Por Shlomo Avineri
Haaretz.com 17/06/11
El 1° de septiembre de 1939, la Alemania nazi invadió Polonia. Eso es verdad, no narrativa. El 7 de diciembre de 1941, aviones japoneses atacaron y destruyeron la Flota del Pacífico de EE.UU. en Pearl Harbor. Eso es verdad, no narrativa.
Por supuesto, también hay narrativas. Por ejemplo, los alemanes tenían unas pocas quejas contra Polonia. Primero, que en el Tratado de Versalles de 1919, las potencias occidentales victoriosas despojaron a Alemania de territorios con una gran población de etnia alemana y las anexaron a Polonia (el "corredor polaco"), al mismo tiempo que declararon a Danzig, que había sido una ciudad alemana por generaciones, una ciudad internacional. Además, la Alemania nazi acusó al gobierno polaco de discriminar a los alemanes étnicos bajo su jurisdicción.
No todas las demandas, en la narrativa alemana, carecían de fundamento, pero la verdad fáctica es clara: El 1° de septiembre de 1939, fue Alemania la que atacó a Polonia, no Polonia que atacó a Alemania.
También hay una narrativa japonesa: Estados Unidos, junto con Gran Bretaña y Holanda, impuso un embargo a la exportación de hierro, acero y petróleo a Japón, después de la invasión japonesa a China. Japón sugirió negociar sobre estos temas, pero EE.UU. se negó y Japón consideró al embargo como un acto de agresión que amenazaba con paralizar su economía.
Estas eran reclamaciones de peso, y es imposible ignorar el hecho que la actitud estadounidense y británica contenía un tufillo de racismo blanco en contra del aumento del poder "amarillo" en Asia Oriental. Pero la verdad es que el 7 de diciembre de 1941, fue Japón el que atacó a EE.UU., no EE.UU. que atacó a Japón.
¿Por qué es importante esto? En recientes debates acerca de la "Nakba" palestina, se ha afirmado que hay dos "narrativas", una israelí y otra palestina, y deberíamos prestar atención a las dos. Eso, por supuesto, es cierto: Junto con las afirmaciones israelí-sionistas respecto a la conexión del pueblo judío con su patria histórica y la miserable situación de los judíos, existen afirmaciones palestinas que se refieren a los judíos como sólo un grupo religioso y al sionismo como un movimiento imperialista.
Pero, por sobre y más allá de estas afirmaciones, está el simple hecho - y es un hecho, no una "narrativa" - que en 1947, el movimiento sionista aceptó el plan de partición de Naciones Unidas, mientras que la parte árabe lo rechazó y fue a la guerra contra el mismo. Una decisión de ir a la guerra tiene consecuencias, tal como las tuvo en 1939 o 1941.
La importancia de esta distinción se hace más clara después de leer detenidamente el artículo de opinión del Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, publicado recientemente en The New York Times. Abbas mencionó la decisión de partición en su artículo, pero no dijo una sola palabra acerca de los hechos - quién la aceptó y quién la rechazó. Simplemente escribió que "Poco después, las fuerzas sionistas expulsaron a árabes palestinos".
Eso es como aquellos alemanes que hablan acerca de los horrores de la expulsión de 12 millones de alemanes étnicos de Europa Oriental, después de 1945, pero dejan de mencionar el ataque nazi a Polonia, o los japoneses que hablan acerca de Hiroshima, pero no mencionan su ataque a Pearl Harbor. Eso no es una "narrativa", es simplemente no decir la verdad. Los efectos no pueden divorciarse de las causas.
El dolor de los otros debería ser entendido y respetado, y los intentos de impedir que los palestinos mencionen la Nakba es tonto e inmoral: Nadie les impide a los descendientes de los refugiados alemanes de Europa Oriental que comulguen con sus sufrimientos.
Pero así como nadie, ni siquiera en las escuelas alemanas, soñaría con enseñar la "narrativa" alemana en relación con la Segunda Guerra Mundial, la guerra de 1948 tampoco debería ser enseñada como una batalla entre narrativas. En el análisis final, hay una verdad histórica. Y, sin ignorar el sufrimiento de los demás, ésa es la forma en que asuntos tan sensibles deben ser enseñados.
Traducido par porisrael.org por José Blumenfeld
Gentileza: www.porisrael.org
The truth should be taught about the 1948 war
Just as nobody, even in German schools, would dream of teaching the German 'narrative' regarding World War II, the 1948 war should also not be taught as a battle between narratives. In the final analysis, there is a historical truth.
On September 1, 1939, Nazi Germany invaded Poland. That is truth, not narrative. On December 7, 1941, Japanese planes attacked and destroyed the U.S. Pacific Fleet at Pearl Harbor. That is truth, not narrative.
Of course, there are also narratives. For example, the Germans had quite a few complaints against Poland. First, that in the 1919 Versailles Treaty, the victorious Western powers stripped Germany of territories with a large ethnic German population and annexed them to Poland (the "Polish corridor" ), while declaring Danzig, which had been a German city for generations, an international city. Moreover, Nazi Germany accused the Polish government of discriminating against ethnic Germans under its jurisdiction.
Not every claim in the German narrative was baseless, but the factual truth is clear: On September 1, 1939, it was Germany that attacked Poland, not Poland that attacked Germany.
There is also a Japanese narrative: The United States, together with Britain and Holland, imposed an embargo on the export of iron, steel and oil to Japan after the Japanese invasion of China. Japan suggested negotiating over these issues, but the U.S. refused, and Japan considered the embargo an act of aggression that threatened to paralyze its economy.
These were weighty claims, and it's impossible to ignore the fact that the American and British attitude contained a whiff of white racism against the rising "yellow" power in East Asia. But the truth is that on December 7, 1941, it was Japan that attacked the U.S., not the U.S. that attacked Japan.
Why is this important? In recent debates about the Palestinian "Nakba," the claim has been made that there are two "narratives," an Israeli one and a Palestinian one, and we should pay attention to both of them. That, of course, is true: Alongside the Israeli-Zionist claims regarding the Jewish people's connection to its historic homeland and the Jews' miserable situation, there are Palestinian claims that regard the Jews as a religious group only and Zionism as an imperialist movement.
But above and beyond these claims is the simple fact - and it is a fact, not a "narrative" - that in 1947, the Zionist movement accepted the United Nations partition plan, whereas the Arab side rejected it and went to war against it. A decision to go to war has consequences, just as it did in 1939 or 1941.
The importance of this distinction becomes clear upon perusing the op-ed that Palestinian Authority President Mahmoud Abbas recently published in The New York Times. Abbas mentioned the partition decision in his article, but said not one single word about the facts - who accepted it and who rejected it. He merely wrote that "Shortly thereafter, Zionist forces expelled Palestinian Arabs."
That is like those Germans who talk about the horrors of the expulsion of 12 million ethnic Germans from Eastern Europe after 1945, but fail to mention the Nazi attack on Poland, or the Japanese who talk about Hiroshima, but fail to mention their attack on Pearl Harbor. That is not a "narrative," it is simply not telling the truth. Effects cannot be divorced from causes.
The pain of the other should be understood and respected, and attempts to prevent Palestinians from mentioning the Nakba are foolish and immoral: Nobody prevents the descendants of the German refugees from Eastern Europe from communing with their suffering.
But just as nobody, even in German schools, would dream of teaching the German "narrative" regarding World War II, the 1948 war should also not be taught as a battle between narratives. In the final analysis, there is a historical truth. And without ignoring the suffering of the other, that is how such sensitive issues must be taught.
PUBLISHED: IN newspaper ;HAARETZ.COM- 17 JUNE 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario