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José Aguilar Jurado
José Aguilar Jurado, más conocido por su seudónimo Fray Josepho de la Tarima, es un filólogo, medievalista, poeta satírico, humorista, periodista y educador español.
Biografía
Profesor de Lengua y Literatura en el Instituto de Enseñanza Secundaria Guadalpín de Marbella
heterónimo, escritas generalmente en un pastiche de castellano medieval y en su mayor parte
en cuaderna vía, expresando con humor el descontento de un profesor español ante la
degradación del sistema educativo.
En julio de 2005, una de sus seguidillas satíricas le valió una querella del entonces presidente de
la Generalidad de Cataluña, Pasqual Maragall.1 La querella, sin embargo, fue desestimada por el
juez por no apreciar ánimo de injuriar.
Pensamiento
Aguilar, alineándose con las tesis de la pedagoga Inger Enkvist, critica las nuevas formas
didácticas que a su juicio impone la pedagogía constructivista actual a los enseñantes, ignorando una larga tradición de enseñanza de la materia de lengua y literatura hispánicas, ahora
denominada "Lengua castellana y literatura". Discute que no se llame sencillamente español o
lengua española, al margen de consideraciones filológicas, y que no hayan sido los profesores de español ni los filólogos hispánicos o los lingüistas de prestigio o la Real Academia o el CSIC
quienes hayan puesto nombre a la asignatura, sino los políticos y los pedagogos. La cuestión le
parece especialmente grave en cuanto que se trata precisamente de la asignatura que sirve para
dar nombre a las cosas.
Aguilar considera que los profesores de lengua y literatura han aceptado de forma acrítica los
el diseño curricular, los objetivos procedimentales y otras terminologías escolásticas Aguilar es
extraordinariamente crítico tanto con los principios pedagógicos que subyacen a estas leyes como con la forma de expresarlos. No obstante, considera la lucha contra la LOGSE una batalla perdida sin haberse librado, por mera deserción o retirada. Lamenta también la enseñanza «comprensiva».
Comprende, aunque duda, que haya asignaturas en las que la llamada «comprensividad» sea un
principio fecundo:
En las edades de Secundaria es un error intentar enseñarles lengua y, sobre todo, literatura española del mismo modo a todos los alumnos que se juntan, más o menos por las leyes el azar, en un aula de instituto. Alumnos que no saben leer de corrido, alumnos que no saben ni quieren leer de corrido —–ni de ninguna manera—, alumnos que jamás han aprobado la lengua, alumnos que uno se hace cruces de cómo han podido aprobar la engua, alumnos de los llamados «de integración», alumnos —diagnosticados o no— quew tienen diversos problemas o enfermedades —pero que también hay que tenerlos en el aula —, alumnos simplemente gamberros, delincuentes juveniles a menudo, alumnos listos,regulares, trastos, lentos, vivaces, hiperactivos o empollones. Todos juntos, una pizarra, una tiza y, venga, enséñales el Siglo de Oro y la oración compuesta. Y lo peor de todo es tener que aguantar que venga el pedagogo de turno, o el desertor de la tiza instalado en un CEP, o el semipoliticastro, y te diga que lo que pasa es que tienes una concepción de la enseñanza-aprendizaje (así lo dicen) anclada en el pasado.
fuente: www.wikipedia.orgDiscurso en la "Mesa redonda" del X Simposio Nacional de Actualización Científica y Didáctica de Lengua Española y Literatura, 2004.
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