Por Marcos Aguinis
Para LA NACION
Las fiestas religiosas judías de estos días aconsejan que observemos la mitad llena de la copa. En efecto: es frecuente señalar que, objetivamente, en la Argentina se agazapan sectores que hierven de prejuicios judeofóbicos.
Estos sectores han legado frutos repugnantes, como la Semana Trágica, en 1919; diversas agresiones antisemitas, y el arraigo de la discriminación contra otros "diferentes" por causa de su fe, origen, etnia, idioma, costumbres o clase social.
No olvidemos que antes de la Segunda Guerra Mundial ya habíamos empezado a sufrir la contaminación nazi. Las "leyes raciales" de Hitler, decidido a convertir a los judíos en cucarachas que debían ser exterminadas en Alemania y en el mundo para obtener una maravillosa higiene ( Judenrein , "limpio de judíos"), no sólo sirvieron para humillar a millones de personas y descalificarlas impiadosamente, sino para activar la más sistemática y colosal industria de la muerte, que fue el Holocausto. Se empezó por la deslegitimación y se llegó al genocidio.
En 1935, se fundó la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas) para enfrentar la campaña antisemita, que fogoneaba la embajada de Alemania nazi con el apoyo de los fascistas locales.
Desde el comienzo, obtuvo el apoyo de casi todas las personalidades democráticas de nuestro país. Pero otros, que también se creían democráticos, sin advertir las bacterias de odio que los trastornaban, pusieron palos en la rueda. La DAIA, desde sus inicios, comprendió que el rechazo a los judíos es el aperitivo de otros rechazos.
Y se esmeró en tender puentes para que su lucha abarcase todo tipo de discriminación. Esta tarea continúa hasta el presente, como puede advertirse en sus serios informes anuales. El último fue presentado el 23 de septiembre en la Biblioteca Nacional. La DAIA tiene los méritos de haber bregado por el fortalecimiento del tejido social argentino y de ser la contundente precursora del Inadi (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo).
Nadie se confunde con la palabra "antisemita". Su etimología remite a un hijo de Noé llamado Sem, antepasado mítico de todos los pueblos de Medio Oriente, pero se sabe que se refiere exclusivamente a los judíos. No se llama antisemita a quien profesa prejuicios contra los árabes, los kurdos o los drusos. Sólo contra los judíos.
La palabra fue acuñada en 1879 por el periodista Wilhelm Marr, en su libro Zwanglose Antisemitische Hefte . Ese mismo año, Wilhelm Scherer lo siguió y usó el término Antisemiten en el diario vienés Neue Freie Presse. Martilló con él en un panfleto que exhortaba a la hostilidad contra los judíos, sin apelar a connotaciones religiosas, como venía ocurriendo desde hacía centurias.
Fue una novedad maligna, que produjo graves consecuencias. La obra de Marr, publicada en Berna, tuvo mucho éxito (doce ediciones en un solo año) e inspiró la fundación de la Liga de los Antisemitas. La atmósfera nacionalista que predominaba en Europa facilitó que los judíos fueran estigmatizados como un pueblo "apátrida", ajeno al resto de la nación y, en consecuencia, un potencial enemigo.
De ahí a convertirlo en raza maldita, inferior y perversa, sólo quedaba el paso que dio Hitler. En la Argentina sigue pululando el antisemitismo, ahora disfrazado indecorosamente de antisionismo, antiisraelismo, antiimperialismo e incluso antirracismo.
Es asombroso cómo se proyectan en los judíos todas las patologías, de la misma forma que desde hace milenios. Se les atribuyen conspiraciones, horrendos crímenes y planes siniestros. Son el "pueblo maldito" que aspira a dominar el mundo.
Con una diferencia, sin embargo: los antisemitas no dicen que esos vitriólicos ataques apuntan contra los judíos reales, porque suena políticamente incorrecto. Suelen enfatizar que tienen un amigo judío. Pero en medio de la diatriba se les escapa la palabra "judío" con una carga de animadversión imposible de ocultar. Sólo en 2007 se han registrado 348 actos antisemitas en la Argentina, según fuentes periodísticas, los departamentos de asistencia comunitaria y jurídica de la DAIA y los datos del Inadi.
La cifra debe de ser superior, desde luego, porque muchos ataques no se denuncian. Hay una disminución respecto de 2006, cuando habían llegado a 586. En su mayoría, se trató de agresiones diversas, pintadas contra instituciones educativas, sociales y religiosas, violación de cementerios, golpizas a personas de diverso sexo y edad, distribución de publicaciones y difusión de programas radiales que instigan al odio y la demonización.
Sin embargo, debemos también mirar la mitad llena de la copa, como dije al principio. Muchas de las vilezas han sido identificadas, procesadas y sancionadas. Como ejemplo, cito un fotolog que subía a Internet imágenes de vecinos judíos, a los que se adicionaban insultos y amenazas.
El creador se llama A.G. (utilizan sólo sus iniciales para no condenarlo en exceso) y fue llevado a juicio. El imputado se vio obligado a manifestar sus disculpas y le fue concedida una probation (suspensión del proceso penal a prueba de buena conducta), por lo cual debe realizar cursos sobre discriminación en el Inadi o el Museo del Holocausto y donar una compensación a una entidad benéfica.
Otro conflicto vecinal sigue en trámite y es el caso de F.P. Un matrimonio y su pequeño hijo, que no pertenecen a la comunidad judía, fueron constantemente amenazados y agredidos por considerarlos judíos. También resuenan y se multiplican los e-mails discriminatorios, en los que se apela a extravagantes acusaciones, como el plan Andinia, abusos y matanzas en los cinco continentes y la calidad de subhumanos que tendrían los judíos por ser gente sedienta de sangre cristiana y musulmana.
Redondean los exabruptos con una conclusión impiadosa: "Por algo Hitler los hizo jabón". Lo novedoso es que en la Argentina se pudo individualizar a algunos autores de estas indecencias y también llevarlos a la Justicia. De este modo, se desalienta su reproducción soez.
La acusación de nazismo a los judíos revela la ausencia de algo más grave que una falta de lógica: la falta de misericordia y de pudor. El barrio del Once amaneció un día con gran cantidad de estrellas de David superpuestas sobre esvásticas y con la leyenda: "¿Puede demostrar lo contrario?".
Los autores fueron descubiertos in fraganti por la policía y su causa está en trámite. En un club de Ramos Mejía se distribuyó un panfleto titulado "El Holocuento", además de otros pasquines. Vocean un revisionismo desfachatado que pretende negar las evidencias de que un tercio del pueblo judío fue exterminado por los nazis.
El proceso contra los autores de estas publicaciones ha llegado a los umbrales del juicio oral. Se los acusa de daño agravado, por haber desparramado ponzoña en un establecimiento público. La cantidad de ejemplos no cabría en este diario. Pero uno de los más violentos fue el ataque perpetrado contra el hijo de un rabino cuando pretendió subir a un colectivo.
El agresor se escudaba en diversas identidades. No obstante, fue localizado por la policía, que lo entregó a la Justicia. El juez le impuso prisión preventiva. Varios websites compiten en su incendiario antisemitismo, atacando a los judíos porque bogan o porque no bogan.
Incorporan a sus construcciones llenas de fantasía tanática a personalidades, funcionarios y políticos, no judíos también, de todos los colores, sin coherencia alguna mientras sirvan para "demostrar" que esos individuos proceden como lacayos de la "sinarquía", o del Sanhedrín, o del "Anticristo", o del sionismo internacional, o del colonialismo israelí (las denominaciones son intercambiables), que se desesperan por adueñarse de la Argentina, asesinar a 1300 millones de musulmanes y a todos los cristianos del mundo.
Es notable la serena convicción que los asiste en sus discursos, propios de un manicomio. Revistas de neto corte racista que sólo leen rencorosos e ignorantes insisten en el "insoluble conflicto teológico entre la Iglesia y la sinagoga", la ambición sionista de ocupar la Patagonia y la sed judía por la sangre gentil.
El extremo de la locura -¡peligrosa!- puede ejemplificarse con la puesta en circulación de una extraordinaria ensalada: que la presidenta Fernández de Kirchner es judía, porque su verdadero nombre y apellido es Elizabeth Wilhelm. Está "al servicio de los mandos plutocráticos de la judeomasonería, y alimenta y acompaña la revolución gramsciana, preñado su entorno de antiguos asesinos terroristas a cuyos sones cabalistas todo vejamen nacional se consuma", según escribió Antonio Caponnetto, inimputable redactor de Cabildo .
Estas manifestaciones de la extrema derecha tienden un abrazo fraternal a la izquierda marxista vetusta y la reaccionaria teocracia musulmana. No las une el amor, sino el espanto. La radio de las Madres, por ejemplo, tiene un programa llamado Derribando muros . Su publicidad proviene casi totalmente del Estado nacional, es decir, de los ciudadanos argentinos.
