domingo, 9 de junio de 2013

ESPAÑA: LAS EDITORIALES EDELVIVES Y SM PREMIAN LA LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL, POR EL DR. MANUEL QUIROGA CLERIGO







EL HOMBRE QUE ABRAZABA A LOS ÁRBOLES.
Autor: Ignacio Sanz.(XXIV Premio Ala Delta) 
Edelvives, Zaragoza, 2013, 135 págs.



Antes de comenzar el comentario hemos de decir, cosa que suelen omitir muchos críticos, que las ilustraciones de “El hombre que abrazaba a los árboles” son una preciosa creación de Ester García. Y esto lo anotamos porque vivimos en un mundo desagradecido donde los traductores, secretarios de los políticos, azafatas de congresos y de aviones e ilustradores de libros apenas son tenidos en cuenta cuando su trabajo es tan importante, a veces más, que el de los escritores, novelistas, políticos o comandantes y directores de los actos institucionales. Y ahora hemos de recordar que Ignacio Sanz se  qué se ha basado para escribir esta memorable historia, que no en vano ha recibido el XXIV Premio Ala Delta de Literatura Infantil, del Grupo Editorial Luis Vives, más conocido en estos ámbitos como Edelvives, por lo cual vaya nuestro aplauso como agradecimiento en nombre de los niños lectores, educadores, maestros y profesores, padres y adultos en general pues promover la lectura desde los primeros años nos parece algo del mayor interés. Si hubieran leído de pequeños algunos de los histéricos mandamases del mundo tal vez no habríamos llegado a esta crisis de valores, monetaria y cultural, y no vamos a dar nombres, aunque tengamos una lista en la caja fuerte para darla en cualquier momento. Pues Ignacio Sanz, Sociólogo, poeta, narrador oral y segoviano nacido en 1953, ha apuntalado su libro en un interesante trípode: su hijo Adrián, al regresar de Londres en 2011, publicó en El Adelantado de Segovia un artículo destacando la inédita belleza del viejo olmo del Paseo Nuevo, de la ciudad del Alcázar; Claudia de Santos, a la sazón madre de Adrián, comentó a Ignacio que un hachero de Valsaín llamado Pepe Fraile había salvado de su muerte vegetal al citado olmo en 1982 y Juan Andrés Saiz Garrido escribió un libro titulado “Los Gabarreros”, esos héroes anónimos que cuidan los árboles de El Espinar y aprovechan, casi viviendo de ello, aquellas ramas o madera que no es imprescindible para la subsistencia del bosque. Y aquí entran en escena los personajes de este libro de Ignacio Sanz, que son nada menos que Felicidad, una divina niña que quiere ser guardabosques y un amable viejecito, casi transmutado en abuelo no carnal, llamado Marcial, un viejo leñador que pacientemente va mostrando a la niña un universo repleto de interés y novedades. Es que Marcial ha vivido en Canadá y ha estado entre las magníficas secuoyas, en los bosques de arce, que es la flor nacional de aquel país que incluso figura en su bandera y también en los pueblos de Piñares, donde viven ambos, Felicidad y Marcial. Otros personajes como los padres de la niña, Roberta la vaca y la antigua novia de Marcial, del mismo nombre, por ejemplo, son comparsas de una historia donde lo que importe es el valor que el vejete va dando a todos y cada uno de los momentos en que vive con la curiosa niña, a la cual enseña a conocer el monte, conocer los árboles, respetar la naturaleza y conocer a sus habitantes. Eso a veces llega a crear algún problema a Felicidad como cuando se empeña en considerar aves o pájaros a las ardillas voladoras, aunque la presencia de Marcial en el colegia aclara este y otros conceptos. Pero también aparecen los picapinos, uno de ellos disfrazado de hombre, los feroces osos canadienses y las urracas parlanchinas, de escaso diálogo pero de buen saque para dar cuenta de las tortillas caseras. Con estos mimbres, y alguna sorpresa que otra que deberán ir descubriendo los lectores Ignacio Sanz nos ha ofrecido una deliciosa historia, bien tramada por quien, con este lleva publicado unos cincuenta y tantos libros como “El pinsapo de la plaza” y esa delicia (casi) lírica titulada “Cómo como” y que obtuvo este mismo premio Ala Delta en 2010 con aquella maravillada comedia infantil “Una vaca, dos niños y trescientos ruiseñores”, retrato del poeta Huidobro en viaje hacia este Nuevo Mundo y sus peripecias para atender a una familia tan amable como repleta de ironía y gracia. Pues eso, que gracias Ignacio, por permitirnos a todos transitar por esos senderos donde la metáfora, la ironía y los afectos tienen su mejor expresión.









JUEGOS INOCENTES JUEGOS. 
Autor: Ricardo Gómez. (XII Premio Alandar),
Edelvives, Zaragoza,  184 págs.





Quienes no creemos que la play station y otros inventos similares sean escasamente instructivos aunque admitamos que, como el vino, utilizarlos moderadamente pueden ser favorablemente educativos seguimos opìnando que la cantidad de juegos que tienen a la guerra como protagonista, la destrucción perpetua de ciudades y armas y el inmoderado enfrentamiento entre seres humanos no añade nada a la formación de los adolescentes. Igualmente odiamos a los papás que compran pistolitas a sus hijos, espadas de madera y otras armas simuladas, todo ello muy propio para el inicio de la mas sofisticada delincuencia. Dicho esto añadamos que Ricardo Gómez ha escrito un buen libro dedicado a los lectores adolescentes, “Juegos inocentes juegos” que, precisamente ha obtenido el XII Premio Alandar de Narrativa Juvenil y que leído con la suficiente capacidad de crítica puede, incluso, aportar datos positivos a quienes se encuentran en una importante época de su formación. Gómez, que nació en Madrid en 1954 fue Profesor de Matemáticas en varios institutos de enseñanza media hasta el año 2003, fecha en la que obtuvo el III Premio Alandar por “El cazador de estrellas”, lo que impulsó a dedicarse exclusivamente a la escritura. Ha publicado una veintena de libros en varias editoriales, como “Diario de un campo de barro”, “La isla de Nuncameolvides” , “Zigurat” o la preciosa “Mujer mirando al mar” por la que SM le concedió el Premio Gran  Angular en el año 2010 y ha merecido otros premios como el Cervantes Chico en 2006.


Total que en “Juegos inocentes juegos” estamos ante la, digamos, breve biografía de quien se presenta así al inicio del relato: “En el mundo real me llamo Sebastián, sin tilde en la a, pero son pocos los utilizan ese nombre. Muchas mas me conocen como El Asesino. No es que me guste demasiado, pero a esta alturas no puedo hacer nada para evitarlo”. Conocemos que el joven vive con su madre, los estudios los lleva regular, su padre ha descendido de categoría humana tras separarse con su madre y la familia ha sufrido la pérdida de la hermana e hija a una edad temprana lo cual, en un momento dado, Sebastián conoce que fue en parte motivo de la separación de sus padres. El joven tiene amigos poco explícitos, con los cual sale de forma irregular, aunque se siente interesado por Helena que no le hace demasiado caso, la verdad. En Catarina tiene un contacto que le acerca a un mundo algo alejado de las ideas de su madre, trabajadora en un barrio pobre de Madrid, El Pozo (del Tío Raimundo) y aparece Patricia como una confidente. Pero lo interesante de este Sebastián es su ocupación pues se dedica a probar videojuegos, por lo cual recibe remuneraciones a veces bastante agradables. En este trabajo se considera un profesional y maneja los mandos de manera eficaz, como quien mataba marcianitos a diestro y siniestro o como los experimentados yanquis que utilizan sofisticados programas de este tipo para matar iraquíes o palestinos con una celeridad excesiva, lo cual en muchos casos, y suele ser su aspiración, logran llevar a cabo en la vida real, en las guerras reales que políticos infames, en España tuvimos uno con bigote, declaran en beneficio de sus intereses aunque lo justifican como medio para salvar a la humanidad de cuestiones como el comunismo, una dictadura o el terrorismo internacional. En algunas de estas pruebas de juegos inocentes Sebastián ha de dirigir operaciones con drones, muy del gusto de los generales (norte)americanos justificando su necesidad de mantenerlos para una lucha sin riesgos para sus combatientes. Estos aviones teledirigidos y sin pilotos humanos a bordo suelen equivocarse con frecuencia y, entonces, al decir de los portavoces marciales se producen inevitables daños unilaterales como matar a todos los asistentes a una boda, novios incluidos, por suponer que aquello era un nido de espías o modestos viandantes, pastores o escolares. Dirigir este tipo de aviones o mantener la mejor predisposición entre quienes luchan cuerpo a cuerpo es el trabajo que se exige a Sebastián, todo ello con el fin de lograr unos videojuegos de alta apreciación por los interesados en el asunto, nada inocentes por cierto, con lo cual la ironía del título está justificada. En medio de esta labor del joven vallekano aparecen los episodios que tienen por protagonista a Hazrat Banaras y su grupo de rebeldes musulmanes o las indicaciones de un cuartel de Siracusa, N.Y. cuya dedicación principal es la diseñar drones capaces de hacer una guerra moderna y de rápidos resultados.


