Cuando uno
comienza a tener dificultades para leer, escribir, mirar televisión, subir o
bajar escalones, seguramente tiene problemas en la visión. Pero si uno pasó los
50 años y empieza a observar puntos borrosos y oscuros en la visión central,
dificultad para diferenciar colores e incluso no distinguir los rostros de sus
seres queridos, el problema no se resuelva simplemente con otros anteojos o
lentes de contacto recetados.
Esos
síntomas se corresponden directamente a la Degeneración Macular asociada a la Edad , una
patología que dejó sin visión, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), a unas
tres millones de personas en el mundo, lo que representa el 8,7 por ciento de
todos los casos de ceguera y el 50 por ciento de los casos de ceguera en países
industrializados.
Las
proyecciones de la OMS duplican esta cifra para el año 2020 a medida que la
población de los países industrializados envejece.
En la
Argentina, los especialistas estiman que las cifras de padecimiento de DMAE
superarían las 100.000 personas. De ese total, el 10 padecería su forma húmeda,
la cual es la causante de 90% de casos de pérdida de visión severa.
"La
Degeneración Macular asociada a la Edad (DMAE) es una enfermedad oftalmológica
que afecta la visión central de los adultos mayores en su mácula, aquella parte
del ojo que permite visualizar los detalles con precisión, lo cual repercute
directamente sobre las actividades de la vida diaria. Aunque la DMAE húmeda
representa solamente el 10 al 15% de los casos de DMAE, ésta es responsable del
90% de la pérdida severa de visión o ceguera legal en personas mayores de 50
años", explicó a LA NACION el oftalmólogo Héctor Miranda con motivo
de celebrarse hoy el Día Mundial de la Visión.
La visita al
oculista, clave
En mayo del
año pasado, la Asociación Latinoamericana para la Degeneración Macular asociada
con la Edad presentó por primera vez el resultado de su trabajo colaborativo en
el informe "Una Nueva Visión para Latinoamérica", en donde expertos
de la región concluyeron en su reporte que la DMAE es una enfermedad
incapacitante progresiva de alta prevalencia que actualmente está
sub-diagnosticada en la región.
Sin embargo,
aseguraron que la misma podría ser manejada si se realizan los chequeos
rutinarios con el oftalmólogo y se trata a tiempo con la medicación indicada.
Explicaron que la falta de información se suma a las dificultades relacionadas
con el acceso a servicios especializados, la detección temprana y tratamiento
adecuado.
Pérdida de
la visión
La doctora
Gabriela Gay, oftalmóloga del laboratorio Bayer, explicó a LA NACION que
explicó que la DMAE aparece en mayores de 50 años porque la retina comienza a
desgastarse más y a disminuir la calidad de visión.
"El
problema de la DMAE, es que se origina en la mácula, que es una parte de la
retina, y no se mejora con corrección focal. No basta con recetar nuevos
anteojos o lentes de contacto. Si vos tenés una maculopatía o cualquier
problema retinal, debés inyectarte el medicamento en el ojo sí o sí. El tema de
la corrección óptica es para mejorar la retracción, como la miopía o el
astigmatismo", precisó la especialista.
Y agregó:
"Cuando se detectan vasos sanguíneos dentro de la mácula, ya estamos en
presencia de una DMAE. La mácula se llama así porque al hacer el estudio de
fondo de ojo sólo se observa una mancha negra. Cuando aparecen vasos sanguíneos
allí, es cuando comienza a desarrollarse esta patología. Esos vasos sanguíneos,
que no deben estar allí, son de mala calidad y hasta pueden producir
hemorragias dentro del ojo".
La DMAE no
provoca dolor y su progresión varía, avanzando lenta o rápidamente, en un ojo o
en ambos. En etapas tempranas, la DMAE puede no causar síntomas apreciables.
"Algunas veces sólo un ojo pierde visión llevando a que el "ojo
sano" compense la pérdida de visión del otro afectado. Pero con el tiempo,
comienzan a aparecer manchas negras, la visión se torna borrosa y comienza la
dificultad para ver detalles concretos, tanto de cerca como de lejos",
afirmó Gay.
Los
principales síntomas que presentan las personas son: alteración de los colores,
necesidad de incrementar la luz al momento de leer, dificultad para ver rostros
y deformación en las líneas, según la especialista.
Nuevo
tratamiento
La Administración
Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat)
aprobó recientemente la nueva droga Aflibercept, una proteína de fusión
recombinante formada por partes de los dominios extracelulares de los
receptores VEGFR 1 y VEGFR 2 humanos.
La
medicación debe administrarse en forma de inyección en el ojo afectado por un
médico calificado con experiencia en la administración de inyecciones
intravítreas (inyecciones en el humor vítreo, el fluido de consistencia
gelatinosa del ojo).
"Hay
una diferencia en la molécula, en la estructura en sí de los dos medicamentos
existentes para tratar la DMAE: el ranibizumab y el nuevo aflibercept. El
primero es un anticuerpo monoclonal que se administra con una inyección mensual
durante un año, y el nuevo es una proteína de fusión que se aplica sólo siete
veces en el mismo período. Si bien los dos son productos biológicos y el
mecanismo de acción es similar, la diferencia es que el anterior captura el
factor de crecimiento endotelial pero de una sola familia, es decir de la A
(FCEA), no de todas, como el nuevo", precisó la doctora Gay.
Según datos
de la OMS hay más de 314 millones de personas en el mundo con visión
inadecuada, consecuencia de enfermedades oculares o defectos de refracción no
corregidos. Dentro de aquel grupo, 45 millones son ciegas y 269 millones
presentan baja visión.
El Día
Mundial de la Visión es celebrado en todo el mundo por todas las partes
interesadas en la prevención de la discapacidad visual o la recuperación de la
vista y tiene la finalidad de centrar la atención en la ceguera, la
discapacidad visual y la rehabilitación de los discapacitados visuales. El tema
central de este año es la salud ocular y el acceso igualitario a la atención
ocular.
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