Día Internacional de Recordación del Holocausto:
¿Por qué no bombardearon Auschwitz?
Autor: Carlos De Nápoli
El 27 de enero de 1945, se recuerda el Día del Holocausto en memoria de las víctimas del exterminio nazi en el que fueron asesinados seis millones de judíos a manos del régimen alemán durante la Segunda Guerra Mundial.
Un 27 de enero el ejército soviético ingresó a Auschwitz, Birkenau y Monowitz y liberó a alrededor de 7.000 prisioneros, que en su mayoría se encontraban enfermos y moribundos.
Se estima que la SS y la policía deportaron a Auschwitz a 1.300.000 personas entre 1940 y 1945. De estas, 1.100.000 fueron asesinadas. Hay preguntas que aún muchos se hacen. Por ejemplo: ¿Por qué los Aliados no bombardeaban las vías que llevaban a Auschwitz para impedir la llegada de los trenes...? ¿Por qué nos abandonaron...?
Carlos de Nápoli, autor de varios libros sobre el nazismo, el último de ellos “El Pacto Churchill-Hitler” (editado por Norma), aporta su mirada al respecto y demuestra la comunión existente entre empresas alemanas y americanas que bien puede aportar una respuesta. Quien quiere oír que oiga.
El 27 de enero se cumplirán 63 años de la liberación del campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau. He tomado por costumbre asistir, al menos una vez al mes, a presentaciones de libros.
Cuando estas tratan sobre cuestiones relativas al nazismo, tomo apuntes en una vieja libreta sobre los pequeños debates que generalmente se desarrollan. Algunos sobrevivientes de campos de concentración encuentran en estas reuniones la posibilidad de relatar sus terribles vivencias.
Vivencias que nunca podrán olvidar y que a mí me sirven de ejemplo. Con su presencia parecen querer testificar que, incluso de las peores situaciones, hay retorno y posibilidad de una nueva vida. Repica, sin embargo, una queja amarga que muchas veces he dejado registrada. La escuché por última vez en la presentación del libro de Daniel Muchnick, 'Negocios son Negocios' (Edhasa, 2007).
La pregunta
Una sobreviviente exclamó: ¿Por qué los Aliados no bombardeaban las vías que llevaban a Auschwitz para impedir la llegada de los trenes...? ¿Por qué nos abandonaron...?"Pobre mujer", pensé en mi interior, "qué extraña visión de las cosas".
El complejo Auschwitz-Birkenau era un enorme conglomerado de la petroquímica I.G. Farbenindustrie A.G., de capitales estadounidenses y nazis. Para evitar confusiones al respecto, ya que luego de la guerra todo se tergiversó por razones políticas, he tomado como fuente de información la creación de la compañía relatada por el 'New York Times' hace unos 80 años.
La I.G. Farben, como se la conoce vulgarmente, tenía como principal función producir combustibles sintéticos a partir del carbón mediante un proceso conocido técnicamente como "hidrogenación".
También se fabricaba caucho sintético (Buna). Todos estos enormes establecimientos funcionaban con usinas térmicas que producían electricidad a partir del carbón de las minas cercanas, en las que murieron prisioneros judíos y soviéticos en cantidades indescriptibles, asunto pocas veces mencionado.
Cada grupo generador había sido fabricado por Siemens y constaba de calderas enormes y capaces, cada una, de devorar miles de toneladas de carbón diariamente. Por supuesto, cualquier objeto que allí entrara se evaporaba en un instante.
Negocios son negocios
El establishment americano era entonces el socio principal de la Farben. Algunos inversores notorios fueron Henry Ford de la automotriz homónima y H. Deterding, por entonces capitoste de la Standard Oil (ESSO-EXXON), entre otros famosos.
El método y los procedimientos para producir combustibles líquidos de altísima calidad a partir del carbón había sido desarrollado por el premio Nobel Friedrich Bergius, quien luego de la guerra llegó a la República Argentina y fue el ideólogo fundamental de los llamados Planes Quinquenales del presidente Juan Domingo Perón.
Las plantas de sintético eran objetivos de máxima prioridad del Comando de Bombardeo de los Estados Unidos desde mucho tiempo antes del comienzo de la guerra. Eran consideradas el blanco principal.
