de literatura, es el gran símbolo del realismo
mágico. Tenía 87 años y vivía en México.
Cien años de soledad, Crónica de una
muerte anunciada y Noticia de un secuestro,
algunas de sus obras imprescindibles.
Jueves 17 de Abril de 2014 | 17:07
"Lo único que me duele de morir, es que no sea de amor", El amor en los tiempos del cólera.
Los elementos son mágicos, fantásticos, pero los personajes se perciben como si fueran parte de la realidad. Muchos de los elementos no se terminan de entender y podrían no tener una explicación lógica, simplemente se sienten. Abunda lo improbable e ilógico. No hay tiempos, no existe la hora. Los personajes desacomodan y enamoran. Todas esas características suelen aparecer en la literatura de Gabriel García Márquez, que murió hoy a los 87 años, en México. El colombiano, ganador del premio Nobel en 1982, es el gran símbolo de una nueva forma de escritura, el realismo mágico. Con su partida se fue probablemente el escritor más simbólico de la literatura latinoamericana contemporánea, trono que ahora ocupará en su totalidad el peruano Mario Vargas Llosa.
Esta semana, la familia de Gabo admitó que el escritor estaba frágil. Había sido internado del 31 de marzo, cuando fue tratado por una neumonía y una deshidratación en un hospital de México. Aunque salió el 3 de abril a su casa, se mostró delicado y demasiado débil.
Le ha vencido una enfermedad contra la que había batallado, en diferentes etapas, desde 1999. El escritor sufría Alzheimer desde hacía varios años, aunque la familia no lo había hecho público. El que ha sido uno de los escritores más influyentes del siglo XX deja al mundo una obra inmensa y el legado del realismo mágico.
La obra de Gabo es extensa y casi no tiene altibajos (su último libro, Memorias de mis putas tristes, del 2004, es quizás su único declive), pero no resulta difícil destacar cinco libros imprescindibles para conocer su pluma:
-Cien años de soledad, publicada en 1967, es la obra imposible de esquivar. Cuenta la historia de la familia Buendía a lo largo de siete generaciones en Macondo, el pueblo inventado más famoso.
-Relato de un náufrago, de 1970, es una brillante crónica sobre el intento de supervivencia de Luis Alejandro Velasco, un tripulante de un buque militar que logró sobrevivir diez días en el mar. La historia se publicó en veinte días consecutivos en el periódico "El Espectador" de Bogotá en 1955. Quince años más tarde salió como libro.
-Crónica de una muerte anunciada, publicada en 1981, es otro peso pesado de la obra de Gabo. "El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo". Es el extraordinario comienzo de una crónica policial que tiene elementos de la realidad, ya que Márquez fue riguroso para contar una supuesta ficción a partir de datos reales.
-El amor en los tiempos del cólera, de 1985, cuenta la historia de tres personajes entre finales del siglo XIX y principios del XX en Cartagena. Básicamente, es el relato de amor de sus padres.
-Noticia de un secuestro, de 1996, está basada en la historia real del secuestro de varias figuras de Colombia durante la época del narcoterrorismo a inicios de los años noventa con la autoría de "Los Extraditables". Se trata de una crónica con una pluma elegante y un ritmo infernal. La reconstrucción es estricta y el suspenso se vuelve extraordinario.
Nació el 6 de marzo de 1927, en Aracataca, en el departamento del Magdalena, Colombia. Estudió en un internado en Barranquilla. Era un chico tímido. Escribía tiras humorísticas. En la secundaria, cursó en San José, donde publicó sus primeros poemas. En 1947, fue a Bogotá a estudiar derecho. Pese a que su vocación era la escritura, pretendía conformar los deseos de su papá. Pero su instinto era demasiado fuerte. Arrancó en El Universal como periodista, una vocación que siempre respetó y amó.
Se casó en 1958 con Mercedes Barcha, a quien le había propuesta matrimonio cuando tenían trece años. Tuvo dos hijos, Rodrigo, un cineasta, y Gonzalo, actualmente un diseñador gráfico.
Alcanzó una fama importante y se codeó con varios de los principales líderes del mundo. Fue amigo de Fidel Castro y siempre se mostró a favor de la revolución cubana. Viajó a varios países socialistaas como Polonia, Checoslovaquia, Alemania del Este, la Unión Soviética y Hungría. "Yo sigo creyendo que el socialismo es una posibilidad real, que es la buena solución para América Latina y que hay que tener una militancia más activa", dijo en una entrevista para la revista Libre, en 1971.
En julio de 2012, Jaime García Márquez, su hermano, dijo que Gabo padecía de demencia senil y que había dejado de escribir. Pero todo indica que el colombiano llevaba algunos años más sin dedicarse a la pluma. Según declaró en una entrevista en Clarín en 2006, nunca se sintió triste ni incómodo con la situación: "He encontrado una cosa fantástica: ¡quedarme en la cama leyendo! Leo todos aquellos libros que nunca tuve tiempo para leer... Recuerdo que antes sufría un gran desconcierto cuando, por lo que fuera, no escribía. Tenía que inventar alguna actividad para poder vivir hasta las tres de la tarde, para distraer la angustia. Pero ahora me resulta placentero".
Nunca le gustó dar notas y su vida tuvo varias facetas de misterio. Esa parte desconocida no hizo más que aumentar su figura que, a esta altura, toma aires de grandeza única.
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