MÉXICO.- La peor explosión en Ciudad de México en los últimos 30 años ocurrió este jueves a las 3:55 de la tarde hora local, el momento en que empezaba el cambio de turno en el edificio B2 de Pemex, en pleno corazón del Distrito Federal.
"Estaba sentado, laborando, de repente oí una explosión, se cimbró
el edificio como si temblara fuertísimo, se vino todo el polvo hacia
adentro, por mi espalda cayeron piedras, vidrios. Empezamos a ver gente herida, gente llena de tierra, de polvo. Nos evacuaron inmediatamente", le dijo un testigo directo a BBC Mundo.
Horas después se tendría la dimensión brutal de lo provocado por la explosión: al menos 32 muertos y 121 heridos.
Sin embargo, pasadas las cuatro de la tarde, cuando las cadenas de
televisión empezaron a suspender sus programas habituales para informar
sobre la explosión, sólo se hablaba de la evacuación del edificio, uno
más del complejo central de la empresa de Petróleos Mexicanos, la mayor compañía del país.
De hecho, en su primer tuit sobre el tema en su cuenta oficial, la
compañía decía: "Como medida de prevención, estamos desalojando la
torre Pemex en el DF por una falla en el suministro de energía
eléctrica".
"Pensé en mis hijos"
Silvia Hernández, trabajadora de Pemex, se encontraba a las 3:55 de
la tarde en la planta baja del edificio. Muy cerca de donde ocurrió la
explosión.
"Sentí mucha angustia, pensé en mis hijos", relataría horas después.
"Era la hora de salida de los trabajadores sindicalizados. Se
colapsó un puente que tenemos. Unos compañeros quedaron enterrados
ahí".
Según su relato, la explosión ocurrió en el sótano, donde se
encuentran los estacionamientos. "En la planta baja está la
contabilizadora, intendencia y archivos. En el primer piso recursos
humanos y fotocopiados".
La evidencia de lo que Silvia Hernández veía con sus propios ojos empezó a filtrarse poco a poco a la opinión pública.
Minutos después de su primer tuit, Pemex lanzó otro que decía: "Lo
que ocurrió fue una explosión en el edificio B2 del centro
administrativo. Hay lesionados. Hubo daños en la PB y mezannine".
Para las 4:30 de la tarde, las principales cadenas de televisión ya transmitían en directo los hechos.
Las tomas aéreas mostraban la planta baja desventrada, todos los
ventanales rotos, partes derrumbadas y decenas de ambulancias y
vehículos de rescate.
La dimensión de lo ocurrido también la dio la llegada al lugar de
los hechos del jefe de gobierno de la ciudad, Miguel Angel Mancera, y
del secretario de Gobierno -ministro del Interior- Miguel Angel Osorio
Chong.
Fue Osorio Chong quien, poco después de la seis de la tarde, dio el
parte que hizo saltar la cifra de muertos y heridos de manera
exponencial. Los fallecidos eran 14 y los heridos 80.
Cinco horas después, a las 11 de la noche, el secretario revisaría
de nuevo las cifras: en total eran 25 muertos (17 de ellos mujeres) y
101 heridos, 46 de los cuales todavía estaban hospitalizados.
Y este viernes, el director de Pemex, Emilio Lozoya, elevó la cifra
de víctimas fatales a 32 (doce hombres y veinte mujeres). Unas 121
personas han sido tratadas por diversas lesiones, medio centenar de las
cuales permanecen hospitalizadas.
Calma
A las 8:30 de la noche, los alrededores del complejo de Pemex,
situado en la calle Marina Nacional, entre Bahía de Banderas y San
Hipólito, estaban en calma.
Piquetes de policía antimotines con escudos transparentes rodeaban
el lugar. El silencio de la noche sólo era roto por ambulancias y
vehículos de peritazgo policial que entraban y salían, o por la rápida
visita del presidente, Enrique Peña Nieto.
Un puñado de periodistas con cámaras de televisión y micrófonos
observaba, pero poco indicaba que en ese lugar se había presentado la
peor explosión desde aquella del 19 de noviembre 1984, cuando murieron
más de 500 personas.
Por una extraña coincidencia, también en esa tragedia estuvo
involucrada Pemex: ocurrió en unas instalaciones de gas que la empresa
compartía con compañías privadas. Además de los centenares de muertos
hubo casi mil heridos.
En la calle Marina Nacional, al lado del complejo central de Pemex,
además de a los periodistas era posible distinguir otro grupo: el de los
familiares que esperaban noticias de sus seres queridos.
Uno de ellos era Carmen Reyes, quien preguntaba por su esposo, José Eulalio Gutiérrez.
"Estamos esperando para que me digan si está aquí o voy a buscarlo
en los hospitales. He estado marcando y marcando a su teléfono y me
manda a buzón", le dijo a BBC Mundo.
En medio de la angustia, Carmen no recuerda a qué horas salía su
esposo. O en que sección trabajaba: "No sé en qué área se encuentra,
pero de que está aquí, está aquí".
Peritos internacionales
A las 11:00 de la noche, en la puerta 14 del complejo de Pemex, Miguel Angel Osorio Chong da un nuevo parte de la tragedia.
Además de revisar las cifras de muertos y heridos, informa: - "Se
están utilizando todos los recursos de las autoridades para investigar y
conocer las causas del siniestro. Esperaremos el resultado de los
peritajes y con transparencia los daremos a conocer".
"He girado instrucciones para que las autoridades correspondientes
puedan convocar a expertos nacionales e internacionales que coadyuden
en las investigaciones. El propósito es muy claro: la investigación
debe arrojar datos precisos, confiables y contundentes para conocer el
origen y las causas del siniestro".
Para esa hora, ya algunos periodistas preguntaban al aire, "¿frente a qué estamos?".
Por ahora, ni las autoridades ni los mexicanos saben la respuesta a
eso ni a qué causó la peor explosión que ha sacudido a su capital en
casi tres décadas. |
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