La respuesta
El tema, complejo de explicar a la sobreviviente que se preguntaba por qué no atacaron las vías de la muerte, es que nadie quería en realidad paralizar a los nazis, y mucho menos cuando sabían muy bien que invadirían a la Unión Soviética.
Winston Churchill conocía desde 1937, por boca del entonces embajador nazi en el Reino Unido, Von Ribbentrop, que tal evento se produciría. Este asunto, por demás llamativo, es relatado por el mismo Churchill en su obra 'La Segunda Guerra Mundial'.
Con el tiempo y el transcurso de la guerra el viceführer Rudolf Hess voló a Escocia para "arreglar" esos asuntos pendientes.Como podemos apreciar, y sólo mencionando algunos hechos ya que no puedo aquí extenderme en el asunto, había demasiados intereses creados como para bombardear las mentadas vías que llevaban su cargamento humano hacia la muerte.
Siempre puede ser peor
Pero las cosas son mucho peor de lo que parecen.Se realizaron varios bombardeos sobre Auschwitz, pero jamás hubo intención de salvar judíos, soviéticos, homosexuales o detenidos políticos.
Hacia 1944 la idea era detener la producción del complejo eliminando la planta, aun a costa de atacar las barracas que ocupaban los obreros esclavos. Hay fotos de estos eventos en la mayoría de los museos norteamericanos que guardan la memoria del Holocausto.
Pero hacia finales de 1944, la intención era evitar que las enormes plantas productivas con sus secretos cayeran en manos de los soviéticos.
Al respecto, ante tan espinoso asunto, paso a describir textualmente las aseveraciones del Estudio Estadounidense sobre el Bombardeo Estratégico - Documento Oficial del Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, Círculo de Aeronáutica, Buenos Aires, 1949: "Las plantas de Auschwitz y Heydebreck fueron bombardeadas principalmente a causa de su producción de petróleo y de iso-octano.
Desde el 1° de julio de 1944, hasta fines de diciembre, fueron lanzadas 4.800 toneladas de bombas sobre estas dos plantas, dando como resultado la pérdida incidental de 62.000 toneladas de metano, o sea, el 30% de la producción".
Por supuesto, no encontré, al menos en ese documento, las miles de "bajas colaterales" producidas. Todo esto se ocultó por muchos motivos. Uno de ellos fue disminuir el pago de indemnizaciones a los sobrevivientes, ocultando la magnitud total de la producción de Auschwitz.
En la guerra, los judíos y muchas otras minorías estaban solos, absolutamente solos. Ningún bombardeo se realizó para salvarlos.
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Cada 27 de enero
Día del Holocausto
En el año 2005 la ONU declaró al día 27 de enero de cada año como el Día del Holocausto, en memoria de las víctimas del exterminio nazi, en el que murieron seis millones de judíos a manos del régimen alemán durante la Segunda Guerra Mundial.
La decisión fue tomada mediante una resolución presentada por Estados Unidos e Israel, y adoptada por consenso por los 191 países miembros de la Asamblea General. El día elegido recuerda el 27 de enero de 1945, cuando se produjo la liberación del campo de concentración de Auschwitz, en Polonia.
Se calcula que cerca de seis millones de judíos murieron en los campos de concentración nazis, al igual que otras cientos de miles de personas debido a su origen étnico, creencias religiosas u orientación sexual.
En el texto adoptado, entonces, por las Naciones Unidas se insta a los Estados miembros a llevar a cabo programas educativos para que las futuras generaciones conozcan lo que fue el Holocausto de los judíos y sus consecuencias.
También se reclamó al entonces secretario general de la ONU, Kofi Annan, que establezca un programa titulado "El Holocausto y las Naciones Unidas", que permita movilizar a la sociedad civil para recordar lo que fue esa tragedia, con el objetivo de evitar que se repita.
En un comunicado, Annan expresó su satisfacción por la decisión tomada por la Asamblea General, y consideró que las lecciones del Holocausto "no se pueden simplemente remitir al pasado y olvidarlas".
Por su parte, el presidente de la Asamblea, el sueco Jan Eliasson, manifestó que la resolución adoptada reafirma que el lema "nunca jamás" debe convertirse en una realidad, después de otras matanzas posteriores.
fuente: 'NUEVA SION', 11 de enero de 2008- Buenos Aires
¿Por qué no bombardearon Auschwitz?
