ser calificado como el "Bandoneón mayor de Buenos Aires"
Aníbal Carmelo Troilo, alias Pichuco (11 de julio de 1914 - 18 de mayo de 1975): bandoneonista, compositor, director de orquesta de tango, argentino de nacionalidad.
En la primera formación de la Orquesta Típica de Aníbal Troilo participaron Orlando Goñi, Enrique Kicho Díaz, Roberto Gianitelli, Juan Miguel Toto Rodríguez y el cantor Francisco Fiorentino (entre otros), con la que debutó en la boite Marabú de Buenos Aires.
En la primera formación de la Orquesta Típica de Aníbal Troilo participaron Orlando Goñi, Enrique Kicho Díaz, Roberto Gianitelli, Juan Miguel Toto Rodríguez y el cantor Francisco Fiorentino (entre otros), con la que debutó en la boite Marabú de Buenos Aires.
Suele decirse que, en sus comienzos, la orquesta tocaba «a la parrilla», término utilizado en la jerga del tango para designar en general a la música interpretada sin un arreglo escrito, cuente esta o no con ensayos previos.
Evidentemente, la música de esta primera época (como la versión de Tinta verde de 1938, o la de Toda mi vida de 1941 junto a Fiorentino) contaba con arreglos relativamente simples, incluso para la época -si los comparamos con la sofisticación de los arreglos de Julio De Caro, por ejemplo-. Pero difícilmente pueda coordinarse la acción de once o doce músicos sin ninguna clase de partitura; aunque, en el tango, como en la mayoría de las músicas populares, el resultante sonoro depende más del conocimiento de algunas reglas de juego sobreentendidas que no suelen (o no pueden) ponerse por escrito.
La simplicidad de esta música, que obedece a la lógica de una orquesta creada para tocar en lugares bailables, es por otra parte relativa, ya que presenta un gran abanico de matices expresivos (de volumen y de dinámica), ejecutados siempre -al menos en las grabaciones que se conservan- con gran claridad y efecto, lo cual lo distingue de otras orquestas bailables. El tempo (es decir, la velocidad) es siempre ágil.
Evidentemente, la música de esta primera época (como la versión de Tinta verde de 1938, o la de Toda mi vida de 1941 junto a Fiorentino) contaba con arreglos relativamente simples, incluso para la época -si los comparamos con la sofisticación de los arreglos de Julio De Caro, por ejemplo-. Pero difícilmente pueda coordinarse la acción de once o doce músicos sin ninguna clase de partitura; aunque, en el tango, como en la mayoría de las músicas populares, el resultante sonoro depende más del conocimiento de algunas reglas de juego sobreentendidas que no suelen (o no pueden) ponerse por escrito.
La simplicidad de esta música, que obedece a la lógica de una orquesta creada para tocar en lugares bailables, es por otra parte relativa, ya que presenta un gran abanico de matices expresivos (de volumen y de dinámica), ejecutados siempre -al menos en las grabaciones que se conservan- con gran claridad y efecto, lo cual lo distingue de otras orquestas bailables. El tempo (es decir, la velocidad) es siempre ágil.
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