Se dedica con pasión a menoscabar las relaciones de nuestro país con Israel e introducir el conflicto de Medio Oriente en América latina. Su conductor, Rabi Tilda, dijo en septiembre de 2007: "No es la primera vez que [los judíos] intentan digitar las relaciones internacionales de este país [...] con este lobby que está haciendo un sector de la comunidad judía argentina, fiel a su postura nazi y fiel a su apetito por la guerra y por la sangre".
En diciembre produjeron otra perla: "El sionismo tuvo que ver en la Segunda Guerra Mundial [...]. ¿Quiénes le vendían el acero a Hitler desde Estados Unidos? Empresas de origen judío y capitales judíos financiaron el sistema nazi sabiendo lo que iba a venir, para después llegar a lo que se formó en el 48 con el Estado de Israel".
El director de las cátedras bolivarianas de la Universidad Popular de las Madres de Plaza de Mayo (que también pagamos todos) en 2007 viajó a Irán y, para refutar los avances de la justicia argentina respecto de los atentados contra la embajada de Israel y la AMIA, denunció que el lobby sionista "presiona a través de su embajada y de las instituciones más representativas de la comunidad judía argentina para que Irán sea acusado".
Mientras, es vergonzoso corroborar que las autoridades que deberían frenar esta diarrea de odio y distorsión hacen mutis por el foro y siguen financiando sus actividades. En conclusión: mientras medio vaso nos llena de satisfacciones, al mostrar que en la Argentina el antisemitismo no es apreciado por la mayoría de sus ciudadanos y avanzan las medidas contra su virulencia, el otro medio vaso muestra que es mucho lo que todavía queda por hacer con el fin de que haya mayor coherencia en el esfuerzo de darles vigor a la amistad y la concordia nacional.
fuente: publicado en el diario 'LA NACION' de Buenos Aires,
Argentina.
Nota del Editor:
El autor es un conocido medico , talentoso intelectual y
escritor argentino reconocido como una de las mentes claras y brillantes de America Latina. Ha ganado varios premios nacionales de literatura, y ha sido el Secretario de Cultura del
Gobierno Nacional del Presidente Alfonsin en las Republica Argentina, luego de la dictadura de la Junta Militar (que derrocó
a la Presidenta Perón , en 1976).
Lic. Jose Pivin
frente al puerto de Haifa
frente al mar Mediterraneo
De la solapa de una de sus novelas:
"Marcos Aguinis es autor de una vasta obra, de la que cabe mencionar, entre muchos libros, La cruz invertida, La gesta del marrano, La matriz del infierno. Neurólogo de profesión, ha escrito también ensayos extraordinarios como El atroz encanto de ser argentinos."
De "Wikipedia":
Marcos Aguinis (Córdoba, Argentina, 13 de enero de 1935) es un escritor, que, aparte de su profesión y de las distintas actividades que se derivan de la misma habitualmente, también se formó en diversas áreas que incluyen la medicina y el psicoanálisis
Bibliografía
En 1963 publicó su primer libro y, desde entonces, ha publicado novelas, libros de ensayos, libros de cuentos y biografías que generan entusiasmo y polémica. Ha escrito en diarios y revistas de América latina, Estados Unidos y Europa.
Cuando se restableció la democracia en la Argentina en diciembre de 1983, fue nombrado Subsecretario y luego Secretario de Cultura de la Nación. Creó el Programa Nacional de Democratización de la Cultura, que obtuvo el apoyo de la UNESCO y de las Naciones Unidas, y puso en marcha intensas acciones para el mejoramiento de los mecanismos participativos de la sociedad. Por su obra fue nominado al Premio Educación para la Paz de la UNESCO.
Premios y distinciones
Marcos Aguinis, ha recibido, entre otros:
Premio Planeta (España),
Premio Fernando Jeno (México),
Premio Benemérito de la Cultura de la Academia de Artes y Ciencias de la Comunicación,
Premio Nacional de Sociología,
Premio Lobo de Mar,
Premio Nacional de Literatura,
Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores,
Premio Swami Pranavananda,
Plaqueta de Plata Anual de la Agencia EFE por su contribución al fortalecimiento de la lengua y la cultura iberoamericanas,
Fue designado Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia.
Título de Doctor Honoris Causa de la Universidad de Tel Aviv, Israel (2002),
Título de Doctor Honoris Causa de la Universidad de San Luis, Argentina, (2000),
Gran Premio de Honor por la totalidad de su obra, conferido en 1995 por la Sociedad Argentina de Escritores.