Autor: Carlos De Nápoli
El 27 de enero de 1945, se recuerda el Día del Holocausto en memoria de las víctimas del exterminio nazi en el que fueron asesinados seis millones de judíos a manos del régimen alemán durante la Segunda Guerra Mundial.
Un 27 de enero el ejército soviético ingresó a Auschwitz, Birkenau y Monowitz y liberó a alrededor de 7.000 prisioneros, que en su mayoría se encontraban enfermos y moribundos.
Se estima que la SS y la policía deportaron a Auschwitz a 1.300.000 personas entre 1940 y 1945. De estas, 1.100.000 fueron asesinadas. Hay preguntas que aún muchos se hacen. Por ejemplo: ¿Por qué los Aliados no bombardeaban las vías que llevaban a Auschwitz para impedir la llegada de los trenes...? ¿Por qué nos abandonaron...?
Carlos de Nápoli, autor de varios libros sobre el nazismo, el último de ellos “El Pacto Churchill-Hitler” (editado por Norma), aporta su mirada al respecto y demuestra la comunión existente entre empresas alemanas y americanas que bien puede aportar una respuesta. Quien quiere oír que oiga.
El 27 de enero se cumplirán 63 años de la liberación del campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau. He tomado por costumbre asistir, al menos una vez al mes, a presentaciones de libros.
Cuando estas tratan sobre cuestiones relativas al nazismo, tomo apuntes en una vieja libreta sobre los pequeños debates que generalmente se desarrollan. Algunos sobrevivientes de campos de concentración encuentran en estas reuniones la posibilidad de relatar sus terribles vivencias.
Vivencias que nunca podrán olvidar y que a mí me sirven de ejemplo. Con su presencia parecen querer testificar que, incluso de las peores situaciones, hay retorno y posibilidad de una nueva vida. Repica, sin embargo, una queja amarga que muchas veces he dejado registrada. La escuché por última vez en la presentación del libro de Daniel Muchnick, 'Negocios son Negocios' (Edhasa, 2007).
La pregunta
Una sobreviviente exclamó: ¿Por qué los Aliados no bombardeaban las vías que llevaban a Auschwitz para impedir la llegada de los trenes...? ¿Por qué nos abandonaron...?"Pobre mujer", pensé en mi interior, "qué extraña visión de las cosas".
El complejo Auschwitz-Birkenau era un enorme conglomerado de la petroquímica I.G. Farbenindustrie A.G., de capitales estadounidenses y nazis. Para evitar confusiones al respecto, ya que luego de la guerra todo se tergiversó por razones políticas, he tomado como fuente de información la creación de la compañía relatada por el 'New York Times' hace unos 80 años.
La I.G. Farben, como se la conoce vulgarmente, tenía como principal función producir combustibles sintéticos a partir del carbón mediante un proceso conocido técnicamente como "hidrogenación".
También se fabricaba caucho sintético (Buna). Todos estos enormes establecimientos funcionaban con usinas térmicas que producían electricidad a partir del carbón de las minas cercanas, en las que murieron prisioneros judíos y soviéticos en cantidades indescriptibles, asunto pocas veces mencionado.
Cada grupo generador había sido fabricado por Siemens y constaba de calderas enormes y capaces, cada una, de devorar miles de toneladas de carbón diariamente. Por supuesto, cualquier objeto que allí entrara se evaporaba en un instante.
Negocios son negocios
El establishment americano era entonces el socio principal de la Farben. Algunos inversores notorios fueron Henry Ford de la automotriz homónima y H. Deterding, por entonces capitoste de la Standard Oil (ESSO-EXXON), entre otros famosos.
El método y los procedimientos para producir combustibles líquidos de altísima calidad a partir del carbón había sido desarrollado por el premio Nobel Friedrich Bergius, quien luego de la guerra llegó a la República Argentina y fue el ideólogo fundamental de los llamados Planes Quinquenales del presidente Juan Domingo Perón.
Las plantas de sintético eran objetivos de máxima prioridad del Comando de Bombardeo de los Estados Unidos desde mucho tiempo antes del comienzo de la guerra. Eran consideradas el blanco principal.