Buen relato el de Ricardo Gómez, detallado, con algunos pasajes de detallada intención que, efectivamente, burlándose de la afirmación del título, permitirá al lector juvenil comprender la incómoda civilización en que vivimos donde, sobre todo, prima la idea de tener el objeto más claro de los seres humanos que es el lograr ganar una batalla, una guerra, una historia sin importarle al vencedor el desastre, crueldades, violencias, muertes y destrucción que esa victoria pueda ocasionar. Quienes inician esas guerras luego se retiran a su rancho de Texas, casan a sus hijas en monasterios reales o, en algún caso como el de Tony Blair, se convierten al catolicismo, tal vez para purgar sus culpas, es decir ser perdonados por los miles de inocentes muertes, esos sí inocentes, y la infinita tragedia que asola a un mundo que se creía civilizado. Si libros como éste sirven para que los jóvenes reflexionen en torno a tanta violencia y crueldad bienvenidos sean.
















LUCES EN EL CANAL. 
Autor: David Fernández Sifres 
(Premio Barco de Vapor) SM, 
Madrid, 2013. 112 págs.



Es de aplaudir, y más en estos tiempos de usura mercantil, el que sigan existiendo editoriales empeñadas en descubrir nuevos talentos y, además, publicar sus obras. El que, por ejemplo SM, lo haga a través de la concesión de premios de larga trayectoria, y con suculenta remuneración, es además un buen añadido. En este caso nos vamos a referir a dos interesantes títulos para el público más joven, estos lectores juveniles generalmente ávidos de obras sorpresivas y de libros donde la fantasía, la concordia y los afectos tengan su mejor cabida. El último Premio El Barco de Vapor es la obra de David Fernández Sifres, que confiesa haber escrito en Villaturiel (León) en el verano de 2012 quien es un escritor de todavía escasa obra pero que en “Luces en el canal”, con preciosas y muy adecuadas ilustraciones de Puño, nos deja una historia con su dosis de misterio y donde imperan varios valores, uno y muy principal es el la amistad, otro sería el del tesón. Estamos ante un extraño hombre que tenía una barca llamado Jaap Dussely que vivía, con su esposa, al lado de uno de los canales de Ámsterdam. Otro protagonista es Frederick, un jovencito que ha perdido una pierna debido a un accidente con su bicicleta. Luego está la madre de éste, tal vez demasiado celosa en preservar la integridad física del niño y, con ello, un poquito desconfiada de cuanto pueda sucederle. Para ello quiere tenerle cerca, no quiere ni oír hablar de bicicletas y se muestra reacia a que su hijo viva en la libertad de los muelles. Pero todo va a discurrir por cauces algo diferentes. Frederick observa a Jaap y ve que muchas veces pesca cosas diferentes a los peces. Llegan a entablar cierta amistad y el vejete facilita que se cumplan una de las ilusiones del niño, que aquí no vamos a desvelar, aunque luego la madre del muchacho echa por tierra esa ilusión. Pero, pese a ello, todo se va desarrollando de sorpresa en sorpresa. Y ciertamente algunas de esas sorpresas son enormes, con intervención de la policía, con dudas sobre la conducta de Jaap, que luego se demuestra noble y hasta intachable y con una aventura muy especial que dice mucho del valor del viejo y de su esposa y de la capacidad del ser humano para adaptarse a las circunstancias cambiantes de la existencia y no dejar de lado el deseo innumerable de ser felices. Así es como se van a ir conociendo los misterios del pescador, que nadie habría adivinado pero donde, ay, la sociedad a veces confunde un poquito las acciones o actitudes de quienes creen obrar bien y lo hacen, además, en beneficio de los que menos tienes, de quienes necesitan su aprecio o su estimación. Así que todo se transforma en una bella historia de pescador, niño que quiere ser libre, bicicletas y ¡cigüeñas!.