Historias Cortas
Operativo Siesta (1977)
Y la rama llena de frutos (1986)
Importancia por contacto (1986)
Todos los cuentos (1995)
Biografías
Maimonides (1963)
El Combate Perpetuo (1971)
Novela
Refugiados: Crónica de un palestino (1969)
La Cruz Invertida (1970)
Cantata de los diablos (1972)
La conspiración de los idiotas (1978)
Profanación del amor (1978)
La Gesta del Marrano (1991)
La Matriz del Infierno (1997)
Los Iluminados (2000)
Asalto al Paraiso (2002)
Ensayos
Carta Esperanzada a un General (1983)
El Valor de Escribir (1985)
Un país de novela (1988)
Memorias de una Siembra (1990)
Elogio de la culpa (1993)
Nueva Carta Esperanzada a un General (1996)
Diálogos sobre la Argentina y el fin del Milenio (1996)
Nuevos Diálogos (1998)
El Atroz encanto de ser argentinos (2001) (PDF Spanish)
El Cochero (2001)
Las Dudas y las Certezas (2001)
Las Redes del Odio (2003)
¿Qué Hacer? (2005)
El Atroz Encanto de Ser Argentinos 2 (2007)
Estudios críticos
Ignacio López-Calvo's Religión y militarismo en la obra de Marcos Aguinis 1963-2000. New York: Edwin Mellen Press, 2002
La gesta literaria de Marcos Aguinis. Ensayos Críticos. Ed. Juana Alcira Arancibia. Costa Rica: Perro Azul, 1998
Enlaces externos :
Sitio Oficial
Biografía de Marcos Aguinis
Marcos Aguinis en Lecturalia
Artículo por Ignacio López-Calvo
Escritor argentino nacido en Córdoba. Doctor en Medicina, en 1963 publicó su primer libro y, desde entonces, ha publicado novelas, libros de ensayos, libros de cuentos y biografías que generan entusiasmo y polémica. Ha escrito en diarios y revistas de América latina, Estados Unidos y Europa. Ha dado conferencias y cursos en instituciones educativas, artísticas, científicas y políticas en Alemania, España, Estados Unidos, Francia, Israel, Rusia, Italia y casi todos los países latinoamericanos. Cuando se restableció la democracia en la Argentina en diciembre de 1983, fue designado subsecretario y luego secretario de Cultura de la Nación. Creó el PRONDEC (Programa Nacional de Democratización de la Cultura), que obtuvo el apoyo de la UNESCO y de las Naciones Unidas, y puso en marcha intensas acciones para el mejoramiento de los mecanismos participativos de la sociedad. Por su obra fue nominado al Premio Educación para la Paz de la UNESCO. Ha recibido entre otros el Premio Planeta y fue designado Caballero de las Letras y las Artes Francesas. En 1995 la Sociedad Argentina de Escritores le confirió el Gran Premio de Honor por la totalidad de su obra. Ha escrito las novelas: Refugiados. Crónica de un palestino (1969), La cruz invertida (1970), dónde habla de la politización de algunos sectores de la Iglesia. Cantata de los diablos (1972), La conspiración de los idiotas (1978), estudio psicológico de un perturbado que cree que los oligofrénicos forman parte de una organización secreta que gobierna el mundo. Profanación del amor (1989), relato que presenta la degeneración de los sentimientos afectivos de una pareja, como microcosmos de la actitud de la sociedad argentina, encaminada hacia el desastre. La gesta del marrano (1991), obra que dibuja la presencia del Tribunal de la Santa Inquisición en América y los sufrimientos y crisis de identidad del protagonista, a causa de su ascendencia judía, y La matriz del infierno (1997). También ha publicado varias colecciones de cuentos, como Operativo siesta (1978), Importancia por contacto (1983) y la recopilación Y la rama llena de frutos. Todos los cuentos (1986). Su obra participa, asimismo, del género biográfico con Maimónides, un sabio de avanzada (1963) y El combate perpetuo (1981), una biografía novelada sobre el almirante Brown. La literatura de Marcos Aguinis tiene un carácter profético en el sentido de que critica los errores y denuncia las injusticias del pasado y del presente, a fin de prevenir tragedias futuras. © epdlp
Textos:La matriz del infierno (fragmento)
Galardones: Planeta (1970)
Web Recomendada: www.aguinis.net
fuente: http://www.epdlp.com/escritor.php?id=1361
martes, 7 de octubre de 2008
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