La respuesta
El tema, complejo de explicar a la sobreviviente que se preguntaba por qué no atacaron las vías de la muerte, es que nadie quería en realidad paralizar a los nazis, y mucho menos cuando sabían muy bien que invadirían a la Unión Soviética.
Winston Churchill conocía desde 1937, por boca del entonces embajador nazi en el Reino Unido, Von Ribbentrop, que tal evento se produciría. Este asunto, por demás llamativo, es relatado por el mismo Churchill en su obra 'La Segunda Guerra Mundial'.
Con el tiempo y el transcurso de la guerra el viceführer Rudolf Hess voló a Escocia para "arreglar" esos asuntos pendientes.Como podemos apreciar, y sólo mencionando algunos hechos ya que no puedo aquí extenderme en el asunto, había demasiados intereses creados como para bombardear las mentadas vías que llevaban su cargamento humano hacia la muerte.
Siempre puede ser peor
Pero las cosas son mucho peor de lo que parecen.Se realizaron varios bombardeos sobre Auschwitz, pero jamás hubo intención de salvar judíos, soviéticos, homosexuales o detenidos políticos.
Hacia 1944 la idea era detener la producción del complejo eliminando la planta, aun a costa de atacar las barracas que ocupaban los obreros esclavos. Hay fotos de estos eventos en la mayoría de los museos norteamericanos que guardan la memoria del Holocausto.
Pero hacia finales de 1944, la intención era evitar que las enormes plantas productivas con sus secretos cayeran en manos de los soviéticos.
Al respecto, ante tan espinoso asunto, paso a describir textualmente las aseveraciones del Estudio Estadounidense sobre el Bombardeo Estratégico - Documento Oficial del Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, Círculo de Aeronáutica, Buenos Aires, 1949: "Las plantas de Auschwitz y Heydebreck fueron bombardeadas principalmente a causa de su producción de petróleo y de iso-octano.
Desde el 1° de julio de 1944, hasta fines de diciembre, fueron lanzadas 4.800 toneladas de bombas sobre estas dos plantas, dando como resultado la pérdida incidental de 62.000 toneladas de metano, o sea, el 30% de la producción".
Por supuesto, no encontré, al menos en ese documento, las miles de "bajas colaterales" producidas. Todo esto se ocultó por muchos motivos. Uno de ellos fue disminuir el pago de indemnizaciones a los sobrevivientes, ocultando la magnitud total de la producción de Auschwitz.
En la guerra, los judíos y muchas otras minorías estaban solos, absolutamente solos. Ningún bombardeo se realizó para salvarlos.
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Cada 27 de enero
Día del Holocausto
En el año 2005 la ONU declaró al día 27 de enero de cada año como el Día del Holocausto, en memoria de las víctimas del exterminio nazi, en el que murieron seis millones de judíos a manos del régimen alemán durante la Segunda Guerra Mundial.
La decisión fue tomada mediante una resolución presentada por Estados Unidos e Israel, y adoptada por consenso por los 191 países miembros de la Asamblea General. El día elegido recuerda el 27 de enero de 1945, cuando se produjo la liberación del campo de concentración de Auschwitz, en Polonia.
Se calcula que cerca de seis millones de judíos murieron en los campos de concentración nazis, al igual que otras cientos de miles de personas debido a su origen étnico, creencias religiosas u orientación sexual.
En el texto adoptado, entonces, por las Naciones Unidas se insta a los Estados miembros a llevar a cabo programas educativos para que las futuras generaciones conozcan lo que fue el Holocausto de los judíos y sus consecuencias.
También se reclamó al entonces secretario general de la ONU, Kofi Annan, que establezca un programa titulado "El Holocausto y las Naciones Unidas", que permita movilizar a la sociedad civil para recordar lo que fue esa tragedia, con el objetivo de evitar que se repita.
En un comunicado, Annan expresó su satisfacción por la decisión tomada por la Asamblea General, y consideró que las lecciones del Holocausto "no se pueden simplemente remitir al pasado y olvidarlas".
Por su parte, el presidente de la Asamblea, el sueco Jan Eliasson, manifestó que la resolución adoptada reafirma que el lema "nunca jamás" debe convertirse en una realidad, después de otras matanzas posteriores.
fuente: 'NUEVA SION', 11 de enero de 2008- Buenos Aires
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