Pocas veces nos es dado leer libros con tantos resortes imaginativos, con tanto colorido humano, con tantas historias añadidas a la historia principal. Leer este volumen de  El Barco de Vapor será, para jóvenes y no tan jóvenes, una oportunidad de encontrarnos a nosotros mismos. Que así sea.










LOBA. Autora: Verónica Murguía. 
(Premio Gran Angular) SM, Madrid, 2013, 508 págs.





“Para David Huerta, para mi abuela Enriqueta Álvarez y para Iván Lombardo in memoriam”, aparece en la primera página de la excepcional novela de la escritora mexicana Verónica Murguía titulada “Loba”, que ha sido galardonada con el Premio Gran Angular 2013 de Literatura Juvenil concedido por la Editorial SM..

Conocí a David Huerta en un encuentro de escritores en la preciosa ciudad mexicana de Guanajuato, donde el cielo huele a cerros. Verónica es una joven creadora pues nació en el DF en 1960, estudió Historia en la UNAM y trabaja como traductora y periodista en aquella inmensa capital además de haber publicado ya una docena de libros para niños, entre los que citaremos “Historia y aventuras de Taté el mago”, “Auliya”, “El fuego verde” o “Ladridos y conjuros” y el libro de cuentos titulado “El ángel de Nicolás”.También y desde 1999 escribe una columna quincenal para el suplemento cultural del periódico La Jornada, lo cual en este época de crisis no está nada mal. Pero además también es profesora de literatura e ilustradora .En la presentación de “Loba” hizo continuas referencias a la ayuda, compañía y estímulo de su esposo, presente en la sala, para salir airosa de tantas aventuras culturales y no desfallecer en el intento. Y así llegamos a comentar, siquiera brevemente, un volumen tan apasionante como éste galardonado por SM. La historia parece sencilla, aunque no lo es ni remotamente, pues tal cúmulo de aventuras, intrigas, luchas y violencias no aparecen ni en El Quijote ni siquiera en el inolvidable libro de Ana María Matute titulado “Olvidado Rey Gudú”, aunque en algunos momentos se respire ese aire de fantasía y vitalidad que imprimió a su obra la autora catalana……. Sucede que en determinado país, reino extraño y complicado donde los haya, un rey de tipo medieval llamado Lobo, conocido por su ferocidad, lógica herencia de monarcas de similares características, carece de un heredero varón que pueda perpetuar el trono. Hasta esos riscos atormentados y violentos llega la costumbre de la Ley Sálica que reserva el trono a los varones, lo cual en España, por ejemplo, tras el desastroso reinado de un rey tan abúlico, traicionero e indeseable como Fernando VII dio lugar a una guerra civil llamada carlista, porque el presunto heredero del trono que, desde tiempo inmemorial, se han apropiado los reyes sin que pertenezca más que al pueblo, se llamaba Carlos María Isidro, que habría sido, en caso de reinar el verdadero Carlos V, porque el otro a quien todo el mundo, con esa insuficiencia cultural que nos caracteriza era Carlos I de España y sólo V del país de la señora Merkel. Bueno, el hecho es que, en la novela para el público juvenil a partir de los 14 años, de Verónica Murguía, ese rey feroz, antipático y guerreador, como el Cid de Vivar, tiene una hija llamada Soledad, muchacha de grandes virtudes marciales que, en contra de las leyes de su país y de las apetencias de tan indómito progenitor, se esfuerza en conseguir la estimación del pueblo, de los señores llamémosles feudales y de su propio padre el rey. Pero nada, que el rey feroz y poco ilustrado se empeña en lo del varón creyendo que es la mejor solución para un futuro próspero y ordenado. Entretanto van sucediendo cosas. En