lunes, 10 de diciembre de 2012

ARGENTINA: Graciela María Casartelli, fina y talentosa poeta cordobesa nos trae su palabra





La partida


El día de la partida.

La vida, en mi valija encerrada.
Muchas cosas exuberantes por tu trascendencia
                                                  y su belleza;
inseparables, dobladas, compresas unas con otras;
                                                   insignificantes.

Mi bagaje conteniendo mi mundo;
el alma, los sentimientos, cuanto hice.

El día que renuncié a todo lo que me había dado gozo
                                                      … y tristeza.

El día que perdí mis puertos y con velas altas,
en el mar bravío, arrojé las anclas,
quedándome sin horizontes visibles; ni islas,
sin  brújula, ni pájaros,
                                    orientando el mediodía.



Transcurrido poco tiempo, tal era frío,
que cuanto había a mano, lo consumí de a poco;
incluso las maderas de las cubiertas.

Hasta mi valija, puse en la fogata matutina,
para dar calor a mis huesos.


Mejor hubiera sido, no tener bagaje.
Mejor hubiera sido, dormitar en senderos solitarios;
                                                        sin destino.
Mejor hubiera sido, arrojarme al mar,
                                                         hasta hundirme.

¡Pero no, la peripecia del navío!


Es la tormenta, la que embandera el emblema
                                                         del dolor,
y en brújula el timón convierte,
                                                       sin pedir nada.




La fe de un horizonte nuevo,
                                          con muchas luchas,
con muchas costas y selvas que ganar.


Un intrincado corazón que no conozco,
pero titila en la señal de un tesoro por encontrar.


El día de la partida, es mi día del
                                                       reencuentro.

Es el camino incierto de los cuentos infantiles,
                                                        con un dulce final.

La valija que perdí y el encuentro
                                       de un tesoro sublime:
                                                     La verdad.

Algo que no se dobla ni se comprime.


La verdad de encontrar mi propio equipaje,
muy lejos de aquél, que perdí en el mar.


Lo encuentro con muchas partes crucificadas,
                                                       quizás;
o con expectativas dispersas;
pero embebido en mi nueva realidad.


No perderé  esta maleta, que encontré
                                         en este nuevo mundo,
aunque en el cielo no me admitan con ella.

Es el soplo humano, el que hoy me abre los ojos.

¡No me los cierres tú, mañana!


Autor: Graciela María Casartelli
Córdoba, Argentina.





Saldos


Cotejo los saldos de mis cuentas.
Del mismo modo, hago la cuenta regresiva.

Entre los saldos, todo lo que desprendí de mi cuerpo;
el temperamento alocado, furias del verano
vendavales violentos, desbastando ilusiones.

Palabras airadas, furia, envidia, celos;
horas de sufrimiento, venganzas siniestras.
Vanidades mundanas, esfuerzos en flechas
volcadas, hacia blancos erróneos.

Flores resecas entre páginas ajadas,
de un  antiguo libro de cuentos.
Hadas, gnomos y una canasta, desperdigada
en el suelo, con frutos híbridos.

Cotejo la huella de los caminantes
transeúntes de mi vida y de mis esperanzas.
Los que sembraron anhelos.
También, algunas pasiones desmedidas

Los que llegaron propagando mis pupilas
de brillos intensos y  mi boca, de sonrisas generosas.
Los que se deleitaron con el elixir dulce
de los ciclos primaverales.
Los que bebieron los primeros vinos
de las copas inexpertas…

Los que ironizaron de los modales torpes;
el cuerpo rústico; la frescura del desaliño joven.

Quienes abandonaron el paisaje,
antes que anocheciera y temblaban…
Temiendo el paso de los años y sus esfuerzos.
De las luces mortecinas.

Entre los saldos, de aquella presencia
que un día me regalabas, con retozos y atenciones.
De tu presencia, de aquélla, apenas una sombra.

Destellos débiles que me recuerdan
un torbellino de luces encantadas;
llama votiva de los seres casi divinos
que un día nacemos, soñamos
y pronto morimos.

Estela iluminada, diamantina huidiza.
Agua clara en el cuenco de la mano,
luz blanca desprendida de los dedos.
Dedos de una mano abierta hacia otra mano.

Manos que construyen mundos de estrellas.
Constelaciones hechizadas, en millones
de burbujas, claras, puras, perfectas.

Un balance sin números, que trasciende.
Se suspende entre las nubes y mira al absoluto.
Bengala que se dispersa en miles de matices.
Dibujan rostros  y una sonrisa;
prisma tornasolado que  apunta al infinito.

Autor: Graciela María Casartelli
Córdoba, Argentina, 2012





Reseña biográfica de Graciela María Casartelli


Graciela María, nació en Córdoba, Capital (Argentina), donde reside actualmente.
Es Licenciada en Psicología y Magíster en Ciencias Sociales (Universidad Nacional de Córdoba)  y su vida profesional la ha desempeñado en los ámbitos estatal y privado, dedicándose fundamentalmente a la Gerontología e Investigación Social.

 Es la creadora de la Web “Vida Reflexion” http://vida-reflexion.webcindario.com/index.html   dedicada a la literatura en todos sus géneros. Un breviario de publicaciones, puede apreciarse en el REMES (Red mundial de escritores),
http://www.redescritoresespa.com/G/gracielacasartelli.htm






Contacto: 
gracielacasartelli946@hotmail.com

fuente: recibido directamente de la autora, a la que felicito y agradezco.
Cordiales saludos!!!

Lic. Jose Pivín
frente al puerto de Haifa
frente al mar Mediterráneo   

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