el inicio del libro se incluye un precioso mapa de los lugares en que acontecen tan singulares y pletóricas historias. Estamos en Moriana, el país del asquerosito rey Lobo con su Ducado de Ciervos,  Bento, el Bosque de Valsalva, el Valle de Oblada, el Ducado de Mongrún, la Peña Verde,Rodosto,  la Baronía de los Versipelis o el Puerto de Licaón en pleno Mar del Sur, que les separa de Mirtila; a nuestra derecha está Tarkan, el país del Río de Potros, el Mar de Hierba y el Lago Somongal cerca del Estrecho del Rey Saltán, que baña Alhabiba; a nuestra izquierda se encuentra un país enemigo llamado Alosna, con el Río Sabino que recibe las aguas del Dorado y que parte del Lago de Osos de Moriana. Total que en Alosna aparece un mago algo extraño que convoca a un rugiente dragón para castigar la soberbia del rey Lobo. Con esta invocación el maguito en cuestión consigue despertar un mal que sólo puede ser anulado, atajado, por el Unicornio. En medio de este lío, y mientras se suceden hechos de guerra, intrigas de todo tipo, problemas diversos las bestias de Moriana y de Alosna comienzan a verse atraídas por la gran personalidad y el empuje guerrero y vital de Soledad, la hija del estúpido rey Lobo. Es así como el destino de todo un pueblo va a quedar en manos de la princesa elegida, que pese a no ser varón, tiene una gran capacidad de decisión para afrontar los problemas de su pueblo. Soledad se siente más cómoda con sus amigos los animales, incluso las fieras salvajes, que con los seres humanos, tal vez debido al rechazo que ve en su padre. Así es como la muchacha poco a poco se va independizando y se va enamorando. Claro que, como es lógico, se trata de un amor imposible. ¿Quién ganará estas feroces batallas de la incertidumbre y la barbarie?. Estamos ante una historia, que también puede ser apreciada por el lector adulto, donde los jóvenes lectores podrán tomar partido por unos u otros protagonistas. La autora ha explicado que las situaciones de violencia, de incomprensión, de vileza no las aprendió en ningún otro libro ni de la mano de otro autor: es algo que se respira en su país, en un México en permanente lucha contra el narcotráfico, la violencia diaria y la pobreza. De los tianguis de Indios Verdes, un barrio periférico de México que tiene uno de los mejores ferrocarriles de América construido por los franceses y con ruedas de goma, a las fronteras de Rio Grande/Rio Bravo donde siguen muriendo emigrantes, “espaldas mojadas”, que desde toda Suramérica, que algunos necios e inútiles llaman Latinoamérica,  que tratan de llegar a la meca del dólar, el paraíso yanqui. En “Loba” son esos tres países, Moriana, Alosna y Tarkán, territorios ficticios donde se respiran los hábitos medievales que hemos visto en otros libros de similar factura,   el escenario en que un mago, esas criaturas míticas y una princesa arriesgada, no como la Isabel I, heredera de Fernando VII, que hacía más vida en el Restaurante Lhardy que en un Palacio Real, secuestrado por el General Serrano y otros políticos de la época. Esa figura de Soledad, ayudada por su fiel Beogar y el eunuco Tagaste, no hace más que dignificar el valor de las mujeres y de los seres humanos capaces de luchar por un ideal razonable y no fraudulento. Leer esta novela es penetrar en un mundo abierto a todas las sensaciones. Soledad está siempre cerca de las personas nobles sin abandonar a su caballo y a su halcón pero solo la muerte de su madre, Genoveva, y el casamiento del rey con la nueva reina Jara, puede hacerla flaquear en ese bello intento de luchar por su país y por la nobleza de quienes quieren lo mejor para todos.



Manuel Quiroga Clérigo



Fuente: recibido directamemnte del autor, mi querido
amigo MANUEL QUIROGA CLERIGO, al que
agradezco y felicito por su fecundidad literaria.

Lic. Jose Pivín
Editor de este Blog 


Manuel Quiroga Clérigo.

(Madrid, 1945).

Licenciado en Psicología Social, Estudios de Derecho ( U.C. de Madrid).
Doctor en Ciencias Políticas y Sociología (Universidad Complutense de Madrid).
Tesis Doctoral: LA CRITICA LITERARIA COMO FENÓMENO SOCIOLÓGICO).
Crítico literario y de cine, narrador, autor dramático. Poeta.

Ha participado en Congresos, Simposios y Encuentros en todo el mundo.
Conferenciante, prologuista e invitado en seminarios, cursos de poesía, literatura y de ciencias sociales.
Fundador del Grupo Poético “Enero” (Madrid, 1969).
Consejero de la ASOCIACIÓN COLEGIAL ESCRITORES.




Miembro de:C.E.D.R.O.,

ASOCIACIÓN ANDALUZA DE CRITICOS LITERARIOS (CRÍTICOS DEL SUR),

COLEGIO NACIONAL DE DOCTORES Y LICENCIADOS EN CC.PP Y SOCIOLOGIA,
 ASOCIACIÓN CASTELLANO-MANCHEGA DE SOCIOLOGÍA,

ACADEMIA CERVANTINA DE GUANAJUATO (MÉXICO),

S.G.A.E.,

PEN CLUB DE ESPAÑA.
 
 
 
Libros de poesía publicados:
 
 HOMENAJE A NERUDA. Comunicación Literaria de Autores, Bilbao, 1973.

FUIMOS PAJAROS ROTOS. Ámbito Literario. Barcelona, 1980.

VIGÍA. Ediciones Papuras. Querétaro, México, 1997.

DE MORELIA CALLADA. Ediciones Rialp (Colección Adonáis) Madrid, 1997.

LOS JARDINES LATINOS. Ediciones Endimión, Madrid, 1998.

VERSOS DE AMANECER Y ACABAMIENTO. Ulises, Toledo, 1998.

INTIMA FRONTERA. Ediciones Torremozas (Los Cuadernos de Olalla),Madrid, 1999.

DESOLACIONES TARDIAS. Aristas de Cobre (Colección Off), Córdoba, 2000.

LAS BATALLAS DE OCTUBRE. Plaza & Janés (Debolsillo), Barcelona . 2002.

MUNDO MUDO (LA AVENTURA DE MANILA), Revista Hérmes, Toledo, 2004.

LEVE HISTORIA SIN TRENES. Ediciones del 3 de Agosto, Logroño, 2006.

CRÓNICA DE AVES (EL VIAJE A CHILE).Biblioteca CyH. Barcelona 2007.

LOS AFECTOS METÓDICOS. Visión, Madrid, 2008

CARTA DELA CAMPAN(i)A. Aebius, Madrid 2010.
 
 
 Antologias y Libros Colectivos
DE VARIA ESPAÑA. (Antología). Ediciones La Rana, Gobierno de Guanajuato, México, 1998.



Figura en SEGUNDA ANTOLOGIA DEL RESURGIMIENTO, Victor Pozanco. Ámbito Literario, Barcelona, 1980; CUATRO POETAS CONTEMPORANEOS DE ESPAÑA EN YASNAYA POLIANA (Ricardo Bellveser, Pedro J. de la Peña, Antonio Porpetta y M. Q. C.), IV Encuentro Internacional de Escritores de Yásnaya Poliana, Tula, Rusia, 1999, MUESTRA DE POESIA DEL SIGLO XXI, (Prometeo, Madrid, 2005) y libros colectivos .

Coautor del ensayo EL CURSO LITERARIO ESPAÑOL (Manuel Benavides, César Antonio

Molina y M, Q .C.). Ámbito Literario, Barcelona, 1978.

fuente: Manuel Quiroga en Club de Poesía-Poemas  
 



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